Qué es la corrupción pasiva y más claves para entender lo que sucede en Brasil

El término ‘corrupción pasiva’, a partir de este miércoles acaparó las primeras páginas de la prensa nacional e internacional, y esto se debió a la condena interpuesta al expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva a 9 años y medio de prisión por corrupción pasiva y lavado de dinero.

Según reportó la agencia de noticias británica BBC Mundo, el exmandatario fue hallado culpable de aceptar sobornos por parte de la constructora OAS por 1,1 millones de dólares, monto que fue dedicado a la remodelación y amueblado con piezas de lujo de un apartamento triplex en la localidad costera de Guarujá, en el estado de Sao Paulo.

En contraparte, quien fuera presidente de Brasil entre 2003 y 2010, negó inmediatamente los cargos adjudicando el hecho a lo que él considera “una caza de brujas”. No obstante, tiene derecho a apelar la sentencia, y mientras se desenvuelva el proceso no irá a prisión.

¿Qué es lo que está sucediendo en Brasil?

La sentencia que condenó a Lula fue dictada por el juez Sergio Moro, quien encabeza una serie de investigaciones sobre la trama de corrupción conocida como "Lava Jato" (autolavado, en portugués), algo histórico en ese país, donde por primera vez, un expresidente es condenado por corrupción.

La de Lula Da Silva, es la más reciente de las condenas emitidas en el marco del escándalo que envuelve a la petrolera estatal Petrobras y que comenzó casi por casualidad en una gasolinera de Brasilia en 2014, cuando la Policía Federal descubrió que, además de las bombas de gasolina, la minitienda y la cafetería, en la estación de servicio había una casa de cambio que se usaba para lavar dinero. A medida que ha pasado el tiempo, algunos de los ya acusados han venido delatando a otros implicados y salpicando cada vez más a figuras influyentes.

De acuerdo con el juez Moro, el hecho de que Lula era quien nombraba a los directores de Petrobras, le otorgó "un papel relevante en la trama criminal".

La otra parte

La defensa del expresidente, encabezada por  sus abogados, Cristiano Zanin Martins y Valeska Teixeira Zanin Martins ha argumentado que "por más de 3 años Lula ha sido sujeto de una investigación con motivaciones políticas. No se encontró ninguna evidencia creíble de culpabilidad y las abrumadoras pruebas de su inocencia fueron ignoradas".

Asimismo, según la bancada del Partido de los Trabajadores (PT) – de Lula - en la Cámara de Diputados, "está en curso una de las mayores manipulaciones de las que se tiene noticia por cuenta de su trayectoria política y por haber sido el mejor presidente de Brasil", mientras que aducen que hay un trasfondo para anular sus intenciones de relanzarse como candidato a la presidencia nuevamente en 2018.

¿Es el único político acusado de corrupción pasiva?

Los fiscales a cargo de la investigación han denunciado que las principales empresas constructoras de Brasil, entre las que se encuentra Odebrecht o Camargo Corrêa, habían formado un cartel para repartirse contratos multimillonarios de Petrobras.

El delito de corrupción pasiva ha ‘rozado’ no sólo a Lula sino también al actual presidente Michel Temer, quien fuera el vicepresidente de Dilma Rousseff, sometida a un juicio político y destituida en agosto de 2016 por normas fiscales, maquillando el déficit presupuestal.

 Asimismo, hace sólo dos semanas, el juez Moro sentenció a 12 años de prisión al influyente ministro Antonio Palocci, quien ejerciera durante los gobiernos de Lula y Rousseff, también por corrupción.

¿Qué engloba en concepto de la corrupción pasiva?

El diccionario de la Real Academia Española, define ‘corrupción’ de la siguiente manera: “Acción y efecto de corromper o corromperse/ En las organizaciones, especialmente en las públicas, práctica consistente en la utilización de las funciones y medios de aquellas en provecho, económico o de otra índole, de sus gestores”.

Alejandro Teitelbaum, licenciado en Derecho en la Universidad de Buenos Aires y representante de la Federación Internacional de Derechos Humanos hasta 2006, realizó una separación de los términos y lo que acarrean.

En este orden de ideas, el abogado precisa que “la corrupción es un delito que requiere dos autores: el que corrompe (corrupción activa) y el que se deja corromper (corrupción pasiva). De manera general la corrupción pasiva consiste en hacer o dejar de hacer algo relativo al desempeño de una función pública a cambio de dinero u otra dádiva o promesa de dádiva hecha por el corruptor activo”.

Aunado a lo anterior, Teitelbaum afirma que este tipo de práctica acarrea graves consecuencias económicas y sociales, mientras que la corrupción, en funcionarios públicos es considerada formalmente un delito en muchos países.

Finalmente, comenta que en los últimos años, han sido aprobados distintos convenios internacionales contra la corrupción, como “la Convención Interamericana de 1996, la Convención de la OCDE de 1997, vigente desde 1999, la Convención Penal Europea sobre la corrupción, aprobada por el Consejo de Europa el 27 de enero de 1999, abierta a la firma de los Estados en la misma fecha y en vigor desde el 1º de julio de 2002 y la Convención civil europea contra la corrupción, en vigor desde el 1 de noviembre de 2003”.