La cafetería que vende café molido según el tipo de cafetera de sus clientes
La emprendedora Marian Ramírez entrega el café artesanal molido según el tipo de greca o cafetera que usan sus clientes en casa u oficina.
En Chacao, Café Gad ha captado la atención de los amantes del café con su enfoque único: café molido y adaptado a los gustos y según el tipo de preparación de cada cliente. Fundada por Marian Ramírez, este negocio tiene una historia de esfuerzo, perseverancia y pasión por ofrecer algo más que una simple bebida. Pero el viaje de Marian hacia el éxito comenzó mucho antes de abrir las puertas de Café Gad.
Primer encuentro con el mundo de las ventas
A los 15 años Marian experimentó por primera vez la emoción de vender, cuando decidió que quería comprarse su propio celular. Su familia no tenía los recursos para costearlo, así que Marian decidió tomar el asunto en sus propias manos. Comenzó vendiendo productos de todo tipo: desde zapatos y accesorios hasta ropa y productos de belleza. Este esfuerzo inicial no solo le permitió comprar el celular que deseaba, sino que también le abrió las puertas a un mundo que nunca había imaginado: el de la comercialización.
Para ella, el aprendizaje fue invaluable. Con cada venta, desarrollaba habilidades en negociación y trato con el cliente, además de aprender a valorar el esfuerzo y la disciplina. Esta etapa de su vida marcó el inicio de un espíritu emprendedor que la acompañaría durante muchos años. Marian comenta, “a los 15 años, con mi primer negocio, aprendí que la venta es algo que te impulsa a conseguir tus metas...ese primer celular fue solo el principio.”
La oportunidad en el café
El momento oportuno llegó en 2016, cuando una amiga que vendía café le sugirió que también incursionara en este negocio. Marian, quien siempre había sentido un interés especial por el café, decidió dar el paso.
Al principio, la idea era simplemente vender café molido en pequeñas cantidades. Ese primer año, logró vender alrededor de 50 kilos de café, una cantidad significativa que le mostró el potencial de este producto en el mercado local.
“Mi amiga me dijo que probara con el café, que podía ser algo diferente,” explica Marian. Inspirada por esta recomendación, empezó a ofrecer café molido a amigos y conocidos, y la respuesta fue increíble. Con cada venta, Marian se dio cuenta de que el café no solo era un producto, sino una experiencia que podía personalizarse y adaptarse a las preferencias de cada cliente.
“Me tomó dos años y mucho esfuerzo abrir las puertas de Café Gad”
Con el tiempo, el negocio fue creciendo, y en 2018 Marian decidió formalizar su proyecto, lo cual le tomó dos años de planificación y ahorros hasta que finalmente pudo abrir Café Gad en 2020.
Durante esos años, enfrentó varios obstáculos, desde reunir el capital necesario hasta encontrar el local adecuado en Chacao. “No fue fácil ni rápido; me tomó dos años y mucho esfuerzo llegar a abrir las puertas de Café Gad”, recuerda Marian.
A lo largo de este tiempo, cada decisión implicaba una inversión significativa. Por ejemplo, adquirir los equipos para moler café en distintos grosores según el método de preparación de cada cliente fue un desafío en términos de tiempo y recursos. Marian estaba comprometida a ofrecer un café de calidad y personalizado, algo que requiere conocimientos y herramientas especializadas.
La personalización como valor diferenciador
Una vez que Café Gad abrió sus puertas, la propuesta de personalización se convirtió en el sello distintivo del negocio. Cada cliente recibe una atención personalizada para ajustar la molienda de su café de acuerdo con el método que utiliza en casa.
“Todo el mundo prepara el café con diferentes métodos en casa. Entonces, es lo primero que le preguntamos a las personas, si se lo quiere llevar en grano o se lo quiere llevar molido”, explica Marian. Desde la greca hasta la prensa francesa o la cafetera eléctrica, Café Gad se asegura de que cada taza sea adaptada a las preferencias del cliente.
El conocimiento sobre cómo cada método de preparación afecta el sabor y la textura del café es fundamental. Marian detalla que, por ejemplo, “para greca es más grueso y para manguitas es más fino. ¿Qué pasa si yo no le coloco el tipo de molienda que es a la greca? Entonces tú vas a ver una taza de café con un fondito abajo porque se pasa el café”, haciendo énfasis en la importancia de adaptar cada molienda para mejorar la experiencia del cliente.
Ser molinera pero con estilo
Marian no solo buscó ofrecer un café de calidad, sino también un entorno profesional e higiénico, algo que la inspiró desde su experiencia en las calles de Chacao. “Mi proyecto es como ser molinera pero con estilo. Yo no quiero que sea en la calle porque la calle no es higiénico”, comenta, describiendo su deseo de ofrecer un espacio agradable y limpio donde sus clientes pudieran disfrutar del proceso de personalización del café.
Un futuro lleno de oportunidades
Hoy, Café Gad es más que una cafetería. Es un lugar donde el cliente no solo disfruta del café, sino que también aprende sobre los diferentes tipos de molienda y cómo influyen en su bebida. La dedicación de Marian a su negocio y su compromiso con la personalización han hecho de Café Gad un referente en Chacao, demostrando que una simple taza de café puede transformarse en una experiencia completa y única, llevada a la medida del gusto de cada persona.
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