El negocio del "petróleo comestible" venezolano

Este fin de semana reseñábamos que, en el marco de la 5° Expoferia Internacional para "darle impulso" a los productos de la industria chocolatera venezolana, nuestro país fue premiado por tercer año consecutivo por la realización de un mosaico de chocolate de casi 19 metro de largo.

Como explicamos en su momento, por tercera vez nuestra industria chocolatera gana un reconocimiento mundial (Record Guinness), pero no como un simple intento de hacer historia, sino como una forma de posicionar nuestro cacao en los mercados mundiales, ya que a pesar de tener "el mejor chocolate del mundo", nuestra industria no es realmente importante.

Esto se debe a muchos factores, desde la crisis económica actual, hasta la perdida de interés en exportar productos comestibles como el café o el cacao, que nació luego de la explotación petrolera durante el siglo pasado. Así, a pesar de tener uno de los mejores productos del mundo, no tenemos un mercado desarrollado.

En efecto, al igual que en muchas otras industrias donde la calidad del producto nacional es reconocida a nivel mundial (como el ron), no se ha visto un verdadero desarrollo para lograr convertirlos en una fuente de ingresos, no solo con miras a mercados internacionales, sino incluso de forma interna.

Según un reportaje realizado por Fox News a mediados de 2015, Venezuela apenas exporta 8.000 toneladas de cacao al año (casi lo mismo que el ron), ya que inversionistas y gobiernos no se han dedicado a buscar el modo de aumentar la expansión del negocio. Varios productores aseguran que la revocación de licencias, y complicaciones en las exportaciones hacen que en muchos casos se pierda el producto.

¿Qué significa esto?

Significa que Venezuela tiene un producto de interés mundial, y que por falta de interés por parte de los diferentes sectores venezolanos, no se está aprovechando. Se trata de una gigante oportunidad de negocios que está esperando a ser explorada, y que en los últimos años ha quedado en el olvido.

Del mismo modo que la industria realiza esculturas para posicionarse, y que las entidades pertinentes al mercado realizan conferencias hablando sobre las bondades del producto, también deben enfocarse en encontrar inversionistas capaces de llevar este negocio al siguiente nivel.

Nuestro país tiene decenas de regiones con capacidad y conocimientos para producir un bien mucho mejor al que se comercializa en el resto del mundo, y aun así son solo unos pocos productores los que realmente le sacan beneficios a través de las exportaciones. Los más pequeños también necesitan adentrarse en la masificación del producto.

Pasa igual que con el ron, donde solo unas marcas se quedan con todo el beneficio de un producto de calidad mundial. Es por eso que la industria, consumidores e inversionistas deberían posicionarlo como un producto para exportar de forma masiva, y que su producción pueda incluso sortear las variables macroeconómicas gracias a la ayuda de consumidores de todo el mundo.

Esto no es solo un beneficio para el desarrollo de las industrias venezolanas, sino que también estaría facilitando la diversificación de las exportaciones nacionales a través de un producto insignia de nuestro país. Este “petróleo comestible” tiene grandes oportunidades para crecer y posicionarse en todo el mundo.