Lo que puede aprender Venezuela sobre las regulaciones empresariales en Panamá

Han pasado ya casi 2 años desde que se dio a conocer el escándalo de los papeles de Panamá, una investigación publicada por el medio alemán Süddeutsche Zeitung, en el que se dio a conocer que gran parte del crecimiento reciente del país latinoamericano se debía en parte a su transformación en uno de los paraísos fiscales más grandes del planeta.

A pesar del tiempo transcurrido, Panamá no solo ha fallado al momento de mostrarse como un país que lucha en contra de la corrupción, sino que aunado a esto, ha visto una caída vertiginosa en el interés de los inversionistas extranjeros, lo que ha llevado a que cada vez se desarrollen más regulaciones empresariales para evitar lucha contra la corrupción y atraer personas deseosas de hacer negocios.

¿Un exceso de regulaciones?

Así lo aseguró en una entrevista la vicepresidenta de la Bolsa de Valores de Panamá, Olga Cantillo, quien asegura que, basándose en toda esta polémica, el nuevo gobierno del país decidió crear la denominada Ley 23, así como una serie de regulaciones que incrementan la cantidad de pasos necesarios para fundar una empresa.

Asegura que si bien es cierto que se dieron los casos de corrupción anteriormente mencionados, la realidad es que estos no ocurrieron por una carencia en cuanto a regulaciones, sino por la ineficiente aplicación de las mismas por parte de las entidades pertinentes. La creación de estas nuevas limitaciones no solamente estaría entonces dificultando no solo la creación de nuevas empresas nacionales, sino también la inversión extranjera.

“El sector financiero fue el que mejor salió en esa ocasión en la evaluación del GAFI, entonces esas presiones adicionales de exposición a regulaciones extraordinarias (…) es lo que nos ha restado competitividad, muchos de los negocios se han ido de Panamá”, aseguró en la misma entrevista.

Lo que puede aprender Venezuela

Lo que puede aprender Venezuela en cuanto a las normativas al momento de crear una empresa, no se trata en tratar de evitar la creación de nuevas regulaciones, sino en la eliminación y reformación de muchas de las que existen actualmente, ya que son algunas de las principales responsables que el país cuente con cada vez menos empresas.

Esto se ha hecho presente año tras año en listas creadas por entidades como el Banco Mundial, que a través de su informe anual "Doing Business", nos ubica en el escalafón 190, ya que la creación de una empresa requeriría al menos 230 días, casi tres veces lo que tomaría realizar la misma tramitación en Haití. Forbes ha validado esto, colocándonos en el puesto 144 de 153.

Las variables que toman en cuenta incluyen el manejo de permisos para construcción, obtención de energía eléctrica, registro de propiedades, obtención de crédito, protección al inversionista, pago de impuestos, cumplimiento de contratos, entre muchas otras (casi todas relacionadas con el exceso de normativas vigentes).

Aunque esto no dependa netamente del empresariado y la población local, es importante tomar estos aspectos en cuenta de cara al futuro.