¿Llegó el momento de invertir en ropa usada en Venezuela?

Ya es 2018 y Venezuela aún sigue sorteando las cifras más altas de inflación de su historia, lo cual, además de la comida, ha afectado otras necesidades básicas como lo es la vestimenta.

Para la fecha de este artículo, el precio de una camisa de vestir nueva de caballero ronda los Bs. 5000.000, mientras que usada se puede conseguir entre los 300.000 y 900.000 bolívares, representando así una brecha donde una parte importante de la población podría volcar la mirada a este tipo de artículos.

Asimismo, el diario marabino La Verdad recogió testimonios de vendedores informales que sostienen el aumento que vieron en las ventas navideñas del 2017 cambiando a productos usados.  

“En los otrora 24 de diciembre yo vendía hasta mil 200 piezas (nuevas) entre camisas franelas en promedio y el año pasado no vendí ni 60. Luego, comencé a vender objetos usados que ya no utilizaba en mi casa y se me iluminaron mis perspectivas. Como las ventas mejoraron y tomaron un rumbo nuevo, comencé a comprarle a los vecinos y a familiares y aquí estoy, mal que bien dándole”,  indicó Neptalí Villalobos.

Y es que la idea de la ropa de segunda mano como negocio ha transcendido hacia formatos de corte más profesional con ejemplos de tiendas virtuales que se han creado en el país, dedicadas a este tipo de segmento.

Una de las que alcanzó mayor notoriedad en tiempos recientes fue Ugandi, con más de 20mil seguidores en la red social Instagram. No obstante, como parte de esta investigación validamos que pese a la gran popularidad alcanzada, hay una ausencia de actividad en su cuenta desde hace más de cuatro meses y su página web se encuentra inactiva.

Lo anterior lleva a preguntarse las razones detrás de dicha ausencia en un mercado que aparentemente está generando alta demanda como consecuencia de la inflación.

Por otro lado, un video-reportaje del medio cubano Martí Noticias por la periodista Aymara Lorenzo Ferrigni publicado este año, muestra gran afluencia de compradores en tiendas físicas de ropa de segunda mano ubicadas en la zona de Chacaíto, Caracas.

Adicional a ello, han surgido nuevas iniciativas que pretenden atacar este nicho de mercado, como lo es Closettine, una plataforma de compra y venta de ropa de segunda mano creada por los venezolanos Mariángel Molina, Andrés Solórzano y Norihuska Camacho.

“La idea surgió cuando Norihuska, residenciada en Chile, regresó a Venezuela y les contó a sus amigos sobre la experiencia que tuvo con una página web que trabajaba con ropa usada. A Mariángel y Andrés les llamó la atención el proyecto y decidieron replicarlo en el país…” reportó El Estímulo.

En síntesis, luego de los datos presentados, y tomando en cuenta la crisis económica venezolana, quedan a juicio del lector las siguientes: interrogantes ¿Es ahora cuando llegó el momento de invertir en este sector? ¿Es un tema del mercado al que va dirigido o del retail por encima de las tiendas online? Concluya usted.