Por qué la creadora del juguete más vendido no está nadando en dinero

El fidget spinner es un sencillo dispositivo cuya versión más simple cuenta con tres puntas y un centro giratorio cada una, a la vez que rota a alta velocidad sobre un eje que se sostiene en los dedos.

El pequeño artefacto ya cuenta con múltiples versiones que van desde diseños personalizados con formas de logos o temas de películas y superhéroes, pues no sólo se limita al público infantil.

Fenómeno comercial y polémico

En este momento ya hay videos en YouTube que acumulan millones de visitas donde se exhiben distintos estilos y trucos con el dispositivo. El costo promedio del mismo es de sólo un par de dólares, pero algunos diseños ya superan los $1.000.

A partir de este punto comenzamos a escalar sobre distintos hechos que lo hacen tan controversial. En primer lugar es que ni siquiera se trata de algo recién inventado, pues data de hace un par de décadas y estaba dirigido al público de niños con autismo o trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) con la ansiedad.

Recientemente la cadena BBC hizo un reportaje acerca de cómo un juguete que fue ideado para tener un efecto tranquilizador, "los estudiantes siempre están sosteniendo el spinner en la mano y lo giran, usualmente en las mesas, y lo mueven en el aire. Lo tratan de girar sobre sus narices y codos y tratan de jugar con él en todos lados… Es bastante molesto", dijo a la cadena Jennifer Horns, consejera escolar en Estados Unidos.

¿Nadando en dinero?

En este orden de ideas, el lector presumirá que el creador de este fenómeno del entretenimiento infantil cuyos proveedores tienen dificultades para satisfacer la demanda, debería de estar literalmente nadando en dinero y no es precisamente así.

He aquí el punto más álgido que rodea al famoso juguete y es que su inventora, Catherine Hettinger, una mujer de 62 años, oriunda de Florida, apenas y puede pagar las cuentas del teléfono y juntar para un “automóvil que realmente sirva”.

Por no tener 400 dólares

La inventora contó a The Guardian, que hace décadas creó el juguete con la intención de entretener a su hija de siete años en ese entonces, el hecho es que ella tuvo posesión de la patente durante ocho años, pero se rindió en 2005 debido a que no tenía cómo pagar la tasa de renovación de $ 400 (£ 310).

“Simplemente no tenía el dinero. Es muy simple”, así lo explicó la sexagenaria. “Sólo alrededor del 3% de las invenciones dejan algún dinero. He visto otros inventores que hipotecan sus casas y pierden mucho. Aunque colaboren compañeros, se obtenga la ayuda de amigos y familiares, es difícil”, agregó.

Hettinger dice que los orígenes del juguete se remontan a los años noventa. Ella pasó los próximos años exponiendo y vendiendo versiones mejoradas de su diseño en las ferias de arte alrededor de la Florida. “El proyecto fue genial y gustó,  incluso he vendido unidades y probado con un par de miles de personas”, dijo.

“Estoy satisfecha”

Sin embargo, justo cuando parecía despegar en la pista del éxito, la inventora fue alcanzada por una decepción. El robusto de la fabricación de juguetes, Hasbro, que había estado probando el diseño, decidió no proceder a la producción, dejando finalmente el proyecto marchitarse y finalmente caduca la patente en el año 2005 que no fue renovada por Hettinger.

“Varias personas me han preguntado: '¿No estás realmente loca? Pero estoy satisfecha de que algo que he diseñado a la gente le gusta y realmente funciona para ellos “, dijo la inventora.

Es de esta manera entonces como Hettinger se une a una lista notable de otros inventores como Tim Berners-Lee, fundador de la World Wide Web, y el inventor de la “Aerotabla” Shane Chen , que por accidente u otras razones no han podido sacar provecho de inventos que han cambiado al mundo. ¿Qué piensa usted? Déjenos su opinión en la caja de comentarios.