La idea que podría digitalizar la agricultura en los sectores más pobres

En los últimos años, el desarrollo de tecnologías digitales ha comenzado a diversificarse para ayudar a miles de mercados a mejorar su rentabilidad. Sin embargo, los sectores de menos recursos se han visto “abandonados” por este tipo de iniciativas debido a que sus requerimientos tecnológicos van más allá de las posibilidades de los poblados. Algunas de las comunidades más afectadas por esto serían las encargadas de la producción de alimentos.

Es con esto en mente que en Estados Unidos ya se estaría desarrollando un producto con el fin de beneficiar a las comunidades de productores más pobres del mundo a unirse a la agricultura sustentable, y a producir alimentos para grandes poblados a una fracción del costo (precio y recursos). Se trata de la "granja en una caja".

Este es un producto de la empresa del mismo nombre, Farm from a Box, ideada en 2009 por Scott Thompson y Brandi DeCarli, quienes luego de trabajar por un periodo de tiempo en distintos países de África entendieron que era necesario el desarrollo de herramientas que facilitaran el acceso a recursos y tecnología para mejorar la producción en las comunidades de mayor necesidad.

Cuando se habla de una caja no se refiere literalmente a esto, sino a un contenedor (container) que incluye "todo lo que se necesita para realizar agricultura de precisión". De acuerdo a un reciente reportaje de EFE, cada caja "contiene placas solares, almacenamiento en frío, sistemas de riego y sensores, junto a otras herramientas básicas para cultivar". Todo esto utiliza las tecnologías anteriormente mencionadas para facilitar el monitoreo del trabajo desde cualquier parte del mundo.

¿Un modelo replicable?

Si bien es cierto que puede necesitarse de una gran inversión para materializar una idea de esta naturaleza, la realidad es que este tipo de productos bajo demanda (en el que se vende un paquete con insumos) no son completamente nuevos, sino que vienen posicionándose desde hace ya un par de años.

Es por eso que sí se trata de un modelo replicable siempre que se ofrezca la variedad necesaria para llevarlo a cabo. Lo único que se necesita es detectar las necesidades y posibilidades que presenta cada grupo de agricultores, y adaptar el producto a cada uno de ellos, ya sea eliminando algún beneficio (que estos no pudieran capitalizar), u otorgando beneficios adicionales.

¿Quién es el consumidor real?

En el caso de países como Venezuela, el concepto del "agricultor pobre" puede variar, ya que en muchos casos suele confundirse a las comunidades de pocos ingresos con grupos de agricultores realmente productivas. Es por eso que puede verse que en nuestro país estas comunidades tienen un acceso a la tecnología mucho menor a lo que se ve en el resto del mundo.

Sin embargo esto no quiere decir que la iniciativa no pueda materializarse en nuestro país, principalmente porque el paquete de $40.000 no es algo que pueda pagar un “agricultor pobre”. Lo que este requiere es de un grupo de ayuda que sea el que brinde el acceso a la tecnología, por lo que el verdadero cliente no es quien produce, sino quien da el alcance al producto.

Si bien es cierto que se trata de una idea que no puede ser aplicada en cualquier comunidad, y que requiere de grandes esfuerzos de emprendimiento para ser materializada, la realidad es que esta iniciativa tecnológica no solo es completamente innovadora, sino que ya estaría trayendo los beneficios prometidos a las comunidades en desarrollo.