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Cien años de historia: Farmacia La Torre mantiene la tradición y se expande en Valencia

Darly Herrera, gerente de compras de Farmacia La Torre, explicó a El Emprendedor lo que podría ser la fórmula secreta de su éxito.



Valencia — Farmacia La Torre, un ícono del casco histórico de Valencia, celebra más de 100 años de servicio ininterrumpido y anuncia la apertura de su sexta sede.

A lo largo de un siglo, la farmacia ha mantenido su imagen y tradición, lo que podría ser el secreto de su éxito; así como su especialización en fórmulas magistrales que la han convertido en un referente en la región.

“Farmacia La Torre se ha mantenido fiel a su imagen original. La fachada, los colores y el mobiliario son los mismos que hace 100 años, y eso ha sido clave para mantener nuestra identidad en el corazón de Valencia”, explicó Darly Herrera, gerente de compras, quien lleva 18 años trabajando en la farmacia. “Nosotros seguimos siendo una farmacia tradicional que ha logrado adaptarse a los cambios, pero sin perder su esencia”.

La expansión de Farmacia La Torre incluye nuevas sedes estratégicas en la ciudad. Con cinco sucursales ya operativas, se espera que la sexta abra sus puertas en Ricardo Urriera en los próximos meses, sumándose a las ya establecidas en la Avenida Bolívar, Mañongo y Naguanagua. “Queremos estar más cerca de nuestros clientes, llevarles el servicio de calidad que siempre nos ha caracterizado, ahora en más zonas de Valencia”, añadió Herrera.

Superando la crisis y la pandemia

Durante la crisis económica y la pandemia, Farmacia La Torre demostró resiliencia al asegurar el abastecimiento de productos farmacéuticos a través de la importación de medicamentos desde la India. “Fue un momento difícil para todos, pero buscamos nuevas formas de mantener nuestros estantes llenos. La importación fue clave para seguir atendiendo a nuestros clientes”, comentó Herrera.

A pesar de los retos, la farmacia mantuvo a todo su personal y continuó brindando atención personalizada. “Somos un equipo de más de 27 empleados, comprometidos con ofrecer lo mejor a nuestros pacientes. La fórmula siempre ha sido la misma: mantener la tradición, adaptarnos a los tiempos y no perder el foco en el servicio”, agregó el gerente.

Farmacia La Torre sigue siendo un pilar en la salud de los valencianos, combinando tradición e innovación para asegurar su lugar en el futuro.

Compromiso con el futuro

La expansión y modernización de sus operaciones no implican un cambio en su esencia. “A pesar de los avances y la apertura de nuevas sedes, mantenemos nuestras raíces. Seguimos siendo la farmacia que Valencia conoce y en la que confía”, concluyó Herrera.

La red de farmacias sigue ofreciendo una mezcla de tradición e innovación, siendo un pilar en la salud de los valencianos por más de un siglo.

 

Entrevistado por: Eduard Obispo

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Oro Café impulsa a emprendedores con un ambiente de trabajo flexible y gastronomía ligera

Carlos Eduardo Páez, chef y gerente de Oro Café compartió en entrevista con El Emprendedor el objetivo principal del negocio.



Los Palos Grandes, Caracas, — Oro Café se ha posicionado como un espacio ideal para emprendedores y trabajadores independientes que buscan un ambiente cómodo y flexible donde puedan desarrollar sus proyectos.

Ubicado en Los Palos Grandes, este local caraqueño ofrece más que solo una buena taza de café; es un punto de encuentro para profesionales que necesitan un lugar con una excelente conexión Wi-Fi y opciones de gastronomía ligera que se adapten a largas jornadas laborales.

Carlos Eduardo Páez, gerente de Oro Café, explicó: “el objetivo principal es que las personas puedan venir aquí no solo a disfrutar de una comida, sino a trabajar cómodamente con todos los servicios que necesitan; el espacio está diseñado para que emprendedores y profesionales digitales puedan conectarse y desarrollar sus proyectos en un entorno productivo”.

Una de las claves del éxito de Oro Café es su enfoque en crear un ambiente de trabajo colaborativo, donde los usuarios pueden reservar espacios para trabajar solos o en grupos pequeños.

Además, la oferta gastronómica se ha adaptado para que los clientes puedan consumir productos ligeros como ensaladas, sándwiches y hamburguesas, ideales para quienes pasan largas horas frente a su computador. “Tenemos clientes que pasan más de cuatro horas al día aquí, trabajando en sus proyectos. Queremos que la experiencia sea completa y cómoda, por eso estamos en constante prueba de nuevos platos que se adapten a esta dinámica”, comentó Carlos Eduardo.

Otra ventaja de Oro Café es su flexibilidad en el uso de espacios. Ofrecen dos salones grandes y otros más pequeños, adecuados para reuniones y capacitaciones, lo que ha llamado la atención de empresas y emprendedores que necesitan un lugar para organizar sus actividades. “Nos hemos dado cuenta de que muchos de nuestros clientes son emprendedores que necesitan espacios para reuniones o cursos. De hecho, tenemos una clienta que utiliza nuestras salas para dar clases de pintura,” agregó el gerente.

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Carlos Eduardo Páez, chef y gerente de Oro Café (foto PEE)

 

Nota del editor: Oro Café ofrece la posibilidad de reservar su sala para 12 personas, con solo un consumo mínimo, sin pago de alquiler. Esto es ideal para emprendedores que están dando sus primeros pasos en el negocio de los cursos y capacitaciones. Los usuarios pueden acceder a estos espacios y disfrutar de un ambiente perfecto para organizar sus actividades profesionales.

Para más información sobre cómo reservar los espacios de Oro Café y conocer su variada oferta gastronómica, puedes visitar sus redes sociales y hacer tu reserva hoy mismo.

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La tienda de gastronomía italiana Vía Appia alcanzó los 40 años de fundada y se mantiene a la vanguardia del e-commerce

Desde el lanzamiento de su tienda online en 2022, hasta la fecha, han registrado más de 4000 transacciones exitosas.



Blandin, Caracas, — Vía Appia, icono de la gastronomía gourmet en Caracas, celebra su 40 aniversario, marcando una trayectoria de constante evolución y adaptación tecnológica.

Fundada en 1984 como un restaurante italiano, la marca dio un giro innovador en 1992 al convertirse en pionera del concepto "gourmet para llevar", y en 2022, se consolidó con el lanzamiento de su tienda online.

A lo largo de estos 40 años, Vía Appia ha integrado tecnología en sus procesos, destacando el traslado de sus recetas a una nube informática en 2008, lo que permitió modernizar sus sistemas de operación.

En 2010, la empresa inició una actualización de marca y procesos, renovando desde sistemas de facturación hasta métodos de producción, logrando incorporar nuevos colaboradores a su equipo.

La pandemia de 2020 aceleró su enfoque digital, lanzando un robusto servicio de entregas a domicilio que se destacó por mantener la misma calidad que siempre ha caracterizado a la marca.

Para el 2022, Vía Appia lanzó su tienda online, permitiendo a los clientes seleccionar entre más de 300 recetas y programar entregas a su conveniencia. A la fecha, se han registrado más de 4.300 transacciones exitosas a través de la plataforma, reflejando un crecimiento constante en el ámbito digital.

“La tecnología nos ha permitido mejorar procesos, ganar tiempo, realizar controles y optimizar nuestro servicio”, comentó Gabriel Vaamonde, director de Vía Appia.

En octubre de 2023, la tienda física de La Castellana fue remodelada, fusionando un diseño clásico y moderno en sus 80m², con vitrinas y espacios de autoservicio.

El corazón de Vía Appia se mantiene en su centro de producción, de más de 900m², donde el equipo elabora su variada oferta de productos en diferentes áreas de la cocina.

Con la mirada puesta en el futuro, Vía Appia planea implementar nuevas herramientas virtuales para ventas corporativas y optimizar su sistema de delivery, permitiendo a los clientes rastrear sus pedidos en tiempo real.

Asimismo, se esperan nuevas alianzas estratégicas y sorpresas que se anunciarán en redes sociales próximamente.

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De madre joven a chef ejecutiva: La emprendedora que logró el éxito con un fruto amazónico en Caracas

María Evans, una ingeniera en sistema que fundó Azú, la famosa pastelería que vió en la sarrapia el ingrediente secreto del éxito.



María Evans, hoy reconocida como chef pastelera ejecutiva en Azú Pastelería, comenzó su vida profesional en circunstancias que muchos considerarían difíciles.

A los 18 años, siendo una joven madre, enfrentaba el reto de continuar con sus estudios mientras criaba a su hija. Sin embargo, en lugar de ceder ante las expectativas, María decidió demostrar que una madre joven también podía alcanzar sus sueños. “Nos da como esa energía extra de que tenemos que salir y dar lo mejor de nosotros para poder darle un buen futuro a nuestros chamos”, comenta María al reflexionar sobre esos primeros años​.

Determinada a triunfar, María continuó sus estudios en el área de sistemas, aunque en su corazón siempre había un lugar especial para la pastelería. Desde niña, se sintió atraída por el arte de hornear, una pasión que la acompañaría durante su vida. Sin embargo, las circunstancias y las expectativas familiares la llevaron primero a estudiar una carrera convencional antes de dedicarse a lo que realmente amaba​.

El viaje que encendió su pasión

El verdadero cambio llegó en 2014, cuando María decidió dar un giro radical a su vida. Tras una separación personal y con dos niñas pequeñas, tomó una decisión que cambiaría su destino: se mudó a España para seguir su sueño de convertirse en pastelera profesional. “Me fui a estudiar lo que amaba. No me veía toda mi vida en el mismo lugar, prefería arriesgarme y ver qué sucedía”, recuerda María​.

Estudió en la prestigiosa escuela Le Cordon Bleu en Madrid, donde no solo perfeccionó sus técnicas en pastelería, sino que también desarrolló su habilidad para combinar ingredientes locales con sabores internacionales. “Por ejemplo, la miel, si la calientas antes de utilizarla, aumenta su sabor. Cosas así son las que me encanta entender y aplicar”, comenta María sobre su obsesión por conocer el ‘porqué’ detrás de cada técnica​.

Durante su estancia en Europa, también tuvo la oportunidad de realizar pasantías en reconocidas pastelerías, como Mamá Framboise en Madrid. Allí, aprendió sobre los procesos industriales y la importancia de la estandarización en una pastelería, conocimientos que hoy aplica en su propia empresa​.

El cuestionado regreso a Venezuela en plena crisis

A pesar de todo el éxito y aprendizaje que adquirió en Europa, María se enfrentó a un nuevo desafío cuando decidió regresar a Venezuela en 2017. Mientras muchos amigos le decían que estaba “loca” por regresar en un momento de crisis en el país, María sentía que su lugar estaba en casa, construyendo su propio proyecto. “Me fue complicado poder llegar a fin de mes en Europa. No quería sacrificar la calidad de vida de mis hijas, así que decidí volver y comenzar con lo que tenía”, comenta​.

Con pocos recursos, abrió un pequeño taller de pastelería en San Bernardino, Caracas, donde comenzó a producir y vender sus creaciones. Al principio, era un trabajo arduo, pero poco a poco su negocio fue creciendo, y en 2020 pudo abrir su propia sede de Azú Pastelería en Las Mercedes​.

El éxito con los productos amazónicos

Uno de los mayores diferenciadores de Azú Pastelería es la utilización de productos amazónicos en sus postres. Tras una experiencia en un restaurante con estrellas Michelin en España, María comenzó a investigar los frutos amazónicos de Venezuela, como la sarrapia, que muchos desconocían. “¿Para qué usar vainilla si podemos usar sarrapia?”, se preguntaba María mientras descubría nuevas formas de integrar estos sabores en sus creaciones​.

Este enfoque único ha convertido a Azú Pastelería en un referente en la gastronomía venezolana, utilizando ingredientes autóctonos que conectan a los consumidores con la riqueza de su tierra. “Cada espacio de nuestra tienda cuenta una historia, desde las cestas hechas por comunidades indígenas hasta los chocolates locales que utilizamos. Todo tiene un significado”, comenta María​.

Mirando hacia el futuro

El éxito de María Evans y Azú Pastelería no ha pasado desapercibido. Además de consolidar su negocio en Venezuela, María ha sido invitada a conferencias internacionales, como la realizada en 2019 en Le Cordon Bleu de Estambul, donde compartió su experiencia trabajando con ingredientes amazónicos. “Ver a chefs franceses probar la sarrapia venezolana y quedar maravillados fue un momento increíble para mí”, relata​.

Con la mirada puesta en el futuro, María tiene planes ambiciosos para seguir expandiendo su negocio, siempre manteniendo su compromiso con la calidad y el uso de ingredientes locales. “Si trabajamos duro y hacemos algo diferente, creo que podemos lograr grandes cosas”, afirma María, convencida de que su historia es solo el comienzo​.

Recientemente en este mes, septiembre 2024, pudimos ver que Azú abrió una nueva sucursal en el Centro Comercial Cerro Verde.

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Diseña macetas personalizadas en 3D para fomentar la reforestación desde casa

Andrés Sanabría, egresado de la UCAB, comparte con El Emprendedor cómo, a los 17 años y al finalizar el bachillerato, se interesó en el activismo social, lo que lo llevó a fundar la reconocida empresa de impresión 3D Smiley 2 Go.



Andrés Sanabria, un joven emprendedor venezolano, inició su camino empresarial motivado por su activismo social. A los 17 años, inspirado por movimientos internacionales como el de Greta Thunberg, decidió contribuir al medio ambiente en Venezuela, por ser una de los países de nuestra región más afectados por la deforestación.

Junto a un amigo, fundó Smiley Plant Organization, una ONG dedicada a la reforestación. “Nunca había plantado un árbol en mi vida, pero decidí dar un salto de fe”, comenta Andrés, recordando cómo se adentró en el mundo del activismo sin experiencia previa.

El proyecto comenzó con entusiasmo, pero la pandemia trajo consigo grandes desafíos. A pesar de las restricciones, Andrés y su equipo intentaron mantener viva la organización mediante actividades en línea, pero sin ingresos suficientes, se enfrentaron a la gran pregunta: ¿cómo financiar las futuras actividades de reforestación?

La respuesta llevó a Andrés a una oportunidad que cambiaría el rumbo de su emprendimiento: usar plástico reciclado para fabricar macetas, cuya venta ayudaría a financiar la causa ambiental. Así nació Smiley 2 Go, una tienda de macetas ecológicas con impacto social.

El innovador producto para recaudar fondos

Lo que comenzó como una forma de recaudar fondos para una organización sin fines de lucro, pronto se convirtió en un negocio con su propio propósito. “Nos dimos cuenta de que el problema inicial era solo una excusa para una oportunidad de negocio más grande”, menciona Andrés.

Smiley 2 Go comenzó a atraer a clientes interesados no solo en apoyar una causa, sino también en decorar sus hogares de manera sostenible.

La pandemia había generado un aumento en la demanda de productos que trajeran naturaleza al hogar. A medida que las personas pasaban más tiempo en espacios cerrados, buscaban alternativas creativas y atractivas para integrar el verde en sus vidas.

Las macetas de Smiley 2 Go no eran simples recipientes; eran personalizadas, coloridas y ofrecían un toque único que reflejaba la personalidad de cada cliente. “Una maceta no es solo un cilindro de arcilla. Es una forma de adueñarte de tus espacios”, explica Andrés, resaltando cómo su producto conectaba emocionalmente con los consumidores.

La inesperada y llegada de la competencia

Como todo emprendedor, Andrés enfrentó varios retos al iniciar su negocio. Aunque la idea era buena, la ejecución presentó dificultades inesperadas. El Emprendedor menciona que la competencia fue uno de los aspectos más duros de su trayectoria. “El mercado se volvió muy competitivo rápidamente. De repente, todos estaban vendiendo macetas, y teníamos que diferenciarnos de alguna manera”, comenta

En un entorno donde muchos negocios similares comenzaron a surgir, Smiley 2 Go necesitaba encontrar su ventaja competitiva. Andrés enfrentó la realidad de que no bastaba con tener una buena causa detrás del producto.

“Me di cuenta de que, aunque nuestro impacto ambiental era importante, si no lograba conectar emocionalmente con los clientes, nos íbamos a quedar atrás”, reflexiona​. Así, la personalización y el enfoque en la decoración única se convirtieron en su sello distintivo.

Además, emprender en un contexto de triple impacto —donde parte de las ganancias se destinan a causas sociales— añadió otra capa de complejidad. “La carga impositiva es tremenda, y cuando tienes que dividir tus ganancias para apoyar una causa, es aún más desafiante”, explica Andrés.

Sin embargo, el joven emprendedor encontró en estos retos una motivación para seguir adelante, adaptando su modelo de negocio y buscando nuevas formas de conectar con su audiencia.

La alianza estratégica que impulsó otro nivel de crecimiento

A pesar de las dificultades, Andrés y su equipo han logrado expandir el negocio, atrayendo tanto a clientes individuales como a empresas. Uno de los momentos clave en su crecimiento fue la alianza con Senos Ayuda, una organización que se benefició de la venta de macetas a través de un modelo colaborativo. “Empezamos a darnos a conocer gracias a esta alianza, que nos permitió crecer más rápido y aumentar nuestras ventas”, recuerda.

En el horizonte, Andrés visualiza un futuro aún más prometedor para Smiley 2 Go. El proyecto está listo para entrar al sector corporativo, ofreciendo productos personalizados para empresas que buscan cómo crear un plan de reconocimiento empresarial, regalos corporativos sostenibles o decoraciones para sus oficinas.

“Smiley va a explotar dentro del sector corporativo”, comenta Andrés, entusiasmado por las nuevas oportunidades de negocio que se abren. Además, está desarrollando una nueva línea de productos llamada Smiley ad Space, que permitirá a los clientes corporativos utilizar las macetas como soportes publicitarios en restaurantes y otros locales comerciales.

Los consejos para los lectores de El Emprendedor

Al reflexionar sobre su recorrido, Andrés tiene un consejo para quienes buscan emprender: “Entender cuánto estás dispuesto a sacrificar es clave. Hay que jugar constantemente con esa balanza, entre el negocio y la vida personal”.

Él mismo ha aprendido a equilibrar su vida académica con el negocio, aprovechando los periodos de vacaciones para dedicarse de lleno a Smiley 2 Go. A pesar de las dificultades, Andrés sigue emocionado por lo que el futuro le depara, confiando en que los retos superados lo han preparado para lo que viene.

Así, Smiley 2 Go no es solo una tienda de macetas, sino un ejemplo de cómo un emprendimiento puede nacer de una causa social y evolucionar hacia algo más grande.

Andrés Sanabria ha demostrado que, con pasión, innovación y perseverancia, es posible convertir una pequeña idea en un negocio con impacto real en la vida de las personas y en el planeta.

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Ingeniera crea un negocio de jardinería gracias a un extraño tipo de planta japonesa

La ingeniera civil Julimar Rivero creó Garden to Love, un servicio de jardinería especializado en paisajismo que despegó gracias a las “kokedamas”.



Julimar Rivero, una ingeniera con una exitosa carrera en el ámbito corporativo, siempre sintió que algo faltaba en su vida. Aunque su trabajo le proporcionaba estabilidad, no lograba llenar el vacío que sentía.

Desde niña, había sentido una profunda conexión con la naturaleza, encontrando en las plantas un refugio que le daba paz y alivio al estrés diario. “Cuando logras esa conexión y vibrar en la misma frecuencia de la madre tierra, tienes al frente un tesoro”, reflexiona, señalando cómo su amor por la jardinería la ayudaba a sobrellevar la presión del trabajo.

Este vínculo especial con la naturaleza la llevó a explorar la jardinería más allá de un simple pasatiempo. Aunque no tenía formación en ventas o marketing, Julimar comenzó a compartir su pasión a través de Instagram, mostrando a otros cómo cuidar las plantas y crear espacios verdes en sus hogares.

“Empecé a educarme y a prepararme para lo que vendría después”, comenta, reconociendo que el deseo de conectar con la tierra la impulsaba a aprender nuevas habilidades.

La feria colegial que le abrió a un mundo de oportunidades

El giro en la vida de Julimar llegó de manera inesperada cuando decidió transformar su pasión en un negocio. Aunque inicialmente había comenzado a vender kokedamas —pequeñas bolas de musgo con plantas— como una forma de explorar su amor por la jardinería, pronto se dio cuenta de que había descubierto una oportunidad valiosa. “Mi primera experiencia fue en una feria colegial, donde empecé a vender kokedamas. No sabía qué esperar, pero la respuesta fue increíble”, recuerda, revelando cómo este simple producto resonó con muchas personas.

La pandemia jugó un papel crucial en la evolución de su negocio. Con más personas buscando formas de conectar con la naturaleza desde sus hogares, las kokedamas se convirtieron en un éxito inesperado. “La pandemia fue una oportunidad para mí, ya que mucha gente empezó a buscar formas de traer la naturaleza a sus hogares”, comenta Julimar. La demanda creciente la llevó a profesionalizar su emprendimiento, incorporando detalles como fichas técnicas y empaques personalizados que elevaban la calidad percibida de sus productos.

“Empecé a mejorar el producto, no solo en el empaque, sino también en cómo cuidar la planta”, explica, subrayando cómo estos pequeños cambios tuvieron un gran impacto en la satisfacción de sus clientes. Lo que comenzó como una simple afición se estaba convirtiendo rápidamente en un negocio exitoso.

El descubrimiento que la llevó a derrotar la barreras del negocio

Sin embargo, el camino hacia el éxito no estuvo exento de desafíos. Uno de los primeros problemas que enfrentó Julimar fue la logística de distribución. Debido a las características delicadas de las kokedamas, era difícil enviarlas fuera de Caracas sin comprometer su calidad. “La kokedama tiene un límite desde el punto de vista físico de traslado. Nos limitamos a la área geográfica de Caracas porque las empresas de traslado no transportan plantas”, explica, señalando una de las limitaciones que debió enfrentar.

Además, como ingeniera sin formación en ventas, Julimar tuvo que aprender sobre la marcha, enfrentando su falta de experiencia en marketing y estrategias comerciales. “No sabía cómo vender ni cómo promocionar mis productos, pero sabía que tenía que aprender”, comenta, subrayando la importancia de la perseverancia en su viaje emprendedor.

Otro reto significativo fue la educación del cliente. Muchos de sus compradores no sabían cómo cuidar adecuadamente una kokedama, lo que a veces resultaba en plantas maltratadas o muertas.

Para superar esto, Julimar comenzó a incluir fichas técnicas con cada venta y a ofrecer asesoramiento sobre el cuidado de las plantas. “Me di cuenta de que mis clientes necesitaban más que solo una planta; necesitaban saber cómo cuidarla, y eso cambió mi enfoque”, relata, describiendo cómo esta adaptación mejoró la experiencia del cliente y fortaleció su negocio.

El negocio del paisajismo y su mantenimiento

A pesar de los desafíos, Julimar continuó innovando y expandiendo su negocio. Además de las kokedamas, comenzó a diversificar su oferta, incluyendo suculentas en macetas pequeñas, accesorios de jardinería y productos personalizados. “Nuestro principal pilar es el área de paisajismo y mantenimiento, y ese es el que estamos desarrollando con más fuerza”, señala, hablando de cómo su empresa ha crecido para incluir servicios de jardinería y paisajismo.

La clave de su éxito radicó en mantener un fuerte enfoque en la calidad y la personalización, diferenciándose de la competencia al ofrecer productos únicos y bien pensados. “Quiero que cada cliente sienta que está recibiendo algo especial, algo hecho con amor”, dice Julimar, resaltando la importancia de agregar valor en cada aspecto de su negocio.

Además, aprovechó las plataformas digitales para promover su negocio, utilizando redes sociales y su tienda en línea para llegar a un público más amplio. “La tienda en línea ha sido una herramienta increíble para nosotros, permitiéndonos llegar a personas que de otra manera no habríamos alcanzado”, comenta, destacando el papel de la tecnología en el crecimiento de su emprendimiento.

El secreto de la mentalidad para tener un negocio exitoso

Con un negocio en crecimiento y una base de clientes cada vez más fiel, Julimar ya está mirando hacia el futuro. Una de sus ambiciones es abrir un showroom físico, donde los clientes puedan ver y comprar sus productos en persona, enriqueciendo así la experiencia del cliente. “Un showroom es algo que he estado soñando durante mucho tiempo, y estoy emocionada por hacerlo realidad”, comparte, dejando ver su entusiasmo por los próximos pasos.

Además, Julimar tiene la mira puesta en expandir su negocio más allá de Caracas, superando las limitaciones geográficas que hasta ahora han restringido su mercado. Aunque reconoce que este objetivo es desafiante, su conexión con la madre tierra y su espíritu innovador la impulsan a seguir adelante. “El reto es lidiar con tantas limitaciones, pero siempre trato de ver el vaso medio lleno”, comenta, reflejando su actitud positiva y resiliente.

Para otros emprendedores, Julimar ofrece un consejo inspirado en su propio recorrido: “Mi filosofía es hacer las cosas bien, con amor, y ofrecer al cliente cosas de calidad, bonitas y diferentes”. Con esta mentalidad, Julimar sigue cultivando su negocio, demostrando que una profunda conexión con la madre tierra puede ser la raíz de un emprendimiento exitoso y sostenible.

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Ella ayuda a cocinar en menos tiempo pero encontró en la autenticidad el secreto de su éxito

La influencer María Antonieta González especialista en la tendencia “Batch Cooking” encontró el verdadero amor en la cocina.



María Antonieta Gonzáles, mejor conocida como "Mandor", es una cocinera y emprendedora venezolana que ha logrado transformar su pasión por la cocina en un negocio exitoso, influenciando a miles de personas a través de las redes sociales y talleres culinarios. Su historia es un ejemplo claro de cómo la autenticidad y el compromiso pueden convertirse en los pilares fundamentales de un emprendimiento exitoso.

Ella estudió mercadeo y complementó su formación con un diplomado. Sus primeros pasos en el mundo culinario los dio en restaurantes locales, donde aprendió las bases de la cocina profesional. Sin embargo, su amor por la cocina no se limitó a los restaurantes.

En su hogar, aplicaba lo que aprendía en su vida diaria, compartiendo sus conocimientos y consejos con su familia y amigos. Esto demuestra cómo comenzó a compartir su pasión por la cocina con quienes la rodeaban, construyendo una base sólida para su futuro emprendimiento.

"Estudié mercadeo, me gradué, hice un diplomado en comida saludable en la Universidad Simón Bolívar", recuerda “Mandor”, mostrando cómo su formación académica influyó en su enfoque hacia la cocina.

El deseo de compartir sus experiencias y técnicas la llevó a utilizar las redes sociales como plataforma para llegar a un público más amplio. A través de estas, “Mandor” empezó a construir una comunidad de personas interesadas en la cocina, donde ofrecía herramientas y consejos para facilitar la labor en la cocina, combinando su formación académica con su experiencia práctica.

La llegada de su desilusión amorosa

El giro en la vida de “Mandor” ocurrió tras una desilusión amorosa significativa que la llevó a mudarse a Estados Unidos en busca de un nuevo comienzo.

Aunque el viaje inicialmente fue una manera de escapar del dolor, también se convirtió en la puerta de entrada a su verdadera pasión.

Al llegar a Estados Unidos, ella comenzó a trabajar en restaurantes, donde no sólo perfeccionó sus habilidades culinarias, sino que también empezó a entender la dinámica de la industria alimentaria.

"Cuando llegué a Estados Unidos, me metí a trabajar en restaurantes y ahí descubrí que la cocina era mi verdadera pasión", comenta sobre este periodo decisivo en su vida.

Esta realización fue fundamental para que considerara la posibilidad de emprender en el futuro. "La cocina dejó de ser solo un trabajo para mí; se convirtió en una forma de conectarme con otras personas", añade, destacando el momento en que comprendió que podía hacer una diferencia a través de su amor por la cocina.

Este descubrimiento la impulsó a considerar la posibilidad de emprender, visualizando cómo podría transformar su amor por la cocina en un negocio que le permitiera compartir su pasión con el mundo.

Los desafío de ser inmigrante

El camino hacia el emprendimiento no fue fácil. Al mudarse a Estados Unidos, María Antonieta tuvo que enfrentar los desafíos típicos de ser inmigrante: la barrera del idioma, la adaptación a una nueva cultura y las dificultades económicas iniciales. Además, trabajar en la industria culinaria en un país extranjero le mostró lo competitivo y exigente que podía ser este entorno.

"El inglés no es mi fuerte, y adaptarme a un nuevo país no fue fácil", admite, reflexionando sobre los obstáculos que enfrentó al mudarse a Estados Unidos.

A pesar de estos desafíos, nunca dudó de su decisión de seguir adelante. "Cada día que pasaba, corroboraba que estaba en el camino correcto", afirma, mostrando su determinación frente a las dificultades.

“Mandor” también enfrentó dilemas personales sobre si debía continuar con un trabajo estable en la cocina o arriesgarse a emprender por su cuenta.

Las dudas sobre cuál sería el mejor enfoque para llegar a su audiencia y monetizar su conocimiento se convirtieron en una constante en su mente. "Tuve muchas dudas sobre cómo convertir mi pasión en un negocio sostenible", confiesa, subrayando los momentos de indecisión que vivió durante su transición al emprendimiento.

Sin embargo, a pesar de estos retos, “Mandor” nunca dejó que el miedo al fracaso la detuviera.

La autenticidad, la base del éxito

La emprendedora encontró la solución en la autenticidad. Decidió enfocarse en crear contenido que resonara con su audiencia de manera genuina y cercana. Utilizó las redes sociales no sólo como un medio para compartir recetas, sino como una plataforma para conectar de manera profunda con su comunidad.

Esta autenticidad se convirtió en la base de su éxito, permitiéndole diferenciarse en un mercado saturado.

"Decidí ser auténtica y compartir lo que realmente me apasiona", explica “Mandor”. Este enfoque genuino fue clave para construir una relación sólida con su audiencia. "No quería ser sólo otra cocinera en redes sociales; quería conectar de verdad con las personas", añade, mostrando su intención de hacer algo más que simplemente compartir recetas.

Uno de los enfoques que la ayudó a destacarse fue el "batch cooking", una tendencia que consiste en preparar grandes cantidades de comida por adelantado.

La emprendedora se convirtió en una de las pioneras de este método en Venezuela, utilizando sus talleres y plataformas online para enseñar a otros cómo implementar esta práctica en sus vidas diarias.

"El 'batch cooking' no solo facilita la vida, sino que también te permite disfrutar de una alimentación saludable sin complicaciones", comenta, resaltando la importancia de esta técnica en su propuesta de valor.

Además, decidió utilizar Telegram como la plataforma principal para impartir sus cursos, aprovechando su flexibilidad y la capacidad de mantener una secuencia lógica en el contenido, lo que mejoró significativamente la experiencia de sus usuarios.

"Telegram me permite ofrecer una experiencia más personalizada y ordenada para mis estudiantes", señala, enfatizando cómo esta elección estratégica contribuyó a su éxito.

"Siempre he dicho que todos tenemos un llamado de locura que debemos seguir"

A lo largo de su trayectoria, “Mandor” ha compartido varios consejos valiosos para aquellos que buscan emprender. Uno de sus principales mensajes es seguir "el llamado de locura" que todos llevamos dentro.

Según ella, los grandes soñadores y emprendedores a menudo son considerados "locos" por ir en contra de la corriente, pero es precisamente esa "locura" lo que les permite innovar y tener éxito.

"Siempre he dicho que todos tenemos un llamado de locura que debemos seguir", dice “Mandor”, instando a los emprendedores a abrazar su pasión, aunque parezca irracional para otros. "Los grandes sueños requieren grandes riesgos", añade, subrayando la importancia de ser valiente en el camino hacia el éxito.

También destaca la importancia de la autenticidad sobre la perfección. Para la emprendedora, ser verdadero con uno mismo y con la audiencia es mucho más valioso que perseguir una imagen perfecta. "No busques la perfección, busca ser auténtico", aconseja, reflejando su propia filosofía en la gestión de su negocio.

Además, aconseja a los emprendedores diversificar sus esfuerzos y no depender de una sola fuente de ingresos.

Su propio éxito proviene de su capacidad para manejar varios proyectos al mismo tiempo, lo que ha fortalecido su marca y le ha permitido crecer de manera sostenible.

"Diversificar mis proyectos me ha permitido mantenerme relevante y resiliente en un mercado cambiante", comenta, destacando la importancia de no poner todos los huevos en una sola canasta.

Finalmente, “Mandor” enfatiza la importancia del compromiso y la energía diaria. Según ella, mantener la motivación y la energía, tanto propia como de la audiencia, es clave para el éxito a largo plazo.

"El compromiso diario es lo que marca la diferencia", concluye, recordando que el éxito no es un destino, sino un proceso continuo que requiere dedicación y pasión.

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La granola artesanal que conquistó las estanterías de la cadena de farmacias más importante del país

Luego de un viaje a Francia, un amor roto y una pandemia inesperada, la farmaceuta María Verónica Álvarez creó a Hola Granola.



María Verónica Álvarez, nacida y criada en Venezuela, siempre había sido una estudiante dedicada. Tras años de esfuerzo, se graduó como farmacéutica en la Universidad Santa María y, posteriormente, completó un máster en ingeniería de la salud en Marsella, Francia.

Su camino parecía claro: una carrera estable en la industria farmacéutica. En 2018, comenzó a trabajar en un laboratorio farmacéutico transnacional, donde la rutina y las investigaciones médicas ocupaban la mayor parte de su tiempo. Sin embargo, había una chispa creativa en María Verónica que buscaba algo más.

Desde joven, siempre había mostrado un interés por la nutrición y la alimentación saludable, influenciada por su madre, quien era aficionada a la cocina natural. Este interés latente la llevó a explorar la posibilidad de crear sus propios productos alimenticios.

Fue entonces cuando, a manera de experimento y como una manera de ahorrar para futuros proyectos, decidió aventurarse en la elaboración de granola casera. Sus primeros lotes, elaborados de manera casi rudimentaria en la cocina de su apartamento, fueron un éxito entre sus familiares y amigos.

Pronto, comenzaron a llegar pedidos de conocidos y compañeros de trabajo, quienes reconocían la calidad y el sabor único de su granola. Sin embargo, María Verónica no se imaginaba que este pequeño proyecto paralelo algún día eclipsaría su carrera en la farmacia.

Del caos de la pandemia a la producción artesanal

El año 2020 trajo consigo la pandemia de COVID-19, un evento global que cambió el curso de muchas vidas. Para la emprendedora, la pandemia fue un momento de reflexión. Con el confinamiento, el laboratorio farmacéutico donde trabajaba redujo sus operaciones, lo que le dejó más tiempo libre para dedicarse a su pasatiempo.

Fue entonces cuando decidió tomar en serio la producción de granola y convertirla en un negocio real. Observó cómo la gente empezaba a preocuparse más por su salud y bienestar, lo que incluía una mayor demanda de alimentos saludables.

Inspirada por esta tendencia, María Verónica decidió escalar su producción. "Cuando inicia la pandemia, paré como una semana y luego volví a trabajar", comenta. Sin embargo, esta vez no solo estaba trabajando en la producción de granola, sino también en la creación de una marca: "Hola Granola".

A medida que los días pasaban, su cocina se fue transformando en una pequeña fábrica artesanal. Desarrolló nuevas recetas, cada una con ingredientes cuidadosamente seleccionados para ofrecer no solo sabor, sino también beneficios nutricionales.

Álvarez comprendió que la clave del éxito en el mercado de alimentos saludables no era solo ofrecer un producto más, sino uno que realmente hiciera una diferencia en la vida de las personas.

El reto de diferenciarse y la presión financiera

El camino hacia el éxito estuvo lleno de desafíos para María Verónica. Al principio, la producción era limitada y el proceso de empaquetado y distribución era agotador.

Las primeras semanas, junto a su hermana, se dedicaban a vender su granola en mercados locales, bodegones y a través de redes sociales. "Estar en esos puntos de venta ha sido lo que nos ha mantenido todo este año", reflexiona la emprendedora, consciente de que esos pequeños pasos fueron cruciales para el crecimiento de su marca.

No obstante, la competencia en el mercado de productos saludables era feroz. La granola es un producto ampliamente disponible, por lo que diferenciar "Hola Granola" del resto fue un desafío constante.

La emprendedora decidió enfocarse en la autenticidad y calidad de sus ingredientes, así como en el mensaje que transmitía su marca: un producto hecho con amor, que promueve un estilo de vida saludable. Aun así, hubo momentos de duda. La presión financiera aumentaba, y María Verónica se preguntaba si realmente podría hacer de "Hola Granola" un negocio sostenible.

Pero la pasión por su producto y el feedback positivo de sus clientes la impulsaron a seguir adelante. Uno de los momentos más significativos fue cuando, después de solo dos meses de operaciones serias, María Verónica pudo pagar la nómina de su pequeña empresa. "Uno de los momentos súper felices fue el segundo mes que pudimos pagar nómina nosotras mismas", recuerda con orgullo.

La oportunidad de entrar en la cadena de farmacias más grande del país

Con el paso del tiempo, María Verónica y su hermana decidieron que era hora de dar el siguiente gran paso: expandir "Hola Granola" más allá de los pequeños puntos de venta. Comenzaron a investigar cómo ingresar a grandes cadenas de distribución, y fue entonces cuando surgió la oportunidad de entrar en la cadena de farmacias más grande del país.

No fue un camino fácil, pero la emprendedora se dedicó a presentar su producto con una propuesta de valor clara: una granola artesanal, saludable y de alta calidad, que se destacaba en un mercado saturado por su sabor y autenticidad.

El esfuerzo valió la pena. Hoy en día, "Hola Granola" se encuentra en más de 200 puntos de distribución, incluyendo las farmacias más importantes de Venezuela. "Queremos llegar por lo menos a 16 ciudades y tener al menos 60 puntos de venta en cada una de ellas", comenta María Verónica, demostrando su visión ambiciosa para el futuro de la marca.

“No subestimes el poder de la persistencia”

Consolidada en el mercado nacional, María Verónica ya mira hacia nuevos horizontes. Su próximo objetivo es expandirse a mercados internacionales, llevando "Hola Granola" a otros países donde la demanda de productos saludables sigue en aumento.

A lo largo de su viaje, la emprendedora ha aprendido valiosas lecciones que ahora comparte con otros emprendedores. "Nunca subestimes el poder de la persistencia", dice, recordando los días en los que luchaba por vender sus primeras cajas de granola. "Comienza con lo que tienes y ve creciendo poco a poco. Los desafíos siempre estarán presentes, pero la clave está en adaptarse y encontrar soluciones creativas ante las adversidades."

María Verónica también enfatiza la importancia de mantenerse fiel a la calidad del producto. "La calidad y la autenticidad de tu producto o servicio son lo que te diferenciarán en el mercado", afirma.

Hoy en día, "Hola Granola" es más que una marca; es un testimonio de cómo la pasión y la determinación pueden transformar una idea sencilla en un negocio exitoso.

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    Ella busca instalar la transparencia y el servicio al cliente en el mercado de repuestos del sector automotriz
    Ella busca instalar la transparencia y el servicio al cliente en el mercado de repuestos del sector automotriz

    En un sector saturado de imitaciones, Daniela Pereira apuesta por la calidad certificada y la transparencia para transformar la experiencia de compra del cliente.



    En el mundo del autorepuesto, donde las dudas sobre la calidad y el origen de los productos generan desconfianza entre los clientes, Daniela Pereira, se propuso cambiar las reglas del juego y para conocer los detalles de su historia aquí en El Emprendedor la entrevistamos. Con su nuevo negocio Repuestos Motrix, busca instalar un modelo centrado en la transparencia, la ética y la atención al cliente, ofreciendo soluciones que combinen calidad certificada con una experiencia de compra confiable.

    Un dolorosa transición de contadora a emprendedora automotriz

    Antes de fundar Repuestos Motrix, Daniela Pereira trabajó como contadora durante varios años, administrando su propia oficina y brindando servicios a empresas automotrices. En 2017, su carrera dio un giro inesperado cuando decidió unirse a una agencia de viajes. “La contabilidad era rutinaria y poco emocionante. En la agencia, conectaba con personas en sus momentos felices, y eso me encantó”, recuerda.

    Sin embargo, en 2023 tras varios años trabajando en el sector turístico con la agencia un punto de inflexión en su vida surge cuando, tras haber decidido enfocarse en ampliar su familia, queda embarazada y sufre la pérdida de su bebé. “Fue un momento devastador. Todo el proyecto de vida que había imaginado se derrumbó”, confiesa.

    Esa experiencia dolorosa la llevó a replantear sus metas y buscar un nuevo rumbo que le permitiera canalizar su energía y redescubrir su propósito. “Decidí que era hora de emprender y crear algo que realmente representara mis valores y mi visión de futuro”. Con ese objetivo en mente, fundó Repuestos Motrix, una tienda de autorepuestos dedicada a ofrecer productos de calidad con un enfoque ético.

    Un modelo basado en la transparencia

    Desde sus primeros días, Daniela enfrentó los retos comunes del sector automotriz: un mercado saturado de imitaciones, clientes desconfiados y un entorno competitivo dominado por hombres. Para diferenciarse, decidió apostar por la transparencia y el servicio al cliente. “Nuestro uniforme dice ‘asesor’ porque no solo vendemos, orientamos al cliente”, explica.

    Su objetivo es que cada persona que entre a su tienda reciba información clara sobre los productos, desde la diferencia entre un repuesto original y uno certificado, hasta las alternativas económicas de calidad.

    Una de las claves de su modelo es ofrecer varias opciones según las necesidades del cliente. “Hay quienes buscan lo mejor para su ‘bebé’, como llaman a sus carros, y otros que solo quieren reparar un vehículo para venderlo. Mi trabajo es explicarles las opciones y ayudarles a tomar la mejor decisión”.

    El problema de las imitaciones disfrazadas de productos originales

    El camino para instalar la transparencia en un mercado tan complejo no ha sido fácil. Desde su inicio en julio de 2024, Daniela se ha enfrentado a la falta de una cultura de crecimiento en su equipo. “Es complicado encontrar personas que quieran capacitarse y crecer junto al negocio”, admite.

    También ha lidiado con la competencia desleal de empresas que ofrecen imitaciones baratas disfrazadas de productos originales. “El cliente tiene derecho a saber lo que está comprando, y es mi responsabilidad educarlo sobre las diferencias”.

    Ganando confianza

    A pesar de los desafíos, Repuestos Motrix ha comenzado a ganar la confianza de sus clientes. Desde mecánicos que valoran la calidad de los productos hasta conductores que buscan asesoría personalizada, Daniela ha logrado fidelizar a una base de clientes recurrentes. “El 40%-50% de mis ventas provienen de mecánicos que aprecian nuestra honestidad y la calidad certificada de nuestras piezas”.

    Además, Daniela está implementado estrategias innovadoras, como alianzas con talleres mecánicos y la oferta de delivery gratuito. Su enfoque en el servicio posventa también ha sido clave para mantener la lealtad de sus clientes. “Hacemos un seguimiento después de cada compra para asegurarnos de que el cliente esté satisfecho y pueda volver con confianza”.

    Rompiendo la barrera cultural del mercado

    Con apenas unos meses en el mercado, Daniela ya tiene grandes planes para Repuestos Motrix. Planea fortalecer su presencia digital en plataformas como Instagram. También desea implementar talleres educativos para que los clientes aprendan a distinguir entre repuestos originales, certificados e imitaciones.

    “Quiero que mi tienda sea un lugar donde las mujeres también se sientan cómodas comprando. Quiero romper esa barrera cultural que hace que muchas prefieran enviar a un hombre a comprar por ellas”, comenta Daniela, quien está enfocada en crear un espacio inclusivo y confiable.

    El proceso de autodescubrimiento y superación

    Para Daniela, emprender ha sido un proceso de autodescubrimiento y superación. “Este camino me ha permitido cuestionarme, aprender y crecer. He entendido que el éxito no solo está en los números, sino en la capacidad de construir relaciones basadas en la confianza”.

    Su consejo para otros emprendedores es claro: “plantea metas claras y adáptate a los desafíos. La transparencia y la ética siempre serán recompensadas”.

    En un sector que muchas veces carece de confianza, Daniela Pereira y Repuestos Motrix están marcando la diferencia, demostrando que es posible transformar un mercado con transparencia, calidad y un servicio al cliente adaptado a sus necesidades personales.

    Escrito el Miércoles, 22 Enero 2025 12:41 en Emprendedores ¡Deja el primer comentario! Visto 50 veces
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    La empresa pionera en servicios de streaming y hosting que mantiene clientes con más de 20 años de permanencia
    La empresa pionera en servicios de streaming y hosting que mantiene clientes con más de 20 años de permanencia

    Interven, es el proveedor tecnológico de centrooccidente que retiene clientes con hasta 24 años de fidelidad.



    El ingeniero Elvis Garcés, fundador de Interven, comenzó su aventura empresarial en el mundo de la informática en los años 90, cuando el internet apenas daba sus primeros pasos en Venezuela. Lo que inició como una curiosidad por entender las nuevas tecnologías se transformó en una empresa pionera que ofrece servicios de hosting, streaming y desarrollo web, consolidándose como un referente en el mercado durante más de dos décadas.

    Todo comenzó gracias a un profesor

    La historia de Elvis Garcés se remonta a sus años de estudiante en el Instituto Politécnico de Barquisimeto, donde tuvo su primer contacto con la informática. Su interés por la tecnología lo llevó a trabajar con un ex socio de IBM, realizando mantenimiento e instalación de equipos en empresas locales.

    Sin embargo, fue en la universidad donde descubrió el potencial del internet. “Gracias a un profesor que me dio acceso a internet, publiqué mi primera página web y experimenté con correo electrónico. Fue fascinante ver cómo estas herramientas podían conectar al mundo”, recuerda.

    En el año 2000, junto a su profesor, fundó Public World Net, una empresa enfocada en diseño web y hosting. Aunque el internet era desconocido para muchos en Venezuela, Elvis vio una oportunidad en ofrecer soluciones digitales a empresas del sector industrial y agrícola en Portuguesa. “Fuimos pioneros en crear páginas web para empresas como Coposa y Oleica, mostrando a los empresarios el valor de tener presencia digital”.

    Cuando el mercado desconocía el poder de Internet

    En sus primeros años, Elvis enfrentó el desafío de educar a un mercado que desconocía el potencial del internet. Para fomentar el interés, abrió una academia de computación y creó un programa de radio dedicado a explicar cómo funcionaba la red. “Tuvimos que enseñar desde lo básico, pero eso nos permitió conectar con la comunidad y posicionarnos como expertos”.

    En paralelo, comenzó a experimentar con el streaming, implementando esta tecnología para transmitir contenido de audio y video en tiempo real. Una de sus iniciativas más destacadas fue la transmisión de la historia del Silbón, una leyenda popular venezolana, en su página web. “En esa época, el streaming era algo casi imposible, pero logramos implementarlo y recibir comentarios de personas en todo el mundo”, comentó.

    Enfrentando la separación de su socio

    El camino de Elvis no estuvo exento de dificultades. Una de las pruebas más desafiantes fue la separación de su primer socio, lo que lo dejó al frente de una empresa con deudas significativas. “Tuve que asumir todo, pero los clientes renovaron sus contratos y eso me permitió salir adelante”, explica.

    Más tarde, durante la crisis de las tarjetas de crédito internacionales en 2013, perdió acceso a algunos de los mejores data centers y sufrió pérdidas de clientes. Sin embargo, encontró formas de adaptarse utilizando plataformas como PayPal para seguir operando. “La clave fue no rendirme y buscar soluciones creativas para mantener el servicio”.

    Clientes a largo plazo: el testimonio de su éxito

    Lo que diferencia a la empresa de Elvis, ahora conocida como Interven, es su capacidad para mantener relaciones duraderas con sus clientes. “Tengo clientes que llevan 20 años conmigo, renovando contratos anuales desde el 2000. Eso demuestra la confianza que tienen en mi trabajo”, afirma orgulloso.

    Entre sus clientes destacan empresas como Coposa, cines locales y negocios internacionales. Aún mantiene una relación cercana con muchos de ellos, ofreciendo soporte personalizado y garantizando la continuidad de sus servicios. “Para mí, la permanencia es el mayor valor agregado que puedo ofrecer”.

    Mirando hacia el futuro

    Con más de dos décadas de experiencia, Elvis reconoce que el mercado digital está en constante evolución. Actualmente, está enfocado en fortalecer su modelo de hosting para revendedores, ofreciendo plataformas robustas que permiten a otros emprendedores iniciar sus propios negocios. “El reseller garantiza permanencia porque su éxito depende de mi plataforma”.

    Elvis también ve oportunidades en transformar las páginas web en aplicaciones funcionales que brinden valor directo a los clientes. “La web no solo debe ser un catálogo; tiene que convertirse en una herramienta interactiva que facilite las operaciones de las empresas”.

    Reflexiones de un emprendedor resiliente

    Para Elvis, el éxito no solo se mide en números, sino en la capacidad de adaptarse y mantener la confianza de los clientes. “He pasado por muchas crisis, pero siempre he encontrado la forma de seguir adelante. La clave está en ofrecer calidad, soporte y permanencia”, reflexiona.

    Su historia es un testimonio de cómo la pasión por la tecnología, combinada con determinación y resiliencia, puede transformar una idea en un negocio sostenible. Desde sus primeros pasos en el internet hasta convertirse en un referente en hosting y streaming, Elvis Garcés demuestra que la permanencia es el verdadero secreto del éxito empresarial.

    Escrito el Miércoles, 22 Enero 2025 11:52 en Emprendedores ¡Deja el primer comentario! Visto 64 veces
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    La enfermera que logró la independencia profesional al devolver la energía a sus clientes
    La enfermera que logró la independencia profesional al devolver la energía a sus clientes

    Tras 15 años trabajando en una institución de salud del estado, Karen Gutierrez, licenciada en enfermería, cuenta a El Emprendedor cómo comenzó su proyecto con los cócteles vitamínicos.



    Karen Gutiérrez dedicó 15 años de su vida al hospital JM de Los Ríos, en Caracas, donde no solo creció como profesional de la salud, sino también como ser humano. Sin embargo, en 2019, tras enfrentar crisis políticas, sociales y personales, decidió dar un paso al costado y dejar la institución que había sido su segunda casa. Hoy, es una emprendedora que transformó su pasión por la enfermería en un negocio que combina ciencia, bienestar y estética, demostrando que es posible emprender sin abandonar la profesión.

    Una trayectoria centrada en la vocación de servir

    Desde joven, Karen tenía claro que quería dedicarse a la salud. En el hospital JM de Los Ríos, un centro pediátrico reconocido en Caracas, se profesionalizó a través de especializaciones y una maestría, llegando a ocupar roles de liderazgo. “El hospital fue mi universidad, donde aprendí y crecí como enfermera y como persona”, recuerda.

    A pesar de su compromiso, las condiciones laborales eran cada vez más desafiantes. La falta de insumos, equipos y personal afectaba el trabajo diario. “Era frustrante trabajar sin los recursos adecuados, viendo cómo la crisis afectaba tanto a los pacientes como al personal”. A esto se sumaban las presiones políticas y la inseguridad que se vivía dentro de la institución.

    La difícil decisión de renunciar

    En 2019, tras meses de reflexión y episodios de hostigamiento, Karen tomó la difícil decisión de renunciar. “Fue un proceso emocionalmente complejo. Amaba mi trabajo, pero sabía que ya no era sostenible ni para mí ni para mi hija”. Añade que durante tres meses no pudo dormir debido a la presión y el desgaste acumulados.

    La crisis política que vivía el país también influyó. “Era difícil ver cómo el sistema colapsaba y no podíamos hacer mucho para cambiarlo. Las protestas, la falta de seguridad y el hostigamiento hacia el personal de salud fueron determinantes”.

    Tras la búsqueda de su verdadera vocación

    Tras dejar el hospital, Karen exploró diferentes caminos, desde la repostería hasta la venta de ropa. Sin embargo, nada de esto la llenaba. “Sabía que quería algo más, algo que conectara con mi verdadera vocación”, admite. Fue durante una visita a un spa que encontró su nuevo rumbo.

    Allí, descubrió que muchos procedimientos relacionados con la sueroterapia y la estética no eran realizados por profesionales de la salud. “Pensé: tengo la experiencia y el conocimiento para hacerlo de manera segura y con la garantía que un cliente merece”. Este momento marcó el inicio de su emprendimiento en el área de la sueroterapia y los cócteles vitamínicos.

    Karen también recordó su experiencia ayudando a la esposa de un compadre, quien enfrentaba cáncer y recurría a los cócteles vitamínicos para sobrellevar las quimioterapias. “Era impresionante ver cómo estos tratamientos le devolvían la energía, le quitaban las náuseas y le permitían recuperar fuerzas”. Esta experiencia la inspiró a ofrecer un servicio que pudiera beneficiar tanto a personas enfermas como a quienes simplemente querían mejorar su calidad de vida. “Me di cuenta de que estos tratamientos podían transformar vidas, y decidí llevarlos a más personas”.

    Integrando nuevas técnicas a su experiencia profesional 

    Karen decidió combinar su experiencia clínica con nuevas habilidades. Realizó cursos en cosmiatría y esteticismo, integrando estas técnicas con su conocimiento médico para ofrecer un servicio integral, y creando así Vital Spa Gutierrez. Su primer cliente fue su abuela, quien presentaba dolores articulares y fatiga. “Los cócteles vitamínicos mejoraron su movilidad y le devolvieron la energía. Fue emocionante ver cómo algo tan sencillo podía cambiar su calidad de vida”.

    Pronto, sus servicios comenzaron a expandirse. Incorporó masajes relajantes y terapias complementarias, creando experiencias personalizadas para cada cliente. Además, descubrió el impacto positivo de los cócteles vitamínicos en deportistas y personas con fatiga crónica, quienes notaron mejoras inmediatas en su energía y rendimiento.

    Promoviendo la salud preventiva

    Uno de los pilares de su negocio es educar a los clientes sobre la importancia de trabajar con profesionales capacitados. “Muchos no entienden los riesgos de someterse a tratamientos invasivos con personas no calificadas. Mi objetivo es garantizar seguridad y calidad en cada procedimiento”, explica.

    Karen también promueve la salud preventiva. “Los cócteles vitamínicos no solo ayudan en casos de enfermedad, sino también en el bienestar diario, fortaleciendo el sistema inmunológico y mejorando la vitalidad”.

    Mirando hacia el futuro

    Con una base sólida y una visión clara, Karen planea expandir su negocio. Su objetivo es abrir un espacio propio donde pueda integrar servicios de salud y estética, ofreciendo una experiencia completa a sus clientes. También busca inspirar a otros profesionales de la salud a emprender. “El sector salud tiene un enorme potencial para crear negocios exitosos que impacten vidas positivamente”, asegura Karen.

    Karen Gutiérrez es un ejemplo de resiliencia y pasión. Su historia demuestra que, con determinación y creatividad, es posible transformar los desafíos en oportunidades, sin abandonar aquello que uno ama hacer. Desde el hospital hasta su negocio actual, su compromiso con la salud sigue siendo el motor de su éxito.

    Escrito el Viernes, 17 Enero 2025 12:00 en Emprendedores ¡Deja el primer comentario! Visto 163 veces
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    Ex funcionaria pública vió truncado su sueño de jubilarse y decidió transformar su hogar en la playa en una posada en la Guaira
    Ex funcionaria pública vió truncado su sueño de jubilarse y decidió transformar su hogar en la playa en una posada en la Guaira

    Stella Maris es el nombre de la posada de quien trabajó durante 27 años en la administración pública, y que al ver que su salario ya no le alcanzaba, decidió dar el paso más importante de su vida: emprender.



    Glenda Escalona dedicó 27 años de su vida al Seniat como licenciada en Ciencias Fiscales, pero en 2022 tomó una de las decisiones más importantes de su vida: convertir su casa frente a Playa Candilejas, en La Guaira, en la posada Stella Maris. Lo que comenzó como una idea llena de miedo e incertidumbre se transformó en un nuevo negocio de hospedaje que aporta al mercado del turismo guairense.

    De funcionaria a emprendedora

    El camino hacia el emprendimiento no fue sencillo. En 2016, los bonos y beneficios que hacían atractiva su posición en el Seniat desaparecieron, dejando su salario reducido a un monto insuficiente. “El sueldo no alcanzaba; solo nos sosteníamos con las proteínas que nos daban”, recuerda Glenda. Su trabajo dejó de ser atractivo con la llegada de una nueva administración. “Lo que me gustaba más era el ambiente, el compañerismo y la solidaridad que había entre los compañeros, en ese momento todo eso se acabó”, recordó.

    A pesar de su experiencia en la administración pública, la situación económica del país y una enfermedad que padecía su madre, la llevaron a replantearse su futuro. “Siempre fui la proveedora de mi familia, pero la crisis me obligó a buscar alternativas para no depender de mi hijo”. Aunque había recibido sugerencias de vecinos para convertir su casa en una posada, el miedo a los cambios y la falta de experiencia en el sector la detuvieron de tomar esta decisión por varios años. “Tuve cierto miedo, porque no sabía qué tipo de personas iban a llegar”, destacó.

    Un préstamo de 100$

    En 2022, con la salud de su madre deteriorada y la necesidad económica apremiando, Glenda finalmente decidió actuar. Su primera acción fue habilitar la piscina de su casa. Con $100 que pidió prestado a su hermana, compró cuatro cisternas para asegurar el suministro de agua y comenzó a promocionar el espacio con tarjetas de presentación. “Tuve que empezar con lo que tenía; no podía esperar a tener todo perfecto”.

    Glenda luchó consigo misma, hasta el día que tomó la decisión final. “El día que promocioné la piscina, dije, bueno, pa'lante es pa'llá, en mano de Dios me pongo, y veremos a ver qué sucede. Así que arranqué con miedo, bastante miedo”, dijo.

    Su primer cliente fue un grupo de 46 personas que usó la piscina, lo que le dejó lecciones importantes. “Fue una experiencia complicada porque no tenía reglas claras; aprendí que establecer normas es fundamental para mantener el orden”. A pesar de los contratiempos, esta primera incursión la motivó a seguir adelante.

    El miedo de abrir su hogar al público

    Uno de los mayores obstáculos que enfrentó Glenda fue el miedo a los riesgos de abrir su hogar al público. “Me preocupaba quiénes entrarían y cómo garantizar mi seguridad”, admite. Este temor se hizo más palpable después de un incidente en una fiesta de 15 años, donde la falta de control resultó en daños a la propiedad y reclamos de los vecinos, incluso llegó la policía.

    Sin embargo, aunque deprimida por la situación, lejos de rendirse, Glenda implementó sus primeras normas estrictas. Ahora, los horarios de la piscina están claramente establecidos y se decidió limitar la realización de eventos nocturnos. “Estas reglas me permiten mantener el control y asegurar una mejor experiencia para mis clientes”.

    Un negocio con un mercado amplio

    La posada Stella Maris comenzó a ganar reconocimiento gracias a plataformas como Marketplace de Facebook y recientemente en 2024, Airbnb. Su ubicación estratégica, a solo 100 metros de la playa y 10 minutos del aeropuerto internacional, la ha convertido en un punto ideal tanto para turistas tanto locales como extranjeros. “Muchos de mis clientes llegan por referencia; eso me demuestra que estoy haciendo las cosas bien”.

    Además, Glenda ha diversificado sus servicios para adaptarse a las necesidades de su clientela. Ofrece espacios para fiestas infantiles, reuniones familiares y celebraciones de fin de año. “Quiero que cada cliente se sienta como en casa y disfrute al máximo de su estadía”.

    Nuevos proyectos

    Con una visión clara, Glenda planea expandir su negocio en 2025. Entre sus proyectos están la organización de talleres de crecimiento personal, sesiones de yoga y servicios de turismo local. También planea mejorar su presencia en redes sociales para atraer a más clientes y seguir reinvirtiendo en la remodelación de la posada. “Mi prioridad es mantener la casa en las mejores condiciones posibles para ofrecer una experiencia de calidad”.

    Reflexiones de una ex funcionaria pública resiliente

    La historia de Glenda es un ejemplo de cómo la determinación y la capacidad de enfrentar el miedo pueden transformar los desafíos en oportunidades. “El miedo es el mayor obstáculo para avanzar; hay que enfrentarlo y confiar en que el universo te guiará”, reflexiona.

    Su consejo para otros emprendedores es claro: “si esperas a que todo esté perfecto, nunca comenzarás. Lo importante es dar el primer paso, aprender en el camino y no tener miedo de cometer errores”.

    Desde una casa frente a la playa hasta una exitosa posada, Glenda Escalona ha demostrado que con esfuerzo, visión y perseverancia, cualquier sueño puede hacerse realidad.

    Escrito el Miércoles, 15 Enero 2025 18:08 en Emprendedores ¡Deja el primer comentario! Visto 179 veces
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    Los valencianos que desarrollaron con éxito su marca de alitas de pollo frito
    Los valencianos que desarrollaron con éxito su marca de alitas de pollo frito

    Lo que comenzó con una sopa dominical entre amigos, se convirtió en Candela Food, un emprendimiento con una receta especializada en alitas y pollo frito.



    Cuando la pandemia golpeó al mundo en 2020, Israel Pimentel y Javier Rivero se encontraron en una situación inesperada. Ambos habían dedicado años a la vida nocturna y los bares en Valencia, pero el cierre de estos negocios dejó sus carreras en pausa. “La pandemia frenó todo lo que hacíamos; tuvimos que buscar una opción para seguir adelante”, recuerda Javier. Entre las pocas alternativas viables estaba el sector de la comida, y así nació Candela Food.

    La idea inicial de Candela Food fue sencilla pero efectiva: sopa dominical. “Comenzamos haciendo sopa de costilla los domingos desde nuestras cocinas”, dice Israel. Con ayuda de un amigo DJ que también era cocinero aficionado, comenzaron a experimentar con recetas.

    Sus primeros clientes fueron amigos y familiares, quienes conocieron el proyecto a través de cadenas de WhatsApp. “Al principio, los amigos eran los que te apoyaban, los que compraban”, añade Javier. Pero sabían que un solo producto no sería suficiente para mantener un negocio a largo plazo.

    La apuesta por el pollo frito

    La transición hacia el pollo frito llegó tras analizar el mercado local y sus oportunidades. “Vimos que la idea del pollo frito era una buena opción”, comenta Israel. Con método de ensayo y error, crearon una receta única que se convertiría en el alma del negocio. “La receta que hoy tenemos fue creada por nosotros, investigando y tomando ideas”.

    Comenzaron con pollo frito y, poco a poco, expandieron su menú para incluir alitas, tenders y bandejas familiares. Las alitas, en particular, se convirtieron en su producto estrella. “Hoy en día, nuestra carta de presentación son las alitas; tienen una textura y un sabor únicos”, destaca Javier. Estas alitas no solo tienen un empanizado especial, sino que también ofrecen ocho sabores diferentes, algo que los diferencia de la competencia.

    El primer gran salto

    En 2022, Candela Food logró establecer su primera sede física en el Páramo Jardín Gourmet, un espacio compartido con otros conceptos gastronómicos en Naguanagua.

    Este cambio permitió consolidar su presencia en el mercado local y atraer a un público más amplio. “Nuestra primera sede fue un gran paso; nos ayudó a posicionarnos como una opción sólida para los amantes del pollo”, explica Israel.

    La clave del éxito ha sido su enfoque en la calidad y en la experiencia del cliente. Sus bandejas para compartir, diseñadas para familias, se han convertido en un éxito rotundo.

    “Nuestro público es principalmente familiar; las bandejas para compartir son lo que más rota en nuestro local”, comenta Javier. Estas opciones permiten a los clientes probar una variedad de productos en una sola comida, incluyendo alitas, tenders y ensaladas.

    Las deficiencia de electricidad y gas

    Como todo emprendimiento, Candela Food ha enfrentado retos significativos. Desde sus inicios, los fundadores tuvieron que adaptarse a trabajar con equipos básicos y superar la falta de experiencia en cocina profesional. “Tuvimos la idea absurda de usar freidoras de tres litros; hoy sabemos que eso era imposible”, recuerda Javier entre risas.

    La situación económica también ha sido un obstáculo. “La electricidad y el gas son problemas constantes que afectan nuestro día a día”, admite Israel. Además, la fluctuación en la frecuencia de los clientes ha sido un desafío. “Teníamos clientes que venían tres veces a la semana; ahora vienen una vez al mes”. Sin embargo, han aprendido a adaptarse y a mantenerse resilientes.

    El segundo local

    Hoy, Candela Food también cuenta con un segundo local en El Viñedo, donde han ampliado su oferta para incluir bebidas alcohólicas. Este nuevo espacio les permite jugar con más opciones de menú, incluyendo pizzas y hamburguesas. “Queremos abarcar una gama más amplia; no sabemos hasta dónde llegaremos, pero seguimos avanzando”, dice Israel con optimismo.

    Para quienes desean emprender, los fundadores de Candela Food tienen un consejo claro: constancia y visión. “Si crees en tu proyecto, sigue adelante con disciplina y perseverancia”, aconseja Javier. Con esta filosofía, esperan seguir expandiendo su marca y conquistar nuevos mercados.

    Candela Food es un ejemplo de cómo una idea sencilla puede transformarse en un negocio exitoso con esfuerzo, creatividad y pasión. Desde una sopa dominical hasta convertirse en una marca competitiva de alitas de pollo frito en Valencia, su historia es otro testimonio de resiliencia y determinación. La próxima historia de éxito puede ser la tuya, comienza ahora.

     

    Entrevistado por: José Rangel

    Escrito el Miércoles, 15 Enero 2025 11:58 en Emprendedores ¡Deja el primer comentario! Visto 155 veces