Especial: ¿Cuáles son alternativas ante un entorno post-petrolero?

La explotación del crudo como actividad principal del país, junto a otros factores, ha sido el principal detonante de la crisis económica venezolana debido a la abrupta caída en los precios petroleros desde 2014.  

En este contexto, el economista y analista financiero Francisco Rodríguez, declaró ayer a EU que “la producción petrolera nacional llegó a estar por encima de 3 millones de barriles diarios y, de acuerdo a las últimas cifras oficiales, está por debajo de 2,2 millones de barriles”.

Asimismo, el analista, pese a que indicó que el país debe seguir cuidando la actividad petrolera, “Venezuela tiene que estar preparada para un entorno post-petrolero y simple y llanamente, porque uno de los riesgos de ser altamente dependiente de un producto  no renovable es que la historia nos dice que muchas veces, esos productos pueden perder valor, en la medida en que las tecnologías logren encontrar alternativas sustitutas y más baratas”.

Y es que sumado a lo anterior, las políticas del presidente de Estados Unidos (uno de los principales compradores de petróleo de Venezuela) Donald Trump, no parecen vislumbrar un mejor panorama al haber presentado hace poco su primera propuesta de presupuesto para 2018 en la que incluye su intención de vender la mitad de las reservas estratégicas del país con el objetivo de reducir la deuda pública.

Según cifras de Bloomberg, con la mitad de los 688 millones de barriles que acumula EEUU, Trump pretende recaudar 500 millones de dólares en 2018 y llegar a los 16.000 millones en 2028. Es entonces, como la mayor reserva de crudo del mundo indtroduciría en el mercado un promedio de 95.000 barriles diarios durante los próximos diez años. Eso sin mencionar que Trump ha mostrado su expreso interés en reactivar la explotación de los yacimientos petrolíferos de Alaska.

¿Por qué le afecta más a Venezuela que a otros países?

Para Francisco Rodríguez “es muy peligroso depender de un solo producto como el caso venezolano; caso por demás, bastante exacerbado porque el 92,2% de nuestras exportaciones son petroleras, mientras otros países  también petroleros de la región, como Ecuador, Colombia,  están más cercanos a un 40% y se soportan en otras fuentes productivas. Venezuela debería tener una política  económica dirigida a tratar de crear esas otras fuentes”.

Cuáles son esas “otras fuentes”

A principios de 2017 reseñamos casos de iniciativas venezolanas que buscan romper con esta dependencia petrolera. Allí se expresó que el enfoque exclusivo al sector petrolero no ha permitido contemplar en todo su esplendor el desarrollo de la industria energética internacional la cual avanza cada vez más rápido debido a los grandes avances tecnológicos, lo que ha propiciado el uso de nuevas fuentes de energía como la eólica, solar, biomasa, carbón, entre otras

“No sólo tenemos el petróleo, está la industria del gas, la industria petroquímica, la <migración energética>, energía nuclear, tema del cual no se habla en Venezuela. Existen otras fuentes de energía que deben ser sumamente aprovechables, en la actualidad no se habla de que exista otra cosa a parte del petróleo”, expresó Hellen Barrios, coordinadora del programa Venezuela, Liderazgo y Petróleo.

¿Cómo evitar que caigan las exportaciones no tradicionales?

Según Rodríguez, el año pasado las exportaciones de bienes y servicios se ubicaron alrededor de 28 mil millones de dólares y este año puede que sean más bajas, por el orden de los 23 a 24 mil millones de dólares. Ante este escenario, el economista sugiere que la forma de evitar que en 2017 caigan las exportaciones no tradicionales sería a través de “una política cambiaria más flexible, con un cambio flotante”, donde se “podría tener aproximadamente 5.000 millones de dólares más por exportaciones no tradicionales”.

A nivel microeconómico el llamado que hacen especialistas del área, como Jürgen Ruf, CEO de CoreBINC,  es a la exportación. Según el analista, en el país se están exportando actualmente alrededor de 460 rubros.

En materia de exportación ya existen varios casos de éxito venezolanos, como la compra de granito criollo por Colombia, aluminio por Estados Unidos, interés por madera venezolana por parte de Trinidad y Tobago, así como el ejemplo de la empresa privada venezolana Bituplast, la cual está llevando a trece países actualmente mantos asfálticos, productos asfálticos impermeabilizantes envasados y asfalto oxidado.