Mexicano vende una tonelada de fresas en una hora gracias al “Efecto Trump”

Esta semana, un productor de fresas mexicano llamado Abelardo Martínez Valencia logró vender una tonelada de sus productos en apenas una hora, gracias a una estrategia "accidental" de redes sociales llevada a cabo por un conocido que quería ayudarlo a deshacerse de las mismas lo más pronto posible.

“Mensaje para mis contactos de Morelia: Estamos ayudando a un señor que no le aceptaron su fresa de exportación a Estados Unidos (efecto Trump)", rezaba el inicio de un mensaje que, en apenas unas horas, se volvería viral en redes sociales. El mismo detallaba más adelante los precios de la mercancía del productor.

El efecto Trump es un término que nació por parte de un estudio realizado por el Centro Legal para la Pobreza Sureña (SPLC por sus siglas en inglés), que indicaba que el bullying en las escuelas comenzó a aumentar luego de los polémicos discursos que dio Donald Trump en su campaña a la presidencia.

Este fenómeno no se quedó allí, sino que migro al mundo empresarial, solo que con consecuencias diferentes: gran parte de las empresas (grandes pequeñas o independientes) que tuvieran cualquier tipo de relación con Trump, ya fuera en sus famosos tweets, elaboradas campañas publicitarias, o mensajes como el de este caso, ganaban mayor atención, y en muchos casos aumentaban sus ventas.

Sin embargo, las políticas de EE.UU. no tuvieron nada que ver. La verdadera razón por la que Martínez tuvo que devolver un cargamento fue porque había llevado en exceso, y la empresa de distribución devolvió una parte ya que aseguraban que no tendrían tiempo de venderla antes de que se pudriera.

En apenas una hora, el productor logró vender 220 cajas de fresas con un valor aproximado a los 140 pesos cada una, lo que significo en una supuesta ganancia mayor a los 30 mil pesos mexicanos, lo que significa casi 1.500 dólares en una hora. El productor aseguró que volvería a la zona para venderle el producto a quienes no hayan tenido la oportunidad de comprar.

Aunque no se sabe si el culpar a Trump de la devolución del producto fue algo planeado para favorecer las ventas, se ha vuelto común ver que grandes empresas están comenzando a utilizar al nuevo presidente de Estados Unidos  y sus polémicas como tema central en sus campañas publicitarias.

Los ejemplos más recientes de este fenómeno son el del reciente Super Bowl y los Grammy, en el cual gran parte de las marcas y artistas que formaron parte del evento se enfocaron meramente en campañas de Goodvertising (concientización) sobre los diferentes mensajes sexistas y racistas  que se le achacan a Trump.