Entra en vigencia el GDPR, el reglamento de protección de influencia global

El pasado viernes 25 de mayo entró en vigencia el denominado Reglamento General de Protección de Datos (GDPR por sus siglas en inglés), un lineamiento de seguridad de datos creado por la Unión Europea que, para sorpresa de muchos, puede tener repercusiones en empresas de cualquier país del mundo.

Aunque parezca desproporcionado, se trata de un reglamento que aplica a la Unión Europea, pero también a todos los países y empresas que hagan negocios todo el territorio que esta conforma. Eso incluye al Reino Unido, España, Portugal, Italia, Alemania, Francia, entre muchos otros, convirtiéndose en un instrumento que influencia directamente el trabajo en prácticamente cualquier nación.

Pero, ¿Qué es en realidad el GDPR?

Se trata de un reglamento de manejo de datos en que amplía el alcance de las facultades de la Unión Europea en cuanto a sanciones por mal manejo de la información de los usuarios, así como también moderniza algunos parámetros para medir estas violaciones, sustituyendo antiguos reglamentos nacionales como, por ejemplo, la Ley Orgánica de Protección de Datos de Carácter Personal (1999) de España.

Aunque muchos aseguren que la creación de este reglamento responde al escándalo de Cambridge Analytica y Facebook, la realidad es que el mismo lleva en desarrollo desde el 2016. Sin embargo, no se niega que el alcance de esta polémica haya tenido un efecto amplificador en la aplicación de esta medida.

Efectos en las empresas

La realidad es que el término "efectos" puede ser cuestionado, ya que lo más importante de este reglamento es que los usuarios no están obligados a dar su información si no lo desean. Eso quiere decir que las empresas deben desligarse de aquella práctica en la que brindar consentimiento para la recopilación de información es un requisito obligatorio para utilizar el servicio.

Sin embargo, no adaptarse a este nuevo reglamento, que requiere de una total cooperación por parte de los consumidores al momento de suministrar sus datos, sí puede traer consecuencias, ya que el mismo contempla una multa del 4% de la facturación mundial de la empresa, lo que en muchos casos puede ser de varios millones de euros.

Algunos ya quebrantan el reglamento

A pesar de las graves sanciones que pueden traer saltarse el reglamento, la realidad es que algunas grandes empresas tecnológicas han decidió no adaptarse a la misma todavía. Los ejemplos más recientes son Facebook y Google, que aún están "forzando" a las personas a permitirles manejar su información para acceder a los servicios.

Aunque para muchos sea un precio bajo que pagar para tener acceso a los beneficios que ofrecen estas empresas, la realidad es que el mal uso de la misma puede tener consecuencias inmensurables. Android, WhatsApp e Instagram también han mantenido estas prácticas, y ya han sido denunciadas por organizaciones sin fines de lucro en el viejo continente.