Los “agrobarrios” como aporte para mejorar la situación alimentaria venezolana

En los últimos años, Venezuela ha atravesado una de las crisis alimentarias más importantes de su historia. La escasez, la inflación, y las constantes regulaciones no han hecho más que empeorar la situación, como se demostró este fin de semana, donde fiscalizaciones obligaron al cierre temporal de cientos de carnicerías en todo el país.

Y es que es este último mercado uno de los más afectados, ya que las proteínas animales han comenzado a experimentar los mismos problemas que otros alimentos como el arroz, el azúcar o las harinas. Sin embargo, esto ha dado paso a otro mercado: la compra y venta de frutas, verduras y hortalizas.

Este mercado ha visto un auge en los últimos años, ya que el consumo de carnes ha migrado a este sector, el problema es que los ofertantes no han podido dar abasto a tantos consumidores, y el producto también ha comenzado a incrementar su precio. Es por eso que surge un tipo de negocios muy partículas.

Una posible solución

Con estos problemas de fondo, un concepto atractivo a adoptar es el de los "agrobarrios". Se trata de un modelo de crecimiento en el que los "barrios" (como se le conocen a las comunidades en otros países) utilicen la agricultura como una pieza fundamental para el desarrollo económico local.

Se trata de una evolución de la llamada agricultura urbana, propuesta por distintos funcionarios como una herramienta para disminuir las dificultades que se presentan en el sector alimenticio actualmente. La diferencia es que no se basa en el trabajo para el individuo, sino en producir suficiente para vender el excedente.

Esto significa que una o varias familias comienzan a trabajar en equipo para poner a producir un espacio, y tomar estos productos para el sustento propio, al igual que se utiliza como una fuente de ingresos alternativa. Se trata de una agricultura urbana a escalas mayores.

Pero este mercado no solo es atractivo por la compleja situación alimentaria que atraviesa Venezuela actualmente, sino que también es una tendencia mundial que está siendo capitalizada por Millennials de todo el mundo. Este tipo de negocios, poco comunes para muchos en la actualidad, está comenzando a vivir un momento interesante.

Eso se debe a que las generaciones más contemporáneas han comenzado a desarrollar preferencias por los alimentos orgánicos, es decir, todos aquellos que no hayan pasado por procesos de trabajo llenos de químicos o elementos que puedan ser nocivos para la salud, con la intensión de alimentar a las masas.

Estos "agrobarrios" son cada vez más populares en países donde los Millennial son la principal fuerza económica, esto ocurre en Estados Unidos, parte de Asia, y zonas de Europa. Sin embargo, Latinoamérica también ha comenzado a unirse a esta onda saludable, lo que hace que Venezuela sea doblemente atractiva.

En el pasado hemos reseñado iniciativas similares a esta pero en menor escala, y en base a datos hemos logrado mostrar que se trata de una idea bastante atractiva en nuestra situación actual. En conjunto con verduras menos comunes, o de siembra más sencilla, puede ser un negocio muy atractivo en nuestro país.