Cafetaleros venezolanos prefieren una estrategia no masiva para mantener rentabilidad

Esta semana se llevó a cabo una reunión de representantes del sector cafetalero que contó con la participación de la Confederación Nacional de Asociaciones de Productores Agropecuarios (Fedeagro), la Asociación Bolivariana de la Industria del Café (Abicaf) y la academia Pietro Carbone Espresso Gustavo Montenegro.

En esta, los expertos en producción y comercialización de café explicaron que en los últimos años, debido a los controles de precios impuestos por el estado, el producto venezolano ha visto una fuerte caída en la calidad, no solo por la carencia de insumos adecuados, sino también por la necesidad de cumplir con ciertos tiempos y límites de inversión.

La misión de los cafetaleros venezolanos

Es por eso que las representantes afirmaron que la recuperación del sector no solo dependerá de un periodo de casi 10 años y acompañamiento constante del estado, sino también de una inclinación hacia el incremento de los precios del producto final, con el objetivo de lograr no solo las condiciones de trabajo adecuadas, sino también el desarrollo de incentivos para otros productores (incluso los que se han ido a trabajar a Colombia).

“En los últimos años hemos tenido problemas debido a la caída de la producción cafetalera y tenemos el compromiso de rescatarla, así como la calidad del producto (...) Como industriales hoy estamos comprometidos a producir, procesar, seleccionar y ofrecer al consumidor venezolano café de buena calidad”, afirmó Nelson Moreno, representante de Abicaf.

Una estrategia realmente efectiva

Esta estrategia no es algo que surgiría de la nada en la mente del cafetalero local, sino que se trata de una que ha sido reseñada por expertos de todo el mundo en los últimos años. El más reciente fue Michael Sheridan, jefe de Compras de la empresa estadounidense Intelligentsia Coffee, quien asegura que producir café y venderlo a precio "comercial" no es rentable para un pequeño productor.

Es por eso que sugiere que los cafetaleros no solo traten de mantener una calidad óptima en su producto, sino que además se alejen de las ventas "masivas" del café para convertirlo en un producto de especialidad. Esto no quiere decir que deba disminuirse el suministro, pero sí que se evalúen diferentes alternativas en cuanto a presentaciones, ingredientes, procesos, entre otros.

Situación actual del país

Si bien es cierto que se trata de una estrategia que puede ayudar a que el sector no solo se mantenga, sino que además sea capaz de crecer en el contexto actual, la realidad es que este tipo de ideas suelen generar polémica. Eso se debe a que en nuestro país se considera al café como un producto de primera necesidad.

Aunque en el mundo se catalogue al café como un producto de consumo masivo, la realidad es que pocos lo toman en cuenta como de primera necesidad, lo que hace que el mismo tenga una relevancia  superior (cuestionada) para el consumidor venezolano. Esto limita el margen de maniobra del sector, y lo hace propenso a seguir deteriorándose.

Puede que se trate de algo que existe prácticamente desde la creación del control de precios a principios del 2014, pero la realidad parece indicar que el café debe comenzar a considerarse como un producto similar a "parientes" como el chocolate, permitiendo que las empresas más grandes lo produzcan de forma masiva, y los emprendedores del sector lo hagan de acuerdo a sus necesidades financieras.