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P. El Emprendedor

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Ex funcionaria pública vió truncado su sueño de jubilarse y decidió transformar su hogar en la playa en una posada en la Guaira

Stella Maris es el nombre de la posada de quien trabajó durante 27 años en la administración pública, y que al ver que su salario ya no le alcanzaba, decidió dar el paso más importante de su vida: emprender.



Glenda Escalona dedicó 27 años de su vida al Seniat como licenciada en Ciencias Fiscales, pero en 2022 tomó una de las decisiones más importantes de su vida: convertir su casa frente a Playa Candilejas, en La Guaira, en la posada Stella Maris. Lo que comenzó como una idea llena de miedo e incertidumbre se transformó en un nuevo negocio de hospedaje que aporta al mercado del turismo guairense.

De funcionaria a emprendedora

El camino hacia el emprendimiento no fue sencillo. En 2016, los bonos y beneficios que hacían atractiva su posición en el Seniat desaparecieron, dejando su salario reducido a un monto insuficiente. “El sueldo no alcanzaba; solo nos sosteníamos con las proteínas que nos daban”, recuerda Glenda. Su trabajo dejó de ser atractivo con la llegada de una nueva administración. “Lo que me gustaba más era el ambiente, el compañerismo y la solidaridad que había entre los compañeros, en ese momento todo eso se acabó”, recordó.

A pesar de su experiencia en la administración pública, la situación económica del país y una enfermedad que padecía su madre, la llevaron a replantearse su futuro. “Siempre fui la proveedora de mi familia, pero la crisis me obligó a buscar alternativas para no depender de mi hijo”. Aunque había recibido sugerencias de vecinos para convertir su casa en una posada, el miedo a los cambios y la falta de experiencia en el sector la detuvieron de tomar esta decisión por varios años. “Tuve cierto miedo, porque no sabía qué tipo de personas iban a llegar”, destacó.

Un préstamo de 100$

En 2022, con la salud de su madre deteriorada y la necesidad económica apremiando, Glenda finalmente decidió actuar. Su primera acción fue habilitar la piscina de su casa. Con $100 que pidió prestado a su hermana, compró cuatro cisternas para asegurar el suministro de agua y comenzó a promocionar el espacio con tarjetas de presentación. “Tuve que empezar con lo que tenía; no podía esperar a tener todo perfecto”.

Glenda luchó consigo misma, hasta el día que tomó la decisión final. “El día que promocioné la piscina, dije, bueno, pa'lante es pa'llá, en mano de Dios me pongo, y veremos a ver qué sucede. Así que arranqué con miedo, bastante miedo”, dijo.

Su primer cliente fue un grupo de 46 personas que usó la piscina, lo que le dejó lecciones importantes. “Fue una experiencia complicada porque no tenía reglas claras; aprendí que establecer normas es fundamental para mantener el orden”. A pesar de los contratiempos, esta primera incursión la motivó a seguir adelante.

El miedo de abrir su hogar al público

Uno de los mayores obstáculos que enfrentó Glenda fue el miedo a los riesgos de abrir su hogar al público. “Me preocupaba quiénes entrarían y cómo garantizar mi seguridad”, admite. Este temor se hizo más palpable después de un incidente en una fiesta de 15 años, donde la falta de control resultó en daños a la propiedad y reclamos de los vecinos, incluso llegó la policía.

Sin embargo, aunque deprimida por la situación, lejos de rendirse, Glenda implementó sus primeras normas estrictas. Ahora, los horarios de la piscina están claramente establecidos y se decidió limitar la realización de eventos nocturnos. “Estas reglas me permiten mantener el control y asegurar una mejor experiencia para mis clientes”.

Un negocio con un mercado amplio

La posada Stella Maris comenzó a ganar reconocimiento gracias a plataformas como Marketplace de Facebook y recientemente en 2024, Airbnb. Su ubicación estratégica, a solo 100 metros de la playa y 10 minutos del aeropuerto internacional, la ha convertido en un punto ideal tanto para turistas tanto locales como extranjeros. “Muchos de mis clientes llegan por referencia; eso me demuestra que estoy haciendo las cosas bien”.

Además, Glenda ha diversificado sus servicios para adaptarse a las necesidades de su clientela. Ofrece espacios para fiestas infantiles, reuniones familiares y celebraciones de fin de año. “Quiero que cada cliente se sienta como en casa y disfrute al máximo de su estadía”.

Nuevos proyectos

Con una visión clara, Glenda planea expandir su negocio en 2025. Entre sus proyectos están la organización de talleres de crecimiento personal, sesiones de yoga y servicios de turismo local. También planea mejorar su presencia en redes sociales para atraer a más clientes y seguir reinvirtiendo en la remodelación de la posada. “Mi prioridad es mantener la casa en las mejores condiciones posibles para ofrecer una experiencia de calidad”.

Reflexiones de una ex funcionaria pública resiliente

La historia de Glenda es un ejemplo de cómo la determinación y la capacidad de enfrentar el miedo pueden transformar los desafíos en oportunidades. “El miedo es el mayor obstáculo para avanzar; hay que enfrentarlo y confiar en que el universo te guiará”, reflexiona.

Su consejo para otros emprendedores es claro: “si esperas a que todo esté perfecto, nunca comenzarás. Lo importante es dar el primer paso, aprender en el camino y no tener miedo de cometer errores”.

Desde una casa frente a la playa hasta una exitosa posada, Glenda Escalona ha demostrado que con esfuerzo, visión y perseverancia, cualquier sueño puede hacerse realidad.

Los valencianos que desarrollaron con éxito su marca de alitas de pollo frito

Lo que comenzó con una sopa dominical entre amigos, se convirtió en Candela Food, un emprendimiento con una receta especializada en alitas y pollo frito.



Cuando la pandemia golpeó al mundo en 2020, Israel Pimentel y Javier Rivero se encontraron en una situación inesperada. Ambos habían dedicado años a la vida nocturna y los bares en Valencia, pero el cierre de estos negocios dejó sus carreras en pausa. “La pandemia frenó todo lo que hacíamos; tuvimos que buscar una opción para seguir adelante”, recuerda Javier. Entre las pocas alternativas viables estaba el sector de la comida, y así nació Candela Food.

La idea inicial de Candela Food fue sencilla pero efectiva: sopa dominical. “Comenzamos haciendo sopa de costilla los domingos desde nuestras cocinas”, dice Israel. Con ayuda de un amigo DJ que también era cocinero aficionado, comenzaron a experimentar con recetas.

Sus primeros clientes fueron amigos y familiares, quienes conocieron el proyecto a través de cadenas de WhatsApp. “Al principio, los amigos eran los que te apoyaban, los que compraban”, añade Javier. Pero sabían que un solo producto no sería suficiente para mantener un negocio a largo plazo.

La apuesta por el pollo frito

La transición hacia el pollo frito llegó tras analizar el mercado local y sus oportunidades. “Vimos que la idea del pollo frito era una buena opción”, comenta Israel. Con método de ensayo y error, crearon una receta única que se convertiría en el alma del negocio. “La receta que hoy tenemos fue creada por nosotros, investigando y tomando ideas”.

Comenzaron con pollo frito y, poco a poco, expandieron su menú para incluir alitas, tenders y bandejas familiares. Las alitas, en particular, se convirtieron en su producto estrella. “Hoy en día, nuestra carta de presentación son las alitas; tienen una textura y un sabor únicos”, destaca Javier. Estas alitas no solo tienen un empanizado especial, sino que también ofrecen ocho sabores diferentes, algo que los diferencia de la competencia.

El primer gran salto

En 2022, Candela Food logró establecer su primera sede física en el Páramo Jardín Gourmet, un espacio compartido con otros conceptos gastronómicos en Naguanagua.

Este cambio permitió consolidar su presencia en el mercado local y atraer a un público más amplio. “Nuestra primera sede fue un gran paso; nos ayudó a posicionarnos como una opción sólida para los amantes del pollo”, explica Israel.

La clave del éxito ha sido su enfoque en la calidad y en la experiencia del cliente. Sus bandejas para compartir, diseñadas para familias, se han convertido en un éxito rotundo.

“Nuestro público es principalmente familiar; las bandejas para compartir son lo que más rota en nuestro local”, comenta Javier. Estas opciones permiten a los clientes probar una variedad de productos en una sola comida, incluyendo alitas, tenders y ensaladas.

Las deficiencia de electricidad y gas

Como todo emprendimiento, Candela Food ha enfrentado retos significativos. Desde sus inicios, los fundadores tuvieron que adaptarse a trabajar con equipos básicos y superar la falta de experiencia en cocina profesional. “Tuvimos la idea absurda de usar freidoras de tres litros; hoy sabemos que eso era imposible”, recuerda Javier entre risas.

La situación económica también ha sido un obstáculo. “La electricidad y el gas son problemas constantes que afectan nuestro día a día”, admite Israel. Además, la fluctuación en la frecuencia de los clientes ha sido un desafío. “Teníamos clientes que venían tres veces a la semana; ahora vienen una vez al mes”. Sin embargo, han aprendido a adaptarse y a mantenerse resilientes.

El segundo local

Hoy, Candela Food también cuenta con un segundo local en El Viñedo, donde han ampliado su oferta para incluir bebidas alcohólicas. Este nuevo espacio les permite jugar con más opciones de menú, incluyendo pizzas y hamburguesas. “Queremos abarcar una gama más amplia; no sabemos hasta dónde llegaremos, pero seguimos avanzando”, dice Israel con optimismo.

Para quienes desean emprender, los fundadores de Candela Food tienen un consejo claro: constancia y visión. “Si crees en tu proyecto, sigue adelante con disciplina y perseverancia”, aconseja Javier. Con esta filosofía, esperan seguir expandiendo su marca y conquistar nuevos mercados.

Candela Food es un ejemplo de cómo una idea sencilla puede transformarse en un negocio exitoso con esfuerzo, creatividad y pasión. Desde una sopa dominical hasta convertirse en una marca competitiva de alitas de pollo frito en Valencia, su historia es otro testimonio de resiliencia y determinación. La próxima historia de éxito puede ser la tuya, comienza ahora.

 

Entrevistado por: José Rangel

Lo que comenzó como una broma en la universidad se convirtió en esta exitosa marca de perros calientes gourmet

2 Sin Remordimiento, es la marca de perros calientes con ingredientes de alta calidad que encanta a los valencianos.



Gerardo Pacheco siempre tuvo una visión clara sobre lo que quería hacer, incluso cuando parecía una broma.  Durante sus años universitarios, este joven ingeniero mecánico soñaba con abrir un carrito de perros calientes. “Mis amigos se burlaban de mí porque yo decía que quería montar un carrito de perros calientes después de graduarme”, recuerda.

Hoy, ese sueño es una realidad tangible llamada 2 Sin Remordimiento, un negocio que mezcla la tradición de la comida callejera con ingredientes de alta calidad. Junto con su socio Francisco Aguilar, Gerardo ha logrado construir una marca que resalta en el competitivo mercado de la gastronomía en Valencia, en Venezuela.

Inspirado en sus tíos

Gerardo creció rodeado de negocios familiares de comida en Valencia y Mérida.  Desde los 13 años, estuvo involucrado en las operaciones de sus tíos, quienes gestionaban hamburgueserías y pizzerías con un enfoque en productos de alta calidad.  “Siempre me encantó la comida callejera, pero quería ofrecer algo distinto: que la gente pudiera disfrutar de un producto de calidad sin sacrificar el sabor o la experiencia”, explica.

En 2019, mientras migró a Los Ángeles, Estados Unidos, Gerardo decidió que era el momento de convertir su sueño en realidad.  Aunque no podía estar en Venezuela, su familia y su socio Francisco Aguilar fueron claves para materializar la idea.  “Quería emprender algo que también ayudara a otras personas, y abrir un negocio allá significaba dar trabajo a quienes lo necesitaban”, destaca Gerardo.

El nombre 2 Sin Remordimiento nació de una combinación de humor y amor por la comida. “La idea era que pudieras comerte dos perros calientes sin culpa, disfrutando cada bocado”, comenta con una sonrisa. 

 

La casa de la abuela

El primer paso fue instalar un carrito de perros calientes en el estacionamiento de la casa de su abuela, en la zona de Agua Blanca, Valencia. “Comenzamos con tres mesitas y un carrito sencillo, pero con una visión clara: ofrecer el mejor perro caliente de la ciudad”, dice Gerardo.

Desde el principio, la calidad fue su prioridad. “El pan lo hace una panadería específicamente para nosotros, usamos las mejores marcas de salchichas, y todos los vegetales se cortan y refrigeran el mismo día”.

Junto a Francisco, quien opera el negocio en Valencia, Gerardo supervisa cada detalle, incluso a distancia. Ambos compartieron la filosofía de que la comida callejera podía ser un producto de alta calidad. “Queríamos cambiar el concepto de que la comida de calle tenía que ser mediocre. Todo lo que ofrecemos tiene que ser fresco y bien preparado”, asegura Francisco.

Un fuerte golpe

Como todo negocio emergente, 2 Sin Remordimiento enfrentó numerosos desafíos, especialmente durante la pandemia. “Fue un golpe fuerte.  No podíamos abrir, pero decidimos dar un sueldo mínimo a nuestros empleados durante cuatro meses.  Sabíamos que era lo correcto”, comenta Gerardo.

El miedo al fracaso también estuvo presente desde el inicio.  “Siempre me preguntaba: ‘¿Y si no funciona?’, pero al final, el miedo a no intentarlo fue más grande”.  Una vez superados esos temores iniciales, el negocio comenzó a crecer rápidamente gracias al boca a boca.

El nicho de las bodas

El éxito inicial del carrito permitió a 2 Sin Remordimiento expandirse al mundo de los eventos.  “La gente comenzó a pedirnos para bodas, cumpleaños y hasta patinatas escolares.  Hoy, los eventos representan entre el 30 y 35% de nuestros ingresos mensuales”, explica Gerardo.  Esta diversificación les ha permitido mantener un flujo constante de ingresos mientras consolidan su presencia en el mercado local.

En 2021, abrieron su segunda sede en Valencia, marcando un hito en su desarrollo. Esta nueva etapa también trajo consigo un rebranding.  “Entendimos que no solo vendemos perros calientes, sino una experiencia.  Trabajamos en nuestra imagen, capacitamos al personal y mejoramos los tiempos de servicio”, dice Gerardo.  Estas mejoras fueron posibles gracias al trabajo con un asesor empresarial que los ayudó a estructurar procesos y cadenas de producción más eficientes.

Una futura nueva sede

Con el propósito de mejorar el servicio y dar mas comodidad a sus clientes, decidieron mudar su segunda sede a un nuevo espacio ubicado en el Parque Guaparo, siendo este un gran paso para 2 Sin Remordimiento.  “Queremos que esta sede refleje todo lo que hemos aprendido: desde los procesos internos hasta la experiencia del cliente”, comenta Gerardo.  Además, ambos socios están enfocados en fortalecer la identidad del negocio y posicionarlo como un referente de calidad en el mercado.

Gerardo también ha llevado su pasión por la comida callejera a Los Ángeles, donde opera un food truck bajo el nombre Dog R.  Aunque es una marca diferente, comparte la misma filosofía de calidad y frescura que caracteriza a 2 Sin Remordimiento.

Reflexiones y consejos para emprendedores

Para Gerardo, el éxito radica en la constancia, la disciplina y la capacidad de delegar. “Aprender a delegar nos ha permitido enfocarnos en nuevas ideas y en el crecimiento del negocio”, afirma. También destaca la importancia de crear una identidad clara y conectar con los clientes a través de una historia auténtica. “Un producto sin historia no tiene alma. La gente se conecta con los valores y metas que hay detrás de lo que haces”.

A pesar de los retos económicos en Venezuela, Gerardo ve un gran potencial para los emprendedores que están dispuestos a estudiar bien su mercado. “El problema no es invertir, sino entender tus costos, tener un sistema claro y planificar tu retorno”.

2 Sin Remordimiento es un ejemplo de cómo una idea aparentemente sencilla puede transformarse en un negocio exitoso con esfuerzo, pasión y una visión clara. Desde un carrito en el estacionamiento de una casa hasta convertirse en un referente de calidad, esta es una historia de perseverancia y amor por la comida callejera.

El abogado que encontró un negocio exitoso en las masas para pastelitos

Carlos Pérez dejó la abogacía para emprender en Venezuela, convirtiendo las masas para pastelitos en su arte y negocio.



Carlos Pérez, abogado comercial egresado de la Universidad de Carabobo, nunca imaginó que su trayectoria profesional tomaría un giro tan inesperado. En 2015, decidió emigrar en busca de nuevas oportunidades.

Durante su travesía, vivió en Trinidad y Tobago, Argentina y Chile, enfrentando los retos de la adaptación y el empleo. “Viví siete meses en Trinidad y Tobago. Después, estuve un año en Buenos Aires y seis años en Santiago de Chile”, recuerda Carlos, quien comenzó a trabajar en cocina, y en donde tuvo su primer acercamiento a la producción y venta de alimentos.  Ese contacto inicial con la gastronomía despertó algo en él, una chispa que lo llevó a explorar un nuevo camino.

Sin embargo, lo que realmente marcó el inicio de su transformación fue un sentimiento profundo de nostalgia y pertenencia hacia su tierra natal. “Me hacía falta mi país, ese sentido de pertenencia que no tenía afuera”, confiesa.

Así que, en el año 2021, regresó a Venezuela con el sueño de construir algo propio, apostando por lo que había aprendido durante sus años fuera del país.

Encuentro con la fábrica de masas de trigo

La conexión con la cocina se fortaleció durante su estancia en Chile, donde conoció a su pareja, quien era la propietaria de una fábrica de masas. “A través de ella conocí cómo funciona la fábrica de masa y cómo ensamblar productos”, relata Carlos, quien aprovechó esta experiencia para adquirir un conocimiento profundo sobre el mundo de las masas.

Fue en este contexto que decidió fundar su negocio al regresar a Venezuela, inspirado por la idea de que la fabricación de masas era un arte. “Las masas son un arte porque no tienen una receta universal; cada una es única”, afirma con pasión.

Inicialmente, Carlos comenzó vendiendo pastelitos venezolanos y empanadas horneadas desde casa, utilizando redes sociales para llegar a sus primeros clientes. “Publicaba en redes sociales y vendía desde casa. Así comenzó todo”. Poco a poco, diversificó su oferta, incluyendo tequeños y otros productos populares. “Empecé a vender a cafés y fuentes de soda, logrando una base de clientes fijos”. Este crecimiento lo llevó a consolidar un modelo de ventas al mayor, ampliando su alcance en el mercado.

El regreso a Venezuela

El regreso a Venezuela no estuvo exento de desafíos. Carlos enfrentó de frente los efectos de la inestabilidad económica, con fluctuaciones constantes en el dólar y en los costos de los insumos. “El dólar subía desesperadamente; eso nos obligaba a reajustar precios casi a diario”, explica.

Además, reconoció la ausencia de una clase media sólida con capacidad adquisitiva, lo que lo llevó a adaptar su estrategia. “Hoy no existe la clase media con el poder adquisitivo de hace 15 años”, comenta, subrayando la necesidad de apuntar a segmentos populares.

La competencia fue otro de los obstáculos significativos. “Hay competencias buenas y malas, pero trabajo para que la calidad de mi producto sea mi ventaja”. Productos como el queso, esenciales para la preparación de tequeños, también representaron un reto debido a su precio fluctuante. “El precio del queso depende del clima y la oferta; eso complica la planificación”, señala.

A pesar de estas dificultades, Carlos nunca perdió la fe en su proyecto. “Siempre hay miedo de invertir aquí, pero decidí dar el paso”. Su determinación y visión lo ayudaron a enfrentar los problemas con valentía, adaptándose constantemente a las circunstancias del mercado.

El éxito de un modelo accesible

Uno de los mayores logros de Carlos ha sido conseguir que su negocio se mantuviera por sí solo desde el primer día. “Nunca tuve que sacar dinero de mi bolsillo para cubrir los gastos básicos del negocio”, afirma con orgullo.

Esto lo atribuye a su enfoque en ofrecer productos de calidad a precios competitivos, una estrategia que ha resonado bien con su público objetivo. “Si quieres vender masivo, ofrece calidad y precio competitivo; eso siempre funciona”.

Además, Carlos destaca que su independencia como emprendedor le ha dado una vida plena y satisfactoria. “Desde que decidí emprender y dejar de depender de un sueldo, he vivido bien”, asegura.  Este logro personal refleja su éxito como emprendedor y su capacidad para superar las adversidades.

El gran consejo de negocio

Mirando hacia el futuro, Carlos tiene planes ambiciosos para Arte Masas. Sueña con convertir su negocio en una franquicia, centralizando la producción y estableciendo puntos de venta en Caracas y otras ciudades clave. “Quiero expandir a un modelo de franquicia, con producción centralizada y locales de venta”, comparte, dejando claro que su visión va más allá del éxito inmediato.

Para él, el mercado venezolano sigue siendo un territorio lleno de oportunidades, pero requiere un análisis cuidadoso. “Analiza bien a quién quieres como cliente y sé realista con tu capital”, aconseja a otros emprendedores. “Si quieres vender masivo, vendes barato, pero con calidad. Eso siempre funciona”.

La historia de Carlos Pérez es un testimonio de resiliencia y creatividad, un recordatorio de que incluso en los momentos más inciertos, hay espacio para innovar y prosperar.

Arte Masas no solo es un negocio de apenas 1 año de fundado; es un sueño que mezcla esfuerzo, arte y sabor, un legado que promete seguir creciendo en el mercado venezolano.

 

Entrevistado por: José Rangel

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    Ella descubrió una fórmula para consumir el colágeno, mientras buscaba minimizar los efectos del ACV de su madre
    Ella descubrió una fórmula para consumir el colágeno, mientras buscaba minimizar los efectos del ACV de su madre

    La licenciada en Letras, Mayra Ladrón, comparte con El Emprendedor cómo nació Ecolágeno, una iniciativa que surgió al intentar ayudar a su madre a enfrentar los efectos de un ACV que había padecido.



    Mayra nunca imaginó que su amor por la cocina se transformaría en un negocio innovador. Lo que comenzó como una búsqueda personal para mejorar la salud de su madre y su perro, terminó convirtiéndose en un producto revolucionario que hoy se vende en supermercados y bodegones. Con una combinación de pasión, ciencia y perseverancia, logró crear un colágeno sin olor ni sabor, conquistando a clientes que buscan bienestar sin químicos añadidos.

    Una vida entre letras y sabores

    Antes de convertirse en emprendedora y fundadora de Ecolágeno, Mayra Ladrón de Guevara había explorado múltiples caminos. Estudió Letras y se dedicó a escribir para teatro, cine y artes, colaborando con la Compañía Nacional de Teatro y la Escuela de Cine. Sin embargo, su conexión con la cocina venía de mucho antes. “Mi papá tenía hoteles en Margarita, y mi abuela dirigía la cocina. Siempre estuve rodeada de chefs y buena comida”, recuerda.

    Aunque la literatura y el arte marcaron su vida, la pasión por la cocina se mantenía latente. Su primera incursión profesional en el mundo gastronómico fue en 2012, cuando participó como inversionista en un restaurante de Altamira, Caracas. Esto la llevó a estudiar barismo y mixología, hasta que en 2019 tomó la decisión de profesionalizarse y estudiar cocina en el Chef Campus Culinary Institute, institución que tiene alianzas con la Universidad Central de Venezuela y la Universidad Nebrija de España. “Decidí formalizar la relación con la cocina, como quien dice, ya era hora de dar el paso”, cuenta.

    Un accidente familiar: La parálisis facial

    El punto de inflexión llegó en 2019, cuando su madre sufrió un ACV que le causó una parálisis facial y pérdida de movilidad. “El geriatra nos recomendó caldo de huesos para proporcionarle colágeno de forma natural”, explica Mayra. Sin embargo, su madre no toleraba el olor ni el sabor, lo que la llevó a buscar formas creativas de incorporarlo en su alimentación sin que ella lo notara.

    Paralelamente, su perro Matías, de 12 años, fue diagnosticado con desgaste óseo e insuficiencia renal. “El veterinario sugirió darle colágeno en pastillas o en polvo, pero lo rechazaba porque tenía químicos conservantes”, cuenta. Fue entonces cuando decidió encontrar una fórmula natural de colágeno, sin olor ni sabor, para ayudar tanto a su madre como a su mascota. “Ahí me dije: yo tengo que buscar la manera de hacer esto sin químicos y sin ese olor tan fuerte”, afirma.

    El problema del olor

    El camino para crear Ecolágeno no fue sencillo. Mayra comenzó experimentando en su propia cocina, haciendo pruebas con diferentes temperaturas y procesos de hidrólisis para extraer colágeno puro y eliminar su olor. “Me sentía como cuando era niña y me regalaban un juguete; yo lo desarmaba para entender cómo funcionaba”, recuerda entre risas. Durante 2022 y 2023, convirtió a sus amigos en “ratones de laboratorio”, pidiéndoles que probaran distintas versiones del producto hasta que finalmente logró la fórmula ideal.

    Pero el reto no terminaba ahí. “En Venezuela, conseguir materiales de empaque es una odisea, y hacerlo sin recursos iniciales fue aún más difícil”, explica. En un principio, ella misma se encargaba de la producción y el empaquetado manualmente. “Era un trabajón, pero tenía claro que debía facilitarle al cliente una dosis exacta para que su consumo fuera sencillo”, dice.

    El poder de las redes sociales

    El gran salto ocurrió el 28 de diciembre de 2023, cuando decidió promocionar su producto en redes sociales. “Ese día tenía 800 mensajes en Instagram. No podía creer lo que estaba pasando”, relata. Lo que comenzó como una solución casera para su familia se convirtió en un producto con alta demanda. En solo unos meses, pasó de vender 10 paquetes semanales a 100 y de un negocio artesanal a uno semi-industrial.

    En mayo de 2024, tras registrar formalmente la empresa y superar la burocracia venezolana, logró entrar a supermercados y bodegones. “Cuando empezaron a llamarme de cadenas como Plan Suárez y Fresco Market, supe que esto iba en serio”, comenta.

    Actualmente, Ecolágeno se comercializa en más de 20 puntos de venta en Caracas, además de otros estados como Aragua, Miranda y Valencia. Además, ha logrado alianzas estratégicas con heladerías y pastelerías que incorporan su colágeno en sus productos. “A los helados les da cremosidad, y a los postres brillo y mejor conservación”, explica.

    La expansión a nivel nacional

    Para Mayra, el futuro de Ecolágeno es claro: expandir la marca a nivel nacional y mejorar el empaque con alternativas ecológicas. “¿Te imaginas un envase de colágeno hecho con colágeno? Eso sería un sueño”, dice con entusiasmo. También busca fortalecer su red de distribuidores, permitiendo que otros emprendedores comercialicen el producto. “Si hay alguien en La Guaira que quiera venderlo, nosotros lo apoyamos. La idea es crecer juntos”, asegura.

    Más allá del negocio, su mayor satisfacción es ver el impacto en la salud de las personas. “Cuando alguien me dice que ya no le duelen las articulaciones, que su piel ha mejorado o que su digestión está mejor, sé que todo este esfuerzo vale la pena”, afirma.

    Los consejos de la emprendedora

    Para quienes sueñan con iniciar un negocio, Mayra comparte tres consejos fundamentales:

    1. Cree en tu idea: “Muchas personas me dijeron que estaba loca cuando hablé de hacer colágeno sin olor ni sabor. Si yo les hubiera hecho caso, no estaría aquí”.
    2. Persevera, incluso cuando el camino es difícil: “Los obstáculos siempre estarán, pero si realmente crees en lo que haces, debes seguir adelante”.
    3. Haz lo que te apasiona: “Si te gusta lo que haces, lo harás bien. No será solo un negocio, será tu propósito”.

    La historia de Ecolágeno demuestra que las mejores ideas pueden surgir de los momentos más difíciles. Lo que comenzó como un acto de amor para su madre y su mascota, hoy es un emprendimiento en expansión, llevando bienestar a cientos de personas.

    Escrito el Lunes, 10 Marzo 2025 15:22 en Emprendedores ¡Deja el primer comentario! Visto 40 veces
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    El aprovechó la fiebre del fútbol y las pijamas en pandemia para arrancar con éxito su negocio de franelas personalizadas
    El aprovechó la fiebre del fútbol y las pijamas en pandemia para arrancar con éxito su negocio de franelas personalizadas

    Irwin Gutierrez, un comerciante especializado en el negocio de la charcutería cuenta a El Emprendedor, cómo pasó de tener un negocio próspero, a ser detenido por un supuesto acaparamiento y cómo resurgió de aquel devastador momento.



    En un país donde reinventarse es parte del día a día, Irwin Gutiérrez encontró en la personalización de franelas y productos estampados la oportunidad de construir un negocio desde cero. "Siempre he sido comerciante, pero después de lo que pasé con la charcutería, supe que tenía que hacer algo diferente. No quería rendirme, pero tampoco quería volver a lo mismo".

    Luego de años en el comercio de alimentos, una crisis inesperada lo llevó a cerrar su negocio de charcutería y frutas. Sin embargo, el Mundial de Rusia 2018 y la pandemia de 2020 se convirtieron en dos eventos clave que le permitieron arrancar Gekos Stores, una marca de franelas personalizadas que hoy sigue creciendo.

    De la charcutería a la personalización de franelas

    “Desde que era niño, siempre supe que me dedicaría al comercio, pero nunca imaginé que la vida me llevaría por este camino. Mi familia siempre tuvo negocios de alimentos, y ese fue mi mundo durante mucho tiempo”, contó Irwin.

    Irwin creció en una familia de comerciantes y desde joven aprendió el arte del negocio. Durante años, manejó una frutería y charcutería en El Junquito, donde fidelizó clientes y se convirtió en uno de los negocios más importante en su zona. Sin embargo, la crisis económica en Venezuela entre 2013 y 2015 hizo que su negocio comenzara a tambalear. La escasez, los controles de precios y la inestabilidad lo obligaron a buscar nuevas alternativas.

    En 2015, sufrió un golpe devastador cuando su depósito fue allanado por la Guardia Nacional bajo acusaciones de acaparamiento. Estuvo detenido 33 días, perdió toda su mercancía y tuvo que vender propiedades para cubrir los costos legales. Aunque intentó mantenerse en el negocio de alimentos, en 2018 decidió buscar un cambio.

    El Mundial de Rusia 2018: un golpe de suerte

    La oportunidad llegó cuando un amigo que tenía una tienda de personalización de franelas y tazas decidió emigrar y le ofreció venderle su negocio. Irwin aceptó sin pensarlo demasiado y, justo en ese momento, el Mundial de Rusia 2018 estaba a punto de comenzar.

    “Hicimos muchísimos trabajos con franelas del Mundial y el negocio empezó a surgir. La gente quería camisetas personalizadas con los equipos de fútbol y eso fue un empuje increíble”, indicó Irwin.

    Durante esa temporada, la demanda de franelas estampadas con los nombres de selecciones y jugadores se disparó, dándole la confianza de que este era el camino correcto. Aunque al principio aún mantenía su frutería, en 2019 decidió cerrar definitivamente para dedicarse por completo a la personalización de ropa.

    El impacto de la pandemia en 2020: pijamas personalizadas y ventas online

    Si el Mundial fue el primer impulso, la pandemia en 2020 consolidó su negocio de personalización. Con la cuarentena obligatoria, la gente pasó más tiempo en casa y la comodidad se convirtió en prioridad. Las pijamas personalizadas se volvieron una tendencia, y las franelas estampadas con frases, logos y mensajes especiales empezaron a venderse como nunca.

    “La gente no podía salir, pero quería personalizar su ropa para sentirse bien en casa. Ese fue mi mercado. Empecé a vender pijamas y franelas con diseños exclusivos, y las ventas se dispararon”, recordó Irwin.

    Usando Instagram y Marketplace, Irwin llevó su negocio al mundo digital, logrando captar clientes en toda Venezuela. La demanda creció tanto que en 2021 decidió mudarse de El Junquito a Caracas, donde encontró un mercado más amplio.

    Nacimiento de Gekos Stores: una marca con identidad propia

    En 2022, tras una separación sentimental, decidió darle un nuevo comienzo a su negocio y crear una identidad propia. Así nació Gekos Stores, con la idea de consolidarse como una marca reconocida en la personalización de ropa. “Sabía que debía seguir adelante, así que creé mi logo, organicé mi clientela y comencé de nuevo”, contó.

    Desde entonces, Gekos Stores ha crecido, ofreciendo estampados de alta calidad, colaboraciones con empresas y expandiendo su línea de productos más allá de las franelas y pijamas.

    Planes de expansión y crecimiento

    Irwin tiene claro que su visión va más allá de un simple negocio de franelas personalizadas. Su meta es convertir Gekos Stores en una franquicia con tiendas en centros comerciales y ventas online. “Quiero que la gente pueda personalizar una franela en minutos y llevarse un producto de calidad”, comenta Irwin.

    Además, está trabajando en alianzas con marcas para ofrecer colecciones exclusivas y ampliar su oferta a más productos de moda.

    Consejos de Irwin para emprender en el negocio de personalización

    1️⃣ Ofrece calidad sobre cantidad: “El 80% del éxito es ofrecer un producto que dure y que guste”.

    2️⃣ Dale importancia al servicio al cliente: “Los detalles importan. Un buen servicio marca la diferencia y fideliza clientes”.

    3️⃣ Rodéate de personas con experiencia: “Las alianzas estratégicas son clave para crecer y aprender del mercado”.

    4️⃣ Aprovecha las tendencias: “El Mundial de 2018 y la pandemia fueron oportunidades clave. Siempre hay que estar atento a lo que la gente quiere”.

    5️⃣ Digitaliza tu negocio: “Si no estás en redes sociales, no existes. La mayoría de mis clientes llegaron por Instagram y Marketplace”.

    Un negocio que nació de la necesidad y se convirtió en oportunidad

    La historia de Irwin Gutiérrez es un ejemplo de cómo la adversidad puede convertirse en una oportunidad de crecimiento. Lo que comenzó como una decisión impulsiva, hoy es un negocio sólido con una marca en crecimiento.

    Desde franelas del Mundial hasta pijamas personalizadas en pandemia, Gekos Stores ha sabido adaptarse a las tendencias y necesidades del mercado, consolidándose como una empresa emergente en el mundo de la personalización textil en Venezuela.

    NOTA: ¿Eres una empresa y te gustaría atraer a emprendedores dispuestos a iniciar un negocio propio para presentarles tu producto o servicio como una oportunidad de negocio? Entonces este es un buen momento para expandir tu negocio. Solo necesitas una estrategia para lograrlo. Pulsa el enlace para agendar una llamada con nuestro asesor de estrategias de negocio

    Escrito el Miércoles, 05 Marzo 2025 16:55 en Emprendedores ¡Deja el primer comentario! Visto 161 veces
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    Ella lidera una reconocida distribuidora de insumos para helados y busca impulsar a emprendedores
    Ella lidera una reconocida distribuidora de insumos para helados y busca impulsar a emprendedores

    Sofía Briceño, directora de Padre Pío, una distribuidora de insumos para helados, contó a El Emprendedor cómo vió perder toda su base de clientes hasta levantarse de nuevo, además de compartir su plan para 2025.



    Desde hace más de una década, Sofía Briceño ha estado al frente de Distribuidora Padre Pío, una empresa familiar que comenzó con la venta de conos de barquillas para heladerías y hoy se ha convertido en un importante distribuidor en el sector de insumos para helados en Venezuela. Pero ahora más allá de vender productos, su objetivo es impulsar a los emprendedores, ayudándolos a desarrollar negocios exitosos en un sector que sigue creciendo.

    De un negocio familiar a un modelo de expansión

    Distribuidora Padre Pío nació en 2009, cuando el padre de Sofía y un socio decidieron incursionar en la distribución de conos de helado y productos para pastelerías en Caracas. Con un enfoque basado en la atención personalizada y la constancia, lograron que su empresa creciera rápidamente y abasteciera a más de 30 heladerías en sus primeros años.

    Cuando Sofía se graduó como licenciada en Administración de Recursos Humanos, se incorporó a la empresa y asumió la parte administrativa, ayudando a optimizar procesos y ampliar la cartera de clientes. Desde entonces, la empresa no solo ha crecido en clientes, sino también en servicios y soluciones para quienes buscan emprender en el mundo del helado. “Siempre hemos dicho que la clave del negocio es la constancia y el buen servicio. No solo vendemos productos, sino que acompañamos a nuestros clientes en su crecimiento”, indicó.

    Cómo los emprendedores salvaron la empresa

    A pesar del éxito inicial, 2016 marcó un punto crítico. La crisis económica en Venezuela llevó al cierre de muchas heladerías, y uno de sus mayores clientes, Artes Gelato, pasó de comprar 150 cajas semanales a solo 5, hasta terminar cerrando definitivamente. “De 150 cajas a 5 cajas… eso fue una caída del 99%. Muchas heladerías cerraron porque no podían sostenerse con los costos de alquiler y producción”, recordó.

    El golpe fue duro, pero la solución llegó en un momento inesperado: los emprendedores. Durante la pandemia en 2020, surgió una nueva ola de negocios caseros y muchas personas comenzaron a vender helados desde casa. Sofía vio la oportunidad y apostó por ellos.

    Usando Instagram y Marketplace, comenzó a promocionar sus productos a pequeños productores y emprendedores, facilitando el acceso a barquillas, premezclas y equipos. Fue una decisión que salvó a la empresa y le permitió expandirse en un mercado que antes no había explorado. “Fue gracias a los emprendedores que pudimos mantenernos en la pandemia. Descubrimos un nuevo mercado que sigue creciendo”.

    Más que una distribuidora: formación y acompañamiento para nuevos negocios

    Desde entonces, Distribuidora Padre Pío no solo ha crecido en ventas, sino también en su misión de capacitar a los nuevos emprendedores. Sofía comprendió que muchos de ellos no solo necesitaban insumos, sino también conocimiento y orientación para hacer rentable su negocio.

    Por eso, hoy la empresa ofrece asesoría en producción de helados, enseñando a sus clientes sobre:

    ✅ Uso de máquinas y mantenimiento

    ✅ Selección de ingredientes y costos de producción

    ✅ Estrategias de comercialización

    “No es solo vender una máquina, sino explicar cómo funciona, cómo se limpia y qué se puede hacer con ella para sacarle provecho”, explica Sofía.

    El crecimiento del negocio y su impacto en el país

    En 2024, la empresa participó en la Feria del Helado en el CCCT, donde Sofía pudo ver de cerca la gran demanda que existe para el emprendimiento en este sector. Muchos venezolanos están buscando formas de independizarse y el negocio del helado es una opción accesible y rentable.

    Con este panorama, su visión a futuro es seguir ampliando su catálogo de productos y fortalecer su red de distribución para llegar a más ciudades del país. “Este negocio es perfecto para quien quiere independizarse, pero necesita orientación para hacerlo bien”, enfatiza.

    Consejos de Sofía para emprender en el negocio del helado

    1️⃣ Tener visión: “Hay que tener claro qué tipo de negocio se quiere y cómo hacerlo crecer”.

    2️⃣ Ser constante: “No se trata solo de vender, sino de mantenerse y buscar nuevas oportunidades”.

    3️⃣ Aprender a adaptarse: “El mercado cambia, y los que sobreviven son los que saben ajustarse a los nuevos tiempos”.

    El futuro de Distribuidora Padre Pío

    Con la creciente demanda de helados en Venezuela, el objetivo de Sofía Briceño es seguir posicionando su empresa como el principal proveedor de insumos para heladerías y emprendedores. Su enfoque no solo está en vender productos, sino en impulsar a nuevos negocios y ser un aliado estratégico para quienes ven en el helado una oportunidad de independencia financiera.

    A lo largo de su trayectoria, Sofía ha demostrado que el éxito no es solo cuestión de vender, sino de entender el mercado, adaptarse y crear oportunidades para otros. Su historia es un reflejo de cómo la crisis puede convertirse en una oportunidad si se tiene la visión y la determinación para seguir adelante.

    Escrito el Martes, 25 Febrero 2025 12:24 en Emprendedores ¡Deja el primer comentario! Visto 231 veces
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    Ella aprovecha la ausencia de comida peruana en eventos y la convierte en su gran oportunidad
    Ella aprovecha la ausencia de comida peruana en eventos y la convierte en su gran oportunidad

    Verónica Sacieta, cuenta a El Emprendedor, cómo creó un stand de comida peruana para bodas y fiestas, incluyendo sus populares pastelitos peruanos, mientras trabaja como gerente de talento humano en otra empresa.



    Cuando Verónica Sacieta decidió emprender en el mundo de la gastronomía, no tenía idea de que su éxito provendría de un stand de comida peruana y unos pastelitos de ají de gallina y claro de la sazón de su mamá. Administradora de profesión, con más de diez años de experiencia en gerencia, su vida cambió en 2020 cuando la pandemia la obligó a reinventarse y mirar con nuevos ojos las oportunidades a su alrededor. En un país donde la comida peruana era conocida, pero no representada en eventos y celebraciones, ella vio una brecha en el mercado y decidió aprovecharla.

    Rodeada de sabores del Perú

    Desde pequeña, Verónica estuvo rodeada de sabores peruanos. Su madre, de origen peruano, le enseñó no sólo recetas, sino también la historia detrás de cada plato. Esa conexión con la cocina despertó en ella un amor especial por la gastronomía, aunque nunca pensó en convertirlo en su profesión.

    Sin embargo, en 2020, cuando la crisis generada por la pandemia amenazó su estabilidad económica, comenzó a cocinar y vender platos peruanos desde casa. Con solo 500 dólares de ahorros, lanzó Mix.Tura, un emprendimiento que inició con ceviche y papas a la huancaína, vendidos por encargo y promocionados a través de redes sociales.  “Había mucha incertidumbre sobre si me quedaría sin trabajo. Debía pensar en cómo sostenerme a mí, a mi hijo y a mi mamá, así que decidí arriesgarme”, contó.

    Una oportunidad que no dejó pasar

    A medida que Mix.Tura crecía, Verónica comenzó a recibir pedidos más grandes y a atender a un público más exclusivo. Fue entonces cuando, en 2021, se dio cuenta de un detalle que cambiaría su negocio: en todas las bodas, fiestas y eventos privados había sushi, comida italiana y árabe, pero nunca había un stand de comida peruana.  “Siempre encontraba ceviche en menús de restaurantes, pero nunca en eventos privados. Nadie ofrecía gastronomía peruana como parte del catering”, observó Verónica.

    Decidió cambiar eso. Creó el primer stand de comida peruana para eventos, ofreciendo opciones como ceviche, ají de gallina y pasteles de harina de trigo rellenos de sabores tradicionales del Perú. Su idea no solo era innovadora, sino que también respondía a una demanda no cubierta en el mercado.

    El salto a los eventos exclusivos

    Uno de los momentos clave en la historia de Mix.Tura ocurrió cuando, gracias a un pedido casual, su comida llegó a manos de Daniela Alvarado, reconocida actriz venezolana. Lo que parecía un simple encargo se convirtió en una oportunidad de exposición, cuando Daniela compartió su experiencia en redes sociales, generando un boom inmediato en seguidores y pedidos.  “Ella subió una historia en Instagram y en un solo día gané más de 500 seguidores. Eso me llevó a atender su boda y a entrar en el mercado de eventos”, recordó.

    Con ese impulso, Mix.Tura comenzó a posicionarse en bodas, fiestas privadas y eventos corporativos. Su stand de comida peruana se convirtió en un sello de exclusividad y distinción, captando clientes que buscaban una experiencia gastronómica diferente.

    Un nuevo protagonista en la escena gastronómica: El pastelito peruano

    Para diferenciarse aún más, Verónica decidió innovar con un producto que fuera atractivo para el público venezolano, pero que mantuviera la esencia de la cocina peruana. Así nacieron los pasteles rellenos de ají de gallina, una versión adaptada del tradicional ají de gallina, pero en formato de pastelito salado, ideal para eventos.  “Sabía que vender ají de gallina como plato tradicional sería difícil, pero en un pastelito todos lo compraban”, apuntó Verónica.

    Esta apuesta le permitió expandirse no solo en eventos, sino también en la venta al mayor, colocando sus productos en hoteles y restaurantes como Lidotel y locales en Parque Cristal.

    El futuro de Mix.Tura

    Ahora, con Mix.Tura en el mundo de los eventos, Verónica se prepara para su próximo paso: la apertura de su primer local físico en 2025. Su objetivo es ofrecer una experiencia gastronómica completa, donde los clientes puedan disfrutar de la cocina peruana en un ambiente exclusivo.

    Además, planea expandir la venta de sus pasteles peruanos a nivel nacional, posicionándolos en supermercados y tiendas especializadas.  “Mi sueño es que los pasteles peruanos sean un producto reconocido y distribuido en todo el país”, aspira Verónica.

    Lecciones de una emprendedora que supo abrirse camino

    A lo largo de su camino, Verónica ha aprendido valiosas lecciones que ahora comparte con quienes buscan emprender en el sector gastronómico:

    • Aprovecha los vacíos del mercado: “No siempre se trata de inventar algo nuevo, sino de ver lo que nadie está haciendo y hacerlo bien”.
    • Arriesgarse con conciencia: “Es importante no tener miedo a equivocarse, pero hacerlo con estrategia y planificación”.
    • El poder de las redes sociales: “Instagram fue clave para dar a conocer Mix.Tura. Si tienes un negocio gastronómico, tienes que estar presente digitalmente”.
    • Fideliza a tus clientes: “Más allá del sabor, la atención y la experiencia son lo que hace que la gente regrese”.
    • Adáptate a las necesidades del público: “El pastel peruano nació porque entendí que debía adaptar el ají de gallina al gusto y costumbre del venezolano”.

    Un nuevo referente en la gastronomía peruana en Venezuela

    Lo que comenzó como un negocio en casa con $500 de inversión, hoy se ha convertido en una marca emergente en el mercado de la gastronomía, el catering y los eventos en Venezuela.

    Gracias a su visión, Verónica Sacieta no solo llevó la comida peruana a eventos privados, sino que también abrió camino para difundir la cultura del Perú.

    Y aunque su camino aún sigue en construcción, una cosa es segura: la comida peruana ya no es solo un plato de restaurante en Venezuela, ahora es parte de celebraciones exclusivas.

    Escrito el Lunes, 24 Febrero 2025 09:11 en Emprendedores ¡Deja el primer comentario! Visto 312 veces
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    Esta empresa se está convirtiendo en la mayor fuerza logística y de distribución de productos en frío en Venezuela
    Esta empresa se está convirtiendo en la mayor fuerza logística y de distribución de productos en frío en Venezuela

    Alejandro García, actual director del Grupo Arad, conversó con El Emprendedor para explicar cómo se están consolidando como el mayor aliado de las empresas y emprendedores con productos refrigerados de todo el país.



    En un mercado donde la eficiencia y la tecnología son esenciales para el manejo de productos perecederos, Grupo Arad ha logrado posicionarse como una de las empresas de logística refrigerada más importantes de Venezuela. Lo que comenzó hace más de 25 años como una fábrica de paneles refrigerados, hoy es un sistema integral de almacenamiento, transporte y distribución en frío, ofreciendo soluciones a grandes empresas y emprendedores que buscan llevar sus productos con control de temperatura a nivel nacional.

    De la fabricación a la logística integral

    La historia de Grupo Arad comienza en 1997, cuando Alejandro García padre, ingeniero industrial con visión de futuro, fundó una empresa especializada en la fabricación de paneles refrigerados y cámaras de frío. Durante años, su empresa se dedicó a construir almacenes y sistemas de refrigeración para grandes marcas del sector alimenticio.

    Pero en 2005-2007, una nueva necesidad en el mercado marcó su siguiente gran salto. Empresas Polar, una de las compañías más grandes del país, buscaba espacios refrigerados para almacenar materias primas. Fue entonces cuando Grupo Arad decidió no solo construir las cámaras de frío, sino también ofrecer el servicio de almacenamiento, convirtiéndose en un actor clave en la logística de productos en frío.

    “Si ya construíamos las cámaras de frío, ¿por qué no aprovechar nuestra experiencia y gestionar los productos nosotros mismos?”, comenta Alejandro García hijo, actual director del grupo.

    Abarcando todo el ciclo de la logistica refrigerada

    Hoy en día, la empresa cuenta con tres divisiones que abarcan todo el ciclo de la logística refrigerada:

    • Almacenamiento: Con dos almacenes principales en Valencia y una capacidad de 2.250 toneladas, ofrecen soluciones de conservación para distintos productos.
    • Transporte: Una flota de camiones refrigerados que permite llevar productos desde los almacenes hasta los puntos de venta.
    • Distribución: Un sistema de logística optimizado para garantizar la entrega eficiente en distintas regiones del país.

    El modelo de negocio ha sido diseñado para ser más que un simple espacio de almacenamiento, convirtiéndose en un socio estratégico para empresas del sector alimenticio y de productos refrigerados.

    Los desafíos de la logística refrigerada en Venezuela

    El mercado de almacenamiento en frío en Venezuela ha sufrido una reducción del 50-60% en la última década. En 2013, el país contaba con 250.000 metros cúbicos de almacenamiento refrigerado, pero hoy solo quedan disponibles entre 80.000 y 100.000 metros cúbicos, dejando una gran brecha en la cadena de frío.

    Además, el acceso a financiamiento para expansión es un reto constante. La inversión en infraestructura, equipos y transporte refrigerado es costosa y requiere un flujo de capital constante, lo que ha dificultado el crecimiento de muchas empresas en el sector.

    Otro desafío es la integración de pequeños productores y emprendedores. Actualmente, el 65% de la capacidad de Grupo Arad está ocupada por grandes empresas, mientras que los emprendedores solo representan entre 5 y 10%. La empresa busca atraer más pequeños productores y facilitar su integración en la logística refrigerada.

    Innovación y modelo de negocio: claves del éxito

    Para hacer frente a estos desafíos, Grupo Arad ha implementado estrategias clave que han permitido su crecimiento sostenible:

    • Modelo de Operación Logística de Productos (OPL): No solo almacenan productos, sino que también se encargan de su distribución y venta en distintas regiones.
    • Cobro basado en porcentaje de ventas: En lugar de cobrar solo por almacenamiento, han desarrollado un sistema en el que reciben un porcentaje de las ventas de sus clientes, lo que permite que más emprendedores accedan a sus servicios.
    • Expansión geográfica: Actualmente cubren el Centro Occidente, llegando a Zulia, Mérida, Trujillo y Falcón, con planes de seguir creciendo a nivel nacional.
    • Optimización en redes sociales: Desde el inicio, han apostado por Instagram y plataformas digitales como herramientas clave para la promoción y captación de clientes.

    “Si no sabes vender, si no tienes un buen trabajo, no vas a vender. No se trata solo del auge del mercado refrigerado, sino de saber llegar al público correcto”, afirmó Alejandro.

    Rumbo a convertirse en la primera fuerza de distribución y logística en frío de Venezuela

    Grupo Arad busca convertirse en la primera fuerza logística en frío de Venezuela, ampliando su capacidad y consolidando su red de distribución en más estados del país. Su objetivo es ofrecer una plataforma logística que permita a las empresas alimenticias y de productos refrigerados crecer sin preocuparse por la cadena de frío.

    El futuro de la logística refrigerada en Venezuela sigue teniendo grandes oportunidades de expansión, y Grupo Arad está listo para liderar el camino. Con una estructura bien definida, una visión clara y estrategias innovadoras, esta empresa está en camino de convertirse en la mayor fuerza de almacenamiento y distribución de productos en frío en el país.

    Escrito el Jueves, 20 Febrero 2025 22:10 en Emprendedores ¡Deja el primer comentario! Visto 302 veces