La ropa “antirrobos” podría ser demandada en Venezuela

A inicios de este año, durante una presentación en el Observatorio Venezolano de la Seguridad (OVS), salieron a la luz pública una serie de gráficos que mostraban los incrementos en la delincuencia en el país durante los meses de Enero y Febrero, teniendo el crecimiento de los hurtos en la vía pública como una de las cifras más alarmantes.

Se trata de un estudio que solo se limitó a estudiar las vías públicas de la ciudad de Caracas, por lo que las cifras en el resto del país aún son desconocidas. Tan solo en los meses registrados por el observatorio, en las calles de Caracas se llevaron a cabo cerca de 853 hurtos, un incremento del 33% en comparación a este periodo del año anterior.

Sin embargo, Venezuela no es el único país latinoamericano que ha mostrad un fuerte incremento en sus índices de criminalidad. Según la ONU, países como Colombia, Perú y Argentina también han mostrado altas cifras de robos de pertenencias en la vía pública. Estas cifras parecen indicar que Latinoamérica, especialmente Venezuela, podría beneficiarse de prendas de vestir "antirrobos".

Las prendas antirrobo son una serie de prendas con modificaciones funcionales que dificultan los hurtos. Si bien estas no son la solución al problema de la inseguridad, sí es cierto que son una forma sencilla de disminuir la incidencia de estas en la vida diaria, tanto de habitantes de una ciudad, como turistas.

A pesar de que en Venezuela no se publiquen cifras oficiales, países en situaciones de delincuencia similares a Venezuela, como México, la Comisión de Derechos Humanos de la ALDF aseguró los objetos más robados en estas situaciones incluyen identificación, tarjetas, relojes, anillos, pulseras, artículos electrónicos, entre otros.

Estas cifras se confirman a través de uno de los ejemplos de éxito más importantes en este mercado: Adam Rapp, quien a través de su marca Clothing Arts lanzó una edición especial de pantalones antirrobo. Los mismos tienen una serie de cierres, bolsillos secretos y otras medidas de seguridad que dificultan los hurtos.

Según el mismo Rapp, en una entrevista al medio británico Daily Mail, tan solo en unos meses de 2015 la empresa ya había vendido más de 30 mil unidades de este producto (que tiene un precio cercano a los 100 dólares), y lo habían exportado a más de 60 países al rededor del mundo.

Gracias a esto es posible identificar una necesidad o problema que puede solucionarse, en cierta medid, como se mencionó anteriormente. Pero no solo eso, sino que podría ser una oportunidad de producir y exportar al resto de los países que viven una situación similar a la de Venezuela.

Es importante recordar que, como se mencionó anteriormente, son prendas enfocadas en aumentar la seguridad de las pertenencias en casos de hurtos y no de robos. Esto se debe a que sin importar el tipo de seguridad que se lleve, la resistencia a un robo puede traer consecuencias negativas al usuario.

Son prendas enfocadas en disminuir las pérdidas de objetos y dinero sin ningún tipo de ataque físico o amenaza verbal, por ejemplo, en las horas más concurridas de transporte público como el metro o ferrocarriles, o incluso en zonas de la ciudad donde la concentración de peatones es muy alta.