Crisis en Latinoamérica: ¿cuál es el rol del FMI en la situación?

En las últimas semanas nuestra región se ha visto envuelta en una serie de conflictos internos que, si bien tienen una serie de características que han potenciado el posicionamiento de teorías conspirativas, parecerían responder principalmente a una serie de factores económicos que habrían sido ignorados por los gobiernos locales.

Uno de los más mencionados durante este periodo de crisis social y política es la "intrusión" del Fondo Monetario Internacional (FMI) en la soberanía económica de las naciones. Aunque esta institución tenga un rol meramente enfocado en el apoyo financiero, la realidad es que muchos la han ligado a temas más complejos.

Rol del FMI y la crisis regional

Para comprender el rol del FMI en la región, es necesario entender qué es esta institución. La misma no es más que un organismo multilateral compuesto por 189 países, desarrollado con el objetivo de mantener la estabilidad económica global. Esto lo hace mediante “recetas económicas”, acompañamiento, y financiamiento.

Si bien se trata de una premisa transparente, muchos gobiernos afirman que la misma es engañosa debido a que la institución impondría condiciones que no solo podrían ser asfixiante en términos financieros, sino también intrusivas en cuanto al desarrollo de políticas gubernamentales, siendo incluso capaces de disminuir los beneficios sociales de los ciudadanos.

La polémica entre quienes apoyan y atacan al FMI se ha mantenido a lo largo de las últimas décadas, y la realidad es que los resultados han sido variados. Algunos gobiernos que han rechazado la ayuda de la entidad han logrado salir adelante, mientras que otros no; igualmente, gobiernos que han aceptado el financiamiento han alcanzado la estabilidad, mientras que otros no.

No existe una media para medir el éxito o fracaso de la institución, por lo que ser detractor o partidario de la entidad puede carecer de fundamentos específicos.

¿El FMI es un enemigo real o solo parte del discurso?

A pesar de que un grupo de gobiernos se haya enfocado en confrontar al FMI, la realidad es que buena parte de estos también tienen relaciones directas con la institución. Ejemplos de esto pueden ser el del gobierno de Venezuela, que a pesar de mantener al FMI en su discurso “antiimperialista”, se encuentra trabajando con la entidad desde mediados del 2018.

Lo mismo ocurrió con el gobierno de Rafael Correa en Ecuador, cuando luego del terremoto del 2016 acudiera a la institución solicitando un préstamo de más de $300 millones. Correa luego protagonizaría las protestas recientes en Ecuador, afirmando que la situación sería responsabilidad del gobierno actual por trabajar de la mano con el FMI.

Otro caso similar podría verse con el nuevo presidente de Argentina, Alberto Fernández, que a pesar de haber dedicado parte de su campaña a confrontar al FMI, se encontraría actualmente desarrollando estrategias para trabajar en conjunto con la institución financiera, siendo esta parte relevante de su periodo de gobierno en el país.

Se trata de un tema polémico que no hace más que intensificarse a medida que las naciones latinoamericanas se radicalizan en su pensamiento político, por lo que definir un rol específico de la entidad en la crisis actual parecería más una conspiración que una realidad.