¿El coaching necesita de la intuición?

El término intuición lo hemos escuchado en muchas oportunidades de nuestras vidas, pero siempre ha estado en un segundo plano. Se visualiza como un elemento secundario y que en muchos momentos no se le da la debida importancia en nuestras vidas.

Cuando estamos hablando de intuición nos estamos refiriendo, según algunos autores, a la “capacidad de conocer, o conocimiento obtenido, sin recurrir a la deducción o razonamiento”; a la “percepción clara, íntima, instantánea de una idea o verdad, como si se tuviera a la vista y sin que medie razonamiento” y a la “facultad de comprender las cosas instantáneamente, sin razonamiento”.

Nos estamos refiriendo a esa cualidad llamada “sexto sentido”, es ese conocimiento del cual no somos conscientes y nos llega a través de la intuición. Ahora bien podemos hablar de tipos de intuición:

La intuición experta es aquella que, a través de la repetición, te permite llegar a ser muy bueno en la realización de una tarea determinada o en el reconocimiento de situaciones con rapidez.

La intuición experta es la que se basa en la experiencia, los años que uno lleva en el puesto, los años que uno ha trabajado dentro de un sector… todos esos elementos que nos dan un gran valor añadido en ciertos momentos de la gestión. Estos nos crean, sin darnos cuenta, unos paradigmas o esquemas mentales que nos impiden ser creativos y buscar estrategias innovadoras.

La intuición estratégica es un flash de entendimiento gracias al cual podemos pensar con claridad la solución a un problema y ver el camino para ponerla en marcha.

Al contrario de lo que ocurre con la intuición experta, la intuición estratégica ocurre lentamente. Un ejemplo: solemos tener nuestras mejoras ideas estando de viaje, en mitad de un atasco, al salir del cine, es decir, cuando estamos obligados a parar. Es en ese momento cuando no estamos en plena acción, cuando nuestro cerebro puede resolver un problema que estaba abierto desde hacía meses. Sentimos, de repente, que todas las piezas calzan dentro de nuestra mente.

Debido a esto, cuando involucramos el elemento coaching, sabemos que en cada una de la sesiones aplicamos el modelo en el cual fuimos entrenados para servir de instrumento a nuestro cliente y que éste se potencie y se descubra.

Es allí donde la intuición cumple un papel fundamental, ya que somos los que estamos percibiendo el todo de nuestro cliente, estamos visualizando el movimiento corporal, escuchando la palabra, escuchando y viendo la emocionalidad.

Todo esto nos dibuja un panorama increíble que, combinándolo con la intuición, permite al coach potenciar la formulación de preguntas mucho más asertivas y así ayudar al cliente.

Es sumamente importante hacer consciente la importancia de entrenarse en el tema intuición. Allí desarrollemos el balance perfecto entre la intuición experta y estratégica, colocándolas a la disposición del coaching para realizar una actividad verdaderamente exitosa.

La neurociencia nos seguirá brindado aportes al tema de la intuición. Nuestro cerebro está totalmente capacitado para seguir buscando la verdad del ser humano.

El buen manejo de la intuición nos puede conducir al desarrollo de la creatividad, la innovación, al cambio, al hacer consciente el potencial que tenemos como seres humanos, a la introspección, al conocimiento de uno mismo. Con lo cual puedo afirmar que 50% del éxito como coach está en tu desarrollo de la intuición en tu actividad profesional.