El método para que la economía venezolana disminuya el "capital muerto"

Un bien que no tiene ningún tipo de registro legal, un producto inmobiliario que tiene un dueño, pero ante los ojos de la ley ni siquiera existe. Se trata de un capital que está en la informalidad, y que por culpa de esto, ha perdido prácticamente todo su potencial para generar riquezas. Esto es lo que llaman "capital muerto".

Es también el causante de uno de los mayores problemas económicos que enfrentan gran parte de las economías emergentes de todo el mundo, donde los gobiernos no se esfuerzan por crear instrumentos legales para otorgar propiedad a una o varias personas sobre un espacio vacío, o un terreno con construcciones.

Venezuela es un ejemplo de esta situación, ya que las barriadas se extienden por todo el horizonte de Caracas, sin ningún tipo de títulos de propiedad o posesión de viviendas. No es porque nadie se haya percatado de la importancia de esto, ya que en reiteradas ocasiones se crearon planes de esta naturaleza, sino que por distintos motivos, siempre han quedado inconclusos.

Es una situación que no solo se ve en los barrios que existen en la capital, sino que también puede presenciarse en otras ciudades, y sobre todo, en terrenos del interior del país. Estos últimos generan grandes pérdidas, ya que con propietarios que "no son dueños de nada", no existe el interés por hacer que estos terrenos produzcan.

Esto lo asegura el economista peruano, Hernando de Soto, quien afirma que la riqueza de un país dependerá siempre de la capacidad de sus gobernantes para crear y aplicar "órdenes legales que reflejen y articulen adecuadamente el contrato social de sus pueblos". Según él, esto le cuesta al mundo cerca de 10 billones de dólares.

¿Cómo disminuirlo?

Según la BBC, Soto explica que descubrió la manera en un viaje a las plantaciones de arroz en Bali, Indonesia. Afirma que al pasar por una granja, un perro comenzaba a ladrarle. Mientras avanzaba, el perro se iba deteniendo poco a poco, hasta que aparecía otro y comenzaba a ladrarle, determinando así el límite entre un terreno y su vecino.

Explica que aquellos líderes que se han enfocado en destruir la propiedad privada, ofreciendo las pertenencias al colectivo, o aquellos que obvian la urgencia de enseriarse con la creación de contratos de propiedad, son los grandes responsables de que los países en desarrollo no puedan alcanzar los niveles de importancia que han alcanzado las economías más importantes del mundo.

Explica que no solo debe lograrse que los vecinos conozcan cuáles son los límites de su propiedad, como en el caso con los perros de Indonesia, sino que exista un registro formal y legal que coloque al propietario como único representante del espacio. Esto se debe a que es el único modo de asegurar el acceso a créditos y financiamiento que pueda llevar a la mejora del espacio.

Se trata de una medida que no solo aseguraría que la persona tenga acceso a capital institucional, sino que también funcionará como incentivo para lograr que estas personas comiencen a generar ingresos de forma legal dentro del territorio, haciendo que el mismo pase de ser un activo a un capital.

Aunque es algo que va más allá del ciudadano común, es importante conocerlo, ya que en muchos países de Latinoamérica se sufre de este problema, frenando de forma drástica el crecimiento regional, y haciendo que la mentalidad de sus poblados esté cada vez más desconectado de la realidad económica local.