María Evans, una ingeniera en sistema que fundó Azú, la famosa pastelería que vió en la sarrapia el ingrediente secreto del éxito.
María Evans, hoy reconocida como chef pastelera ejecutiva en Azu Pastelería, comenzó su vida profesional en circunstancias que muchos considerarían difíciles.
A los 18 años, siendo una joven madre, enfrentaba el reto de continuar con sus estudios mientras criaba a su hija. Sin embargo, en lugar de ceder ante las expectativas, María decidió demostrar que una madre joven también podía alcanzar sus sueños. “Nos da como esa energía extra de que tenemos que salir y dar lo mejor de nosotros para poder darle un buen futuro a nuestros chamos”, comenta María al reflexionar sobre esos primeros años.
Determinada a triunfar, María continuó sus estudios en el área de sistemas, aunque en su corazón siempre había un lugar especial para la pastelería. Desde niña, se sintió atraída por el arte de hornear, una pasión que la acompañaría durante su vida. Sin embargo, las circunstancias y las expectativas familiares la llevaron primero a estudiar una carrera convencional antes de dedicarse a lo que realmente amaba.
El viaje que encendió su pasión
El verdadero cambio llegó en 2014, cuando María decidió dar un giro radical a su vida. Tras una separación personal y con dos niñas pequeñas, tomó una decisión que cambiaría su destino: se mudó a España para seguir su sueño de convertirse en pastelera profesional. “Me fui a estudiar lo que amaba. No me veía toda mi vida en el mismo lugar, prefería arriesgarme y ver qué sucedía”, recuerda María.
Estudió en la prestigiosa escuela Le Cordon Bleu en Madrid, donde no solo perfeccionó sus técnicas en pastelería, sino que también desarrolló su habilidad para combinar ingredientes locales con sabores internacionales. “Por ejemplo, la miel, si la calientas antes de utilizarla, aumenta su sabor. Cosas así son las que me encanta entender y aplicar”, comenta María sobre su obsesión por conocer el ‘porqué’ detrás de cada técnica.
Durante su estancia en Europa, también tuvo la oportunidad de realizar pasantías en reconocidas pastelerías, como Mamá Framboise en Madrid. Allí, aprendió sobre los procesos industriales y la importancia de la estandarización en una pastelería, conocimientos que hoy aplica en su propia empresa.
El cuestionado regreso a Venezuela en plena crisis
A pesar de todo el éxito y aprendizaje que adquirió en Europa, María se enfrentó a un nuevo desafío cuando decidió regresar a Venezuela en 2017. Mientras muchos amigos le decían que estaba “loca” por regresar en un momento de crisis en el país, María sentía que su lugar estaba en casa, construyendo su propio proyecto. “Me fue complicado poder llegar a fin de mes en Europa. No quería sacrificar la calidad de vida de mis hijas, así que decidí volver y comenzar con lo que tenía”, comenta.
Con pocos recursos, abrió un pequeño taller de pastelería en San Bernardino, Caracas, donde comenzó a producir y vender sus creaciones. Al principio, era un trabajo arduo, pero poco a poco su negocio fue creciendo, y en 2020 pudo abrir su propia sede de Azú Pastelería en Las Mercedes.
El éxito con los productos amazónicos
Uno de los mayores diferenciadores de Azú Pastelería es la utilización de productos amazónicos en sus postres. Tras una experiencia en un restaurante con estrellas Michelin en España, María comenzó a investigar los frutos amazónicos de Venezuela, como la sarrapia, que muchos desconocían. “¿Para qué usar vainilla si podemos usar sarrapia?”, se preguntaba María mientras descubría nuevas formas de integrar estos sabores en sus creaciones.
Este enfoque único ha convertido a Azú Pastelería en un referente en la gastronomía venezolana, utilizando ingredientes autóctonos que conectan a los consumidores con la riqueza de su tierra. “Cada espacio de nuestra tienda cuenta una historia, desde las cestas hechas por comunidades indígenas hasta los chocolates locales que utilizamos. Todo tiene un significado”, comenta María.
Mirando hacia el futuro
El éxito de María Evans y Azú Pastelería no ha pasado desapercibido. Además de consolidar su negocio en Venezuela, María ha sido invitada a conferencias internacionales, como la realizada en 2019 en Le Cordon Bleu de Estambul, donde compartió su experiencia trabajando con ingredientes amazónicos. “Ver a chefs franceses probar la sarrapia venezolana y quedar maravillados fue un momento increíble para mí”, relata.
Con la mirada puesta en el futuro, María tiene planes ambiciosos para seguir expandiendo su negocio, siempre manteniendo su compromiso con la calidad y el uso de ingredientes locales. “Si trabajamos duro y hacemos algo diferente, creo que podemos lograr grandes cosas”, afirma María, convencida de que su historia es solo el comienzo.
Recientemente en este mes, septiembre 2024, pudimos ver que Azú abrió una nueva sucursal en el Centro Comercial Cerro Verde.