Venezolanos podrían aprovechar desechos del mango para crear plástico

Hace varios meses reseñábamos como en parte de Europa estaban comenzando a procesar los desechos del café para convertirlos en biodiesel, una idea interesante para desarrollar un nuevo producto a través del sobrante de uno de los alimentos más consumidos en nuestro país. En esta ocasión ocurre algo similar.

Eso se debe a que a finales de julio, un grupo de estudiantes del Instituto Tecnológico de Morelia (ITM), en México, utilizaron desechos del mango y otros productos de origen vegetal para desarrollar una forma de Bioplástico que funcionó como base para la puesta en marcha de la empresa Bioplásticos Mexicanos (Biomex).

Bioplástico a partir del mango

Este es un proyecto nacido en la ciudad de Michoacán, donde un grupo de estudiantes notó dos grandes problemas en la producción de plástico: los precios comienzan a incrementar de manera veloz, y el daño que estos generan al medio ambiente se vuelve irreparable. Es por eso que a través de distintos procesos químicos, comenzaron a transformar los desechos del mango y otros vegetales para la elaboración de un bioplástico poco contaminante.

De acuerdo a distintos datos publicados por la empresa, el plástico que elaboran puede ser utilizado (por el momento) únicamente para la producción de portadas de libretas. Al tratarse de un producto de origen vegetal, una vez que se descarta no representa ningún tipo de amenaza al medio ambiente debido a un proceso de desintegración de apenas 8 meses.

La realidad es que este es solo el ejemplo más reciente sobre el desarrollo de este tipo de productos, ya que en el mismo país norteamericano también existe una empresa llamada Biofase que elabora bioplásticos creados a partir de la cáscara del mango, del hueso del aguacate, y de otros desechos vegetales. La misma se atribuyó la misión de producir el 40% del bioplástico que consume México.

Producción de mango en Venezuela

Aunque la producción en Venezuela ha mostrado una caída generalizada desde hace varios años, la realidad es que cuando llega la temporada de mango (y sus variantes como la manga) es posible ver que la distribución del producto no merma, principalmente porque se trata de cultivos por temporada que no requieren de grandes inversiones.

Históricamente, Venezuela ha sido una de las naciones pioneras en la exportación de mango y sus derivados, y si bien es cierto que ha perdido este lugar en las últimas 2 décadas, todavía se mantiene como un productor estable de esta fruta, cuyos desechos bien podrían ser utilizados para la elaboración de bioplásticos.

Aunque la producción de la materia prima sea solo una parte de todo el proceso de elaboración del bioplástico, la realidad es que en los laboratorios de las principales universidades e institutos científicos de Venezuela siempre se están ideando nuevos métodos para el desarrollo de productos sostenibles, incluidos los bioplásticos.

De este modo podemos ver cómo los productos de consumo masivo en nuestro país, que gracias a su propia naturaleza no se ven afectados por la escasez, pueden tener una serie de usos que van más allá de la alimentación, y que no solo pueden elaborarse con la misión de generar ingresos a pequeña escala, sino que también pueden buscar la generación de grandes cambios a nivel mundial.