Nielsen: cada vez más empresas deben aceptar pago por transferencia
En un estudio presentado recientemente por la empresa se reveló que el 20% de los venezolanos ya paga por transferencia
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El estudio de la firma revela que no dedicar suficiente presupuesto al posicionamiento del producto puede llevar a una pérdida de la inversión
2 Sin Remordimiento, es la marca de perros calientes con ingredientes de alta calidad que encanta a los valencianos.
Gerardo Pacheco siempre tuvo una visión clara sobre lo que quería hacer, incluso cuando parecía una broma. Durante sus años universitarios, este joven ingeniero mecánico soñaba con abrir un carrito de perros calientes. “Mis amigos se burlaban de mí porque yo decía que quería montar un carrito de perros calientes después de graduarme”, recuerda.
Hoy, ese sueño es una realidad tangible llamada 2 Sin Remordimiento, un negocio que mezcla la tradición de la comida callejera con ingredientes de alta calidad. Junto con su socio Francisco Aguilar, Gerardo ha logrado construir una marca que resalta en el competitivo mercado de la gastronomía en Valencia, en Venezuela.
Inspirado en sus tíos
Gerardo creció rodeado de negocios familiares de comida en Valencia y Mérida. Desde los 13 años, estuvo involucrado en las operaciones de sus tíos, quienes gestionaban hamburgueserías y pizzerías con un enfoque en productos de alta calidad. “Siempre me encantó la comida callejera, pero quería ofrecer algo distinto: que la gente pudiera disfrutar de un producto de calidad sin sacrificar el sabor o la experiencia”, explica.
En 2019, mientras migró a Los Ángeles, Estados Unidos, Gerardo decidió que era el momento de convertir su sueño en realidad. Aunque no podía estar en Venezuela, su familia y su socio Francisco Aguilar fueron claves para materializar la idea. “Quería emprender algo que también ayudara a otras personas, y abrir un negocio allá significaba dar trabajo a quienes lo necesitaban”, destaca Gerardo.
El nombre 2 Sin Remordimiento nació de una combinación de humor y amor por la comida. “La idea era que pudieras comerte dos perros calientes sin culpa, disfrutando cada bocado”, comenta con una sonrisa.
La casa de la abuela
El primer paso fue instalar un carrito de perros calientes en el estacionamiento de la casa de su abuela, en la zona de Agua Blanca, Valencia. “Comenzamos con tres mesitas y un carrito sencillo, pero con una visión clara: ofrecer el mejor perro caliente de la ciudad”, dice Gerardo.
Desde el principio, la calidad fue su prioridad. “El pan lo hace una panadería específicamente para nosotros, usamos las mejores marcas de salchichas, y todos los vegetales se cortan y refrigeran el mismo día”.
Junto a Francisco, quien opera el negocio en Valencia, Gerardo supervisa cada detalle, incluso a distancia. Ambos compartieron la filosofía de que la comida callejera podía ser un producto de alta calidad. “Queríamos cambiar el concepto de que la comida de calle tenía que ser mediocre. Todo lo que ofrecemos tiene que ser fresco y bien preparado”, asegura Francisco.
Un fuerte golpe
Como todo negocio emergente, 2 Sin Remordimiento enfrentó numerosos desafíos, especialmente durante la pandemia. “Fue un golpe fuerte. No podíamos abrir, pero decidimos dar un sueldo mínimo a nuestros empleados durante cuatro meses. Sabíamos que era lo correcto”, comenta Gerardo.
El miedo al fracaso también estuvo presente desde el inicio. “Siempre me preguntaba: ‘¿Y si no funciona?’, pero al final, el miedo a no intentarlo fue más grande”. Una vez superados esos temores iniciales, el negocio comenzó a crecer rápidamente gracias al boca a boca.
El nicho de las bodas
El éxito inicial del carrito permitió a 2 Sin Remordimiento expandirse al mundo de los eventos. “La gente comenzó a pedirnos para bodas, cumpleaños y hasta patinatas escolares. Hoy, los eventos representan entre el 30 y 35% de nuestros ingresos mensuales”, explica Gerardo. Esta diversificación les ha permitido mantener un flujo constante de ingresos mientras consolidan su presencia en el mercado local.
En 2021, abrieron su segunda sede en Valencia, marcando un hito en su desarrollo. Esta nueva etapa también trajo consigo un rebranding. “Entendimos que no solo vendemos perros calientes, sino una experiencia. Trabajamos en nuestra imagen, capacitamos al personal y mejoramos los tiempos de servicio”, dice Gerardo. Estas mejoras fueron posibles gracias al trabajo con un asesor empresarial que los ayudó a estructurar procesos y cadenas de producción más eficientes.
Una futura tercera sede
La apertura de una tercera sede en el Parque Guaparo es el siguiente gran paso para 2 Sin Remordimiento. “Queremos que esta sede refleje todo lo que hemos aprendido: desde los procesos internos hasta la experiencia del cliente”, comenta Gerardo. Además, ambos socios están enfocados en fortalecer la identidad del negocio y posicionarlo como un referente de calidad en el mercado.
Gerardo también ha llevado su pasión por la comida callejera a Los Ángeles, donde opera un food truck bajo el nombre Dogar. Aunque es una marca diferente, comparte la misma filosofía de calidad y frescura que caracteriza a 2 Sin Remordimiento.
Reflexiones y consejos para emprendedores
Para Gerardo, el éxito radica en la constancia, la disciplina y la capacidad de delegar. “Aprender a delegar nos ha permitido enfocarnos en nuevas ideas y en el crecimiento del negocio”, afirma. También destaca la importancia de crear una identidad clara y conectar con los clientes a través de una historia auténtica. “Un producto sin historia no tiene alma. La gente se conecta con los valores y metas que hay detrás de lo que haces”.
A pesar de los retos económicos en Venezuela, Gerardo ve un gran potencial para los emprendedores que están dispuestos a estudiar bien su mercado. “El problema no es invertir, sino entender tus costos, tener un sistema claro y planificar tu retorno”.
2 Sin Remordimiento es un ejemplo de cómo una idea aparentemente sencilla puede transformarse en un negocio exitoso con esfuerzo, pasión y una visión clara. Desde un carrito en el estacionamiento de una casa hasta convertirse en un referente de calidad, esta es una historia de perseverancia y amor por la comida callejera.
Carlos Pérez dejó la abogacía para emprender en Venezuela, convirtiendo las masas para pastelitos en su arte y negocio.
Carlos Pérez, abogado comercial egresado de la Universidad de Carabobo, nunca imaginó que su trayectoria profesional tomaría un giro tan inesperado. En 2015, decidió emigrar en busca de nuevas oportunidades.
Durante su travesía, vivió en Trinidad y Tobago, Argentina y Chile, enfrentando los retos de la adaptación y el empleo. “Viví siete meses en Trinidad y Tobago. Después, estuve un año en Buenos Aires y seis años en Santiago de Chile”, recuerda Carlos, quien comenzó a trabajar en cocina, y en donde tuvo su primer acercamiento a la producción y venta de alimentos. Ese contacto inicial con la gastronomía despertó algo en él, una chispa que lo llevó a explorar un nuevo camino.
Sin embargo, lo que realmente marcó el inicio de su transformación fue un sentimiento profundo de nostalgia y pertenencia hacia su tierra natal. “Me hacía falta mi país, ese sentido de pertenencia que no tenía afuera”, confiesa.
Así que, en el año 2021, regresó a Venezuela con el sueño de construir algo propio, apostando por lo que había aprendido durante sus años fuera del país.
Encuentro con la fábrica de masas de trigo
La conexión con la cocina se fortaleció durante su estancia en Chile, donde conoció a su pareja, quien era la propietaria de una fábrica de masas. “A través de ella conocí cómo funciona la fábrica de masa y cómo ensamblar productos”, relata Carlos, quien aprovechó esta experiencia para adquirir un conocimiento profundo sobre el mundo de las masas.
Fue en este contexto que decidió fundar su negocio al regresar a Venezuela, inspirado por la idea de que la fabricación de masas era un arte. “Las masas son un arte porque no tienen una receta universal; cada una es única”, afirma con pasión.
Inicialmente, Carlos comenzó vendiendo pastelitos venezolanos y empanadas horneadas desde casa, utilizando redes sociales para llegar a sus primeros clientes. “Publicaba en redes sociales y vendía desde casa. Así comenzó todo”. Poco a poco, diversificó su oferta, incluyendo tequeños y otros productos populares. “Empecé a vender a cafés y fuentes de soda, logrando una base de clientes fijos”. Este crecimiento lo llevó a consolidar un modelo de ventas al mayor, ampliando su alcance en el mercado.
El regreso a Venezuela
El regreso a Venezuela no estuvo exento de desafíos. Carlos enfrentó de frente los efectos de la inestabilidad económica, con fluctuaciones constantes en el dólar y en los costos de los insumos. “El dólar subía desesperadamente; eso nos obligaba a reajustar precios casi a diario”, explica.
Además, reconoció la ausencia de una clase media sólida con capacidad adquisitiva, lo que lo llevó a adaptar su estrategia. “Hoy no existe la clase media con el poder adquisitivo de hace 15 años”, comenta, subrayando la necesidad de apuntar a segmentos populares.
La competencia fue otro de los obstáculos significativos. “Hay competencias buenas y malas, pero trabajo para que la calidad de mi producto sea mi ventaja”. Productos como el queso, esenciales para la preparación de tequeños, también representaron un reto debido a su precio fluctuante. “El precio del queso depende del clima y la oferta; eso complica la planificación”, señala.
A pesar de estas dificultades, Carlos nunca perdió la fe en su proyecto. “Siempre hay miedo de invertir aquí, pero decidí dar el paso”. Su determinación y visión lo ayudaron a enfrentar los problemas con valentía, adaptándose constantemente a las circunstancias del mercado.
El éxito de un modelo accesible
Uno de los mayores logros de Carlos ha sido conseguir que su negocio se mantuviera por sí solo desde el primer día. “Nunca tuve que sacar dinero de mi bolsillo para cubrir los gastos básicos del negocio”, afirma con orgullo.
Esto lo atribuye a su enfoque en ofrecer productos de calidad a precios competitivos, una estrategia que ha resonado bien con su público objetivo. “Si quieres vender masivo, ofrece calidad y precio competitivo; eso siempre funciona”.
Además, Carlos destaca que su independencia como emprendedor le ha dado una vida plena y satisfactoria. “Desde que decidí emprender y dejar de depender de un sueldo, he vivido bien”, asegura. Este logro personal refleja su éxito como emprendedor y su capacidad para superar las adversidades.
El gran consejo de negocio
Mirando hacia el futuro, Carlos tiene planes ambiciosos para Arte Masas. Sueña con convertir su negocio en una franquicia, centralizando la producción y estableciendo puntos de venta en Caracas y otras ciudades clave. “Quiero expandir a un modelo de franquicia, con producción centralizada y locales de venta”, comparte, dejando claro que su visión va más allá del éxito inmediato.
Para él, el mercado venezolano sigue siendo un territorio lleno de oportunidades, pero requiere un análisis cuidadoso. “Analiza bien a quién quieres como cliente y sé realista con tu capital”, aconseja a otros emprendedores. “Si quieres vender masivo, vendes barato, pero con calidad. Eso siempre funciona”.
La historia de Carlos Pérez es un testimonio de resiliencia y creatividad, un recordatorio de que incluso en los momentos más inciertos, hay espacio para innovar y prosperar.
Arte Masas no solo es un negocio de apenas 1 año de fundado; es un sueño que mezcla esfuerzo, arte y sabor, un legado que promete seguir creciendo en el mercado venezolano.
Icónica, la marca de ropa casual, diseñó una innovadora sudadera: una chaqueta deportiva creada para promover el turismo, logrando vender más 600 unidades durante un evento al que asistieron en su primer año de creación.
La marca que nació en 2022 como el proyecto de dos emprendedoras apasionadas por la moda y la identidad nacional, ha logrado posicionarse rápidamente en Puerto Cabello. Alicel Rodríguez y Celeimi González, las fundadoras de Icónica, presentan ahora la chaqueta Venezuela Icónica, un diseño que combina funcionalidad, estilo y un mensaje profundo de amor por el país.
Con la visión de crear prendas que reflejen lo mejor de la cultura venezolana y sus paisajes, la chaqueta Venezuela Icónica es inspirada en la cultura y belleza del país, “la chaqueta diseñada y creada para retarnos a nosotros mismos a conocer las bellezas que tiene el país, tiene una mezcla de moda con turismo” comentó Alicel Rodríguez en entrevista con El Emprendedor.
La chaqueta Venezuela Icónica “presenta varios sitios turísticos de nuestro país; el Ávila, la Colonia Tovar, Los Roques, la Ciénaga, Canaima, Pico Bolívar y Puerto Cabello”, indicó Alicel.
El poder de escuchar al mercado
El éxito de Icónica radica en su capacidad para escuchar a su comunidad. Sus clientes han sido una fuente constante de inspiración. "Cada producto que lanzamos responde a las ideas y necesidades de quienes confían en nosotras. La chaqueta Venezuela Icónica es una muestra de cómo tomamos esas voces y las convertimos en diseño", explicó Celeimi González.
La chaqueta destaca por su diseño versátil y gráfico, con elementos que rinden tributo a destinos icónicos como Canaima, Los Roques y la Gran Sabana. Es una prenda pensada para quienes buscan llevar consigo un pedazo de Venezuela en cada ocasión, ya sea casual o formal.
Una marca que transforma moda en identidad
Desde su creación, Icónica ha demostrado ser más que una marca de ropa casual. En dos años, ha expandido su catálogo con 12 productos que combinan creatividad, funcionalidad y sostenibilidad. Su compromiso con el uso de materiales locales refuerza su contribución al desarrollo económico nacional.
"Icónica es un proyecto que crece junto con nuestros clientes. Nos enorgullece ofrecer prendas que conectan con su identidad y que, al mismo tiempo, son útiles y duraderas", añadió Rodríguez.
Sobre Icónica
Fundada por Alicel Rodríguez y Celeimi González hace dos años, Icónica es una marca venezolana que combina moda, identidad y propósito. Con una propuesta que resalta la creatividad y el orgullo nacional, se ha posicionado como un ejemplo de innovación y conexión con su comunidad y la promoción del turismo.
Entrevistado por: María Armanda Gomez Goitía (Puerto Cabello)
Samir El basset, un comerciante que dejó atrás sus carnicerías para conquistar el mundo de los postres. En entrevista con El Emprendedor, cuenta su estrategia y cómo logró vender más de 5.000 milhojas diarias, acumulando miles de seguidores en redes sociales.
Samir El basset comenzó su carrera como comerciante desde los 14 años, construyendo una reputación sólida en el sector de la carne. Durante más de 12 años, lideró tres carnicerías en el estado Carabobo, que fueron una fuente estable de ingresos para su familia. Sin embargo, la pandemia trajo consigo retos insuperables. “Teníamos tres carnicerías [...] pero después de la pandemia, tuvimos que cerrar una, tratar de vender la otra, y ya la tercera carnicería la cerramos iniciando este año”, recuerda Samir.
Frente a este cambio abrupto, buscó nuevas oportunidades y encontró inspiración en Caracas, donde un emprendimiento de milhojas captó su atención. Motivado por su madre, quien siempre le inculcó la importancia de compartir y de buscar soluciones, decidió adaptar la idea al mercado de Valencia. Así nació Milhojas Valencia, que en tan solo diez días pasó de ser una idea a un negocio en marcha. “Del 13 de enero, que cerré la carnicería, al 23 de enero 2024, que empezamos a vender milhojas aquí en Milhojas Valencia”, explica.
Entra al mundo de la repostería con sus propia milhojas
Inicialmente, Milhojas Valencia se centró en la venta de milhojas elaboradas por terceros, pero Samir pronto notó que el producto no cumplía sus estándares. “Ya veía que a la milhoja que comprábamos fuera, la gente le tenía muy poca receptividad”, comenta. Esto lo llevó a un desafío mayor: crear su propio dulce desde cero.
El proceso no fue sencillo; su perfeccionismo lo llevó a descartar lotes enteros que no cumplían sus expectativas. “Hay momentos que el producto no me gusta y hemos tenido que descartar una producción completa porque no me convence”, admite.
Tras meses de ajustes y aprendizaje, Samir logró desarrollar una milhoja de alta calidad que conquistó a los consumidores. La aceptación fue inmediata, marcando un antes y un después en la trayectoria de Milhojas Valencia. La calidad y frescura del producto rápidamente lo posicionaron como un favorito en el mercado local, permitiéndole ganar la confianza de sus clientes y expandir su alcance.
Ahora Samir, ayuda a emprendedores a iniciarse en el negocio para arrancar rápido un negocio de fácil comercialización y buena rentabilidad como una de sus estrategias para lograr un alto nivel de ventas diarias.
Las redes sociales como motor del éxito
Más allá del producto, lo que realmente llevó a Milhojas Valencia al siguiente nivel fue la estrategia de Samir en redes sociales. Compartía no solo imágenes y videos de los dulces, sino también historias detrás de su proceso, conectando emocionalmente con su audiencia. “Las historias venden mucho [...] simplemente se hizo porque era algo muy sentimental y eso ha llamado mucho la atención de los clientes”, explica.
Actualmente, Milhojas Valencia cuenta con más de 45.000 seguidores en Instagram y 50.000 en TikTok, plataformas que han sido clave para atraer clientes y consolidar su popularidad. Gracias a este enfoque, Samir ha alcanzado la impresionante cifra de 5.000 milhojas vendidas diariamente, un logro que refleja tanto la calidad del producto como la conexión genuina con sus consumidores.
Los planes de expansión
Con el éxito de Milhojas Valencia, Samir ya planea la apertura de tiendas físicas en ciudades como Maracay, Caracas y Barquisimeto para 2025. Pero más allá del crecimiento empresarial, su visión sigue siendo la de ofrecer un producto accesible y de calidad, con un enfoque en tratar a sus clientes como familia. “Nosotros tratamos a nuestros clientes como familia [...] queremos que el dulce sea económico, pero también bueno”, asegura.
La historia de Samir El basset y Milhojas Valencia es un testimonio de resiliencia, innovación y amor por el trabajo bien hecho. Desde sus días como carnicero hasta convertirse en un referente de la repostería en Venezuela, su capacidad para reinventarse y conectar con las personas demuestra que, incluso en los momentos más difíciles, siempre hay espacio para crear algo extraordinario. “El país necesita gente que apueste a que todo se puede, no que solo quiera llenar sus bolsillos. Si hay que trabajar diez veces más, vamos a trabajar diez veces más”, concluyó.
Entrevistado por: José Rangel
En el marco del reporte especial “El Negocio del Helado” El Emprendedor entrevistó a Fátima Miranda, coordinadora de comercialización de Concentrados Flavors, quien conmemora 35 años de aniversario.
Mariche, Caracas, 19 de diciembre de 2024 — La fábrica venezolana Concentrados Flavors, especialista en la creación de saborizantes y colorantes para la industria alimentaria, celebra su 35º aniversario con un catálogo de más de 40 sabores únicos, consolidando su legado como líder en la industria alimentaria y del sector heladero.
La coordinadora de comercialización Fátima Miranda, destacó el enfoque innovador y estratégico que ha permitido a la empresa posicionarse como un aliado clave para pequeños y grandes productores del país.
"Nuestros saborizantes y colorantes son adaptables a cualquier producto alimenticio, desde helados hasta preparaciones saladas, lo que nos ha permitido trabajar con importantes marcas nacionales que confían en nuestra calidad", afirmó la coordinadora de comercialización.
Entre las propuestas más exitosas que han conquistado el mercado destacan sabores como fresa samba, piña colada, galleta Oreo y Nutella. Estos sabores reflejan no solo la creatividad, sino también la capacidad de la empresa para anticiparse a las tendencias del mercado y las necesidades de los consumidores.
Sus claves para el éxito
El sector heladero, tanto artesanal como industrial, ha sido un pilar fundamental en el crecimiento de Concentrados Flavors. La empresa colabora con reconocidas marcas como Heladería La Poma, Coco Factory y Tu Paleta Fiesta, con quienes ha co-creado sabores innovadores y adaptados a las tendencias actuales del mercado venezolano. Esta relación cercana con sus clientes ha sido clave para garantizar soluciones que realmente impulsen el éxito de cada producto.
La capacidad de adaptación a las necesidades de los clientes es una de las estrategias más destacadas de la compañía. Gracias a un equipo especializado en investigación y desarrollo, Concentrados Flavors ofrece soluciones personalizadas para pequeños productores que buscan diferenciarse en un mercado cada vez más competitivo. "Fomentamos la relación cercana con nuestros clientes, ayudándoles a identificar qué sabores y productos pueden potenciar su crecimiento. Nuestra meta es apoyar el desarrollo económico a través de productos de calidad", agregó la coordinadora.
Crecimiento y proyección a futuro
Con una red sólida de distribuidores nacionales, Concentrados Flavors garantiza la disponibilidad de sus productos en todo el país, convirtiéndose en un actor clave en la cadena de suministro alimentario. Esta cobertura nacional permite llegar a negocios de todos los tamaños, desde emprendimientos locales hasta grandes industrias que requieren soluciones a mayor escala.
De cara al futuro, la empresa apuesta por nuevos desarrollos como su base de jugos en polvo, una innovación diseñada para ampliar su impacto en el mercado y responder a las nuevas demandas de la industria. La celebración del 35º aniversario no solo destaca la solidez y la trayectoria de la compañía, sino que también refuerza su compromiso con la calidad, la innovación y el impulso del sector alimentario venezolano.