El millonario mercado de las emociones ¿Por qué la gente paga por esto?

En días recientes, se hizo viral la noticia de un argentino que construyó una repisa de madera en muy mal estado, los clavos salidos, los cortes mal hechos y el resultado un desastre, reportó Entrepreneur.   

Resulta que la publicación de ese “producto” sólo en MercadoLibre  tiene cientos de comentarios, miles de vistas y 14 modelos vendidos, así como una serie de pedidos que le han hecho.

¿La razón? La infame repisa es una recreación de un prototipo realizado por el personaje de Homero en un episodio de Los Simpsons de los años noventa.

¿Por qué la gente paga por estas cosas?

Dos palabras: nostalgia y emociones. Hisham Darwish, especialista de larga data en mercadeo precisó a través de la revista Think Marketing, que las emociones juegan un papel no sólo en nuestro inconsciente, sino que también moldean nuestros pensamientos conscientes acerca de marcas, productos y servicios, lo que se conoce como Emotional Marketing.

A estos términos se suma también en el de Emotional Branding o Marca Emocional, referido a la construcción de marcas que apuntan directo al estado emocional del consumidor. En mercadeo se dice que una marca emocional es exitosa cuando desencadena un fuerte deseo del consumidor (en la marca o producto) que no puede ser totalmente racionalizado.

Son muchos los casos famosos que han apelado a esto. Mc Donald´s, Kodak, Savoy… Para la mayoría, quien adquiere una Harley Davidson compra una moto y no es así, pues lo que está comprando es “Libertad”, de manera que el producto no es el producto, ¿Cómo así?.

Darwish atribuye esto al sentido de pertenencia. “Piense en todas las personas que ponen una calcomanía en sus coches y están orgullosos de pertenecer al grupo de élite de un producto en particular. Los clientes quieren saber que son parte de una "familia" de otros”.

Y es que en un artículo llamado “Por qué la nostalgia te hace pagar 200 euros por un videojuego, y lo haces encantado”, el diario El Confidencial precisó por qué la mítica compañía Nintendo hace millones producto de la nostalgia de la gente.

Más allá de los lanzamientos de ediciones retro de sus videojuegos, cuando se trata de auténticas rarezas, “los precios se disparan hasta cifras como los 35.100 dólares que se pagaron el pasado enero por un 'Family Fun Fitness Stadium Events', un juego de NES”.

Este tipo de conexiones emocionales que  impulsan una compra más allá de lo racional se dan también en las películas y series, como el caso del famoso bate de béisbol que aparece en la serie The Walking Dead, el cual es comercializado en Amazon por $30.95. El precio es diez veces mayor si está autografiado.

En el ámbito venezolano también existe una comunidad de personas que pagan por este tipo de productos, que si bien, no hay una manera precisa de cómo medir este mercado en el país, cuentan con una red llamada Club de Coleccionistas y un popular grupo de Facebook denominado Coleccionistas y Hobbies De Venezuela que los reúne, y cuenta de momento con más de 7mil miembros.

En síntesis, lo anterior nos deja varios mensajes claros.  En primer lugar, que hay evidentemente en el país, y fuera de nuestras fronteras, un mercado que paga fortunas por  aquello que impacte sus emociones.

En segundo orden, al leer esto quizás más de uno empiece a desempolvar viejos estantes por si hay alguno de estos productos por los que muchos darían bastante dinero…

Y finalmente, esto lleva a cualquier dueño de empresa o negocio a preguntarse: ¿Es mi marca un mero producto, o estoy llegando más allá, a las emociones de mi consumidor? ¿Usted qué opina?