Dolarizar, ¿es conveniente o no?

Desde hace varios meses que el coordinador del programa económico del candidato a la presidencia Henri Falcón, el economista Francisco Rodríguez, ha venido explicando cómo funcionaría el programa de dolarización de Venezuela de lograr una hipotética victoria en las elecciones a realizarse el 20 de mayo de este mes.

A pesar de ser una de las propuestas más escuchadas en los últimos años por parte de los economistas venezolanos, la realidad es que la misma ha generado polémicas, ya que muchos aseguran que el programa presentaría distintas falencias, e incluso para muchos es completamente imposible. Pero, ¿esto es así?

¿Qué demuestran las cifras?

El primer argumento que surge al momento de oponerse a la dolarización es que simplemente no hay suficientes dólares para lograrlo. No solo por los bajos niveles de exportación Venezolana, sino también por la caída en la producción petrolera, todo esto aunado a las deudas que tiene el país con los tenedores de bonos.

Sin embargo, en una comparación entre el precio estimado que tendría el dólar (150.000 por unidad según el economista, al momento de redacción de esta nota) y la cantidad de bolívares en circulación en el país (cifra publicada anualmente por el BCV), la dolarización podría lograrse con solo 2 millardos de bolívares, un tercio de la cantidad que posee el país en reservas internacionales.

¿Sería la pérdida de la soberanía?

Uno de los principales temas que han surgido en la opinión pública al momento de hablar de la dolarización, es que se especula una pérdida de la soberanía en Venezuela. Eso se debe a que muchos asumen que esta medida significaría la sustitución total del Bolívar, cosa que según reiteradas declaraciones sería falsa.

Tanto el economista como la información publicada online afirman que este proceso es completamente voluntario, y no solo eso, sino que al igual que ocurre en Panamá, ambas monedas circularían de forma paralela, siendo el bolívar principalmente para los denominados “pagos residuales”.

De acuerdo a The Economist, bajo el conocido Índice Big Mac, el bolívar ha perdido el 99,9% de su valor, lo que explica por qué se busca hacer voluntario su uso. Por su parte, el Índice Café con Leche, publicado por la firma especializada Bloomberg, demuestra que desde el 2016 el bolívar habría perdido cerca del 82% de su valor.

¿Cuánto tiempo tomaría y cómo podrían llevarla a cabo los empresarios?

Rodríguez ha afirmado que inicialmente el sueldo, para los empleados públicos, sería de $75 mensuales, con la esperanza de llevarlo hasta los $400 para el 2022 (por encima de la media de la región). Con esto en mente, afirma que la adaptación masiva de la moneda se daría en cerca de 6 meses.

Aunque no han explicado como las empresas privadas podrían lograr esto ya que, aun con una tasa bolívar-dólar más baja, pagar un sueldo de $75 sería prácticamente imposible, afirman que se les brindarían distintas formas de ayuda para lograr que estos se adapten lo más rápido posible.

Los verdaderos problemas de fondo

Es importante destacar que ambos lados, tanto quienes apoyan la dolarización como los que no, han afirmado que la dolarización por sí sola no es una medida que pueda solventar la crisis económica, ya que actualmente nuestro país tendría una serie de falencias que van más allá de la moneda de curso, incluyendo los bajos niveles de producción, la caída de la industria petrolera, la corrupción, y las trabas fiscales.

En cuanto a este último punto, el programa de gobierno en efecto cuenta con estas consideraciones, explicando cómo funcionaría la reforma fiscal, la limpieza institucional, e incluso la creación de un fondo de estabilización. Del mismo modo, el economista afirma que uno de los grandes atractivos de esta medida es que incentivaría la inversión extranjera, cosa que desde hace años estaría en caída.

Aunque se trate de una medida polémica, la realidad es que el equipo de este candidato ha mostrado con datos un esquema paso a paso, con datos incluidos, mostrando por qué es posible aplicar esta medida, cosa que hasta ahora sus detractores no habrían hecho. De todas maneras, surge la pregunta: Dolarizar, ¿es conveniente o no?