Cada vez surgen más monedas “alternativas” en Venezuela

A inicios de semana, la alcaldesa del municipio Libertador, Erika Farías, anunció la puesta en funcionamiento del Caribe, una nueva moneda paralela con la que estarían buscando palear la hiperinflación y, principalmente, la escasez de efectivo que se ha venido presentando desde hace meses y que ha afectado a los comercios de todo el país.

El Caribe, de la misma manera que el bolívar soberano (que entraría en circulación en junio), tiene un valor de 1.000 bolívares por unidad, y contaría además con 5 denominaciones distintas (5, 10, 20, 50 y 100). Se trata de una moneda de cambio que solo podrá ser utilizada en jornadas de ventas realizadas por la alcaldía.

Antecedentes en Venezuela

Aunque algunos puedan no estar al tanto de esto, la realidad es que la tendencia de las monedas paralelas es algo que se ha visto varias veces en los últimos meses. El caso previo al del Caribe fue el del "Elorza", surgido a finales de marzo en el estado Apure como un método de pago aceptado durante fiestas especiales en la región.

Del mismo modo, surgió hace menos de 6 meses el "Panal", una moneda paralela del 23 de Enero y manejada por la Comuna El Panal y el colectivo Fuerza Patriótica Alexis Vive. Se trata de una moneda que, similar a las anteriores, tendría como objetivo permitir la adquisición de productos en jornadas especiales, realizadas por productores que trabajan con subsidios.

Casos en la región

Aunque muchos busquen colocar esta iniciativa como algo único de nuestro país, o de aquellas economías del trueque en la que cada terrateniente manejaba una moneda distinta, la realidad es que se trata de una medida más común de lo que parece. Uno de los casos más emblemáticos se dio en Argentina a inicios del milenio.

En el año 2001, durante el gobierno de Carlos Menem, el gobernador de la provincia de Buenos Aires (en conjunto con el Banco Central del país) lanzó el "Patacón", una moneda de curso con la que se podía realizar el pago de impuestos y operaciones similares. La misma fue creada para, en gran medida, combatir la escasez de efectivo que presentaba el país en esa época.

¿Por qué se toma esta decisión?

Aunque hasta ahora este tipo de ejercicios nunca ha traído un beneficio real a la economía en general (como lo plantean para justificar al caribe y al panal), la realidad es que sí se trata de un método con el que puede combatirse por un corto periodo de tiempo variables como la escasez de efectivo.

Esto se debe a que es muy complicado que la moneda se acepte de forma masiva, lo que no solo significa que es obsoleta en la mayoría de los intercambios, sino que también puede ser una inversión riesgosa de cara a una posible suspensión indefinida de este tipo de jornadas o ferias especializadas.

Es importante destacar que, del mismo modo que ocurrió con el Panal y el Elorza, esta moneda no ha sido avalada por el Banco Central de Venezuela (BCV), lo que obliga a que se vea como un ejercicio financiero independiente, cosa que en nuestro país no tiene sustento legal. El panal original, moneda comunal que circuló entre el 2010 y el 2012, fue la única en contar con el apoyo de la entidad bancaria.