8 consideraciones a tomar en cuenta antes de abandonar tu proyecto

“Me rindo”. ¿Lo has pensado alguna vez ante algún emprendimiento? Es probable que sí. Quizá hasta incluso lo estés pensando ahora. Tranquilo. Ante las adversidades cualquiera se cuestiona. Lo importante no es si se piensa o no, lo importante es saber que rendirse y dejar a un lado tus sueños es un error que puedes evitar.

Shaun Livingston, jugador profesional de baloncesto es un ejemplo de no rendirse. Quien vea en la web el video de la lesión de rodilla que sufrió este deportista, por lo mínimo, sentirá un escalofrío. La pierna quedó en una posición antinatural. ¿Y se rindió? No. Siguió. Y hoy juega en uno de los mejores equipos de la historia de la NBA, los Warriors de Golden State.

Al futbolista Lionel Messi le dijeron que no podría jugar al futbol por sufrir un problema de desarrollo. ¿Se rindió? No. Gracias a Dios que no lo hizo, pues si lo hubiera hecho los amantes del fútbol se hubieran privado de ver semejantes espectáculos ofrecidos por el argentino.

A Gabriel García Márquez le dijeron que no sabía escribir. ¿Se rindió? No. Menos mal. Porque si no hubiera seguido ese sueño que tuvo desde joven hoy no existirían joyas como Cien Años de Soledad, Pantaleón y las visitadoras, y un largo etcétera.

Amancio Ortega trabajaba en una tienda de ropa. Y hoy es uno de los hombres más ricos del mundo. Si se hubiera quedado en paroxismo, si hubiera dicho “no lo hago”, quizá todavía estaría en esa tienda en España.

En ese sentido, el portal INC publicó una información con las ocho razones por las cuales no debes rendirte. Leamos.

1.- Rendirse y replantearse una idea son dos cosas diferentes. El hecho de que la forma como tú pensaste que se iba a dar una idea, bien sea de negocios o no, no funcione, no significa que la idea no sirva, significa que debes cambiar la manera de utilizar esa idea. Hay que ser flexibles pero no rendirse.

2.- Pensar siempre con energía. Debes siempre mantenerte enfocado en los objetivos, independientemente de las circunstancias. Mantén en alto tu energía y siempre sé enemigo de la improductividad, la cual te acerca siempre a ese “me rindo”.

3.- No asocies fallar con rendirse. Son dos cosas diferentes. Todos fallamos, pero si te rindes por una falla, quizá ya estés a cinco metros de la meta y no llegues por una flaqueza ante la coyuntura. Todo error es frustrante, pero hay que levantarse.

4.- Haz del coraje un hábito. Las personas que caminan por los derroteros de la divagación y el pesimismo tenderán a rendirse. Eso debe evitarse. Respira y cambia el chip. La idea es practicar diariamente la resiliencia. Eso sí, con adaptación, nunca desde la terquedad.

5.- Tu reputación sufrirá. Si decides rendirte y eres socio de otros profesionales eso creará un precedente. Ese precedente te seguirá porque en un futuro caso de emprendimiento recordarán ese momento en el que dijiste “ya no más”.

6.- Si te rindes antes de que tu idea madure nunca sabrás qué habría sucedido. Eso te seguirá día a día, porque esas ideas que nacen en la infancia, esos sueños, esos proyectos de vida inconclusos, te susurrarán algún día: “¿por qué te rendiste?”.

7.- Rendirse puede ser consecuencia de una mala práctica de conversación con uno mismo malsana. Cuidado con esas charlas contigo mismo. Quizá allí nazca el deseo de dejarlo todo. No alimentes esa voz que habla de fracaso y frustración, porque esa voz ve una realidad distorsionada y con base en ese argumento nunca es bueno tomar decisiones acertadas.

8.- La principal razón por la que no debes rendirte es que eso podría poner en duda para ti mismo tu capacidad de ejecutar una tarea en el futuro. No pierdas la fe en ti. Sigue adelante con tu idea, con tu sueño.  Crear algo de valor en la vida significa luchar por eso en lo que crees. Haz la diferencia.