El método con el que los emprendedores venezolanos pueden evitar el fracaso

Desde hace varios años que Venezuela ha presentado un incremento en la cantidad de emprendimientos que surgen cada año. Ya sea como método para apalear la crisis, o por una mentalidad “resiliente”, completamente distinta a la del resto de la región (ya que los índices de emprendimiento de nuestro país siempre han diferido con los de otros países similares), esto es una realidad.

Sin embargo, así como tenemos un crecimiento en la cantidad de emprendimientos que surgen cada año, también tenemos una de las tasas de “mortalidad” más altas del empresariado regional. De acuerdo a Eduardo Olmos, gerente y experto en temas económicos, eso se debe a un solo motivo: la informalidad del emprendimiento en Venezuela.

Combatir la informalidad

Explica que esta situación se presenta debido a la concepción errónea que se tiene en Venezuela sobre lo que significa emprender. Como lo hemos reseñado en reiteradas ocasiones, emprender no significa únicamente crear un negocio propio, sino que este debe venir acompañado de todo un entramado organizacional impregnado de innovación.

Eso por eso que Olmos explica en una nota de prensa que los emprendedores deben aplicar una estrategia que él llama Mserp (Método Sistemático de Evaluación y Resolución de Problemas), con la que sería posible disminuir significativamente las probabilidades de que la empresa fracase en sus primeros años de vida, y evitando casi por completo los efectos de la crisis actual. Este método está compuesto por las siguientes tareas:

1. Observación

Una de las tareas más importantes al momento de emprender es la observación del entorno. Esto no solo se refiere a las variables macroeconómicas, sino a todo el estudio de mercado, posibles consumidores a capitalizar, y productos que puedan ser viables dadas las condiciones propias del empresario. Es aquí donde se desarrolla una tesis.

2. Recolección de datos

Cuando se tiene en cuenta el paso previo, es necesario comenzar a recolectar datos sobre todas estas variables. Este proceso es el que nos ayuda a ir más allá de la tesis, formulando una posible solución a un problema (capitalizable) que hemos detectado. Aunque esto se realiza en el siguiente paso, aquí cuando vemos los primeros indicios del negocio.

3. Análisis de datos

Con una tesis formada, y una solución en mente, procedemos al análisis profundo de la data recopilada. Esto quiere decir que comenzamos a despojarnos de preconceptos, y dejamos de ver mercados con base en las modas que se presentan actualmente, para pasar a desarrollar soluciones atemporales. Finalmente, el correcto análisis de datos nos dará base para las acciones correctivas de la última tarea.

4. Definición de valor óptimo y tolerancia

En este momento en que se da inicio a toda la planificación estratégica de la empresa, por lo que debemos definir el valor óptimo de operaciones y la tolerancia. Eso significa que debemos realizar una estructura de cuanto a inversión de tiempo y capital necesaria para llevar a cabo todas las tareas necesarias, y cuáles son los márgenes que la limitan.

5. Prevención de desviaciones y acciones correctivas

Finalmente, antes de lanzarse de lleno al emprendimiento (y basándose en toda la información recopilada) es necesario realizar un plan en el que se prevean todas las posibles desviaciones a las que pueda enfrentarse la empresa a lo largo del tiempo, y qué acciones deben tomarse para solventarlas.

Aunque el verdadero manejo de una empresa dependerá únicamente de su junta directiva, lo que significa que aun aplicando el método se puede fracasar por el error humano, la realidad es que tomar en cuenta todas estas variables puede significar la diferencia entre superar la media del emprendimiento mundial o “bajar la Santamaría”.