Indonesia demuestra la mejor forma de potenciar el mercado del chocolate

Históricamente, el cacao venezolano es uno de los productos más preciados de todo el mundo, ya que la calidad del producto y las cualidades únicas del territorio, han logrado que seamos laureados por tener incluso el "mejor chocolate".

A pesar de que en el país hay más de 120 grandes agricultores de cacao con gran experiencia, la realidad es que la falta de preparación hace que estos no sean influénciales. El chocolate venezolano no ha podido posicionarse de buena manera en el país, y aunque se consuma en el extranjero, todavía no representaría ingresos significativos.

Es esa misma falta de preparación la que le está pasando factura al sector y que obliga a que el negocio simplemente no se dé. A pesar de que existen múltiples iniciativas, gubernamentales y privadas, ninguna se enfoca de lleno en los aspectos más importantes: la comercialización y el mercadeo.

Si bien es cierto que algunas otras sí se dedican a enseñarle a los emprendedores y productoras a tomar estos aspectos en cuenta, hasta ahora no se ha visto prácticamente ningún resultado, incluso viéndose que cada vez este mercado es menos importante para la población.

La solución

Este problema no es único de Venezuela, ya que en todo el mundo solo se han posicionado unos cuantos países como comercializadores de chocolate. Un país que sufre de una situación similar es Indonesia, cuya población todavía no parece percatarse de la importancia de este producto.

Al notar la oportunidad que se estaba perdiendo, decidieron crear en el país asiático una escuela enfocada específicamente en mostrar las bondades del mercado. En esta se enseña al “estudiante” a conocer distintas virtudes del producto, pero principalmente se les enseña cuáles son las diferentes formas de procesar, comercializar y distribuir el producto.

Nuestro país tiene decenas de regiones con capacidad y conocimientos para producir un bien mucho mejor al que se comercializa en el resto del mundo, y aun así son solo unos pocos productores los que realmente le sacan beneficios a través de las exportaciones. Los más pequeños también necesitan adentrarse en la masificación del producto.

La creación de una escuela real que se enfoque en el desarrollo de verdaderas empresas productoras y vendedoras de derivados del cacao, ya sean medianos inversionistas o pequeños emprendedores, puede cambiar la visión del mercado y hacerlo mucho más atractivo de lo que ya es.