La economía “rosa” puede ser atractiva para Venezuela

Hace varias décadas, debido a la desinformación y los prejuicios, dedicarse a la creación de una empresa que fabricara productos o servicios para la comunidad gay, podía parecer algo altamente polémico, sin embargo, en la actualidad ya no se trabaja de este modo.

Eso se debe a que, con el pasar del tiempo, la aceptación hacia esta comunidad ha crecido mucho más, y en la mayoría de los países ya no se ve como algo negativo, mucho menos para las empresas, ya que saben que es un público más al que pueden capitalizar sin necesidad de sentirse "presionados".

En el caso de Venezuela, a pesar de que en materia legal de esta naturaleza todavía no estamos a la par de otros países de la región, la homosexualidad no es vista de forma negativa en cuanto a legislaciones se refiere, por lo que se tiene la libertad de crear productos para ellos.

Aunque no existan cifras totalmente actualizadas, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), para el 2011 había entre 4.000 y 6.000 parejas del mismo sexo en nuestro país. Se estima posiblemente más del 10% de la población mundial es homosexual, lo que significa que en nuestro país la cifra podría ser mucho más alta que la anunciada en aquel entonces.

Un mercado que satisfacer

Aunque parezca no tomarse muy en serio, se trata de una población que podría superar los 2 millones, lo que es a su vez un mercado sumamente atractivo para las empresas, y que poco se está explotando actualmente de forma personalizada. Esta comunidad tendría una serie de patrones de consumo particulares que harían que esta falta de interés sea un error.

Eso se debe a que es uno de los grupos de consumo que más gasta en el planeta, generando hasta 65 millardos de dólares a empresas de bienes y servicios, beneficiando principalmente al sector turismo, de la salud, y del cuidado personal.

Es además un grupo que compra mucho más que los demás, gastando hasta un 15% más que el resto de la población. Pero no solo eso, sino que además, muchas parejas homosexuales conforman el mercado double income no kids (de ingresos dobles sin hijos), lo que les da un poder adquisitivo mucho mayor al del resto.

Todos estos datos, sumados a los comportamientos de consumo generacionales, principalmente al de los Millennial (que ocupan una gran franja de la población venezolana y mundial), demuestran que el mercado homosexual, es decir, la economía rosa, puede generar grande beneficios a cada nación siempre que sepa explotarse.

Aunque nuestro país atraviese una crisis económica compleja, la comunidad homosexual (por sus características particulares como mercado) puede significar una gran fuente de ingresos para las empresas que deseen desarrollar productos y servicios únicos, y adentrarse en un mercado poco explotado en el país.