Afirman que cafetaleros latinoamericanos deben evolucionar ante caída de precios

A lo largo de la historia, Latinoamérica se ha conocido por la exportación de todo tipo de granos, principalmente el cacao y el café. Se trata de un par de productos de alta rentabilidad, ya que la calidad de los mismos ha hecho que su venta internacional sea sumamente rentable, no solo para los distribuidores, sino incluso para los pequeños productores.

Sin embargo, poco a poco estaríamos viendo un cambio en la "marea", principalmente en la venta del café, que de acuerdo a expertos estaría generando enorme “angustia” en los productores colombianos. Aunque Venezuela también fuese conocida por la exportación de café, la caída que se ha visto en la producción en años recientes, disminuye seriamente el impacto de este fenómeno.  

¿A qué se debe esto?

A inicios del 2018, el costo de la libra de café se comercializaba en 115,60 centavos de dólar, un precio atractivo para productores y distribuidores. Sin embargo, con el pasar del tiempo hemos visto una caída en los mismos, de acuerdo a entidades especializadas del país vecino, ubicándose actualmente en alrededor de 97 centavos.

Aunque pueda parecer un monto bajo, la realidad es que no solo disminuye significativamente lo que se genera por exportar el producto, sino que la tendencia puede hacer incluso que el negocio no sea rentable. Debido a que el productor no tiene el poder sobre el precio de mercado, debe aceptar lo que se posiciona ante los compradores.

De acuerdo a Roberto Vélez, gerente de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, este fenómeno obedece a un "mal manejo" de las relaciones comerciales, impulsado principalmente por las grandes empresas ubicadas en los mercados donde se registran altas tasas de consumo. ¿Por qué lo afirma con seguridad? porque la demanda de café no solo está subiendo, sino que el precio al consumidor final también lo hace.

"Mientras unos se llenan los bolsillos, el cafetero colombiano y los casi 25 millones de productores de café alrededor del mundo pueden morirse de hambre", explica, afirmando además que esto está disminuyendo la calidad de las condiciones laborales que tiene el productor colombiano, incluso incentivando al trabajo infantil.

¿Se vería una situación similar con el cacao?

Desde hace varios años que, debido a la crisis que atraviesa Venezuela, el cacao ha vuelto a convertirse en uno de los productos de exportación más atractivo para empresarios (pequeños, grandes, e incluso estatales) que desean generar ingresos en divisas. Sin embargo, ¿la situación que vive el café actualmente podría repetirse con el cacao?

Aunque actualmente no existan indicios para pensar que podría avecinarse una crisis del cacao impulsada por el "mal manejo" de las ganancias en mercados extranjeros, la realidad es que la situación no es muy distinta: pequeños productores venden sus productos a grandes distribuidores que se llevan la mayor parte de los ingresos.

No solo eso, sino que debido al incremento en la popularidad del producto, también es posible ver un aumento exponencial en los precios del mismo. Esto tiene el potencial de que el negocio no solo sea inviable, sino que incluso estos consumidores locales (como ha ocurrido con los productores de quínoa) ni siquiera generen suficientes ingresos para comprar sus propios productos.

Puede que sea una situación hipotética, sin embargo, se trata de un fenómeno del que los emprendedores venezolanos (que dependen del cacao) deben estar precavidos.