Producir en Venezuela ya sería más costoso que importar

Desde hace casi una década que, de la mano de la crisis económica que ha atravesado Venezuela, la producción nacional se ha convertido en la solución idónea para satisfacer las necesidades de los consumidores locales, impulsando así una ola de emprendimiento como nunca se había visto en nuestro país.

Sin embargo, a medida que avanza la crisis, estas soluciones nacionales no solo habrían comenzado a desaparecer debido a la complejidad de la situación, sino que incluso estarían comenzando a volverse inviable. Esto porque, por primera vez en la historia emprendedora del país, producir sería mucho más costoso que importar.

Costo de producir en Venezuela

Aunque no exista una fórmula mágica para determinar los cosos de producción en nuestro país, cada vez es más común ver como no solo muchos productos internacionales llegan a Venezuela, sino que incluso comienzan a posicionarse por encima de lo elaborado localmente. No es un tema de calidad, sino de precios.

Desde productos de primera necesidad como las harinas, aceites, arroces y azúcares, hasta otros más complementarios como el refresco y las golosinas, es sencillo toparse con bienes importados que son significativamente más baratos que los producidos en Venezuela. Esto no solo se puede observar en la denominada "economía de los bodegones", sino incluso en pequeños comercios de zonas populares.

¿Por qué se observa este fenómeno?

Si bien existen múltiples razones, una de las más importantes es la comparación entre la hiperinflación venezolana y el incremento en el valor de las divisas. Entre junio de 2018 y 2019, la inflación venezolana alcanzó la cifra de 131.606%, mientras que la variación del tipo de cambio fue de 23.411% "solamente".

Esto es lo que popularmente ha adquirido el nombre de “inflación en dólares”.

Por otra parte la corrupción y las limitaciones impuestas por entidades gubernamentales estarían entre las culpables adicionales al desarrollo del fenómeno, ya que la paga de vacunas, alcabalas ilegales, y demás formas de barreras al productor (decomisos, multas, etc.), no serían más que una consecuencia de la misma crisis política e institucional.

¿Qué significa para el emprendedor?

Las consecuencias son difíciles de prever con exactitud, sin embargo, todo parece indicar que los empresarios venezolanos seguirán viéndose forzados a aislarse de la población y sus necesidades, con los productores extranjeros ganando cada vez más relevancia dentro del país. La falta de incentivos reales y prácticos al emprendedor local no harán más que exacerbar la situación.

De esta manera, los consumidores dejarán de lado los productos elaborados en el país debido a que, por razones de estructura de costo, serán significativamente más costosos que los elaborados en el extranjero. Esto probablemente significará la continuación de la caída en la productividad del emprendedor venezolano y, posiblemente, su parcial desaparición.

Si bien las previsiones puedan sonar fatalistas, la realidad es que estas funcionan como una herramienta de preparación para que el empresario venezolano comprenda que, de no solucionarse la crisis de forma rápida, los próximos meses (y años) presentarán una serie de barreras nunca antes vistas.