La “economía de bolsillo” se posiciona cada vez más en Venezuela

Recientemente, la agencia de noticias internacional EFE, lanzó un reportaje titulado "Cucharadas de comida, la última opción de compra en la crisis venezolana", en el que hablaban sobre la situación actual de Venezuela, y el nacimiento de la denominada "economía de bolsillo."

¿En qué consiste? En que, debido a la escasez y la inflación, los vendedores informales de Venezuela han comenzado a vender alimentos como leche, harina, azúcar y café, en recipientes de poco volumen, limitando de forma exponencial las cantidades que se consumen, y haciendo que los precios sean un poco más accesibles.

Es una práctica que hemos venido desde hace poco más de un año, pero que se ha vuelto la norma para una buena parte de la población venezolana. Sin embargo, no es en realidad algo nuevo, y no es un fenómeno que solo se vea por parte de los vendedores informales.

Cómo funciona esta economía

Como lo explicamos en el pasado, esta variación en las cantidades comerciadas no es más que una estrategia aplicada por las grandes empresas en momentos de crisis. El caso más reciente fue el de  PepsiCo, que a través de una nota de prensa informó que lanzarían sus tradicionales productos en nuevas presentaciones "adaptadas a distintas ocasiones de consumo".

No es más que una estrategia para poder seguir capitalizando a las poblaciones con fuertes crisis económicas. La mayor diferencia es que en la actualidad venezolana, ya no estamos hablando de productos alimenticios sustituibles, sino de alimentos de consumo masivo.

Sin embargo, puede notarse que en realidad es una adaptación de esta estrategia en el mundo informal. Según el reporte, no solo se da con los alimentos, sino con productos de mantenimiento personal como puede serlo el champú, las pastas de dientes, e incluso enjuagues bucales. Es una práctica que se presentó inicialmente en el interior del país, donde era más complejo obtener acceso a estos bienes.

Como estrategia empresarial

Al ver esta expansión en cuanto a los mercados en los que estamos presenciando esta estrategia, podemos ver que cada vez más comerciantes se verán obligados a "dosificar" lo que le brindan a su público con la intención de hacerlo más accesible para la clientela natural.

Debe destacarse también que según John T. Gourville, profesor de mercadeo en la Escuela de Negocios de Harvard, los consumidores son más sensibles a los precios que a los tamaños, por lo que muchos vendedores y empresas también tienden a abusar de esta estrategia. El profesional asegura que esto no es algo a largo plazo, sino que estas miniaturas suelen ser reemplazadas por versiones normales al poco tiempo.

Como lo explicamos en ese momento, "puede tenerse una visión mucho más profunda de qué es lo que significan estos cambio de tamaño (...) Es algo normal que se aplica en momentos como el actual, pero que debe verse con mucho cuidado una vez mejore la situación, o cuando empiece a afectar productos más relevantes."