¿De qué debemos cuidarnos si queremos crear una economía sin efectivo en Venezuela?

Desde hace varios meses nuestro país ha atravesado una fuerte crisis, que no solo se ha caracterizado por la escasez y la inflación, sino también por un problema sin precedentes en el mundo moderno: falta de efectivo. Esto resulta especialmente curioso, ya que la sobreimpresión de efectivo en nuestro país ha sido un fenómeno criticado constantemente.

En base a esta situación, distintos expertos han asegurado que lo mejor que puede hacer Venezuela es encaminarse a una economía sin efectivo. Hace ya varios meses que reseñábamos esta posibilidad, y poco a poco el tema comienza a surgir nuevamente entre los economistas.

Los riesgos de una economía sin efectivo

Es por eso que para apuntalar su tesis, la mayoría utiliza el ejemplo de Suecia, la nación más adelantada en cuanto a la eliminación de efectivo. Sin embargo, hay una parte de la historia que la mayoría no está contando, y es que esta eliminación acelerada en realidad está trayendo grandes problemas.

De acuerdo a distintos reportes de empresas como Bloomberg, e incluso afirmaciones de encargados de la digitalización de la economía sueca, la rápida transición que están viviendo los ciudadanos no es del todo positiva. De acuerdo a cifras oficiales, apenas el 25% de los suecos utiliza efectivo una vez a la semana, mientras que 36% no lo hace ni una vez.

Esto ha hecho que la mayoría de los comercios se vean obligados a invertir en sistemas de pago digital, eliminando en muchos casos la posibilidad de aceptar efectivo. De este modo la circulación de billetes en el país se ve fuertemente afectada, haciendo que no haya suficiente para distribuir a vendedores que no tengan otros medios de pago.

En 2017, cayó cerca de 40% la circulación de efectivo en Suecia (si se le compara con la cifra de hace 10 años) cosa que, aunque parezca positiva, realmente está atacando directamente a dos sectores de la población que no fueron tomados en cuenta al momento de hacer el cambio: los adultos mayores y los pobres.

Eso se debe a que ambos grupos de personas suelen carecer de medios y conocimientos para manejarse únicamente con dinero virtual. Aunque el gobierno ha tratado de realizar campañas de concientización, además de proponer la creación de una Corona (moneda del país) Digital, la realidad es que aún no han sido capaces de solventar la crisis que causaron.

El caso de Venezuela

Teniendo esto en cuenta, podemos ver que lo que ocurre en Venezuela tiene un tinte similar. No solo porque la cantidad de adultos mayores que no tiene conocimiento sobre el manejo de la banca digital es muy alto, sino que el número de personas no bancarizadas en regiones alejadas de las principales ciudades del país es enorme.

No solo eso, sino que debido a la situación actual, la compra de teléfonos inteligentes, o incluso la adquisición de puntos de venta, es casi imposible para sociedad venezolana. Aunque algunas empresas han buscado la forma de adaptar los pagos digitales sin necesidad de estos equipos, la realidad es que todavía falta mucho por hacer si se quiere digitalizar por completo la economía nacional.