La estrategia para reactivar la producción de calzado venezolano

En Venezuela, la industrialización hizo que la producción de calzado no solo se convirtiera en una de las mayores fuentes de trabajo en el sector de la moda, sino que además se tenía previsto que el país se convirtiera en uno de los principales exportadores de estos productos durante el año 2016.

Sin embargo, la crisis económica y el abandono del sector llevaron a que la producción comenzara a caer en el 2013. Ya desde ese año los medios nacionales comenzaban a advertir que la escasez de insumos estaba mermando la producción a niveles críticos. Para este año, el sector solo ha empeorado, y apenas un pequeño porcentaje de las empresas consigue divisas para producir.

Solución: plataformas de e-commerce especializadas

Esto obliga a los pequeños fabricantes a confeccionar productos que están fuera del alcance de gran parte de la población, pero no les da los elementos necesarios para poder sacarles el máximo provecho, es por eso que surge una posible solución a este problema: la creación de plataformas especializadas en la exportación.

Se trata de una idea en la que el emprendedor venezolano se encargaría de reunir a estos pequeños zapateros y productores independientes del sector, para colocar sus productos en una "estantería" virtual de alcance internacional, donde compradores de todo el mundo puedan tener acceso a los zapatos a precios competitivos que se producen en nuestro país, y puedan adquirirlos con unos pocos "clics".

No solo eso, sino que las condiciones están dadas para llevar a cabo un proyecto de esta naturaleza. Como lo explicamos en el pasado, la disparidad que existe debido al control cambiario ha llevado a que realizar envíos desde nuestro país sea excesivamente económica, brindando la posibilidad de darle beneficios atractivos al consumidor.

¿Cómo lo hacen en otros países?

Es esta idea exactamente la que puso en marcha el estadounidense Patrick Woodyard, fundador de la empresa Nisolo, que se encarga de seleccionar los mejores productos de los pequeños fabricantes de calzado de Trujillo, Perú, y los pone a disposición de millones de consumidores alrededor del mundo.

Woodyard, que estaba en el mercado del calzado desde hacía varios años se sintió indignado por el desastre de Rana Plaza, una fábrica ubicada en Bangladés que colapsó y dejó un saldo de 1.134 muertos. El incidente se dio por el bajo nivel de mantenimiento de la edificación, y ni las familias ni los supervivientes obtuvieron ningún tipo de compensación.

Con esto en mente, Woodyard decide crear una plataforma para ayudar, no solo a esos productores de Bangladés, sino a los que están esparcidos en todo el mundo y se enfrentan a situaciones similares. A través de una simple plataforma de alcance internacional, y el trabajo de cientos de pequeños fabricantes, la empresa ha ganado gran reconocimiento a nivel mundial.

De este modo podemos ver que es posible mejorar la condición en la que se encuentra el sector del calzado en nuestro país actualmente sin tener que invertir enormes sumas de dinero para la reactivación del aparato industrial. A través de la localización y conexión de estos productores con los consumidores, el sector podría financiarse a sí mismo.