La economía detrás de los conflictos racistas en EE.UU.

Recientemente el mundo se vio sacudido por una serie de hechos ocurridos en la ciudad de Charlottesville (en Estados Unidos), donde un grupo de neo-nazis y racistas decidieron realizar varias manifestaciones llenas de simbología y consignas ofensivas que dejó un saldo de 3 muertos y casi una veintena de heridos.

Inicialmente, las manifestaciones comenzaron luego de que las autoridades pertinentes decidieran tumbar una estatua de un general que representaba los estados confederados de América, un grupo asociado a la esclavitud y la supremacía blanca durante un largo periodo histórico de ese país.

Poco tiempo después, la bandera de este grupo fue utilizada por grupos racistas como el Ku Klux Klan. Sin embargo, aunque muchos aseguran que se trata de un hecho meramente social y político, otros afirman que hay todo un conflicto económico que incitó las manifestaciones: la historia económica del país.

Esto lo asegura Quetin Kidd, profesor de ciencias políticas de la universidad Christopher Newport, quien afirma que se trata de una postura que ha mantenido gran parte del sur de Estados Unidos, debido al conflicto de la guerra civil ocurrida hace más de un siglo.

Según el servicio de Parque Nacionales de EE.UU.,  esta guerra se dio, entre varios factores, por las diferencias económicas que existían entre ambas partes: el norte buscaba la industrialización del país, mientras que el sur prefería mantener el mercado agrícola ya que seguían siendo altamente dependientes del mismo.

Kidd asegura que el intento de remover esa estatua, iniciado hace más de un año, causó disconformidad en la población, haciendo que todos estos miedos y rencores, en materia económica y social, volvieran a surgir. Explica también que las personas que realizaron este tipo de manifestaciones no son solo de Charlottesville, sino de varias zonas del país que responden ante la misma ansiedad.

Aun así, aunque ya hayan transcurrido más de 100 años desde la resolución de este conflicto, la sociedad ha quedado con esto en mente, haciendo que desde entonces se mantenga una división "cultural, económica y política" entre ambas partes de Estados Unidos.

Esto en realidad no tiene nada que ver con la realidad económica de la zona, ya que Charlottesville fue denominada la ciudad más feliz de Estados Unidos en materia económica a mediados del 2014, haciendo que el pensamiento económico de la época sobreviviera hasta la actualidad, y sirviendo como base a lo ocurrido este fin de semana.

Sin embargo, el conflicto actual no se quedó en la parte social y económica, sino que se expandió al ámbito político y empresarial. Esto se debe a que Donald Trump tardó demasiado en realizar declaraciones rechazando lo ocurrido.

Peor aún ante la opinión pública, cuando lo hizo se negó a ser explícito sobre cuál era el problema en cuestión, prácticamente dejando de lado la crítica hacia los neo-nazis o racistas, y haciendo un discurso sobre el conflicto entre la derecha y la izquierda norteamericana.

La tardía respuesta del magnate ante el conflicto racial del país llevó a que parte de su gabinete en el área económica lo abandonara, incluyendo a los CEOs de Intel, Under Armour, Merck, la Federación Estadounidense del Trabajo, y la Alianza de Manufactura Americana.

Por su parte, otras empresas como Google, Facebook, GoDaddy y hasta Airbnb, han comenzado a realizar esfuerzos por vetar y “vanear” a cualquier racista, supremacista o neonazi que quiera utilizar sus servicios para publicar mensajes de odio o de alguna naturaleza similar.

Mientras tanto, Kidd asegura que este no tiene las menores intenciones de finalizar ahora, sino que se espera que el mismo continúe, poniendo en el ojo del huracán a políticos y empresarios de todo el país, y obligando a que el liderazgo de las diferentes figuras se vea replanteado.