¿Cómo logró este colombiano triunfar con comida extranjera en su país?

El vecino país de Colombia es un lugar que goza de una gran diversidad gastronómica. Entre sus platos más representativos está la arepa, el sancocho, la bandeja paisa, el tamal, entre otros.

Para una transnacional quizás no implique mayor esfuerzo el introducir una comida distinta a un país, ¿Pero para un emprendedor?

Ramiro Lozano es un colombiano que no se detuvo a pensar en trabas culturales y, cautivado por los sabores mexicanos decidió llevar a su país una versión de los llamados “tacos al pastor”, reportó Juan del Cerro, colaborador de Entrepreneur.

“Los tacos, además de deliciosos, parecen ser el vehículo perfecto para la generación de impacto que Ramiro estaba buscando, un producto relativamente sencillo, con un éxito probado en otros mercados e inexistente en Colombia”, precisa.

Fue así como se creó “El Taconazo” una de las primeras cadenas de “taquerías” en el país vecino, el cual ya cuenta con más de 50 restaurantes a lo largo y ancho del suelo colombiano.

Asimismo, el medio Kien y Ke destacó que parte del éxito de este platillo en Colombia se debe a su competitividad en cuanto a precio. “No cualquiera se da el lujo de tener como preparación insignia un taco que cuesta $1.000 pesos”, lo que equivale a un pasaje público allí.

Otra de las claves del éxito aplicada por Lozano es que, a diferencia de otras cadenas de comida mexicana instauradas en su país, éste las ha combinado con productos “con los que los colombianos se sienten más cómodos”.

Es decir, que combina el famoso taco con platos típicos del país, con opciones como el ‘Calentaco’, un taco de desayuno cuyo relleno es ‘calentao’, agrega que el chile y las salsas son decisión de cada cliente.

Con esta estrategia, El Taconazo, de Ramiro Lozano logró posicionarse como la cadena de comida mexicana más grande del país, con más puntos de atención que cualquier competidora. Actualmente cuenta con un total de 60 locales ubicados en Medellín, Bogotá y Cali.

Finalmente, el ingrediente crucial en esta receta de éxito ha sido su modelo de negocio franquiciado de tipo social, el cual ha permitido que en tan solo dos años hayan logrado una gran expansión.

Cada persona que compra adquiere una franquicia es capacitada de manera gratuita durante quince días y se le ayuda a conseguir un local para comenzar a laborar en su zona de residencia, con el fin de que el público sienta que está comprando a uno de los suyos.

“La empresa se encarga de la adecuación y dotación de todo el local. Además será responsable del 100% de la producción. Cada ingrediente de los tacos, burritos, nachos, quesadillas y demás se preparan en una planta en Medellín con todos los requerimientos técnicos de calidad”, destaca KYK.

Otro elemento interesante es que los dueños de las franquicias no tendrán que dar un porcentaje de las ventas a la compañía, dado que el negocio no se centra en vender más puntos, sino en vender los insumos, lo cual les permite mantener su competitivo precio de $1.000 pesos.

De manera pues, que armado de un delicioso platillo y un ingenioso modelo de negocio, Ramiro Lozano edificó una franquicia sólida y con impacto social. ¿Podría hacerse algo similar en Venezuela?