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Ella busca instalar la transparencia y el servicio al cliente en el mercado de repuestos del sector automotriz

En un sector saturado de imitaciones, Daniela Pereira apuesta por la calidad certificada y la transparencia para transformar la experiencia de compra del cliente.



En el mundo del autorepuesto, donde las dudas sobre la calidad y el origen de los productos generan desconfianza entre los clientes, Daniela Pereira, se propuso cambiar las reglas del juego y para conocer los detalles de su historia aquí en El Emprendedor la entrevistamos. Con su nuevo negocio Repuestos Motrix, busca instalar un modelo centrado en la transparencia, la ética y la atención al cliente, ofreciendo soluciones que combinen calidad certificada con una experiencia de compra confiable.

Un dolorosa transición de contadora a emprendedora automotriz

Antes de fundar Repuestos Motrix, Daniela Pereira trabajó como contadora durante varios años, administrando su propia oficina y brindando servicios a empresas automotrices. En 2017, su carrera dio un giro inesperado cuando decidió unirse a una agencia de viajes. “La contabilidad era rutinaria y poco emocionante. En la agencia, conectaba con personas en sus momentos felices, y eso me encantó”, recuerda.

Sin embargo, en 2023 tras varios años trabajando en el sector turístico con la agencia un punto de inflexión en su vida surge cuando, tras haber decidido enfocarse en ampliar su familia, queda embarazada y sufre la pérdida de su bebé. “Fue un momento devastador. Todo el proyecto de vida que había imaginado se derrumbó”, confiesa.

Esa experiencia dolorosa la llevó a replantear sus metas y buscar un nuevo rumbo que le permitiera canalizar su energía y redescubrir su propósito. “Decidí que era hora de emprender y crear algo que realmente representara mis valores y mi visión de futuro”. Con ese objetivo en mente, fundó Repuestos Motrix, una tienda de autorepuestos dedicada a ofrecer productos de calidad con un enfoque ético.

Un modelo basado en la transparencia

Desde sus primeros días, Daniela enfrentó los retos comunes del sector automotriz: un mercado saturado de imitaciones, clientes desconfiados y un entorno competitivo dominado por hombres. Para diferenciarse, decidió apostar por la transparencia y el servicio al cliente. “Nuestro uniforme dice ‘asesor’ porque no solo vendemos, orientamos al cliente”, explica.

Su objetivo es que cada persona que entre a su tienda reciba información clara sobre los productos, desde la diferencia entre un repuesto original y uno certificado, hasta las alternativas económicas de calidad.

Una de las claves de su modelo es ofrecer varias opciones según las necesidades del cliente. “Hay quienes buscan lo mejor para su ‘bebé’, como llaman a sus carros, y otros que solo quieren reparar un vehículo para venderlo. Mi trabajo es explicarles las opciones y ayudarles a tomar la mejor decisión”.

El problema de las imitaciones disfrazadas de productos originales

El camino para instalar la transparencia en un mercado tan complejo no ha sido fácil. Desde su inicio en julio de 2024, Daniela se ha enfrentado a la falta de una cultura de crecimiento en su equipo. “Es complicado encontrar personas que quieran capacitarse y crecer junto al negocio”, admite.

También ha lidiado con la competencia desleal de empresas que ofrecen imitaciones baratas disfrazadas de productos originales. “El cliente tiene derecho a saber lo que está comprando, y es mi responsabilidad educarlo sobre las diferencias”.

Ganando confianza

A pesar de los desafíos, Repuestos Motrix ha comenzado a ganar la confianza de sus clientes. Desde mecánicos que valoran la calidad de los productos hasta conductores que buscan asesoría personalizada, Daniela ha logrado fidelizar a una base de clientes recurrentes. “El 40%-50% de mis ventas provienen de mecánicos que aprecian nuestra honestidad y la calidad certificada de nuestras piezas”.

Además, Daniela está implementado estrategias innovadoras, como alianzas con talleres mecánicos y la oferta de delivery gratuito. Su enfoque en el servicio posventa también ha sido clave para mantener la lealtad de sus clientes. “Hacemos un seguimiento después de cada compra para asegurarnos de que el cliente esté satisfecho y pueda volver con confianza”.

Rompiendo la barrera cultural del mercado

Con apenas unos meses en el mercado, Daniela ya tiene grandes planes para Repuestos Motrix. Planea fortalecer su presencia digital en plataformas como Instagram. También desea implementar talleres educativos para que los clientes aprendan a distinguir entre repuestos originales, certificados e imitaciones.

“Quiero que mi tienda sea un lugar donde las mujeres también se sientan cómodas comprando. Quiero romper esa barrera cultural que hace que muchas prefieran enviar a un hombre a comprar por ellas”, comenta Daniela, quien está enfocada en crear un espacio inclusivo y confiable.

El proceso de autodescubrimiento y superación

Para Daniela, emprender ha sido un proceso de autodescubrimiento y superación. “Este camino me ha permitido cuestionarme, aprender y crecer. He entendido que el éxito no solo está en los números, sino en la capacidad de construir relaciones basadas en la confianza”.

Su consejo para otros emprendedores es claro: “plantea metas claras y adáptate a los desafíos. La transparencia y la ética siempre serán recompensadas”.

En un sector que muchas veces carece de confianza, Daniela Pereira y Repuestos Motrix están marcando la diferencia, demostrando que es posible transformar un mercado con transparencia, calidad y un servicio al cliente adaptado a sus necesidades personales.

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La empresa pionera en servicios de streaming y hosting que mantiene clientes con más de 20 años de permanencia

Interven, es el proveedor tecnológico de centrooccidente que retiene clientes con hasta 24 años de fidelidad.



El ingeniero Elvis Garcés, fundador de Interven, comenzó su aventura empresarial en el mundo de la informática en los años 90, cuando el internet apenas daba sus primeros pasos en Venezuela. Lo que inició como una curiosidad por entender las nuevas tecnologías se transformó en una empresa pionera que ofrece servicios de hosting, streaming y desarrollo web, consolidándose como un referente en el mercado durante más de dos décadas.

Todo comenzó gracias a un profesor

La historia de Elvis Garcés se remonta a sus años de estudiante en el Instituto Politécnico de Barquisimeto, donde tuvo su primer contacto con la informática. Su interés por la tecnología lo llevó a trabajar con un ex socio de IBM, realizando mantenimiento e instalación de equipos en empresas locales.

Sin embargo, fue en la universidad donde descubrió el potencial del internet. “Gracias a un profesor que me dio acceso a internet, publiqué mi primera página web y experimenté con correo electrónico. Fue fascinante ver cómo estas herramientas podían conectar al mundo”, recuerda.

En el año 2000, junto a su profesor, fundó Public World Net, una empresa enfocada en diseño web y hosting. Aunque el internet era desconocido para muchos en Venezuela, Elvis vio una oportunidad en ofrecer soluciones digitales a empresas del sector industrial y agrícola en Portuguesa. “Fuimos pioneros en crear páginas web para empresas como Coposa y Oleica, mostrando a los empresarios el valor de tener presencia digital”.

Cuando el mercado desconocía el poder de Internet

En sus primeros años, Elvis enfrentó el desafío de educar a un mercado que desconocía el potencial del internet. Para fomentar el interés, abrió una academia de computación y creó un programa de radio dedicado a explicar cómo funcionaba la red. “Tuvimos que enseñar desde lo básico, pero eso nos permitió conectar con la comunidad y posicionarnos como expertos”.

En paralelo, comenzó a experimentar con el streaming, implementando esta tecnología para transmitir contenido de audio y video en tiempo real. Una de sus iniciativas más destacadas fue la transmisión de la historia del Silbón, una leyenda popular venezolana, en su página web. “En esa época, el streaming era algo casi imposible, pero logramos implementarlo y recibir comentarios de personas en todo el mundo”, comentó.

Enfrentando la separación de su socio

El camino de Elvis no estuvo exento de dificultades. Una de las pruebas más desafiantes fue la separación de su primer socio, lo que lo dejó al frente de una empresa con deudas significativas. “Tuve que asumir todo, pero los clientes renovaron sus contratos y eso me permitió salir adelante”, explica.

Más tarde, durante la crisis de las tarjetas de crédito internacionales en 2013, perdió acceso a algunos de los mejores data centers y sufrió pérdidas de clientes. Sin embargo, encontró formas de adaptarse utilizando plataformas como PayPal para seguir operando. “La clave fue no rendirme y buscar soluciones creativas para mantener el servicio”.

Clientes a largo plazo: el testimonio de su éxito

Lo que diferencia a la empresa de Elvis, ahora conocida como Interven, es su capacidad para mantener relaciones duraderas con sus clientes. “Tengo clientes que llevan 20 años conmigo, renovando contratos anuales desde el 2000. Eso demuestra la confianza que tienen en mi trabajo”, afirma orgulloso.

Entre sus clientes destacan empresas como Coposa, cines locales y negocios internacionales. Aún mantiene una relación cercana con muchos de ellos, ofreciendo soporte personalizado y garantizando la continuidad de sus servicios. “Para mí, la permanencia es el mayor valor agregado que puedo ofrecer”.

Mirando hacia el futuro

Con más de dos décadas de experiencia, Elvis reconoce que el mercado digital está en constante evolución. Actualmente, está enfocado en fortalecer su modelo de hosting para revendedores, ofreciendo plataformas robustas que permiten a otros emprendedores iniciar sus propios negocios. “El reseller garantiza permanencia porque su éxito depende de mi plataforma”.

Elvis también ve oportunidades en transformar las páginas web en aplicaciones funcionales que brinden valor directo a los clientes. “La web no solo debe ser un catálogo; tiene que convertirse en una herramienta interactiva que facilite las operaciones de las empresas”.

Reflexiones de un emprendedor resiliente

Para Elvis, el éxito no solo se mide en números, sino en la capacidad de adaptarse y mantener la confianza de los clientes. “He pasado por muchas crisis, pero siempre he encontrado la forma de seguir adelante. La clave está en ofrecer calidad, soporte y permanencia”, reflexiona.

Su historia es un testimonio de cómo la pasión por la tecnología, combinada con determinación y resiliencia, puede transformar una idea en un negocio sostenible. Desde sus primeros pasos en el internet hasta convertirse en un referente en hosting y streaming, Elvis Garcés demuestra que la permanencia es el verdadero secreto del éxito empresarial.

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La enfermera que logró la independencia profesional al devolver la energía a sus clientes

Tras 15 años trabajando en una institución de salud del estado, Karen Gutierrez, licenciada en enfermería, cuenta a El Emprendedor cómo comenzó su proyecto con los cócteles vitamínicos.



Karen Gutiérrez dedicó 15 años de su vida al hospital JM de Los Ríos, en Caracas, donde no solo creció como profesional de la salud, sino también como ser humano. Sin embargo, en 2019, tras enfrentar crisis políticas, sociales y personales, decidió dar un paso al costado y dejar la institución que había sido su segunda casa. Hoy, es una emprendedora que transformó su pasión por la enfermería en un negocio que combina ciencia, bienestar y estética, demostrando que es posible emprender sin abandonar la profesión.

Una trayectoria centrada en la vocación de servir

Desde joven, Karen tenía claro que quería dedicarse a la salud. En el hospital JM de Los Ríos, un centro pediátrico reconocido en Caracas, se profesionalizó a través de especializaciones y una maestría, llegando a ocupar roles de liderazgo. “El hospital fue mi universidad, donde aprendí y crecí como enfermera y como persona”, recuerda.

A pesar de su compromiso, las condiciones laborales eran cada vez más desafiantes. La falta de insumos, equipos y personal afectaba el trabajo diario. “Era frustrante trabajar sin los recursos adecuados, viendo cómo la crisis afectaba tanto a los pacientes como al personal”. A esto se sumaban las presiones políticas y la inseguridad que se vivía dentro de la institución.

La difícil decisión de renunciar

En 2019, tras meses de reflexión y episodios de hostigamiento, Karen tomó la difícil decisión de renunciar. “Fue un proceso emocionalmente complejo. Amaba mi trabajo, pero sabía que ya no era sostenible ni para mí ni para mi hija”. Añade que durante tres meses no pudo dormir debido a la presión y el desgaste acumulados.

La crisis política que vivía el país también influyó. “Era difícil ver cómo el sistema colapsaba y no podíamos hacer mucho para cambiarlo. Las protestas, la falta de seguridad y el hostigamiento hacia el personal de salud fueron determinantes”.

Tras la búsqueda de su verdadera vocación

Tras dejar el hospital, Karen exploró diferentes caminos, desde la repostería hasta la venta de ropa. Sin embargo, nada de esto la llenaba. “Sabía que quería algo más, algo que conectara con mi verdadera vocación”, admite. Fue durante una visita a un spa que encontró su nuevo rumbo.

Allí, descubrió que muchos procedimientos relacionados con la sueroterapia y la estética no eran realizados por profesionales de la salud. “Pensé: tengo la experiencia y el conocimiento para hacerlo de manera segura y con la garantía que un cliente merece”. Este momento marcó el inicio de su emprendimiento en el área de la sueroterapia y los cócteles vitamínicos.

Karen también recordó su experiencia ayudando a la esposa de un compadre, quien enfrentaba cáncer y recurría a los cócteles vitamínicos para sobrellevar las quimioterapias. “Era impresionante ver cómo estos tratamientos le devolvían la energía, le quitaban las náuseas y le permitían recuperar fuerzas”. Esta experiencia la inspiró a ofrecer un servicio que pudiera beneficiar tanto a personas enfermas como a quienes simplemente querían mejorar su calidad de vida. “Me di cuenta de que estos tratamientos podían transformar vidas, y decidí llevarlos a más personas”.

Integrando nuevas técnicas a su experiencia profesional 

Karen decidió combinar su experiencia clínica con nuevas habilidades. Realizó cursos en cosmiatría y esteticismo, integrando estas técnicas con su conocimiento médico para ofrecer un servicio integral, y creando así Vital Spa Gutierrez. Su primer cliente fue su abuela, quien presentaba dolores articulares y fatiga. “Los cócteles vitamínicos mejoraron su movilidad y le devolvieron la energía. Fue emocionante ver cómo algo tan sencillo podía cambiar su calidad de vida”.

Pronto, sus servicios comenzaron a expandirse. Incorporó masajes relajantes y terapias complementarias, creando experiencias personalizadas para cada cliente. Además, descubrió el impacto positivo de los cócteles vitamínicos en deportistas y personas con fatiga crónica, quienes notaron mejoras inmediatas en su energía y rendimiento.

Promoviendo la salud preventiva

Uno de los pilares de su negocio es educar a los clientes sobre la importancia de trabajar con profesionales capacitados. “Muchos no entienden los riesgos de someterse a tratamientos invasivos con personas no calificadas. Mi objetivo es garantizar seguridad y calidad en cada procedimiento”, explica.

Karen también promueve la salud preventiva. “Los cócteles vitamínicos no solo ayudan en casos de enfermedad, sino también en el bienestar diario, fortaleciendo el sistema inmunológico y mejorando la vitalidad”.

Mirando hacia el futuro

Con una base sólida y una visión clara, Karen planea expandir su negocio. Su objetivo es abrir un espacio propio donde pueda integrar servicios de salud y estética, ofreciendo una experiencia completa a sus clientes. También busca inspirar a otros profesionales de la salud a emprender. “El sector salud tiene un enorme potencial para crear negocios exitosos que impacten vidas positivamente”, asegura Karen.

Karen Gutiérrez es un ejemplo de resiliencia y pasión. Su historia demuestra que, con determinación y creatividad, es posible transformar los desafíos en oportunidades, sin abandonar aquello que uno ama hacer. Desde el hospital hasta su negocio actual, su compromiso con la salud sigue siendo el motor de su éxito.

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Ex funcionaria pública vió truncado su sueño de jubilarse y decidió transformar su hogar en la playa en una posada en la Guaira

Stella Maris es el nombre de la posada de quien trabajó durante 27 años en la administración pública, y que al ver que su salario ya no le alcanzaba, decidió dar el paso más importante de su vida: emprender.



Glenda Escalona dedicó 27 años de su vida al Seniat como licenciada en Ciencias Fiscales, pero en 2022 tomó una de las decisiones más importantes de su vida: convertir su casa frente a Playa Candilejas, en La Guaira, en la posada Stella Maris. Lo que comenzó como una idea llena de miedo e incertidumbre se transformó en un nuevo negocio de hospedaje que aporta al mercado del turismo guairense.

De funcionaria a emprendedora

El camino hacia el emprendimiento no fue sencillo. En 2016, los bonos y beneficios que hacían atractiva su posición en el Seniat desaparecieron, dejando su salario reducido a un monto insuficiente. “El sueldo no alcanzaba; solo nos sosteníamos con las proteínas que nos daban”, recuerda Glenda. Su trabajo dejó de ser atractivo con la llegada de una nueva administración. “Lo que me gustaba más era el ambiente, el compañerismo y la solidaridad que había entre los compañeros, en ese momento todo eso se acabó”, recordó.

A pesar de su experiencia en la administración pública, la situación económica del país y una enfermedad que padecía su madre, la llevaron a replantearse su futuro. “Siempre fui la proveedora de mi familia, pero la crisis me obligó a buscar alternativas para no depender de mi hijo”. Aunque había recibido sugerencias de vecinos para convertir su casa en una posada, el miedo a los cambios y la falta de experiencia en el sector la detuvieron de tomar esta decisión por varios años. “Tuve cierto miedo, porque no sabía qué tipo de personas iban a llegar”, destacó.

Un préstamo de 100$

En 2022, con la salud de su madre deteriorada y la necesidad económica apremiando, Glenda finalmente decidió actuar. Su primera acción fue habilitar la piscina de su casa. Con $100 que pidió prestado a su hermana, compró cuatro cisternas para asegurar el suministro de agua y comenzó a promocionar el espacio con tarjetas de presentación. “Tuve que empezar con lo que tenía; no podía esperar a tener todo perfecto”.

Glenda luchó consigo misma, hasta el día que tomó la decisión final. “El día que promocioné la piscina, dije, bueno, pa'lante es pa'llá, en mano de Dios me pongo, y veremos a ver qué sucede. Así que arranqué con miedo, bastante miedo”, dijo.

Su primer cliente fue un grupo de 46 personas que usó la piscina, lo que le dejó lecciones importantes. “Fue una experiencia complicada porque no tenía reglas claras; aprendí que establecer normas es fundamental para mantener el orden”. A pesar de los contratiempos, esta primera incursión la motivó a seguir adelante.

El miedo de abrir su hogar al público

Uno de los mayores obstáculos que enfrentó Glenda fue el miedo a los riesgos de abrir su hogar al público. “Me preocupaba quiénes entrarían y cómo garantizar mi seguridad”, admite. Este temor se hizo más palpable después de un incidente en una fiesta de 15 años, donde la falta de control resultó en daños a la propiedad y reclamos de los vecinos, incluso llegó la policía.

Sin embargo, aunque deprimida por la situación, lejos de rendirse, Glenda implementó sus primeras normas estrictas. Ahora, los horarios de la piscina están claramente establecidos y se decidió limitar la realización de eventos nocturnos. “Estas reglas me permiten mantener el control y asegurar una mejor experiencia para mis clientes”.

Un negocio con un mercado amplio

La posada Stella Maris comenzó a ganar reconocimiento gracias a plataformas como Marketplace de Facebook y recientemente en 2024, Airbnb. Su ubicación estratégica, a solo 100 metros de la playa y 10 minutos del aeropuerto internacional, la ha convertido en un punto ideal tanto para turistas tanto locales como extranjeros. “Muchos de mis clientes llegan por referencia; eso me demuestra que estoy haciendo las cosas bien”.

Además, Glenda ha diversificado sus servicios para adaptarse a las necesidades de su clientela. Ofrece espacios para fiestas infantiles, reuniones familiares y celebraciones de fin de año. “Quiero que cada cliente se sienta como en casa y disfrute al máximo de su estadía”.

Nuevos proyectos

Con una visión clara, Glenda planea expandir su negocio en 2025. Entre sus proyectos están la organización de talleres de crecimiento personal, sesiones de yoga y servicios de turismo local. También planea mejorar su presencia en redes sociales para atraer a más clientes y seguir reinvirtiendo en la remodelación de la posada. “Mi prioridad es mantener la casa en las mejores condiciones posibles para ofrecer una experiencia de calidad”.

Reflexiones de una ex funcionaria pública resiliente

La historia de Glenda es un ejemplo de cómo la determinación y la capacidad de enfrentar el miedo pueden transformar los desafíos en oportunidades. “El miedo es el mayor obstáculo para avanzar; hay que enfrentarlo y confiar en que el universo te guiará”, reflexiona.

Su consejo para otros emprendedores es claro: “si esperas a que todo esté perfecto, nunca comenzarás. Lo importante es dar el primer paso, aprender en el camino y no tener miedo de cometer errores”.

Desde una casa frente a la playa hasta una exitosa posada, Glenda Escalona ha demostrado que con esfuerzo, visión y perseverancia, cualquier sueño puede hacerse realidad.

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Los valencianos que desarrollaron con éxito su marca de alitas de pollo frito

Lo que comenzó con una sopa dominical entre amigos, se convirtió en Candela Food, un emprendimiento con una receta especializada en alitas y pollo frito.



Cuando la pandemia golpeó al mundo en 2020, Israel Pimentel y Javier Rivero se encontraron en una situación inesperada. Ambos habían dedicado años a la vida nocturna y los bares en Valencia, pero el cierre de estos negocios dejó sus carreras en pausa. “La pandemia frenó todo lo que hacíamos; tuvimos que buscar una opción para seguir adelante”, recuerda Javier. Entre las pocas alternativas viables estaba el sector de la comida, y así nació Candela Food.

La idea inicial de Candela Food fue sencilla pero efectiva: sopa dominical. “Comenzamos haciendo sopa de costilla los domingos desde nuestras cocinas”, dice Israel. Con ayuda de un amigo DJ que también era cocinero aficionado, comenzaron a experimentar con recetas.

Sus primeros clientes fueron amigos y familiares, quienes conocieron el proyecto a través de cadenas de WhatsApp. “Al principio, los amigos eran los que te apoyaban, los que compraban”, añade Javier. Pero sabían que un solo producto no sería suficiente para mantener un negocio a largo plazo.

La apuesta por el pollo frito

La transición hacia el pollo frito llegó tras analizar el mercado local y sus oportunidades. “Vimos que la idea del pollo frito era una buena opción”, comenta Israel. Con método de ensayo y error, crearon una receta única que se convertiría en el alma del negocio. “La receta que hoy tenemos fue creada por nosotros, investigando y tomando ideas”.

Comenzaron con pollo frito y, poco a poco, expandieron su menú para incluir alitas, tenders y bandejas familiares. Las alitas, en particular, se convirtieron en su producto estrella. “Hoy en día, nuestra carta de presentación son las alitas; tienen una textura y un sabor únicos”, destaca Javier. Estas alitas no solo tienen un empanizado especial, sino que también ofrecen ocho sabores diferentes, algo que los diferencia de la competencia.

El primer gran salto

En 2022, Candela Food logró establecer su primera sede física en el Páramo Jardín Gourmet, un espacio compartido con otros conceptos gastronómicos en Naguanagua.

Este cambio permitió consolidar su presencia en el mercado local y atraer a un público más amplio. “Nuestra primera sede fue un gran paso; nos ayudó a posicionarnos como una opción sólida para los amantes del pollo”, explica Israel.

La clave del éxito ha sido su enfoque en la calidad y en la experiencia del cliente. Sus bandejas para compartir, diseñadas para familias, se han convertido en un éxito rotundo.

“Nuestro público es principalmente familiar; las bandejas para compartir son lo que más rota en nuestro local”, comenta Javier. Estas opciones permiten a los clientes probar una variedad de productos en una sola comida, incluyendo alitas, tenders y ensaladas.

Las deficiencia de electricidad y gas

Como todo emprendimiento, Candela Food ha enfrentado retos significativos. Desde sus inicios, los fundadores tuvieron que adaptarse a trabajar con equipos básicos y superar la falta de experiencia en cocina profesional. “Tuvimos la idea absurda de usar freidoras de tres litros; hoy sabemos que eso era imposible”, recuerda Javier entre risas.

La situación económica también ha sido un obstáculo. “La electricidad y el gas son problemas constantes que afectan nuestro día a día”, admite Israel. Además, la fluctuación en la frecuencia de los clientes ha sido un desafío. “Teníamos clientes que venían tres veces a la semana; ahora vienen una vez al mes”. Sin embargo, han aprendido a adaptarse y a mantenerse resilientes.

El segundo local

Hoy, Candela Food también cuenta con un segundo local en El Viñedo, donde han ampliado su oferta para incluir bebidas alcohólicas. Este nuevo espacio les permite jugar con más opciones de menú, incluyendo pizzas y hamburguesas. “Queremos abarcar una gama más amplia; no sabemos hasta dónde llegaremos, pero seguimos avanzando”, dice Israel con optimismo.

Para quienes desean emprender, los fundadores de Candela Food tienen un consejo claro: constancia y visión. “Si crees en tu proyecto, sigue adelante con disciplina y perseverancia”, aconseja Javier. Con esta filosofía, esperan seguir expandiendo su marca y conquistar nuevos mercados.

Candela Food es un ejemplo de cómo una idea sencilla puede transformarse en un negocio exitoso con esfuerzo, creatividad y pasión. Desde una sopa dominical hasta convertirse en una marca competitiva de alitas de pollo frito en Valencia, su historia es otro testimonio de resiliencia y determinación. La próxima historia de éxito puede ser la tuya, comienza ahora.

 

Entrevistado por: José Rangel

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Con 40 sabores únicos, esta empresa celebrará su legado y aniversario en la industria de los helados

En el marco del reporte especial “El Negocio del Helado” El Emprendedor entrevistó a Fátima Miranda, coordinadora de comercialización de Concentrados Flavors, quien conmemora 35 años de aniversario.



Mariche, Caracas, 19 de diciembre de 2024 — La fábrica venezolana Concentrados Flavors, especialista en la creación de saborizantes y colorantes para la industria alimentaria, celebra su 35º aniversario con un catálogo de más de 40 sabores únicos, consolidando su legado como líder en la industria alimentaria y del sector heladero.

La coordinadora de comercialización Fátima Miranda, destacó el enfoque innovador y estratégico que ha permitido a la empresa posicionarse como un aliado clave para pequeños y grandes productores del país.

"Nuestros saborizantes y colorantes son adaptables a cualquier producto alimenticio, desde helados hasta preparaciones saladas, lo que nos ha permitido trabajar con importantes marcas nacionales que confían en nuestra calidad", afirmó la coordinadora de comercialización.

Entre las propuestas más exitosas que han conquistado el mercado destacan sabores como fresa samba, piña colada, galleta Oreo y Nutella. Estos sabores reflejan no solo la creatividad, sino también la capacidad de la empresa para anticiparse a las tendencias del mercado y las necesidades de los consumidores.

Sus claves para el éxito

El sector heladero, tanto artesanal como industrial, ha sido un pilar fundamental en el crecimiento de Concentrados Flavors. La empresa colabora con reconocidas marcas como Heladería La Poma, Coco Factory y Tu Paleta Fiesta, con quienes ha co-creado sabores innovadores y adaptados a las tendencias actuales del mercado venezolano. Esta relación cercana con sus clientes ha sido clave para garantizar soluciones que realmente impulsen el éxito de cada producto.

La capacidad de adaptación a las necesidades de los clientes es una de las estrategias más destacadas de la compañía. Gracias a un equipo especializado en investigación y desarrollo, Concentrados Flavors ofrece soluciones personalizadas para pequeños productores que buscan diferenciarse en un mercado cada vez más competitivo. "Fomentamos la relación cercana con nuestros clientes, ayudándoles a identificar qué sabores y productos pueden potenciar su crecimiento. Nuestra meta es apoyar el desarrollo económico a través de productos de calidad", agregó la coordinadora.

Crecimiento y proyección a futuro

Con una red sólida de distribuidores nacionales, Concentrados Flavors garantiza la disponibilidad de sus productos en todo el país, convirtiéndose en un actor clave en la cadena de suministro alimentario. Esta cobertura nacional permite llegar a negocios de todos los tamaños, desde emprendimientos locales hasta grandes industrias que requieren soluciones a mayor escala.

De cara al futuro, la empresa apuesta por nuevos desarrollos como su base de jugos en polvo, una innovación diseñada para ampliar su impacto en el mercado y responder a las nuevas demandas de la industria. La celebración del 35º aniversario no solo destaca la solidez y la trayectoria de la compañía, sino que también refuerza su compromiso con la calidad, la innovación y el impulso del sector alimentario venezolano.

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Diseña macetas personalizadas en 3D para fomentar la reforestación desde casa

Andrés Sanabría, egresado de la UCAB, comparte con El Emprendedor cómo, a los 17 años y al finalizar el bachillerato, se interesó en el activismo social, lo que lo llevó a fundar la reconocida empresa de impresión 3D Smiley 2 Go.



Andrés Sanabria, un joven emprendedor venezolano, inició su camino empresarial motivado por su activismo social. A los 17 años, inspirado por movimientos internacionales como el de Greta Thunberg, decidió contribuir al medio ambiente en Venezuela, por ser una de los países de nuestra región más afectados por la deforestación.

Junto a un amigo, fundó Smiley Plant Organization, una ONG dedicada a la reforestación. “Nunca había plantado un árbol en mi vida, pero decidí dar un salto de fe”, comenta Andrés, recordando cómo se adentró en el mundo del activismo sin experiencia previa.

El proyecto comenzó con entusiasmo, pero la pandemia trajo consigo grandes desafíos. A pesar de las restricciones, Andrés y su equipo intentaron mantener viva la organización mediante actividades en línea, pero sin ingresos suficientes, se enfrentaron a la gran pregunta: ¿cómo financiar las futuras actividades de reforestación?

La respuesta llevó a Andrés a una oportunidad que cambiaría el rumbo de su emprendimiento: usar plástico reciclado para fabricar macetas, cuya venta ayudaría a financiar la causa ambiental. Así nació Smiley 2 Go, una tienda de macetas ecológicas con impacto social.

El innovador producto para recaudar fondos

Lo que comenzó como una forma de recaudar fondos para una organización sin fines de lucro, pronto se convirtió en un negocio con su propio propósito. “Nos dimos cuenta de que el problema inicial era solo una excusa para una oportunidad de negocio más grande”, menciona Andrés.

Smiley 2 Go comenzó a atraer a clientes interesados no solo en apoyar una causa, sino también en decorar sus hogares de manera sostenible.

La pandemia había generado un aumento en la demanda de productos que trajeran naturaleza al hogar. A medida que las personas pasaban más tiempo en espacios cerrados, buscaban alternativas creativas y atractivas para integrar el verde en sus vidas.

Las macetas de Smiley 2 Go no eran simples recipientes; eran personalizadas, coloridas y ofrecían un toque único que reflejaba la personalidad de cada cliente. “Una maceta no es solo un cilindro de arcilla. Es una forma de adueñarte de tus espacios”, explica Andrés, resaltando cómo su producto conectaba emocionalmente con los consumidores.

La inesperada y llegada de la competencia

Como todo emprendedor, Andrés enfrentó varios retos al iniciar su negocio. Aunque la idea era buena, la ejecución presentó dificultades inesperadas. El Emprendedor menciona que la competencia fue uno de los aspectos más duros de su trayectoria. “El mercado se volvió muy competitivo rápidamente. De repente, todos estaban vendiendo macetas, y teníamos que diferenciarnos de alguna manera”, comenta

En un entorno donde muchos negocios similares comenzaron a surgir, Smiley 2 Go necesitaba encontrar su ventaja competitiva. Andrés enfrentó la realidad de que no bastaba con tener una buena causa detrás del producto.

“Me di cuenta de que, aunque nuestro impacto ambiental era importante, si no lograba conectar emocionalmente con los clientes, nos íbamos a quedar atrás”, reflexiona​. Así, la personalización y el enfoque en la decoración única se convirtieron en su sello distintivo.

Además, emprender en un contexto de triple impacto —donde parte de las ganancias se destinan a causas sociales— añadió otra capa de complejidad. “La carga impositiva es tremenda, y cuando tienes que dividir tus ganancias para apoyar una causa, es aún más desafiante”, explica Andrés.

Sin embargo, el joven emprendedor encontró en estos retos una motivación para seguir adelante, adaptando su modelo de negocio y buscando nuevas formas de conectar con su audiencia.

La alianza estratégica que impulsó otro nivel de crecimiento

A pesar de las dificultades, Andrés y su equipo han logrado expandir el negocio, atrayendo tanto a clientes individuales como a empresas. Uno de los momentos clave en su crecimiento fue la alianza con Senos Ayuda, una organización que se benefició de la venta de macetas a través de un modelo colaborativo. “Empezamos a darnos a conocer gracias a esta alianza, que nos permitió crecer más rápido y aumentar nuestras ventas”, recuerda.

En el horizonte, Andrés visualiza un futuro aún más prometedor para Smiley 2 Go. El proyecto está listo para entrar al sector corporativo, ofreciendo productos personalizados para empresas que buscan cómo crear un plan de reconocimiento empresarial, regalos corporativos sostenibles o decoraciones para sus oficinas.

“Smiley va a explotar dentro del sector corporativo”, comenta Andrés, entusiasmado por las nuevas oportunidades de negocio que se abren. Además, está desarrollando una nueva línea de productos llamada Smiley ad Space, que permitirá a los clientes corporativos utilizar las macetas como soportes publicitarios en restaurantes y otros locales comerciales.

Los consejos para los lectores de El Emprendedor

Al reflexionar sobre su recorrido, Andrés tiene un consejo para quienes buscan emprender: “Entender cuánto estás dispuesto a sacrificar es clave. Hay que jugar constantemente con esa balanza, entre el negocio y la vida personal”.

Él mismo ha aprendido a equilibrar su vida académica con el negocio, aprovechando los periodos de vacaciones para dedicarse de lleno a Smiley 2 Go. A pesar de las dificultades, Andrés sigue emocionado por lo que el futuro le depara, confiando en que los retos superados lo han preparado para lo que viene.

Así, Smiley 2 Go no es solo una tienda de macetas, sino un ejemplo de cómo un emprendimiento puede nacer de una causa social y evolucionar hacia algo más grande.

Andrés Sanabria ha demostrado que, con pasión, innovación y perseverancia, es posible convertir una pequeña idea en un negocio con impacto real en la vida de las personas y en el planeta.

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Ingeniera crea un negocio de jardinería gracias a un extraño tipo de planta japonesa

La ingeniera civil Julimar Rivero creó Garden to Love, un servicio de jardinería especializado en paisajismo que despegó gracias a las “kokedamas”.



Julimar Rivero, una ingeniera con una exitosa carrera en el ámbito corporativo, siempre sintió que algo faltaba en su vida. Aunque su trabajo le proporcionaba estabilidad, no lograba llenar el vacío que sentía.

Desde niña, había sentido una profunda conexión con la naturaleza, encontrando en las plantas un refugio que le daba paz y alivio al estrés diario. “Cuando logras esa conexión y vibrar en la misma frecuencia de la madre tierra, tienes al frente un tesoro”, reflexiona, señalando cómo su amor por la jardinería la ayudaba a sobrellevar la presión del trabajo.

Este vínculo especial con la naturaleza la llevó a explorar la jardinería más allá de un simple pasatiempo. Aunque no tenía formación en ventas o marketing, Julimar comenzó a compartir su pasión a través de Instagram, mostrando a otros cómo cuidar las plantas y crear espacios verdes en sus hogares.

“Empecé a educarme y a prepararme para lo que vendría después”, comenta, reconociendo que el deseo de conectar con la tierra la impulsaba a aprender nuevas habilidades.

La feria colegial que le abrió a un mundo de oportunidades

El giro en la vida de Julimar llegó de manera inesperada cuando decidió transformar su pasión en un negocio. Aunque inicialmente había comenzado a vender kokedamas —pequeñas bolas de musgo con plantas— como una forma de explorar su amor por la jardinería, pronto se dio cuenta de que había descubierto una oportunidad valiosa. “Mi primera experiencia fue en una feria colegial, donde empecé a vender kokedamas. No sabía qué esperar, pero la respuesta fue increíble”, recuerda, revelando cómo este simple producto resonó con muchas personas.

La pandemia jugó un papel crucial en la evolución de su negocio. Con más personas buscando formas de conectar con la naturaleza desde sus hogares, las kokedamas se convirtieron en un éxito inesperado. “La pandemia fue una oportunidad para mí, ya que mucha gente empezó a buscar formas de traer la naturaleza a sus hogares”, comenta Julimar. La demanda creciente la llevó a profesionalizar su emprendimiento, incorporando detalles como fichas técnicas y empaques personalizados que elevaban la calidad percibida de sus productos.

“Empecé a mejorar el producto, no solo en el empaque, sino también en cómo cuidar la planta”, explica, subrayando cómo estos pequeños cambios tuvieron un gran impacto en la satisfacción de sus clientes. Lo que comenzó como una simple afición se estaba convirtiendo rápidamente en un negocio exitoso.

El descubrimiento que la llevó a derrotar la barreras del negocio

Sin embargo, el camino hacia el éxito no estuvo exento de desafíos. Uno de los primeros problemas que enfrentó Julimar fue la logística de distribución. Debido a las características delicadas de las kokedamas, era difícil enviarlas fuera de Caracas sin comprometer su calidad. “La kokedama tiene un límite desde el punto de vista físico de traslado. Nos limitamos a la área geográfica de Caracas porque las empresas de traslado no transportan plantas”, explica, señalando una de las limitaciones que debió enfrentar.

Además, como ingeniera sin formación en ventas, Julimar tuvo que aprender sobre la marcha, enfrentando su falta de experiencia en marketing y estrategias comerciales. “No sabía cómo vender ni cómo promocionar mis productos, pero sabía que tenía que aprender”, comenta, subrayando la importancia de la perseverancia en su viaje emprendedor.

Otro reto significativo fue la educación del cliente. Muchos de sus compradores no sabían cómo cuidar adecuadamente una kokedama, lo que a veces resultaba en plantas maltratadas o muertas.

Para superar esto, Julimar comenzó a incluir fichas técnicas con cada venta y a ofrecer asesoramiento sobre el cuidado de las plantas. “Me di cuenta de que mis clientes necesitaban más que solo una planta; necesitaban saber cómo cuidarla, y eso cambió mi enfoque”, relata, describiendo cómo esta adaptación mejoró la experiencia del cliente y fortaleció su negocio.

El negocio del paisajismo y su mantenimiento

A pesar de los desafíos, Julimar continuó innovando y expandiendo su negocio. Además de las kokedamas, comenzó a diversificar su oferta, incluyendo suculentas en macetas pequeñas, accesorios de jardinería y productos personalizados. “Nuestro principal pilar es el área de paisajismo y mantenimiento, y ese es el que estamos desarrollando con más fuerza”, señala, hablando de cómo su empresa ha crecido para incluir servicios de jardinería y paisajismo.

La clave de su éxito radicó en mantener un fuerte enfoque en la calidad y la personalización, diferenciándose de la competencia al ofrecer productos únicos y bien pensados. “Quiero que cada cliente sienta que está recibiendo algo especial, algo hecho con amor”, dice Julimar, resaltando la importancia de agregar valor en cada aspecto de su negocio.

Además, aprovechó las plataformas digitales para promover su negocio, utilizando redes sociales y su tienda en línea para llegar a un público más amplio. “La tienda en línea ha sido una herramienta increíble para nosotros, permitiéndonos llegar a personas que de otra manera no habríamos alcanzado”, comenta, destacando el papel de la tecnología en el crecimiento de su emprendimiento.

El secreto de la mentalidad para tener un negocio exitoso

Con un negocio en crecimiento y una base de clientes cada vez más fiel, Julimar ya está mirando hacia el futuro. Una de sus ambiciones es abrir un showroom físico, donde los clientes puedan ver y comprar sus productos en persona, enriqueciendo así la experiencia del cliente. “Un showroom es algo que he estado soñando durante mucho tiempo, y estoy emocionada por hacerlo realidad”, comparte, dejando ver su entusiasmo por los próximos pasos.

Además, Julimar tiene la mira puesta en expandir su negocio más allá de Caracas, superando las limitaciones geográficas que hasta ahora han restringido su mercado. Aunque reconoce que este objetivo es desafiante, su conexión con la madre tierra y su espíritu innovador la impulsan a seguir adelante. “El reto es lidiar con tantas limitaciones, pero siempre trato de ver el vaso medio lleno”, comenta, reflejando su actitud positiva y resiliente.

Para otros emprendedores, Julimar ofrece un consejo inspirado en su propio recorrido: “Mi filosofía es hacer las cosas bien, con amor, y ofrecer al cliente cosas de calidad, bonitas y diferentes”. Con esta mentalidad, Julimar sigue cultivando su negocio, demostrando que una profunda conexión con la madre tierra puede ser la raíz de un emprendimiento exitoso y sostenible.

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    Ella busca instalar la transparencia y el servicio al cliente en el mercado de repuestos del sector automotriz
    Ella busca instalar la transparencia y el servicio al cliente en el mercado de repuestos del sector automotriz

    En un sector saturado de imitaciones, Daniela Pereira apuesta por la calidad certificada y la transparencia para transformar la experiencia de compra del cliente.



    En el mundo del autorepuesto, donde las dudas sobre la calidad y el origen de los productos generan desconfianza entre los clientes, Daniela Pereira, se propuso cambiar las reglas del juego y para conocer los detalles de su historia aquí en El Emprendedor la entrevistamos. Con su nuevo negocio Repuestos Motrix, busca instalar un modelo centrado en la transparencia, la ética y la atención al cliente, ofreciendo soluciones que combinen calidad certificada con una experiencia de compra confiable.

    Un dolorosa transición de contadora a emprendedora automotriz

    Antes de fundar Repuestos Motrix, Daniela Pereira trabajó como contadora durante varios años, administrando su propia oficina y brindando servicios a empresas automotrices. En 2017, su carrera dio un giro inesperado cuando decidió unirse a una agencia de viajes. “La contabilidad era rutinaria y poco emocionante. En la agencia, conectaba con personas en sus momentos felices, y eso me encantó”, recuerda.

    Sin embargo, en 2023 tras varios años trabajando en el sector turístico con la agencia un punto de inflexión en su vida surge cuando, tras haber decidido enfocarse en ampliar su familia, queda embarazada y sufre la pérdida de su bebé. “Fue un momento devastador. Todo el proyecto de vida que había imaginado se derrumbó”, confiesa.

    Esa experiencia dolorosa la llevó a replantear sus metas y buscar un nuevo rumbo que le permitiera canalizar su energía y redescubrir su propósito. “Decidí que era hora de emprender y crear algo que realmente representara mis valores y mi visión de futuro”. Con ese objetivo en mente, fundó Repuestos Motrix, una tienda de autorepuestos dedicada a ofrecer productos de calidad con un enfoque ético.

    Un modelo basado en la transparencia

    Desde sus primeros días, Daniela enfrentó los retos comunes del sector automotriz: un mercado saturado de imitaciones, clientes desconfiados y un entorno competitivo dominado por hombres. Para diferenciarse, decidió apostar por la transparencia y el servicio al cliente. “Nuestro uniforme dice ‘asesor’ porque no solo vendemos, orientamos al cliente”, explica.

    Su objetivo es que cada persona que entre a su tienda reciba información clara sobre los productos, desde la diferencia entre un repuesto original y uno certificado, hasta las alternativas económicas de calidad.

    Una de las claves de su modelo es ofrecer varias opciones según las necesidades del cliente. “Hay quienes buscan lo mejor para su ‘bebé’, como llaman a sus carros, y otros que solo quieren reparar un vehículo para venderlo. Mi trabajo es explicarles las opciones y ayudarles a tomar la mejor decisión”.

    El problema de las imitaciones disfrazadas de productos originales

    El camino para instalar la transparencia en un mercado tan complejo no ha sido fácil. Desde su inicio en julio de 2024, Daniela se ha enfrentado a la falta de una cultura de crecimiento en su equipo. “Es complicado encontrar personas que quieran capacitarse y crecer junto al negocio”, admite.

    También ha lidiado con la competencia desleal de empresas que ofrecen imitaciones baratas disfrazadas de productos originales. “El cliente tiene derecho a saber lo que está comprando, y es mi responsabilidad educarlo sobre las diferencias”.

    Ganando confianza

    A pesar de los desafíos, Repuestos Motrix ha comenzado a ganar la confianza de sus clientes. Desde mecánicos que valoran la calidad de los productos hasta conductores que buscan asesoría personalizada, Daniela ha logrado fidelizar a una base de clientes recurrentes. “El 40%-50% de mis ventas provienen de mecánicos que aprecian nuestra honestidad y la calidad certificada de nuestras piezas”.

    Además, Daniela está implementado estrategias innovadoras, como alianzas con talleres mecánicos y la oferta de delivery gratuito. Su enfoque en el servicio posventa también ha sido clave para mantener la lealtad de sus clientes. “Hacemos un seguimiento después de cada compra para asegurarnos de que el cliente esté satisfecho y pueda volver con confianza”.

    Rompiendo la barrera cultural del mercado

    Con apenas unos meses en el mercado, Daniela ya tiene grandes planes para Repuestos Motrix. Planea fortalecer su presencia digital en plataformas como Instagram. También desea implementar talleres educativos para que los clientes aprendan a distinguir entre repuestos originales, certificados e imitaciones.

    “Quiero que mi tienda sea un lugar donde las mujeres también se sientan cómodas comprando. Quiero romper esa barrera cultural que hace que muchas prefieran enviar a un hombre a comprar por ellas”, comenta Daniela, quien está enfocada en crear un espacio inclusivo y confiable.

    El proceso de autodescubrimiento y superación

    Para Daniela, emprender ha sido un proceso de autodescubrimiento y superación. “Este camino me ha permitido cuestionarme, aprender y crecer. He entendido que el éxito no solo está en los números, sino en la capacidad de construir relaciones basadas en la confianza”.

    Su consejo para otros emprendedores es claro: “plantea metas claras y adáptate a los desafíos. La transparencia y la ética siempre serán recompensadas”.

    En un sector que muchas veces carece de confianza, Daniela Pereira y Repuestos Motrix están marcando la diferencia, demostrando que es posible transformar un mercado con transparencia, calidad y un servicio al cliente adaptado a sus necesidades personales.

    Escrito el Miércoles, 22 Enero 2025 12:41 en Emprendedores ¡Deja el primer comentario! Visto 32 veces
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    La empresa pionera en servicios de streaming y hosting que mantiene clientes con más de 20 años de permanencia
    La empresa pionera en servicios de streaming y hosting que mantiene clientes con más de 20 años de permanencia

    Interven, es el proveedor tecnológico de centrooccidente que retiene clientes con hasta 24 años de fidelidad.



    El ingeniero Elvis Garcés, fundador de Interven, comenzó su aventura empresarial en el mundo de la informática en los años 90, cuando el internet apenas daba sus primeros pasos en Venezuela. Lo que inició como una curiosidad por entender las nuevas tecnologías se transformó en una empresa pionera que ofrece servicios de hosting, streaming y desarrollo web, consolidándose como un referente en el mercado durante más de dos décadas.

    Todo comenzó gracias a un profesor

    La historia de Elvis Garcés se remonta a sus años de estudiante en el Instituto Politécnico de Barquisimeto, donde tuvo su primer contacto con la informática. Su interés por la tecnología lo llevó a trabajar con un ex socio de IBM, realizando mantenimiento e instalación de equipos en empresas locales.

    Sin embargo, fue en la universidad donde descubrió el potencial del internet. “Gracias a un profesor que me dio acceso a internet, publiqué mi primera página web y experimenté con correo electrónico. Fue fascinante ver cómo estas herramientas podían conectar al mundo”, recuerda.

    En el año 2000, junto a su profesor, fundó Public World Net, una empresa enfocada en diseño web y hosting. Aunque el internet era desconocido para muchos en Venezuela, Elvis vio una oportunidad en ofrecer soluciones digitales a empresas del sector industrial y agrícola en Portuguesa. “Fuimos pioneros en crear páginas web para empresas como Coposa y Oleica, mostrando a los empresarios el valor de tener presencia digital”.

    Cuando el mercado desconocía el poder de Internet

    En sus primeros años, Elvis enfrentó el desafío de educar a un mercado que desconocía el potencial del internet. Para fomentar el interés, abrió una academia de computación y creó un programa de radio dedicado a explicar cómo funcionaba la red. “Tuvimos que enseñar desde lo básico, pero eso nos permitió conectar con la comunidad y posicionarnos como expertos”.

    En paralelo, comenzó a experimentar con el streaming, implementando esta tecnología para transmitir contenido de audio y video en tiempo real. Una de sus iniciativas más destacadas fue la transmisión de la historia del Silbón, una leyenda popular venezolana, en su página web. “En esa época, el streaming era algo casi imposible, pero logramos implementarlo y recibir comentarios de personas en todo el mundo”, comentó.

    Enfrentando la separación de su socio

    El camino de Elvis no estuvo exento de dificultades. Una de las pruebas más desafiantes fue la separación de su primer socio, lo que lo dejó al frente de una empresa con deudas significativas. “Tuve que asumir todo, pero los clientes renovaron sus contratos y eso me permitió salir adelante”, explica.

    Más tarde, durante la crisis de las tarjetas de crédito internacionales en 2013, perdió acceso a algunos de los mejores data centers y sufrió pérdidas de clientes. Sin embargo, encontró formas de adaptarse utilizando plataformas como PayPal para seguir operando. “La clave fue no rendirme y buscar soluciones creativas para mantener el servicio”.

    Clientes a largo plazo: el testimonio de su éxito

    Lo que diferencia a la empresa de Elvis, ahora conocida como Interven, es su capacidad para mantener relaciones duraderas con sus clientes. “Tengo clientes que llevan 20 años conmigo, renovando contratos anuales desde el 2000. Eso demuestra la confianza que tienen en mi trabajo”, afirma orgulloso.

    Entre sus clientes destacan empresas como Coposa, cines locales y negocios internacionales. Aún mantiene una relación cercana con muchos de ellos, ofreciendo soporte personalizado y garantizando la continuidad de sus servicios. “Para mí, la permanencia es el mayor valor agregado que puedo ofrecer”.

    Mirando hacia el futuro

    Con más de dos décadas de experiencia, Elvis reconoce que el mercado digital está en constante evolución. Actualmente, está enfocado en fortalecer su modelo de hosting para revendedores, ofreciendo plataformas robustas que permiten a otros emprendedores iniciar sus propios negocios. “El reseller garantiza permanencia porque su éxito depende de mi plataforma”.

    Elvis también ve oportunidades en transformar las páginas web en aplicaciones funcionales que brinden valor directo a los clientes. “La web no solo debe ser un catálogo; tiene que convertirse en una herramienta interactiva que facilite las operaciones de las empresas”.

    Reflexiones de un emprendedor resiliente

    Para Elvis, el éxito no solo se mide en números, sino en la capacidad de adaptarse y mantener la confianza de los clientes. “He pasado por muchas crisis, pero siempre he encontrado la forma de seguir adelante. La clave está en ofrecer calidad, soporte y permanencia”, reflexiona.

    Su historia es un testimonio de cómo la pasión por la tecnología, combinada con determinación y resiliencia, puede transformar una idea en un negocio sostenible. Desde sus primeros pasos en el internet hasta convertirse en un referente en hosting y streaming, Elvis Garcés demuestra que la permanencia es el verdadero secreto del éxito empresarial.

    Escrito el Miércoles, 22 Enero 2025 11:52 en Emprendedores ¡Deja el primer comentario! Visto 58 veces
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    La enfermera que logró la independencia profesional al devolver la energía a sus clientes
    La enfermera que logró la independencia profesional al devolver la energía a sus clientes

    Tras 15 años trabajando en una institución de salud del estado, Karen Gutierrez, licenciada en enfermería, cuenta a El Emprendedor cómo comenzó su proyecto con los cócteles vitamínicos.



    Karen Gutiérrez dedicó 15 años de su vida al hospital JM de Los Ríos, en Caracas, donde no solo creció como profesional de la salud, sino también como ser humano. Sin embargo, en 2019, tras enfrentar crisis políticas, sociales y personales, decidió dar un paso al costado y dejar la institución que había sido su segunda casa. Hoy, es una emprendedora que transformó su pasión por la enfermería en un negocio que combina ciencia, bienestar y estética, demostrando que es posible emprender sin abandonar la profesión.

    Una trayectoria centrada en la vocación de servir

    Desde joven, Karen tenía claro que quería dedicarse a la salud. En el hospital JM de Los Ríos, un centro pediátrico reconocido en Caracas, se profesionalizó a través de especializaciones y una maestría, llegando a ocupar roles de liderazgo. “El hospital fue mi universidad, donde aprendí y crecí como enfermera y como persona”, recuerda.

    A pesar de su compromiso, las condiciones laborales eran cada vez más desafiantes. La falta de insumos, equipos y personal afectaba el trabajo diario. “Era frustrante trabajar sin los recursos adecuados, viendo cómo la crisis afectaba tanto a los pacientes como al personal”. A esto se sumaban las presiones políticas y la inseguridad que se vivía dentro de la institución.

    La difícil decisión de renunciar

    En 2019, tras meses de reflexión y episodios de hostigamiento, Karen tomó la difícil decisión de renunciar. “Fue un proceso emocionalmente complejo. Amaba mi trabajo, pero sabía que ya no era sostenible ni para mí ni para mi hija”. Añade que durante tres meses no pudo dormir debido a la presión y el desgaste acumulados.

    La crisis política que vivía el país también influyó. “Era difícil ver cómo el sistema colapsaba y no podíamos hacer mucho para cambiarlo. Las protestas, la falta de seguridad y el hostigamiento hacia el personal de salud fueron determinantes”.

    Tras la búsqueda de su verdadera vocación

    Tras dejar el hospital, Karen exploró diferentes caminos, desde la repostería hasta la venta de ropa. Sin embargo, nada de esto la llenaba. “Sabía que quería algo más, algo que conectara con mi verdadera vocación”, admite. Fue durante una visita a un spa que encontró su nuevo rumbo.

    Allí, descubrió que muchos procedimientos relacionados con la sueroterapia y la estética no eran realizados por profesionales de la salud. “Pensé: tengo la experiencia y el conocimiento para hacerlo de manera segura y con la garantía que un cliente merece”. Este momento marcó el inicio de su emprendimiento en el área de la sueroterapia y los cócteles vitamínicos.

    Karen también recordó su experiencia ayudando a la esposa de un compadre, quien enfrentaba cáncer y recurría a los cócteles vitamínicos para sobrellevar las quimioterapias. “Era impresionante ver cómo estos tratamientos le devolvían la energía, le quitaban las náuseas y le permitían recuperar fuerzas”. Esta experiencia la inspiró a ofrecer un servicio que pudiera beneficiar tanto a personas enfermas como a quienes simplemente querían mejorar su calidad de vida. “Me di cuenta de que estos tratamientos podían transformar vidas, y decidí llevarlos a más personas”.

    Integrando nuevas técnicas a su experiencia profesional 

    Karen decidió combinar su experiencia clínica con nuevas habilidades. Realizó cursos en cosmiatría y esteticismo, integrando estas técnicas con su conocimiento médico para ofrecer un servicio integral, y creando así Vital Spa Gutierrez. Su primer cliente fue su abuela, quien presentaba dolores articulares y fatiga. “Los cócteles vitamínicos mejoraron su movilidad y le devolvieron la energía. Fue emocionante ver cómo algo tan sencillo podía cambiar su calidad de vida”.

    Pronto, sus servicios comenzaron a expandirse. Incorporó masajes relajantes y terapias complementarias, creando experiencias personalizadas para cada cliente. Además, descubrió el impacto positivo de los cócteles vitamínicos en deportistas y personas con fatiga crónica, quienes notaron mejoras inmediatas en su energía y rendimiento.

    Promoviendo la salud preventiva

    Uno de los pilares de su negocio es educar a los clientes sobre la importancia de trabajar con profesionales capacitados. “Muchos no entienden los riesgos de someterse a tratamientos invasivos con personas no calificadas. Mi objetivo es garantizar seguridad y calidad en cada procedimiento”, explica.

    Karen también promueve la salud preventiva. “Los cócteles vitamínicos no solo ayudan en casos de enfermedad, sino también en el bienestar diario, fortaleciendo el sistema inmunológico y mejorando la vitalidad”.

    Mirando hacia el futuro

    Con una base sólida y una visión clara, Karen planea expandir su negocio. Su objetivo es abrir un espacio propio donde pueda integrar servicios de salud y estética, ofreciendo una experiencia completa a sus clientes. También busca inspirar a otros profesionales de la salud a emprender. “El sector salud tiene un enorme potencial para crear negocios exitosos que impacten vidas positivamente”, asegura Karen.

    Karen Gutiérrez es un ejemplo de resiliencia y pasión. Su historia demuestra que, con determinación y creatividad, es posible transformar los desafíos en oportunidades, sin abandonar aquello que uno ama hacer. Desde el hospital hasta su negocio actual, su compromiso con la salud sigue siendo el motor de su éxito.

    Escrito el Viernes, 17 Enero 2025 12:00 en Emprendedores ¡Deja el primer comentario! Visto 155 veces
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    Ex funcionaria pública vió truncado su sueño de jubilarse y decidió transformar su hogar en la playa en una posada en la Guaira
    Ex funcionaria pública vió truncado su sueño de jubilarse y decidió transformar su hogar en la playa en una posada en la Guaira

    Stella Maris es el nombre de la posada de quien trabajó durante 27 años en la administración pública, y que al ver que su salario ya no le alcanzaba, decidió dar el paso más importante de su vida: emprender.



    Glenda Escalona dedicó 27 años de su vida al Seniat como licenciada en Ciencias Fiscales, pero en 2022 tomó una de las decisiones más importantes de su vida: convertir su casa frente a Playa Candilejas, en La Guaira, en la posada Stella Maris. Lo que comenzó como una idea llena de miedo e incertidumbre se transformó en un nuevo negocio de hospedaje que aporta al mercado del turismo guairense.

    De funcionaria a emprendedora

    El camino hacia el emprendimiento no fue sencillo. En 2016, los bonos y beneficios que hacían atractiva su posición en el Seniat desaparecieron, dejando su salario reducido a un monto insuficiente. “El sueldo no alcanzaba; solo nos sosteníamos con las proteínas que nos daban”, recuerda Glenda. Su trabajo dejó de ser atractivo con la llegada de una nueva administración. “Lo que me gustaba más era el ambiente, el compañerismo y la solidaridad que había entre los compañeros, en ese momento todo eso se acabó”, recordó.

    A pesar de su experiencia en la administración pública, la situación económica del país y una enfermedad que padecía su madre, la llevaron a replantearse su futuro. “Siempre fui la proveedora de mi familia, pero la crisis me obligó a buscar alternativas para no depender de mi hijo”. Aunque había recibido sugerencias de vecinos para convertir su casa en una posada, el miedo a los cambios y la falta de experiencia en el sector la detuvieron de tomar esta decisión por varios años. “Tuve cierto miedo, porque no sabía qué tipo de personas iban a llegar”, destacó.

    Un préstamo de 100$

    En 2022, con la salud de su madre deteriorada y la necesidad económica apremiando, Glenda finalmente decidió actuar. Su primera acción fue habilitar la piscina de su casa. Con $100 que pidió prestado a su hermana, compró cuatro cisternas para asegurar el suministro de agua y comenzó a promocionar el espacio con tarjetas de presentación. “Tuve que empezar con lo que tenía; no podía esperar a tener todo perfecto”.

    Glenda luchó consigo misma, hasta el día que tomó la decisión final. “El día que promocioné la piscina, dije, bueno, pa'lante es pa'llá, en mano de Dios me pongo, y veremos a ver qué sucede. Así que arranqué con miedo, bastante miedo”, dijo.

    Su primer cliente fue un grupo de 46 personas que usó la piscina, lo que le dejó lecciones importantes. “Fue una experiencia complicada porque no tenía reglas claras; aprendí que establecer normas es fundamental para mantener el orden”. A pesar de los contratiempos, esta primera incursión la motivó a seguir adelante.

    El miedo de abrir su hogar al público

    Uno de los mayores obstáculos que enfrentó Glenda fue el miedo a los riesgos de abrir su hogar al público. “Me preocupaba quiénes entrarían y cómo garantizar mi seguridad”, admite. Este temor se hizo más palpable después de un incidente en una fiesta de 15 años, donde la falta de control resultó en daños a la propiedad y reclamos de los vecinos, incluso llegó la policía.

    Sin embargo, aunque deprimida por la situación, lejos de rendirse, Glenda implementó sus primeras normas estrictas. Ahora, los horarios de la piscina están claramente establecidos y se decidió limitar la realización de eventos nocturnos. “Estas reglas me permiten mantener el control y asegurar una mejor experiencia para mis clientes”.

    Un negocio con un mercado amplio

    La posada Stella Maris comenzó a ganar reconocimiento gracias a plataformas como Marketplace de Facebook y recientemente en 2024, Airbnb. Su ubicación estratégica, a solo 100 metros de la playa y 10 minutos del aeropuerto internacional, la ha convertido en un punto ideal tanto para turistas tanto locales como extranjeros. “Muchos de mis clientes llegan por referencia; eso me demuestra que estoy haciendo las cosas bien”.

    Además, Glenda ha diversificado sus servicios para adaptarse a las necesidades de su clientela. Ofrece espacios para fiestas infantiles, reuniones familiares y celebraciones de fin de año. “Quiero que cada cliente se sienta como en casa y disfrute al máximo de su estadía”.

    Nuevos proyectos

    Con una visión clara, Glenda planea expandir su negocio en 2025. Entre sus proyectos están la organización de talleres de crecimiento personal, sesiones de yoga y servicios de turismo local. También planea mejorar su presencia en redes sociales para atraer a más clientes y seguir reinvirtiendo en la remodelación de la posada. “Mi prioridad es mantener la casa en las mejores condiciones posibles para ofrecer una experiencia de calidad”.

    Reflexiones de una ex funcionaria pública resiliente

    La historia de Glenda es un ejemplo de cómo la determinación y la capacidad de enfrentar el miedo pueden transformar los desafíos en oportunidades. “El miedo es el mayor obstáculo para avanzar; hay que enfrentarlo y confiar en que el universo te guiará”, reflexiona.

    Su consejo para otros emprendedores es claro: “si esperas a que todo esté perfecto, nunca comenzarás. Lo importante es dar el primer paso, aprender en el camino y no tener miedo de cometer errores”.

    Desde una casa frente a la playa hasta una exitosa posada, Glenda Escalona ha demostrado que con esfuerzo, visión y perseverancia, cualquier sueño puede hacerse realidad.

    Escrito el Miércoles, 15 Enero 2025 18:08 en Emprendedores ¡Deja el primer comentario! Visto 145 veces
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    Los valencianos que desarrollaron con éxito su marca de alitas de pollo frito
    Los valencianos que desarrollaron con éxito su marca de alitas de pollo frito

    Lo que comenzó con una sopa dominical entre amigos, se convirtió en Candela Food, un emprendimiento con una receta especializada en alitas y pollo frito.



    Cuando la pandemia golpeó al mundo en 2020, Israel Pimentel y Javier Rivero se encontraron en una situación inesperada. Ambos habían dedicado años a la vida nocturna y los bares en Valencia, pero el cierre de estos negocios dejó sus carreras en pausa. “La pandemia frenó todo lo que hacíamos; tuvimos que buscar una opción para seguir adelante”, recuerda Javier. Entre las pocas alternativas viables estaba el sector de la comida, y así nació Candela Food.

    La idea inicial de Candela Food fue sencilla pero efectiva: sopa dominical. “Comenzamos haciendo sopa de costilla los domingos desde nuestras cocinas”, dice Israel. Con ayuda de un amigo DJ que también era cocinero aficionado, comenzaron a experimentar con recetas.

    Sus primeros clientes fueron amigos y familiares, quienes conocieron el proyecto a través de cadenas de WhatsApp. “Al principio, los amigos eran los que te apoyaban, los que compraban”, añade Javier. Pero sabían que un solo producto no sería suficiente para mantener un negocio a largo plazo.

    La apuesta por el pollo frito

    La transición hacia el pollo frito llegó tras analizar el mercado local y sus oportunidades. “Vimos que la idea del pollo frito era una buena opción”, comenta Israel. Con método de ensayo y error, crearon una receta única que se convertiría en el alma del negocio. “La receta que hoy tenemos fue creada por nosotros, investigando y tomando ideas”.

    Comenzaron con pollo frito y, poco a poco, expandieron su menú para incluir alitas, tenders y bandejas familiares. Las alitas, en particular, se convirtieron en su producto estrella. “Hoy en día, nuestra carta de presentación son las alitas; tienen una textura y un sabor únicos”, destaca Javier. Estas alitas no solo tienen un empanizado especial, sino que también ofrecen ocho sabores diferentes, algo que los diferencia de la competencia.

    El primer gran salto

    En 2022, Candela Food logró establecer su primera sede física en el Páramo Jardín Gourmet, un espacio compartido con otros conceptos gastronómicos en Naguanagua.

    Este cambio permitió consolidar su presencia en el mercado local y atraer a un público más amplio. “Nuestra primera sede fue un gran paso; nos ayudó a posicionarnos como una opción sólida para los amantes del pollo”, explica Israel.

    La clave del éxito ha sido su enfoque en la calidad y en la experiencia del cliente. Sus bandejas para compartir, diseñadas para familias, se han convertido en un éxito rotundo.

    “Nuestro público es principalmente familiar; las bandejas para compartir son lo que más rota en nuestro local”, comenta Javier. Estas opciones permiten a los clientes probar una variedad de productos en una sola comida, incluyendo alitas, tenders y ensaladas.

    Las deficiencia de electricidad y gas

    Como todo emprendimiento, Candela Food ha enfrentado retos significativos. Desde sus inicios, los fundadores tuvieron que adaptarse a trabajar con equipos básicos y superar la falta de experiencia en cocina profesional. “Tuvimos la idea absurda de usar freidoras de tres litros; hoy sabemos que eso era imposible”, recuerda Javier entre risas.

    La situación económica también ha sido un obstáculo. “La electricidad y el gas son problemas constantes que afectan nuestro día a día”, admite Israel. Además, la fluctuación en la frecuencia de los clientes ha sido un desafío. “Teníamos clientes que venían tres veces a la semana; ahora vienen una vez al mes”. Sin embargo, han aprendido a adaptarse y a mantenerse resilientes.

    El segundo local

    Hoy, Candela Food también cuenta con un segundo local en El Viñedo, donde han ampliado su oferta para incluir bebidas alcohólicas. Este nuevo espacio les permite jugar con más opciones de menú, incluyendo pizzas y hamburguesas. “Queremos abarcar una gama más amplia; no sabemos hasta dónde llegaremos, pero seguimos avanzando”, dice Israel con optimismo.

    Para quienes desean emprender, los fundadores de Candela Food tienen un consejo claro: constancia y visión. “Si crees en tu proyecto, sigue adelante con disciplina y perseverancia”, aconseja Javier. Con esta filosofía, esperan seguir expandiendo su marca y conquistar nuevos mercados.

    Candela Food es un ejemplo de cómo una idea sencilla puede transformarse en un negocio exitoso con esfuerzo, creatividad y pasión. Desde una sopa dominical hasta convertirse en una marca competitiva de alitas de pollo frito en Valencia, su historia es otro testimonio de resiliencia y determinación. La próxima historia de éxito puede ser la tuya, comienza ahora.

     

    Entrevistado por: José Rangel

    Escrito el Miércoles, 15 Enero 2025 11:58 en Emprendedores ¡Deja el primer comentario! Visto 142 veces