La mujer que hizo 300 millones de dólares gracias a la idea de una niña

Según Martin Zwilling, inversionista, ejecutivo de negocios y emprendedor, uno de los primeros pasos para crear un negocio es tener una idea. Sin esta, es prácticamente imposible cimentar cualquier tipo de proyecto, ya que en base a esta es que se llevará a cabo cualquier procedimiento. Las ideas exitosas pueden venir de cualquier fuente, incluso niños.

Este fue el caso de Maxine Clark, quien gracias a la idea de una niña de 10 años logró crear Build-A-Bear, una de las empresas jugueteras más importantes de Estados Unidos, generando ventas anuales cercanas a los 365 millones de dólares y abriendo más de 400 tiendas en todo el mundo.

La historia de la empresa comenzó en 1997, cuando Maxine Clark, quien era presidenta de la empresa Payless ShoeSource, decidió dejar su empleo para fundar una empresa propia. A pesar de que llevaba un tiempo sin trabajar, aun no encontraba una idea adecuada a sus necesidades.

Un día acompañaba a Katie, la hija de un amigo, a comprar juguetes. Sin embargo, luego de mucho tiempo dando vueltas, la niña no encontró nada que le gustara. Entonces la niña le dijo "podríamos hacer uno nosotras mismas", y fue entonces que Clark encontró su idea millonaria.

Aunque la idea de Katie era crear simplemente un pequeño proyecto de manualidades, Clark se imaginó todo un proyecto millonario. Este fue el antes mencionado Build-A-Bear, una empresa que les permitía a los niños junto a sus padres crear un oso de peluche a su medida.

Gracias a su larga carrera en altos cargos gerenciales, Clark sabía cómo debía moverse para poder crear un proyecto exitoso, por lo que comenzó a buscar inversionistas, a desarrollar estrategias de ventas, y a buscar los mejores espacios para fabricar y poner sus productos a la venta.

Una de las ideas más exitosas de esta empresa fue su enfoque en la atención al cliente, ya que Clark decidió que cada cliente debía sentirse especial. Por eso fue que, con cada venta, la empresa entregaba un certificado de nacimiento para cada oso, con lo que no solo creaba una experiencia interesante para los niños, sino que generaba una base de datos de compradores que la empresa podía utilizar.

Gracias a estos enfoques poco vistos en el pasado, la empresa logró crear una de las más grandes marcas de juguetes en el mundo teniendo presencia en más de 10 países con más de 50 millones de unidades vendidas y adaptando cientos de tendencias a sus productos.

Hoy en día, Build-A-Bear no solo fabrica osos de peluche, sino una gama de productos infantiles que van desde peluches de todo tipo, ropa y accesorios. La misma demuestra que tener los conocimientos esenciales es vital en el desarrollo de una empresa, pero tener una imaginación libre, como la de un niño, puede ser aún más importante.