Lo que comenzó como una broma en la universidad se convirtió en esta exitosa marca de perros calientes gourmet
2 Sin Remordimiento, es la marca de perros calientes con ingredientes de alta calidad que encanta a los valencianos.
Gerardo Pacheco siempre tuvo una visión clara sobre lo que quería hacer, incluso cuando parecía una broma. Durante sus años universitarios, este joven ingeniero mecánico soñaba con abrir un carrito de perros calientes. “Mis amigos se burlaban de mí porque yo decía que quería montar un carrito de perros calientes después de graduarme”, recuerda.
Hoy, ese sueño es una realidad tangible llamada 2 Sin Remordimiento, un negocio que mezcla la tradición de la comida callejera con ingredientes de alta calidad. Junto con su socio Francisco Aguilar, Gerardo ha logrado construir una marca que resalta en el competitivo mercado de la gastronomía en Valencia, en Venezuela.
Inspirado en sus tíos
Gerardo creció rodeado de negocios familiares de comida en Valencia y Mérida. Desde los 13 años, estuvo involucrado en las operaciones de sus tíos, quienes gestionaban hamburgueserías y pizzerías con un enfoque en productos de alta calidad. “Siempre me encantó la comida callejera, pero quería ofrecer algo distinto: que la gente pudiera disfrutar de un producto de calidad sin sacrificar el sabor o la experiencia”, explica.
En 2019, mientras migró a Los Ángeles, Estados Unidos, Gerardo decidió que era el momento de convertir su sueño en realidad. Aunque no podía estar en Venezuela, su familia y su socio Francisco Aguilar fueron claves para materializar la idea. “Quería emprender algo que también ayudara a otras personas, y abrir un negocio allá significaba dar trabajo a quienes lo necesitaban”, destaca Gerardo.
El nombre 2 Sin Remordimiento nació de una combinación de humor y amor por la comida. “La idea era que pudieras comerte dos perros calientes sin culpa, disfrutando cada bocado”, comenta con una sonrisa.
La casa de la abuela
El primer paso fue instalar un carrito de perros calientes en el estacionamiento de la casa de su abuela, en la zona de Agua Blanca, Valencia. “Comenzamos con tres mesitas y un carrito sencillo, pero con una visión clara: ofrecer el mejor perro caliente de la ciudad”, dice Gerardo.
Desde el principio, la calidad fue su prioridad. “El pan lo hace una panadería específicamente para nosotros, usamos las mejores marcas de salchichas, y todos los vegetales se cortan y refrigeran el mismo día”.
Junto a Francisco, quien opera el negocio en Valencia, Gerardo supervisa cada detalle, incluso a distancia. Ambos compartieron la filosofía de que la comida callejera podía ser un producto de alta calidad. “Queríamos cambiar el concepto de que la comida de calle tenía que ser mediocre. Todo lo que ofrecemos tiene que ser fresco y bien preparado”, asegura Francisco.
Un fuerte golpe
Como todo negocio emergente, 2 Sin Remordimiento enfrentó numerosos desafíos, especialmente durante la pandemia. “Fue un golpe fuerte. No podíamos abrir, pero decidimos dar un sueldo mínimo a nuestros empleados durante cuatro meses. Sabíamos que era lo correcto”, comenta Gerardo.
El miedo al fracaso también estuvo presente desde el inicio. “Siempre me preguntaba: ‘¿Y si no funciona?’, pero al final, el miedo a no intentarlo fue más grande”. Una vez superados esos temores iniciales, el negocio comenzó a crecer rápidamente gracias al boca a boca.
El nicho de las bodas
El éxito inicial del carrito permitió a 2 Sin Remordimiento expandirse al mundo de los eventos. “La gente comenzó a pedirnos para bodas, cumpleaños y hasta patinatas escolares. Hoy, los eventos representan entre el 30 y 35% de nuestros ingresos mensuales”, explica Gerardo. Esta diversificación les ha permitido mantener un flujo constante de ingresos mientras consolidan su presencia en el mercado local.
En 2021, abrieron su segunda sede en Valencia, marcando un hito en su desarrollo. Esta nueva etapa también trajo consigo un rebranding. “Entendimos que no solo vendemos perros calientes, sino una experiencia. Trabajamos en nuestra imagen, capacitamos al personal y mejoramos los tiempos de servicio”, dice Gerardo. Estas mejoras fueron posibles gracias al trabajo con un asesor empresarial que los ayudó a estructurar procesos y cadenas de producción más eficientes.
Una futura tercera sede
La apertura de una tercera sede en el Parque Guaparo es el siguiente gran paso para 2 Sin Remordimiento. “Queremos que esta sede refleje todo lo que hemos aprendido: desde los procesos internos hasta la experiencia del cliente”, comenta Gerardo. Además, ambos socios están enfocados en fortalecer la identidad del negocio y posicionarlo como un referente de calidad en el mercado.
Gerardo también ha llevado su pasión por la comida callejera a Los Ángeles, donde opera un food truck bajo el nombre Dogar. Aunque es una marca diferente, comparte la misma filosofía de calidad y frescura que caracteriza a 2 Sin Remordimiento.
Reflexiones y consejos para emprendedores
Para Gerardo, el éxito radica en la constancia, la disciplina y la capacidad de delegar. “Aprender a delegar nos ha permitido enfocarnos en nuevas ideas y en el crecimiento del negocio”, afirma. También destaca la importancia de crear una identidad clara y conectar con los clientes a través de una historia auténtica. “Un producto sin historia no tiene alma. La gente se conecta con los valores y metas que hay detrás de lo que haces”.
A pesar de los retos económicos en Venezuela, Gerardo ve un gran potencial para los emprendedores que están dispuestos a estudiar bien su mercado. “El problema no es invertir, sino entender tus costos, tener un sistema claro y planificar tu retorno”.
2 Sin Remordimiento es un ejemplo de cómo una idea aparentemente sencilla puede transformarse en un negocio exitoso con esfuerzo, pasión y una visión clara. Desde un carrito en el estacionamiento de una casa hasta convertirse en un referente de calidad, esta es una historia de perseverancia y amor por la comida callejera.
- Publicado en Emprendedores
- 0