El paleontólogo que demostró cómo mantenerse motivado en la Venezuela actual

En los últimos años Venezuela ha atravesado una de las crisis más importantes de la historia moderna de Latinoamérica, un evento que ha hecho que entre 2 y 4 millones de personas hayan decidido abandonar el país para buscar suerte en otras latitudes.

Quienes se quedan en el país suelen sentirse juzgados por no irse del país, sin embargo, cada cierto tiempo surgen figuras que les demuestran a los venezolanos que deciden mantenerse trabajando en su tierra, que no hay nada de malo en tomar esta decisión, y que el éxito puede alcanzarse desde aquí, del mismo modo que podría desde el exterior.

El caso más reciente es el del paleontólogo venezolano Ascanio Rincón, quien a pesar de haber notado la diáspora científica que se ha presentado en los últimos años, ha decidido que realizar descubrimientos en nuestro país, a pesar de la crisis actual, tiene un mérito incluso mayor.

Así lo demostró con un nuevo descubrimiento publicado el 12 de febrero en la revista Journal of Systematic Palaeontology, en la que el venezolano constató la existencia de fósiles de megaloníquidos (perezosos gigantes) en la formación Urumaco (Falcón) de Venezuela. Estos fósiles sirven para revelar más detalles sobre estos animales extintos.

Pero no solo demostró que esta antigua especie rondó nuestras tierras en una época muy lejana, sino también que, a pesar de carecer de equipo, tecnología y fondos para la realización de su trabajo, sigue siendo posible lograr grandes cosas en nuestro país.

"Yo protesto haciendo ciencia. Mi trinchera es la ciencia (...) Si me fuera, sería uno más. Aquí soy el paleontólogo de Venezuela. Tengo el patio de casa para mí solo", aseguró Ascanio en una entrevista realizada por BBC Mundo.

Explica que poco a poco las becas y financiamientos estatales han mermado (aunque no han desaparecido), y que el apoyo de privados en el país para este tipo de investigaciones es casi inexistente. Aun así, el paleontólogo utiliza sus propios medios para seguir nutriendo a la comunidad científica internacional.

"Encontraron unos huesos y me llamaron. Fui para allí una semana con mis propios medios y encontramos un fémur de un perezoso gigante. Trabajé con ocho jóvenes a los que enseñé a excavar", afirmó en la misma entrevista.

Gracias a las cualidades específicas de nuestro territorio, principalmente por los enormes depósitos de crudo (que ayudan a la conservación de fósiles) que hay en todo el país, los especialistas en esta rama de la ciencia tienen todavía un mundo por explorar.

"Hay más gente como yo", finalizó el paleontólogo venezolano, demostrando que para poder seguir haciendo historia, y alcanzar el éxito, no es obligatorio huir de la crisis, sino que también puede ayudarse de forma activa a solventarla.