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Las variables que determinan los altos costos para movilizarse en Venezuela

  • Escrito por El Emprendedor
  • Publicado en Formación
El transporte en Venezuela puede costar hasta 30% más que en países desarrollados El transporte en Venezuela puede costar hasta 30% más que en países desarrollados

Desde $50 hasta $1.200 puede valer trasladarse vía terrestre por el interior del país debido a la inseguridad, combustible y repuestos


La época decembrina significa mucho para la sociedad venezolana, que aprovecha el mes para reencontrarse con sus familiares, hacer algunas actividades especiales y viajar para visitar a esos seres queridos que se encuentran en otros estados. Sin embargo cada vez se complica más esta costumbre en el país.

La pandemia cambió por completo el panorama económico que junto a la escasez de gasolina han limitado el traslado de un municipio o estado a otro. A raíz de esto los precios para transportarse vía terrestre han generado una gran discusión entre usuarios, comerciantes y especialistas en la materia.

Un viaje a cualquier parte del interior de la nación puede costar desde un 30% hasta el doble de lo que costaría en cualquier país desarrollado, lo que refleja parte de la distorsión económica que vive Venezuela. ¿Cuáles son los altos costos que sustentan este incremento? ¿Cuánto ha influido la pandemia en todo esto?

¿Cuánto cuesta mantener un vehículo en Venezuela?

Ir de una ciudad a otra se ha convertido en una tarea titánica tanto para clientes como para los taxistas y prestadores del servicio, que han visto como los costos y escasez de repuestos ha hecho más difícil mantener un vehículo. Recientemente el portal Venezolanos por la Información publicó una serie de infografías donde refleja el costo promedio de un mantenimiento preventivo a un automóvil familiar.

El mantenimiento de un auto puede dividirse entre la parte preventiva y la correctiva. La primera consta de las siguientes partes:

  • Aceite de motor: 5$ por litro.
  • Aceite de caja: 4$ por litro.
  • Refrigerante: 5-20$.
  • Cauchos: 30-150$ dependiendo del tamaño y marca.
  • Gasolina: 5.000 bsS por litro subsidiada y 0.50$ Premium.
  • Filtro de gasolina: 5-15$.
  • Limpieza de inyectores: 7-10$ por inyector.
  • Kit de croché: 80-150$
  • Kit de tiempo: 80-150$.
  • Batería: 60-80$ dependiendo el amperaje.

Mientras que las reparaciones o cambios de piezas por desgaste o desperfecto pueden salir en:

  • Alternador: 100-150$.
  • Radiador: 100-140$.
  • Bomba de gasolina: 100-300$.
  • Revisión: 15-20$.

Todos estos precios pueden variar dependiendo del modelo del carro, año de fabricación y el desgaste que tenga en cada una de sus partes. Los especialistas señalan que la clave en el cuidado de un vehículo es la prevención mediante la revisión constante para detectar problemas a tiempo, algo que se ha complicado por los altos costos de servicios y repuestos. Este es uno de los motivos del incremento del transporte terrestre.

Precios para movilizarse en el interior del país

Para poder comprender los precios de cualquier producto y servicio es fundamental tomar en cuenta la situación del mercado, oferta, demanda y la estructura de costos que determinan el valor de un bien que permitan al empresario obtener ganancias que permitan mantener el negocio operativo.

Esto es lo que ha hecho que los precios del transporte terrestre aumenten a niveles exorbitantes para la mayoría de población, que siguen luchando para mantener sus ingresos en un año peculiar. Un reportaje reciente demostró que en las grandes líneas de taxis expresos la tarifa puede costar 1,5$ por kilómetro, aunque varía dependiendo del conductor y la empresa en cuestión.

Así es como en la actualidad un viaje a una ciudad como San Fernando De Apure que está a una distancia de la capital de aproximadamente 409,4 kilómetros puede costar desde 430$ hasta 1.200$. Este último precio se hizo viral en las redes sociales luego que una pareja residenciada en Panamá cotizaran este viaje con algunos taxistas para visitar a sus suegros, lo que generó cierto revuelo en varias personas.

Sin embargo cada conductor o empresa puede dar diferentes precios dependiendo de lo que consideren necesario para cubrir el viaje y obtener ganancias. Esto fue lo que ocurrió con una mujer que debió viajar al Estado Trujillo a ver a sus padres y llevarle medicinas para tranquilizarlos en medio de la pandemia. El chofer cobró 50$ el puesto hasta la población de Batatal, que sumando el retorno a la capital el viaje costó 100$ ida y vuelta, aproximadamente 1030 kilómetros en total.

Comparando estos precios con distancias similares en otros países la situación podría ser más sorprendente. Entre Madrid a Almería hay una distancia aproximada de 550 kilómetros y los servicios de economía colaborativa cobran entre 25 y 30 euros por persona, siendo más económico que viajar en Venezuela.

Variables que implican prestar un servicio de transporte en Venezuela

Muchos de los precios de taxis o carros por puesto no solo superan las tarifas en países desarrollados sino que son más costosos que un pasaje a otro continente. Tomando el ejemplo de los 1.200$, un vuelo desde Caracas hasta Moscú cuesta aproximadamente 1.279$, mientras que para visitar casi cualquier país de América Latina se necesitaría menos de esa cifra.

Hay algunos factores que hace que prestar este tipo de servicios en Venezuela sea mucho más costoso. La escasez de combustible es la primera variable, en la que todo el país se ha sumergido en colas en la que pueden durar varios días para poder llenar el tanque de su vehículo.

A pesar que el precio internacional es de 0,5$ por litro, la misma escasez ha hecho que aparezca un mercado negro como en la mayoría de rubros donde existe un control de precios. Es así como en varias zonas de Venezuela puede encontrarse el litro de gasolina en 2$ y hasta 3$, lo que encarece drásticamente el precio de cualquier transporte. Para un viaje de 500  kilómetros en un automóvil pequeño se necesitarían entre uno a dos tanques llenos para llegar sin preocupaciones, algo que hay que sumárselo a la logística.

Otro punto a tomar en cuenta es la oferta y demanda. Hasta el 30 de diciembre todos los terminales terrestres permanecían cerrados, algo que complicó en gran medida el traslado de ciudad en ciudad, siendo las unidades privadas y taxis casi las únicas alternativas para poder salir del estado. En países desarrollados hay una gran variedad de transporte privado y servicios por aplicaciones que simplifica el proceso, convirtiéndose la oferta en un valor indispensable para bajar los precios.

Repuestos, incertidumbre y e inseguridad

El alto costo de los repuestos de un vehículo también se le suma a la tarifa, ya que según cifras de la Cámara de Fabricantes Venezolanos de Productos Automotores (Favenpa) el 43% de todo el parque automotor está paralizado por los altos precios de sus reparaciones. Sin embargo la incertidumbre y los cobros que realizan algunos funcionarios en las alcabalas hacen que los precios sigan disparándose.

Finalmente no puede dejarse de lado la inseguridad en la vía, lo que ocasiona una incertidumbre que pone en riesgo la vida de todos los ocupantes del vehículo. El 2020 ha dejado múltiples víctimas de las bandas delictivas que azotan las carreteras, lo que es un valor incalculable que se suman a las tarifas de transporte.

¿Qué sucederá en la flexibilización?

El gobierno de Nicolás Maduro anunció que a partir del 30 de noviembre habrá 4 semanas seguidas de flexibilización, activando los 53 sectores económicos que hacen vida en el país para que la sociedad pueda movilizarse durante la navidad. Esto relacionado al sector del transporte terrestre podría traer beneficios al usuario, que verá como aumentarán las ofertas para diferentes destinos a mejor precio.

La principal diferencia radica en las líneas de autobuses que viajan por todo el interior, que cobran un precio inferior al que suelen cobrar los carros por puesto o taxis por puesto, aunque las características del servicio son diferentes. El cliente tendrá posibilidades para elegir lo que más le convenga, algo que en la radicalización no se estaba llevando a cabo.

Para tocar algún sector económico en Venezuela es necesario hacerlo con pinzas, ya que el país atraviesa una distorsión de todos los agentes que no se ve prácticamente en ningún país del mundo. Comparar los precios de algún producto del mercado local con uno en otra nación no tiene asidero tomando en cuenta todas las variables que afecta la estructura de costos de los negocios venezolanos.

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    La enfermera que logró la independencia profesional al devolver la energía a sus clientes
    La enfermera que logró la independencia profesional al devolver la energía a sus clientes

    Tras 15 años trabajando en una institución de salud del estado, Karen Gutierrez, licenciada en enfermería, cuenta a El Emprendedor cómo comenzó su proyecto con los cócteles vitamínicos.



    Karen Gutiérrez dedicó 15 años de su vida al hospital JM de Los Ríos, en Caracas, donde no solo creció como profesional de la salud, sino también como ser humano. Sin embargo, en 2019, tras enfrentar crisis políticas, sociales y personales, decidió dar un paso al costado y dejar la institución que había sido su segunda casa. Hoy, es una emprendedora que transformó su pasión por la enfermería en un negocio que combina ciencia, bienestar y estética, demostrando que es posible emprender sin abandonar la profesión.

    Una trayectoria centrada en la vocación de servir

    Desde joven, Karen tenía claro que quería dedicarse a la salud. En el hospital JM de Los Ríos, un centro pediátrico reconocido en Caracas, se profesionalizó a través de especializaciones y una maestría, llegando a ocupar roles de liderazgo. “El hospital fue mi universidad, donde aprendí y crecí como enfermera y como persona”, recuerda.

    A pesar de su compromiso, las condiciones laborales eran cada vez más desafiantes. La falta de insumos, equipos y personal afectaba el trabajo diario. “Era frustrante trabajar sin los recursos adecuados, viendo cómo la crisis afectaba tanto a los pacientes como al personal”. A esto se sumaban las presiones políticas y la inseguridad que se vivía dentro de la institución.

    La difícil decisión de renunciar

    En 2019, tras meses de reflexión y episodios de hostigamiento, Karen tomó la difícil decisión de renunciar. “Fue un proceso emocionalmente complejo. Amaba mi trabajo, pero sabía que ya no era sostenible ni para mí ni para mi hija”. Añade que durante tres meses no pudo dormir debido a la presión y el desgaste acumulados.

    La crisis política que vivía el país también influyó. “Era difícil ver cómo el sistema colapsaba y no podíamos hacer mucho para cambiarlo. Las protestas, la falta de seguridad y el hostigamiento hacia el personal de salud fueron determinantes”.

    Tras la búsqueda de su verdadera vocación

    Tras dejar el hospital, Karen exploró diferentes caminos, desde la repostería hasta la venta de ropa. Sin embargo, nada de esto la llenaba. “Sabía que quería algo más, algo que conectara con mi verdadera vocación”, admite. Fue durante una visita a un spa que encontró su nuevo rumbo.

    Allí, descubrió que muchos procedimientos relacionados con la sueroterapia y la estética no eran realizados por profesionales de la salud. “Pensé: tengo la experiencia y el conocimiento para hacerlo de manera segura y con la garantía que un cliente merece”. Este momento marcó el inicio de su emprendimiento en el área de la sueroterapia y los cócteles vitamínicos.

    Karen también recordó su experiencia ayudando a la esposa de un compadre, quien enfrentaba cáncer y recurría a los cócteles vitamínicos para sobrellevar las quimioterapias. “Era impresionante ver cómo estos tratamientos le devolvían la energía, le quitaban las náuseas y le permitían recuperar fuerzas”. Esta experiencia la inspiró a ofrecer un servicio que pudiera beneficiar tanto a personas enfermas como a quienes simplemente querían mejorar su calidad de vida. “Me di cuenta de que estos tratamientos podían transformar vidas, y decidí llevarlos a más personas”.

    Integrando nuevas técnicas a su experiencia profesional 

    Karen decidió combinar su experiencia clínica con nuevas habilidades. Realizó cursos en cosmiatría y esteticismo, integrando estas técnicas con su conocimiento médico para ofrecer un servicio integral, y creando así Vital Spa Gutierrez. Su primer cliente fue su abuela, quien presentaba dolores articulares y fatiga. “Los cócteles vitamínicos mejoraron su movilidad y le devolvieron la energía. Fue emocionante ver cómo algo tan sencillo podía cambiar su calidad de vida”.

    Pronto, sus servicios comenzaron a expandirse. Incorporó masajes relajantes y terapias complementarias, creando experiencias personalizadas para cada cliente. Además, descubrió el impacto positivo de los cócteles vitamínicos en deportistas y personas con fatiga crónica, quienes notaron mejoras inmediatas en su energía y rendimiento.

    Promoviendo la salud preventiva

    Uno de los pilares de su negocio es educar a los clientes sobre la importancia de trabajar con profesionales capacitados. “Muchos no entienden los riesgos de someterse a tratamientos invasivos con personas no calificadas. Mi objetivo es garantizar seguridad y calidad en cada procedimiento”, explica.

    Karen también promueve la salud preventiva. “Los cócteles vitamínicos no solo ayudan en casos de enfermedad, sino también en el bienestar diario, fortaleciendo el sistema inmunológico y mejorando la vitalidad”.

    Mirando hacia el futuro

    Con una base sólida y una visión clara, Karen planea expandir su negocio. Su objetivo es abrir un espacio propio donde pueda integrar servicios de salud y estética, ofreciendo una experiencia completa a sus clientes. También busca inspirar a otros profesionales de la salud a emprender. “El sector salud tiene un enorme potencial para crear negocios exitosos que impacten vidas positivamente”, asegura Karen.

    Karen Gutiérrez es un ejemplo de resiliencia y pasión. Su historia demuestra que, con determinación y creatividad, es posible transformar los desafíos en oportunidades, sin abandonar aquello que uno ama hacer. Desde el hospital hasta su negocio actual, su compromiso con la salud sigue siendo el motor de su éxito.

    Escrito el Viernes, 17 Enero 2025 12:00 en Emprendedores ¡Deja el primer comentario! Visto 124 veces
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    Ex funcionaria pública vió truncado su sueño de jubilarse y decidió transformar su hogar en la playa en una posada en la Guaira
    Ex funcionaria pública vió truncado su sueño de jubilarse y decidió transformar su hogar en la playa en una posada en la Guaira

    Stella Maris es el nombre de la posada de quien trabajó durante 27 años en la administración pública, y que al ver que su salario ya no le alcanzaba, decidió dar el paso más importante de su vida: emprender.



    Glenda Escalona dedicó 27 años de su vida al Seniat como licenciada en Ciencias Fiscales, pero en 2022 tomó una de las decisiones más importantes de su vida: convertir su casa frente a Playa Candilejas, en La Guaira, en la posada Stella Maris. Lo que comenzó como una idea llena de miedo e incertidumbre se transformó en un nuevo negocio de hospedaje que aporta al mercado del turismo guairense.

    De funcionaria a emprendedora

    El camino hacia el emprendimiento no fue sencillo. En 2016, los bonos y beneficios que hacían atractiva su posición en el Seniat desaparecieron, dejando su salario reducido a un monto insuficiente. “El sueldo no alcanzaba; solo nos sosteníamos con las proteínas que nos daban”, recuerda Glenda. Su trabajo dejó de ser atractivo con la llegada de una nueva administración. “Lo que me gustaba más era el ambiente, el compañerismo y la solidaridad que había entre los compañeros, en ese momento todo eso se acabó”, recordó.

    A pesar de su experiencia en la administración pública, la situación económica del país y una enfermedad que padecía su madre, la llevaron a replantearse su futuro. “Siempre fui la proveedora de mi familia, pero la crisis me obligó a buscar alternativas para no depender de mi hijo”. Aunque había recibido sugerencias de vecinos para convertir su casa en una posada, el miedo a los cambios y la falta de experiencia en el sector la detuvieron de tomar esta decisión por varios años. “Tuve cierto miedo, porque no sabía qué tipo de personas iban a llegar”, destacó.

    Un préstamo de 100$

    En 2022, con la salud de su madre deteriorada y la necesidad económica apremiando, Glenda finalmente decidió actuar. Su primera acción fue habilitar la piscina de su casa. Con $100 que pidió prestado a su hermana, compró cuatro cisternas para asegurar el suministro de agua y comenzó a promocionar el espacio con tarjetas de presentación. “Tuve que empezar con lo que tenía; no podía esperar a tener todo perfecto”.

    Glenda luchó consigo misma, hasta el día que tomó la decisión final. “El día que promocioné la piscina, dije, bueno, pa'lante es pa'llá, en mano de Dios me pongo, y veremos a ver qué sucede. Así que arranqué con miedo, bastante miedo”, dijo.

    Su primer cliente fue un grupo de 46 personas que usó la piscina, lo que le dejó lecciones importantes. “Fue una experiencia complicada porque no tenía reglas claras; aprendí que establecer normas es fundamental para mantener el orden”. A pesar de los contratiempos, esta primera incursión la motivó a seguir adelante.

    El miedo de abrir su hogar al público

    Uno de los mayores obstáculos que enfrentó Glenda fue el miedo a los riesgos de abrir su hogar al público. “Me preocupaba quiénes entrarían y cómo garantizar mi seguridad”, admite. Este temor se hizo más palpable después de un incidente en una fiesta de 15 años, donde la falta de control resultó en daños a la propiedad y reclamos de los vecinos, incluso llegó la policía.

    Sin embargo, aunque deprimida por la situación, lejos de rendirse, Glenda implementó sus primeras normas estrictas. Ahora, los horarios de la piscina están claramente establecidos y se decidió limitar la realización de eventos nocturnos. “Estas reglas me permiten mantener el control y asegurar una mejor experiencia para mis clientes”.

    Un negocio con un mercado amplio

    La posada Stella Maris comenzó a ganar reconocimiento gracias a plataformas como Marketplace de Facebook y recientemente en 2024, Airbnb. Su ubicación estratégica, a solo 100 metros de la playa y 10 minutos del aeropuerto internacional, la ha convertido en un punto ideal tanto para turistas tanto locales como extranjeros. “Muchos de mis clientes llegan por referencia; eso me demuestra que estoy haciendo las cosas bien”.

    Además, Glenda ha diversificado sus servicios para adaptarse a las necesidades de su clientela. Ofrece espacios para fiestas infantiles, reuniones familiares y celebraciones de fin de año. “Quiero que cada cliente se sienta como en casa y disfrute al máximo de su estadía”.

    Nuevos proyectos

    Con una visión clara, Glenda planea expandir su negocio en 2025. Entre sus proyectos están la organización de talleres de crecimiento personal, sesiones de yoga y servicios de turismo local. También planea mejorar su presencia en redes sociales para atraer a más clientes y seguir reinvirtiendo en la remodelación de la posada. “Mi prioridad es mantener la casa en las mejores condiciones posibles para ofrecer una experiencia de calidad”.

    Reflexiones de una ex funcionaria pública resiliente

    La historia de Glenda es un ejemplo de cómo la determinación y la capacidad de enfrentar el miedo pueden transformar los desafíos en oportunidades. “El miedo es el mayor obstáculo para avanzar; hay que enfrentarlo y confiar en que el universo te guiará”, reflexiona.

    Su consejo para otros emprendedores es claro: “si esperas a que todo esté perfecto, nunca comenzarás. Lo importante es dar el primer paso, aprender en el camino y no tener miedo de cometer errores”.

    Desde una casa frente a la playa hasta una exitosa posada, Glenda Escalona ha demostrado que con esfuerzo, visión y perseverancia, cualquier sueño puede hacerse realidad.

    Escrito el Miércoles, 15 Enero 2025 18:08 en Emprendedores ¡Deja el primer comentario! Visto 129 veces
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    Los valencianos que desarrollaron con éxito su marca de alitas de pollo frito
    Los valencianos que desarrollaron con éxito su marca de alitas de pollo frito

    Lo que comenzó con una sopa dominical entre amigos, se convirtió en Candela Food, un emprendimiento con una receta especializada en alitas y pollo frito.



    Cuando la pandemia golpeó al mundo en 2020, Israel Pimentel y Javier Rivero se encontraron en una situación inesperada. Ambos habían dedicado años a la vida nocturna y los bares en Valencia, pero el cierre de estos negocios dejó sus carreras en pausa. “La pandemia frenó todo lo que hacíamos; tuvimos que buscar una opción para seguir adelante”, recuerda Javier. Entre las pocas alternativas viables estaba el sector de la comida, y así nació Candela Food.

    La idea inicial de Candela Food fue sencilla pero efectiva: sopa dominical. “Comenzamos haciendo sopa de costilla los domingos desde nuestras cocinas”, dice Israel. Con ayuda de un amigo DJ que también era cocinero aficionado, comenzaron a experimentar con recetas.

    Sus primeros clientes fueron amigos y familiares, quienes conocieron el proyecto a través de cadenas de WhatsApp. “Al principio, los amigos eran los que te apoyaban, los que compraban”, añade Javier. Pero sabían que un solo producto no sería suficiente para mantener un negocio a largo plazo.

    La apuesta por el pollo frito

    La transición hacia el pollo frito llegó tras analizar el mercado local y sus oportunidades. “Vimos que la idea del pollo frito era una buena opción”, comenta Israel. Con método de ensayo y error, crearon una receta única que se convertiría en el alma del negocio. “La receta que hoy tenemos fue creada por nosotros, investigando y tomando ideas”.

    Comenzaron con pollo frito y, poco a poco, expandieron su menú para incluir alitas, tenders y bandejas familiares. Las alitas, en particular, se convirtieron en su producto estrella. “Hoy en día, nuestra carta de presentación son las alitas; tienen una textura y un sabor únicos”, destaca Javier. Estas alitas no solo tienen un empanizado especial, sino que también ofrecen ocho sabores diferentes, algo que los diferencia de la competencia.

    El primer gran salto

    En 2022, Candela Food logró establecer su primera sede física en el Páramo Jardín Gourmet, un espacio compartido con otros conceptos gastronómicos en Naguanagua.

    Este cambio permitió consolidar su presencia en el mercado local y atraer a un público más amplio. “Nuestra primera sede fue un gran paso; nos ayudó a posicionarnos como una opción sólida para los amantes del pollo”, explica Israel.

    La clave del éxito ha sido su enfoque en la calidad y en la experiencia del cliente. Sus bandejas para compartir, diseñadas para familias, se han convertido en un éxito rotundo.

    “Nuestro público es principalmente familiar; las bandejas para compartir son lo que más rota en nuestro local”, comenta Javier. Estas opciones permiten a los clientes probar una variedad de productos en una sola comida, incluyendo alitas, tenders y ensaladas.

    Las deficiencia de electricidad y gas

    Como todo emprendimiento, Candela Food ha enfrentado retos significativos. Desde sus inicios, los fundadores tuvieron que adaptarse a trabajar con equipos básicos y superar la falta de experiencia en cocina profesional. “Tuvimos la idea absurda de usar freidoras de tres litros; hoy sabemos que eso era imposible”, recuerda Javier entre risas.

    La situación económica también ha sido un obstáculo. “La electricidad y el gas son problemas constantes que afectan nuestro día a día”, admite Israel. Además, la fluctuación en la frecuencia de los clientes ha sido un desafío. “Teníamos clientes que venían tres veces a la semana; ahora vienen una vez al mes”. Sin embargo, han aprendido a adaptarse y a mantenerse resilientes.

    El segundo local

    Hoy, Candela Food también cuenta con un segundo local en El Viñedo, donde han ampliado su oferta para incluir bebidas alcohólicas. Este nuevo espacio les permite jugar con más opciones de menú, incluyendo pizzas y hamburguesas. “Queremos abarcar una gama más amplia; no sabemos hasta dónde llegaremos, pero seguimos avanzando”, dice Israel con optimismo.

    Para quienes desean emprender, los fundadores de Candela Food tienen un consejo claro: constancia y visión. “Si crees en tu proyecto, sigue adelante con disciplina y perseverancia”, aconseja Javier. Con esta filosofía, esperan seguir expandiendo su marca y conquistar nuevos mercados.

    Candela Food es un ejemplo de cómo una idea sencilla puede transformarse en un negocio exitoso con esfuerzo, creatividad y pasión. Desde una sopa dominical hasta convertirse en una marca competitiva de alitas de pollo frito en Valencia, su historia es otro testimonio de resiliencia y determinación. La próxima historia de éxito puede ser la tuya, comienza ahora.

     

    Entrevistado por: José Rangel

    Escrito el Miércoles, 15 Enero 2025 11:58 en Emprendedores ¡Deja el primer comentario! Visto 126 veces
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    Lo que comenzó como una broma en la universidad se convirtió en esta exitosa marca de perros calientes gourmet
    Lo que comenzó como una broma en la universidad se convirtió en esta exitosa marca de perros calientes gourmet

    2 Sin Remordimiento, es la marca de perros calientes con ingredientes de alta calidad que encanta a los valencianos.



    Gerardo Pacheco siempre tuvo una visión clara sobre lo que quería hacer, incluso cuando parecía una broma.  Durante sus años universitarios, este joven ingeniero mecánico soñaba con abrir un carrito de perros calientes. “Mis amigos se burlaban de mí porque yo decía que quería montar un carrito de perros calientes después de graduarme”, recuerda.

    Hoy, ese sueño es una realidad tangible llamada 2 Sin Remordimiento, un negocio que mezcla la tradición de la comida callejera con ingredientes de alta calidad. Junto con su socio Francisco Aguilar, Gerardo ha logrado construir una marca que resalta en el competitivo mercado de la gastronomía en Valencia, en Venezuela.

    Inspirado en sus tíos

    Gerardo creció rodeado de negocios familiares de comida en Valencia y Mérida.  Desde los 13 años, estuvo involucrado en las operaciones de sus tíos, quienes gestionaban hamburgueserías y pizzerías con un enfoque en productos de alta calidad.  “Siempre me encantó la comida callejera, pero quería ofrecer algo distinto: que la gente pudiera disfrutar de un producto de calidad sin sacrificar el sabor o la experiencia”, explica.

    En 2019, mientras migró a Los Ángeles, Estados Unidos, Gerardo decidió que era el momento de convertir su sueño en realidad.  Aunque no podía estar en Venezuela, su familia y su socio Francisco Aguilar fueron claves para materializar la idea.  “Quería emprender algo que también ayudara a otras personas, y abrir un negocio allá significaba dar trabajo a quienes lo necesitaban”, destaca Gerardo.

    El nombre 2 Sin Remordimiento nació de una combinación de humor y amor por la comida. “La idea era que pudieras comerte dos perros calientes sin culpa, disfrutando cada bocado”, comenta con una sonrisa. 

     

    La casa de la abuela

    El primer paso fue instalar un carrito de perros calientes en el estacionamiento de la casa de su abuela, en la zona de Agua Blanca, Valencia. “Comenzamos con tres mesitas y un carrito sencillo, pero con una visión clara: ofrecer el mejor perro caliente de la ciudad”, dice Gerardo.

    Desde el principio, la calidad fue su prioridad. “El pan lo hace una panadería específicamente para nosotros, usamos las mejores marcas de salchichas, y todos los vegetales se cortan y refrigeran el mismo día”.

    Junto a Francisco, quien opera el negocio en Valencia, Gerardo supervisa cada detalle, incluso a distancia. Ambos compartieron la filosofía de que la comida callejera podía ser un producto de alta calidad. “Queríamos cambiar el concepto de que la comida de calle tenía que ser mediocre. Todo lo que ofrecemos tiene que ser fresco y bien preparado”, asegura Francisco.

    Un fuerte golpe

    Como todo negocio emergente, 2 Sin Remordimiento enfrentó numerosos desafíos, especialmente durante la pandemia. “Fue un golpe fuerte.  No podíamos abrir, pero decidimos dar un sueldo mínimo a nuestros empleados durante cuatro meses.  Sabíamos que era lo correcto”, comenta Gerardo.

    El miedo al fracaso también estuvo presente desde el inicio.  “Siempre me preguntaba: ‘¿Y si no funciona?’, pero al final, el miedo a no intentarlo fue más grande”.  Una vez superados esos temores iniciales, el negocio comenzó a crecer rápidamente gracias al boca a boca.

    El nicho de las bodas

    El éxito inicial del carrito permitió a 2 Sin Remordimiento expandirse al mundo de los eventos.  “La gente comenzó a pedirnos para bodas, cumpleaños y hasta patinatas escolares.  Hoy, los eventos representan entre el 30 y 35% de nuestros ingresos mensuales”, explica Gerardo.  Esta diversificación les ha permitido mantener un flujo constante de ingresos mientras consolidan su presencia en el mercado local.

    En 2021, abrieron su segunda sede en Valencia, marcando un hito en su desarrollo. Esta nueva etapa también trajo consigo un rebranding.  “Entendimos que no solo vendemos perros calientes, sino una experiencia.  Trabajamos en nuestra imagen, capacitamos al personal y mejoramos los tiempos de servicio”, dice Gerardo.  Estas mejoras fueron posibles gracias al trabajo con un asesor empresarial que los ayudó a estructurar procesos y cadenas de producción más eficientes.

    Una futura nueva sede

    Con el propósito de mejorar el servicio y dar mas comodidad a sus clientes, decidieron mudar su segunda sede a un nuevo espacio ubicado en el Parque Guaparo, siendo este un gran paso para 2 Sin Remordimiento.  “Queremos que esta sede refleje todo lo que hemos aprendido: desde los procesos internos hasta la experiencia del cliente”, comenta Gerardo.  Además, ambos socios están enfocados en fortalecer la identidad del negocio y posicionarlo como un referente de calidad en el mercado.

    Gerardo también ha llevado su pasión por la comida callejera a Los Ángeles, donde opera un food truck bajo el nombre Dog R.  Aunque es una marca diferente, comparte la misma filosofía de calidad y frescura que caracteriza a 2 Sin Remordimiento.

    Reflexiones y consejos para emprendedores

    Para Gerardo, el éxito radica en la constancia, la disciplina y la capacidad de delegar. “Aprender a delegar nos ha permitido enfocarnos en nuevas ideas y en el crecimiento del negocio”, afirma. También destaca la importancia de crear una identidad clara y conectar con los clientes a través de una historia auténtica. “Un producto sin historia no tiene alma. La gente se conecta con los valores y metas que hay detrás de lo que haces”.

    A pesar de los retos económicos en Venezuela, Gerardo ve un gran potencial para los emprendedores que están dispuestos a estudiar bien su mercado. “El problema no es invertir, sino entender tus costos, tener un sistema claro y planificar tu retorno”.

    2 Sin Remordimiento es un ejemplo de cómo una idea aparentemente sencilla puede transformarse en un negocio exitoso con esfuerzo, pasión y una visión clara. Desde un carrito en el estacionamiento de una casa hasta convertirse en un referente de calidad, esta es una historia de perseverancia y amor por la comida callejera.

    Escrito el Viernes, 03 Enero 2025 18:56 en Emprendedores ¡Deja el primer comentario! Visto 218 veces
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    El abogado que encontró un negocio exitoso en las masas para pastelitos
    El abogado que encontró un negocio exitoso en las masas para pastelitos

    Carlos Pérez dejó la abogacía para emprender en Venezuela, convirtiendo las masas para pastelitos en su arte y negocio.



    Carlos Pérez, abogado comercial egresado de la Universidad de Carabobo, nunca imaginó que su trayectoria profesional tomaría un giro tan inesperado. En 2015, decidió emigrar en busca de nuevas oportunidades.

    Durante su travesía, vivió en Trinidad y Tobago, Argentina y Chile, enfrentando los retos de la adaptación y el empleo. “Viví siete meses en Trinidad y Tobago. Después, estuve un año en Buenos Aires y seis años en Santiago de Chile”, recuerda Carlos, quien comenzó a trabajar en cocina, y en donde tuvo su primer acercamiento a la producción y venta de alimentos.  Ese contacto inicial con la gastronomía despertó algo en él, una chispa que lo llevó a explorar un nuevo camino.

    Sin embargo, lo que realmente marcó el inicio de su transformación fue un sentimiento profundo de nostalgia y pertenencia hacia su tierra natal. “Me hacía falta mi país, ese sentido de pertenencia que no tenía afuera”, confiesa.

    Así que, en el año 2021, regresó a Venezuela con el sueño de construir algo propio, apostando por lo que había aprendido durante sus años fuera del país.

    Encuentro con la fábrica de masas de trigo

    La conexión con la cocina se fortaleció durante su estancia en Chile, donde conoció a su pareja, quien era la propietaria de una fábrica de masas. “A través de ella conocí cómo funciona la fábrica de masa y cómo ensamblar productos”, relata Carlos, quien aprovechó esta experiencia para adquirir un conocimiento profundo sobre el mundo de las masas.

    Fue en este contexto que decidió fundar su negocio al regresar a Venezuela, inspirado por la idea de que la fabricación de masas era un arte. “Las masas son un arte porque no tienen una receta universal; cada una es única”, afirma con pasión.

    Inicialmente, Carlos comenzó vendiendo pastelitos venezolanos y empanadas horneadas desde casa, utilizando redes sociales para llegar a sus primeros clientes. “Publicaba en redes sociales y vendía desde casa. Así comenzó todo”. Poco a poco, diversificó su oferta, incluyendo tequeños y otros productos populares. “Empecé a vender a cafés y fuentes de soda, logrando una base de clientes fijos”. Este crecimiento lo llevó a consolidar un modelo de ventas al mayor, ampliando su alcance en el mercado.

    El regreso a Venezuela

    El regreso a Venezuela no estuvo exento de desafíos. Carlos enfrentó de frente los efectos de la inestabilidad económica, con fluctuaciones constantes en el dólar y en los costos de los insumos. “El dólar subía desesperadamente; eso nos obligaba a reajustar precios casi a diario”, explica.

    Además, reconoció la ausencia de una clase media sólida con capacidad adquisitiva, lo que lo llevó a adaptar su estrategia. “Hoy no existe la clase media con el poder adquisitivo de hace 15 años”, comenta, subrayando la necesidad de apuntar a segmentos populares.

    La competencia fue otro de los obstáculos significativos. “Hay competencias buenas y malas, pero trabajo para que la calidad de mi producto sea mi ventaja”. Productos como el queso, esenciales para la preparación de tequeños, también representaron un reto debido a su precio fluctuante. “El precio del queso depende del clima y la oferta; eso complica la planificación”, señala.

    A pesar de estas dificultades, Carlos nunca perdió la fe en su proyecto. “Siempre hay miedo de invertir aquí, pero decidí dar el paso”. Su determinación y visión lo ayudaron a enfrentar los problemas con valentía, adaptándose constantemente a las circunstancias del mercado.

    El éxito de un modelo accesible

    Uno de los mayores logros de Carlos ha sido conseguir que su negocio se mantuviera por sí solo desde el primer día. “Nunca tuve que sacar dinero de mi bolsillo para cubrir los gastos básicos del negocio”, afirma con orgullo.

    Esto lo atribuye a su enfoque en ofrecer productos de calidad a precios competitivos, una estrategia que ha resonado bien con su público objetivo. “Si quieres vender masivo, ofrece calidad y precio competitivo; eso siempre funciona”.

    Además, Carlos destaca que su independencia como emprendedor le ha dado una vida plena y satisfactoria. “Desde que decidí emprender y dejar de depender de un sueldo, he vivido bien”, asegura.  Este logro personal refleja su éxito como emprendedor y su capacidad para superar las adversidades.

    El gran consejo de negocio

    Mirando hacia el futuro, Carlos tiene planes ambiciosos para Arte Masas. Sueña con convertir su negocio en una franquicia, centralizando la producción y estableciendo puntos de venta en Caracas y otras ciudades clave. “Quiero expandir a un modelo de franquicia, con producción centralizada y locales de venta”, comparte, dejando claro que su visión va más allá del éxito inmediato.

    Para él, el mercado venezolano sigue siendo un territorio lleno de oportunidades, pero requiere un análisis cuidadoso. “Analiza bien a quién quieres como cliente y sé realista con tu capital”, aconseja a otros emprendedores. “Si quieres vender masivo, vendes barato, pero con calidad. Eso siempre funciona”.

    La historia de Carlos Pérez es un testimonio de resiliencia y creatividad, un recordatorio de que incluso en los momentos más inciertos, hay espacio para innovar y prosperar.

    Arte Masas no solo es un negocio de apenas 1 año de fundado; es un sueño que mezcla esfuerzo, arte y sabor, un legado que promete seguir creciendo en el mercado venezolano.

     

    Entrevistado por: José Rangel

    Escrito el Lunes, 30 Diciembre 2024 12:23 en Emprendedores ¡Deja el primer comentario! Visto 335 veces