El escándalo de corrupción por pagar sueldos bajos

Hacer dinero es tal vez la razón de mayor peso de una empresa. Gracias a ingresos estables una empresa puede darse el lujo de contratar y mantener una fuerza laboral. Debido a esto surge el dilema de qué tiene que ser más importante para un empresario, su dinero o su empresa. Escritores especialistas en negocios como Geoffrey James aseguran que el empleado siempre será más importante, pero en el mundo se ven casos que parecen no seguir esta creencia. 

Se trata de una cuestión que fue puesta a prueba, segun la prensa británica, por el multimillonario inglés Mike Ashley, quien gracias a sus labores de gestión empresarial ahora se enfrenta a cargos por corrupción ante la justicia europea, afectando a todas las marcas bajo su nombre.

Mike Ashley es un empresario inglés conocido por ser el fundador de la empresa multinacional de retail Sports Direct, y por ser el actual dueño del club de futbol profesional Newcastle United F.C. Durante su trayectoria ha logrado amasar una fortuna cercana a 1.5 millardos de dólares.

Sin embargo, las prácticas empresariales de Ashley han hecho que en las últimas semanas su imagen comience a desmoronarse frente a los medios. Esto se debe a que está envuelto desde 2016 en un escándalo de corrupción en conjunto su mano derecha, Dave Forsey.

Este acto de corrupción nacía de un manejo desleal, e incluso ilegal, de la nómina de la compañía. Forsey, quien fue el CEO de la compañía durante los últimos años, era uno de los CEO peor pagados del país. Sin embargo, Ashley le pagaba un bono especial a de 1 millón de libras anuales.

¿Qué hacía este pago? Funcionaba como una especie de tapa, una traba financiera que justificaba los bajos sueldos que la empresa les daba a sus empleados. No solo de los empleados más bajos en la cadena de ventas, sino incluso a los que se encontraban en cargos altos para la empresa.

Pero esto fue solo el principio de la debacle de la imagen del empresario, ya que al momento, las acciones de la empresa comenzaron a desplomarse. Aun así, no era una preocupación legal, sin embargo, apenas un año después, Ashley recibió una demanda en lo referente a pagos por parte de Jeff Blue, de la firma de investigación y mercado de capitales Merril Lynch.

Según el medio británico Independent, Blue asegura que Ashley lo obligó a mantener una reunión laboral en un bar, donde le prometió 15 millones de libras si lograba que las acciones de la empresa subieran a 8 libras cada una. Cuando el experto en finanzas logró la meta establecida, Ashley solo le pagó un millón de libras. El juicio se está llevando en estas semanas.

A pesar de que todo indica que Ashley no sufrirá consecuencias legales, más allá de una serie de indemnizaciones, todas sus inversiones están sufriendo fuertes golpes en los últimos meses. En el caso del club de futbol, su gestión no ha sido muy productiva, por lo que estaría cerca de venderlo a unos inversionistas chinos.

En el caso de la empresa que él mismo fundó, la empresa habría tenido una caída en sus ingresos de más del 55% según lo informado por el diario británico The Guardian. Se trata de uno de los peores momentos de la compañía, y donde gran parte de la responsabilidad recae en su fundador.