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P. El Emprendedor

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Diseña macetas personalizadas en 3D para fomentar la reforestación desde casa

Andrés Sanabría, egresado de la UCAB, comparte con El Emprendedor cómo, a los 17 años y al finalizar el bachillerato, se interesó en el activismo social, lo que lo llevó a fundar la reconocida empresa de impresión 3D Smiley 2 Go.



Andrés Sanabria, un joven emprendedor venezolano, inició su camino empresarial motivado por su activismo social. A los 17 años, inspirado por movimientos internacionales como el de Greta Thunberg, decidió contribuir al medio ambiente en Venezuela, por ser una de los países de nuestra región más afectados por la deforestación.

Junto a un amigo, fundó Smiley Plant Organization, una ONG dedicada a la reforestación. “Nunca había plantado un árbol en mi vida, pero decidí dar un salto de fe”, comenta Andrés, recordando cómo se adentró en el mundo del activismo sin experiencia previa.

El proyecto comenzó con entusiasmo, pero la pandemia trajo consigo grandes desafíos. A pesar de las restricciones, Andrés y su equipo intentaron mantener viva la organización mediante actividades en línea, pero sin ingresos suficientes, se enfrentaron a la gran pregunta: ¿cómo financiar las futuras actividades de reforestación?

La respuesta llevó a Andrés a una oportunidad que cambiaría el rumbo de su emprendimiento: usar plástico reciclado para fabricar macetas, cuya venta ayudaría a financiar la causa ambiental. Así nació Smiley 2 Go, una tienda de macetas ecológicas con impacto social.

El innovador producto para recaudar fondos

Lo que comenzó como una forma de recaudar fondos para una organización sin fines de lucro, pronto se convirtió en un negocio con su propio propósito. “Nos dimos cuenta de que el problema inicial era solo una excusa para una oportunidad de negocio más grande”, menciona Andrés.

Smiley 2 Go comenzó a atraer a clientes interesados no solo en apoyar una causa, sino también en decorar sus hogares de manera sostenible.

La pandemia había generado un aumento en la demanda de productos que trajeran naturaleza al hogar. A medida que las personas pasaban más tiempo en espacios cerrados, buscaban alternativas creativas y atractivas para integrar el verde en sus vidas.

Las macetas de Smiley 2 Go no eran simples recipientes; eran personalizadas, coloridas y ofrecían un toque único que reflejaba la personalidad de cada cliente. “Una maceta no es solo un cilindro de arcilla. Es una forma de adueñarte de tus espacios”, explica Andrés, resaltando cómo su producto conectaba emocionalmente con los consumidores.

La inesperada y llegada de la competencia

Como todo emprendedor, Andrés enfrentó varios retos al iniciar su negocio. Aunque la idea era buena, la ejecución presentó dificultades inesperadas. El Emprendedor menciona que la competencia fue uno de los aspectos más duros de su trayectoria. “El mercado se volvió muy competitivo rápidamente. De repente, todos estaban vendiendo macetas, y teníamos que diferenciarnos de alguna manera”, comenta

En un entorno donde muchos negocios similares comenzaron a surgir, Smiley 2 Go necesitaba encontrar su ventaja competitiva. Andrés enfrentó la realidad de que no bastaba con tener una buena causa detrás del producto.

“Me di cuenta de que, aunque nuestro impacto ambiental era importante, si no lograba conectar emocionalmente con los clientes, nos íbamos a quedar atrás”, reflexiona​. Así, la personalización y el enfoque en la decoración única se convirtieron en su sello distintivo.

Además, emprender en un contexto de triple impacto —donde parte de las ganancias se destinan a causas sociales— añadió otra capa de complejidad. “La carga impositiva es tremenda, y cuando tienes que dividir tus ganancias para apoyar una causa, es aún más desafiante”, explica Andrés.

Sin embargo, el joven emprendedor encontró en estos retos una motivación para seguir adelante, adaptando su modelo de negocio y buscando nuevas formas de conectar con su audiencia.

La alianza estratégica que impulsó otro nivel de crecimiento

A pesar de las dificultades, Andrés y su equipo han logrado expandir el negocio, atrayendo tanto a clientes individuales como a empresas. Uno de los momentos clave en su crecimiento fue la alianza con Senos Ayuda, una organización que se benefició de la venta de macetas a través de un modelo colaborativo. “Empezamos a darnos a conocer gracias a esta alianza, que nos permitió crecer más rápido y aumentar nuestras ventas”, recuerda.

En el horizonte, Andrés visualiza un futuro aún más prometedor para Smiley 2 Go. El proyecto está listo para entrar al sector corporativo, ofreciendo productos personalizados para empresas que buscan cómo crear un plan de reconocimiento empresarial, regalos corporativos sostenibles o decoraciones para sus oficinas.

“Smiley va a explotar dentro del sector corporativo”, comenta Andrés, entusiasmado por las nuevas oportunidades de negocio que se abren. Además, está desarrollando una nueva línea de productos llamada Smiley ad Space, que permitirá a los clientes corporativos utilizar las macetas como soportes publicitarios en restaurantes y otros locales comerciales.

Los consejos para los lectores de El Emprendedor

Al reflexionar sobre su recorrido, Andrés tiene un consejo para quienes buscan emprender: “Entender cuánto estás dispuesto a sacrificar es clave. Hay que jugar constantemente con esa balanza, entre el negocio y la vida personal”.

Él mismo ha aprendido a equilibrar su vida académica con el negocio, aprovechando los periodos de vacaciones para dedicarse de lleno a Smiley 2 Go. A pesar de las dificultades, Andrés sigue emocionado por lo que el futuro le depara, confiando en que los retos superados lo han preparado para lo que viene.

Así, Smiley 2 Go no es solo una tienda de macetas, sino un ejemplo de cómo un emprendimiento puede nacer de una causa social y evolucionar hacia algo más grande.

Andrés Sanabria ha demostrado que, con pasión, innovación y perseverancia, es posible convertir una pequeña idea en un negocio con impacto real en la vida de las personas y en el planeta.

Ingeniera crea un negocio de jardinería gracias a un extraño tipo de planta japonesa

La ingeniera civil Julimar Rivero creó Garden to Love, un servicio de jardinería especializado en paisajismo que despegó gracias a las “kokedamas”.



Julimar Rivero, una ingeniera con una exitosa carrera en el ámbito corporativo, siempre sintió que algo faltaba en su vida. Aunque su trabajo le proporcionaba estabilidad, no lograba llenar el vacío que sentía.

Desde niña, había sentido una profunda conexión con la naturaleza, encontrando en las plantas un refugio que le daba paz y alivio al estrés diario. “Cuando logras esa conexión y vibrar en la misma frecuencia de la madre tierra, tienes al frente un tesoro”, reflexiona, señalando cómo su amor por la jardinería la ayudaba a sobrellevar la presión del trabajo.

Este vínculo especial con la naturaleza la llevó a explorar la jardinería más allá de un simple pasatiempo. Aunque no tenía formación en ventas o marketing, Julimar comenzó a compartir su pasión a través de Instagram, mostrando a otros cómo cuidar las plantas y crear espacios verdes en sus hogares.

“Empecé a educarme y a prepararme para lo que vendría después”, comenta, reconociendo que el deseo de conectar con la tierra la impulsaba a aprender nuevas habilidades.

La feria colegial que le abrió a un mundo de oportunidades

El giro en la vida de Julimar llegó de manera inesperada cuando decidió transformar su pasión en un negocio. Aunque inicialmente había comenzado a vender kokedamas —pequeñas bolas de musgo con plantas— como una forma de explorar su amor por la jardinería, pronto se dio cuenta de que había descubierto una oportunidad valiosa. “Mi primera experiencia fue en una feria colegial, donde empecé a vender kokedamas. No sabía qué esperar, pero la respuesta fue increíble”, recuerda, revelando cómo este simple producto resonó con muchas personas.

La pandemia jugó un papel crucial en la evolución de su negocio. Con más personas buscando formas de conectar con la naturaleza desde sus hogares, las kokedamas se convirtieron en un éxito inesperado. “La pandemia fue una oportunidad para mí, ya que mucha gente empezó a buscar formas de traer la naturaleza a sus hogares”, comenta Julimar. La demanda creciente la llevó a profesionalizar su emprendimiento, incorporando detalles como fichas técnicas y empaques personalizados que elevaban la calidad percibida de sus productos.

“Empecé a mejorar el producto, no solo en el empaque, sino también en cómo cuidar la planta”, explica, subrayando cómo estos pequeños cambios tuvieron un gran impacto en la satisfacción de sus clientes. Lo que comenzó como una simple afición se estaba convirtiendo rápidamente en un negocio exitoso.

El descubrimiento que la llevó a derrotar la barreras del negocio

Sin embargo, el camino hacia el éxito no estuvo exento de desafíos. Uno de los primeros problemas que enfrentó Julimar fue la logística de distribución. Debido a las características delicadas de las kokedamas, era difícil enviarlas fuera de Caracas sin comprometer su calidad. “La kokedama tiene un límite desde el punto de vista físico de traslado. Nos limitamos a la área geográfica de Caracas porque las empresas de traslado no transportan plantas”, explica, señalando una de las limitaciones que debió enfrentar.

Además, como ingeniera sin formación en ventas, Julimar tuvo que aprender sobre la marcha, enfrentando su falta de experiencia en marketing y estrategias comerciales. “No sabía cómo vender ni cómo promocionar mis productos, pero sabía que tenía que aprender”, comenta, subrayando la importancia de la perseverancia en su viaje emprendedor.

Otro reto significativo fue la educación del cliente. Muchos de sus compradores no sabían cómo cuidar adecuadamente una kokedama, lo que a veces resultaba en plantas maltratadas o muertas.

Para superar esto, Julimar comenzó a incluir fichas técnicas con cada venta y a ofrecer asesoramiento sobre el cuidado de las plantas. “Me di cuenta de que mis clientes necesitaban más que solo una planta; necesitaban saber cómo cuidarla, y eso cambió mi enfoque”, relata, describiendo cómo esta adaptación mejoró la experiencia del cliente y fortaleció su negocio.

El negocio del paisajismo y su mantenimiento

A pesar de los desafíos, Julimar continuó innovando y expandiendo su negocio. Además de las kokedamas, comenzó a diversificar su oferta, incluyendo suculentas en macetas pequeñas, accesorios de jardinería y productos personalizados. “Nuestro principal pilar es el área de paisajismo y mantenimiento, y ese es el que estamos desarrollando con más fuerza”, señala, hablando de cómo su empresa ha crecido para incluir servicios de jardinería y paisajismo.

La clave de su éxito radicó en mantener un fuerte enfoque en la calidad y la personalización, diferenciándose de la competencia al ofrecer productos únicos y bien pensados. “Quiero que cada cliente sienta que está recibiendo algo especial, algo hecho con amor”, dice Julimar, resaltando la importancia de agregar valor en cada aspecto de su negocio.

Además, aprovechó las plataformas digitales para promover su negocio, utilizando redes sociales y su tienda en línea para llegar a un público más amplio. “La tienda en línea ha sido una herramienta increíble para nosotros, permitiéndonos llegar a personas que de otra manera no habríamos alcanzado”, comenta, destacando el papel de la tecnología en el crecimiento de su emprendimiento.

El secreto de la mentalidad para tener un negocio exitoso

Con un negocio en crecimiento y una base de clientes cada vez más fiel, Julimar ya está mirando hacia el futuro. Una de sus ambiciones es abrir un showroom físico, donde los clientes puedan ver y comprar sus productos en persona, enriqueciendo así la experiencia del cliente. “Un showroom es algo que he estado soñando durante mucho tiempo, y estoy emocionada por hacerlo realidad”, comparte, dejando ver su entusiasmo por los próximos pasos.

Además, Julimar tiene la mira puesta en expandir su negocio más allá de Caracas, superando las limitaciones geográficas que hasta ahora han restringido su mercado. Aunque reconoce que este objetivo es desafiante, su conexión con la madre tierra y su espíritu innovador la impulsan a seguir adelante. “El reto es lidiar con tantas limitaciones, pero siempre trato de ver el vaso medio lleno”, comenta, reflejando su actitud positiva y resiliente.

Para otros emprendedores, Julimar ofrece un consejo inspirado en su propio recorrido: “Mi filosofía es hacer las cosas bien, con amor, y ofrecer al cliente cosas de calidad, bonitas y diferentes”. Con esta mentalidad, Julimar sigue cultivando su negocio, demostrando que una profunda conexión con la madre tierra puede ser la raíz de un emprendimiento exitoso y sostenible.

Ella ayuda a cocinar en menos tiempo pero encontró en la autenticidad el secreto de su éxito

La influencer María Antonieta González especialista en la tendencia “Batch Cooking” encontró el verdadero amor en la cocina.



María Antonieta Gonzáles, mejor conocida como "Mandor", es una cocinera y emprendedora venezolana que ha logrado transformar su pasión por la cocina en un negocio exitoso, influenciando a miles de personas a través de las redes sociales y talleres culinarios. Su historia es un ejemplo claro de cómo la autenticidad y el compromiso pueden convertirse en los pilares fundamentales de un emprendimiento exitoso.

Ella estudió mercadeo y complementó su formación con un diplomado. Sus primeros pasos en el mundo culinario los dio en restaurantes locales, donde aprendió las bases de la cocina profesional. Sin embargo, su amor por la cocina no se limitó a los restaurantes.

En su hogar, aplicaba lo que aprendía en su vida diaria, compartiendo sus conocimientos y consejos con su familia y amigos. Esto demuestra cómo comenzó a compartir su pasión por la cocina con quienes la rodeaban, construyendo una base sólida para su futuro emprendimiento.

"Estudié mercadeo, me gradué, hice un diplomado en comida saludable en la Universidad Simón Bolívar", recuerda “Mandor”, mostrando cómo su formación académica influyó en su enfoque hacia la cocina.

El deseo de compartir sus experiencias y técnicas la llevó a utilizar las redes sociales como plataforma para llegar a un público más amplio. A través de estas, “Mandor” empezó a construir una comunidad de personas interesadas en la cocina, donde ofrecía herramientas y consejos para facilitar la labor en la cocina, combinando su formación académica con su experiencia práctica.

La llegada de su desilusión amorosa

El giro en la vida de “Mandor” ocurrió tras una desilusión amorosa significativa que la llevó a mudarse a Estados Unidos en busca de un nuevo comienzo.

Aunque el viaje inicialmente fue una manera de escapar del dolor, también se convirtió en la puerta de entrada a su verdadera pasión.

Al llegar a Estados Unidos, ella comenzó a trabajar en restaurantes, donde no sólo perfeccionó sus habilidades culinarias, sino que también empezó a entender la dinámica de la industria alimentaria.

"Cuando llegué a Estados Unidos, me metí a trabajar en restaurantes y ahí descubrí que la cocina era mi verdadera pasión", comenta sobre este periodo decisivo en su vida.

Esta realización fue fundamental para que considerara la posibilidad de emprender en el futuro. "La cocina dejó de ser solo un trabajo para mí; se convirtió en una forma de conectarme con otras personas", añade, destacando el momento en que comprendió que podía hacer una diferencia a través de su amor por la cocina.

Este descubrimiento la impulsó a considerar la posibilidad de emprender, visualizando cómo podría transformar su amor por la cocina en un negocio que le permitiera compartir su pasión con el mundo.

Los desafío de ser inmigrante

El camino hacia el emprendimiento no fue fácil. Al mudarse a Estados Unidos, María Antonieta tuvo que enfrentar los desafíos típicos de ser inmigrante: la barrera del idioma, la adaptación a una nueva cultura y las dificultades económicas iniciales. Además, trabajar en la industria culinaria en un país extranjero le mostró lo competitivo y exigente que podía ser este entorno.

"El inglés no es mi fuerte, y adaptarme a un nuevo país no fue fácil", admite, reflexionando sobre los obstáculos que enfrentó al mudarse a Estados Unidos.

A pesar de estos desafíos, nunca dudó de su decisión de seguir adelante. "Cada día que pasaba, corroboraba que estaba en el camino correcto", afirma, mostrando su determinación frente a las dificultades.

“Mandor” también enfrentó dilemas personales sobre si debía continuar con un trabajo estable en la cocina o arriesgarse a emprender por su cuenta.

Las dudas sobre cuál sería el mejor enfoque para llegar a su audiencia y monetizar su conocimiento se convirtieron en una constante en su mente. "Tuve muchas dudas sobre cómo convertir mi pasión en un negocio sostenible", confiesa, subrayando los momentos de indecisión que vivió durante su transición al emprendimiento.

Sin embargo, a pesar de estos retos, “Mandor” nunca dejó que el miedo al fracaso la detuviera.

La autenticidad, la base del éxito

La emprendedora encontró la solución en la autenticidad. Decidió enfocarse en crear contenido que resonara con su audiencia de manera genuina y cercana. Utilizó las redes sociales no sólo como un medio para compartir recetas, sino como una plataforma para conectar de manera profunda con su comunidad.

Esta autenticidad se convirtió en la base de su éxito, permitiéndole diferenciarse en un mercado saturado.

"Decidí ser auténtica y compartir lo que realmente me apasiona", explica “Mandor”. Este enfoque genuino fue clave para construir una relación sólida con su audiencia. "No quería ser sólo otra cocinera en redes sociales; quería conectar de verdad con las personas", añade, mostrando su intención de hacer algo más que simplemente compartir recetas.

Uno de los enfoques que la ayudó a destacarse fue el "batch cooking", una tendencia que consiste en preparar grandes cantidades de comida por adelantado.

La emprendedora se convirtió en una de las pioneras de este método en Venezuela, utilizando sus talleres y plataformas online para enseñar a otros cómo implementar esta práctica en sus vidas diarias.

"El 'batch cooking' no solo facilita la vida, sino que también te permite disfrutar de una alimentación saludable sin complicaciones", comenta, resaltando la importancia de esta técnica en su propuesta de valor.

Además, decidió utilizar Telegram como la plataforma principal para impartir sus cursos, aprovechando su flexibilidad y la capacidad de mantener una secuencia lógica en el contenido, lo que mejoró significativamente la experiencia de sus usuarios.

"Telegram me permite ofrecer una experiencia más personalizada y ordenada para mis estudiantes", señala, enfatizando cómo esta elección estratégica contribuyó a su éxito.

"Siempre he dicho que todos tenemos un llamado de locura que debemos seguir"

A lo largo de su trayectoria, “Mandor” ha compartido varios consejos valiosos para aquellos que buscan emprender. Uno de sus principales mensajes es seguir "el llamado de locura" que todos llevamos dentro.

Según ella, los grandes soñadores y emprendedores a menudo son considerados "locos" por ir en contra de la corriente, pero es precisamente esa "locura" lo que les permite innovar y tener éxito.

"Siempre he dicho que todos tenemos un llamado de locura que debemos seguir", dice “Mandor”, instando a los emprendedores a abrazar su pasión, aunque parezca irracional para otros. "Los grandes sueños requieren grandes riesgos", añade, subrayando la importancia de ser valiente en el camino hacia el éxito.

También destaca la importancia de la autenticidad sobre la perfección. Para la emprendedora, ser verdadero con uno mismo y con la audiencia es mucho más valioso que perseguir una imagen perfecta. "No busques la perfección, busca ser auténtico", aconseja, reflejando su propia filosofía en la gestión de su negocio.

Además, aconseja a los emprendedores diversificar sus esfuerzos y no depender de una sola fuente de ingresos.

Su propio éxito proviene de su capacidad para manejar varios proyectos al mismo tiempo, lo que ha fortalecido su marca y le ha permitido crecer de manera sostenible.

"Diversificar mis proyectos me ha permitido mantenerme relevante y resiliente en un mercado cambiante", comenta, destacando la importancia de no poner todos los huevos en una sola canasta.

Finalmente, “Mandor” enfatiza la importancia del compromiso y la energía diaria. Según ella, mantener la motivación y la energía, tanto propia como de la audiencia, es clave para el éxito a largo plazo.

"El compromiso diario es lo que marca la diferencia", concluye, recordando que el éxito no es un destino, sino un proceso continuo que requiere dedicación y pasión.

La granola artesanal que conquistó las estanterías de la cadena de farmacias más importante del país

Luego de un viaje a Francia, un amor roto y una pandemia inesperada, la farmaceuta María Verónica Álvarez creó a Hola Granola.



María Verónica Álvarez, nacida y criada en Venezuela, siempre había sido una estudiante dedicada. Tras años de esfuerzo, se graduó como farmacéutica en la Universidad Santa María y, posteriormente, completó un máster en ingeniería de la salud en Marsella, Francia.

Su camino parecía claro: una carrera estable en la industria farmacéutica. En 2018, comenzó a trabajar en un laboratorio farmacéutico transnacional, donde la rutina y las investigaciones médicas ocupaban la mayor parte de su tiempo. Sin embargo, había una chispa creativa en María Verónica que buscaba algo más.

Desde joven, siempre había mostrado un interés por la nutrición y la alimentación saludable, influenciada por su madre, quien era aficionada a la cocina natural. Este interés latente la llevó a explorar la posibilidad de crear sus propios productos alimenticios.

Fue entonces cuando, a manera de experimento y como una manera de ahorrar para futuros proyectos, decidió aventurarse en la elaboración de granola casera. Sus primeros lotes, elaborados de manera casi rudimentaria en la cocina de su apartamento, fueron un éxito entre sus familiares y amigos.

Pronto, comenzaron a llegar pedidos de conocidos y compañeros de trabajo, quienes reconocían la calidad y el sabor único de su granola. Sin embargo, María Verónica no se imaginaba que este pequeño proyecto paralelo algún día eclipsaría su carrera en la farmacia.

Del caos de la pandemia a la producción artesanal

El año 2020 trajo consigo la pandemia de COVID-19, un evento global que cambió el curso de muchas vidas. Para la emprendedora, la pandemia fue un momento de reflexión. Con el confinamiento, el laboratorio farmacéutico donde trabajaba redujo sus operaciones, lo que le dejó más tiempo libre para dedicarse a su pasatiempo.

Fue entonces cuando decidió tomar en serio la producción de granola y convertirla en un negocio real. Observó cómo la gente empezaba a preocuparse más por su salud y bienestar, lo que incluía una mayor demanda de alimentos saludables.

Inspirada por esta tendencia, María Verónica decidió escalar su producción. "Cuando inicia la pandemia, paré como una semana y luego volví a trabajar", comenta. Sin embargo, esta vez no solo estaba trabajando en la producción de granola, sino también en la creación de una marca: "Hola Granola".

A medida que los días pasaban, su cocina se fue transformando en una pequeña fábrica artesanal. Desarrolló nuevas recetas, cada una con ingredientes cuidadosamente seleccionados para ofrecer no solo sabor, sino también beneficios nutricionales.

Álvarez comprendió que la clave del éxito en el mercado de alimentos saludables no era solo ofrecer un producto más, sino uno que realmente hiciera una diferencia en la vida de las personas.

El reto de diferenciarse y la presión financiera

El camino hacia el éxito estuvo lleno de desafíos para María Verónica. Al principio, la producción era limitada y el proceso de empaquetado y distribución era agotador.

Las primeras semanas, junto a su hermana, se dedicaban a vender su granola en mercados locales, bodegones y a través de redes sociales. "Estar en esos puntos de venta ha sido lo que nos ha mantenido todo este año", reflexiona la emprendedora, consciente de que esos pequeños pasos fueron cruciales para el crecimiento de su marca.

No obstante, la competencia en el mercado de productos saludables era feroz. La granola es un producto ampliamente disponible, por lo que diferenciar "Hola Granola" del resto fue un desafío constante.

La emprendedora decidió enfocarse en la autenticidad y calidad de sus ingredientes, así como en el mensaje que transmitía su marca: un producto hecho con amor, que promueve un estilo de vida saludable. Aun así, hubo momentos de duda. La presión financiera aumentaba, y María Verónica se preguntaba si realmente podría hacer de "Hola Granola" un negocio sostenible.

Pero la pasión por su producto y el feedback positivo de sus clientes la impulsaron a seguir adelante. Uno de los momentos más significativos fue cuando, después de solo dos meses de operaciones serias, María Verónica pudo pagar la nómina de su pequeña empresa. "Uno de los momentos súper felices fue el segundo mes que pudimos pagar nómina nosotras mismas", recuerda con orgullo.

La oportunidad de entrar en la cadena de farmacias más grande del país

Con el paso del tiempo, María Verónica y su hermana decidieron que era hora de dar el siguiente gran paso: expandir "Hola Granola" más allá de los pequeños puntos de venta. Comenzaron a investigar cómo ingresar a grandes cadenas de distribución, y fue entonces cuando surgió la oportunidad de entrar en la cadena de farmacias más grande del país.

No fue un camino fácil, pero la emprendedora se dedicó a presentar su producto con una propuesta de valor clara: una granola artesanal, saludable y de alta calidad, que se destacaba en un mercado saturado por su sabor y autenticidad.

El esfuerzo valió la pena. Hoy en día, "Hola Granola" se encuentra en más de 200 puntos de distribución, incluyendo las farmacias más importantes de Venezuela. "Queremos llegar por lo menos a 16 ciudades y tener al menos 60 puntos de venta en cada una de ellas", comenta María Verónica, demostrando su visión ambiciosa para el futuro de la marca.

“No subestimes el poder de la persistencia”

Consolidada en el mercado nacional, María Verónica ya mira hacia nuevos horizontes. Su próximo objetivo es expandirse a mercados internacionales, llevando "Hola Granola" a otros países donde la demanda de productos saludables sigue en aumento.

A lo largo de su viaje, la emprendedora ha aprendido valiosas lecciones que ahora comparte con otros emprendedores. "Nunca subestimes el poder de la persistencia", dice, recordando los días en los que luchaba por vender sus primeras cajas de granola. "Comienza con lo que tienes y ve creciendo poco a poco. Los desafíos siempre estarán presentes, pero la clave está en adaptarse y encontrar soluciones creativas ante las adversidades."

María Verónica también enfatiza la importancia de mantenerse fiel a la calidad del producto. "La calidad y la autenticidad de tu producto o servicio son lo que te diferenciarán en el mercado", afirma.

Hoy en día, "Hola Granola" es más que una marca; es un testimonio de cómo la pasión y la determinación pueden transformar una idea sencilla en un negocio exitoso.

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    Lo que comenzó como una broma en la universidad se convirtió en esta exitosa marca de perros calientes gourmet
    Lo que comenzó como una broma en la universidad se convirtió en esta exitosa marca de perros calientes gourmet

    2 Sin Remordimiento, es la marca de perros calientes con ingredientes de alta calidad que encanta a los valencianos.



    Gerardo Pacheco siempre tuvo una visión clara sobre lo que quería hacer, incluso cuando parecía una broma.  Durante sus años universitarios, este joven ingeniero mecánico soñaba con abrir un carrito de perros calientes. “Mis amigos se burlaban de mí porque yo decía que quería montar un carrito de perros calientes después de graduarme”, recuerda.

    Hoy, ese sueño es una realidad tangible llamada 2 Sin Remordimiento, un negocio que mezcla la tradición de la comida callejera con ingredientes de alta calidad. Junto con su socio Francisco Aguilar, Gerardo ha logrado construir una marca que resalta en el competitivo mercado de la gastronomía en Valencia, en Venezuela.

    Inspirado en sus tíos

    Gerardo creció rodeado de negocios familiares de comida en Valencia y Mérida.  Desde los 13 años, estuvo involucrado en las operaciones de sus tíos, quienes gestionaban hamburgueserías y pizzerías con un enfoque en productos de alta calidad.  “Siempre me encantó la comida callejera, pero quería ofrecer algo distinto: que la gente pudiera disfrutar de un producto de calidad sin sacrificar el sabor o la experiencia”, explica.

    En 2019, mientras migró a Los Ángeles, Estados Unidos, Gerardo decidió que era el momento de convertir su sueño en realidad.  Aunque no podía estar en Venezuela, su familia y su socio Francisco Aguilar fueron claves para materializar la idea.  “Quería emprender algo que también ayudara a otras personas, y abrir un negocio allá significaba dar trabajo a quienes lo necesitaban”, destaca Gerardo.

    El nombre 2 Sin Remordimiento nació de una combinación de humor y amor por la comida. “La idea era que pudieras comerte dos perros calientes sin culpa, disfrutando cada bocado”, comenta con una sonrisa. 

     

    La casa de la abuela

    El primer paso fue instalar un carrito de perros calientes en el estacionamiento de la casa de su abuela, en la zona de Agua Blanca, Valencia. “Comenzamos con tres mesitas y un carrito sencillo, pero con una visión clara: ofrecer el mejor perro caliente de la ciudad”, dice Gerardo.

    Desde el principio, la calidad fue su prioridad. “El pan lo hace una panadería específicamente para nosotros, usamos las mejores marcas de salchichas, y todos los vegetales se cortan y refrigeran el mismo día”.

    Junto a Francisco, quien opera el negocio en Valencia, Gerardo supervisa cada detalle, incluso a distancia. Ambos compartieron la filosofía de que la comida callejera podía ser un producto de alta calidad. “Queríamos cambiar el concepto de que la comida de calle tenía que ser mediocre. Todo lo que ofrecemos tiene que ser fresco y bien preparado”, asegura Francisco.

    Un fuerte golpe

    Como todo negocio emergente, 2 Sin Remordimiento enfrentó numerosos desafíos, especialmente durante la pandemia. “Fue un golpe fuerte.  No podíamos abrir, pero decidimos dar un sueldo mínimo a nuestros empleados durante cuatro meses.  Sabíamos que era lo correcto”, comenta Gerardo.

    El miedo al fracaso también estuvo presente desde el inicio.  “Siempre me preguntaba: ‘¿Y si no funciona?’, pero al final, el miedo a no intentarlo fue más grande”.  Una vez superados esos temores iniciales, el negocio comenzó a crecer rápidamente gracias al boca a boca.

    El nicho de las bodas

    El éxito inicial del carrito permitió a 2 Sin Remordimiento expandirse al mundo de los eventos.  “La gente comenzó a pedirnos para bodas, cumpleaños y hasta patinatas escolares.  Hoy, los eventos representan entre el 30 y 35% de nuestros ingresos mensuales”, explica Gerardo.  Esta diversificación les ha permitido mantener un flujo constante de ingresos mientras consolidan su presencia en el mercado local.

    En 2021, abrieron su segunda sede en Valencia, marcando un hito en su desarrollo. Esta nueva etapa también trajo consigo un rebranding.  “Entendimos que no solo vendemos perros calientes, sino una experiencia.  Trabajamos en nuestra imagen, capacitamos al personal y mejoramos los tiempos de servicio”, dice Gerardo.  Estas mejoras fueron posibles gracias al trabajo con un asesor empresarial que los ayudó a estructurar procesos y cadenas de producción más eficientes.

    Una futura tercera sede

    La apertura de una tercera sede en el Parque Guaparo es el siguiente gran paso para 2 Sin Remordimiento.  “Queremos que esta sede refleje todo lo que hemos aprendido: desde los procesos internos hasta la experiencia del cliente”, comenta Gerardo.  Además, ambos socios están enfocados en fortalecer la identidad del negocio y posicionarlo como un referente de calidad en el mercado.

    Gerardo también ha llevado su pasión por la comida callejera a Los Ángeles, donde opera un food truck bajo el nombre Dogar.  Aunque es una marca diferente, comparte la misma filosofía de calidad y frescura que caracteriza a 2 Sin Remordimiento.

    Reflexiones y consejos para emprendedores

    Para Gerardo, el éxito radica en la constancia, la disciplina y la capacidad de delegar. “Aprender a delegar nos ha permitido enfocarnos en nuevas ideas y en el crecimiento del negocio”, afirma. También destaca la importancia de crear una identidad clara y conectar con los clientes a través de una historia auténtica. “Un producto sin historia no tiene alma. La gente se conecta con los valores y metas que hay detrás de lo que haces”.

    A pesar de los retos económicos en Venezuela, Gerardo ve un gran potencial para los emprendedores que están dispuestos a estudiar bien su mercado. “El problema no es invertir, sino entender tus costos, tener un sistema claro y planificar tu retorno”.

    2 Sin Remordimiento es un ejemplo de cómo una idea aparentemente sencilla puede transformarse en un negocio exitoso con esfuerzo, pasión y una visión clara. Desde un carrito en el estacionamiento de una casa hasta convertirse en un referente de calidad, esta es una historia de perseverancia y amor por la comida callejera.

    Escrito el Viernes, 03 Enero 2025 18:56 en Emprendedores ¡Deja el primer comentario! Visto 64 veces
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    El abogado que encontró un negocio exitoso en las masas para pastelitos
    El abogado que encontró un negocio exitoso en las masas para pastelitos

    Carlos Pérez dejó la abogacía para emprender en Venezuela, convirtiendo las masas para pastelitos en su arte y negocio.



    Carlos Pérez, abogado comercial egresado de la Universidad de Carabobo, nunca imaginó que su trayectoria profesional tomaría un giro tan inesperado. En 2015, decidió emigrar en busca de nuevas oportunidades.

    Durante su travesía, vivió en Trinidad y Tobago, Argentina y Chile, enfrentando los retos de la adaptación y el empleo. “Viví siete meses en Trinidad y Tobago. Después, estuve un año en Buenos Aires y seis años en Santiago de Chile”, recuerda Carlos, quien comenzó a trabajar en cocina, y en donde tuvo su primer acercamiento a la producción y venta de alimentos.  Ese contacto inicial con la gastronomía despertó algo en él, una chispa que lo llevó a explorar un nuevo camino.

    Sin embargo, lo que realmente marcó el inicio de su transformación fue un sentimiento profundo de nostalgia y pertenencia hacia su tierra natal. “Me hacía falta mi país, ese sentido de pertenencia que no tenía afuera”, confiesa.

    Así que, en el año 2021, regresó a Venezuela con el sueño de construir algo propio, apostando por lo que había aprendido durante sus años fuera del país.

    Encuentro con la fábrica de masas de trigo

    La conexión con la cocina se fortaleció durante su estancia en Chile, donde conoció a su pareja, quien era la propietaria de una fábrica de masas. “A través de ella conocí cómo funciona la fábrica de masa y cómo ensamblar productos”, relata Carlos, quien aprovechó esta experiencia para adquirir un conocimiento profundo sobre el mundo de las masas.

    Fue en este contexto que decidió fundar su negocio al regresar a Venezuela, inspirado por la idea de que la fabricación de masas era un arte. “Las masas son un arte porque no tienen una receta universal; cada una es única”, afirma con pasión.

    Inicialmente, Carlos comenzó vendiendo pastelitos venezolanos y empanadas horneadas desde casa, utilizando redes sociales para llegar a sus primeros clientes. “Publicaba en redes sociales y vendía desde casa. Así comenzó todo”. Poco a poco, diversificó su oferta, incluyendo tequeños y otros productos populares. “Empecé a vender a cafés y fuentes de soda, logrando una base de clientes fijos”. Este crecimiento lo llevó a consolidar un modelo de ventas al mayor, ampliando su alcance en el mercado.

    El regreso a Venezuela

    El regreso a Venezuela no estuvo exento de desafíos. Carlos enfrentó de frente los efectos de la inestabilidad económica, con fluctuaciones constantes en el dólar y en los costos de los insumos. “El dólar subía desesperadamente; eso nos obligaba a reajustar precios casi a diario”, explica.

    Además, reconoció la ausencia de una clase media sólida con capacidad adquisitiva, lo que lo llevó a adaptar su estrategia. “Hoy no existe la clase media con el poder adquisitivo de hace 15 años”, comenta, subrayando la necesidad de apuntar a segmentos populares.

    La competencia fue otro de los obstáculos significativos. “Hay competencias buenas y malas, pero trabajo para que la calidad de mi producto sea mi ventaja”. Productos como el queso, esenciales para la preparación de tequeños, también representaron un reto debido a su precio fluctuante. “El precio del queso depende del clima y la oferta; eso complica la planificación”, señala.

    A pesar de estas dificultades, Carlos nunca perdió la fe en su proyecto. “Siempre hay miedo de invertir aquí, pero decidí dar el paso”. Su determinación y visión lo ayudaron a enfrentar los problemas con valentía, adaptándose constantemente a las circunstancias del mercado.

    El éxito de un modelo accesible

    Uno de los mayores logros de Carlos ha sido conseguir que su negocio se mantuviera por sí solo desde el primer día. “Nunca tuve que sacar dinero de mi bolsillo para cubrir los gastos básicos del negocio”, afirma con orgullo.

    Esto lo atribuye a su enfoque en ofrecer productos de calidad a precios competitivos, una estrategia que ha resonado bien con su público objetivo. “Si quieres vender masivo, ofrece calidad y precio competitivo; eso siempre funciona”.

    Además, Carlos destaca que su independencia como emprendedor le ha dado una vida plena y satisfactoria. “Desde que decidí emprender y dejar de depender de un sueldo, he vivido bien”, asegura.  Este logro personal refleja su éxito como emprendedor y su capacidad para superar las adversidades.

    El gran consejo de negocio

    Mirando hacia el futuro, Carlos tiene planes ambiciosos para Arte Masas. Sueña con convertir su negocio en una franquicia, centralizando la producción y estableciendo puntos de venta en Caracas y otras ciudades clave. “Quiero expandir a un modelo de franquicia, con producción centralizada y locales de venta”, comparte, dejando claro que su visión va más allá del éxito inmediato.

    Para él, el mercado venezolano sigue siendo un territorio lleno de oportunidades, pero requiere un análisis cuidadoso. “Analiza bien a quién quieres como cliente y sé realista con tu capital”, aconseja a otros emprendedores. “Si quieres vender masivo, vendes barato, pero con calidad. Eso siempre funciona”.

    La historia de Carlos Pérez es un testimonio de resiliencia y creatividad, un recordatorio de que incluso en los momentos más inciertos, hay espacio para innovar y prosperar.

    Arte Masas no solo es un negocio de apenas 1 año de fundado; es un sueño que mezcla esfuerzo, arte y sabor, un legado que promete seguir creciendo en el mercado venezolano.

    Escrito el Lunes, 30 Diciembre 2024 12:23 en Emprendedores ¡Deja el primer comentario! Visto 164 veces
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    La marca de ropa casual porteña que crece al promover la identidad nacional
    La marca de ropa casual porteña que crece al promover la identidad nacional

    Icónica, la marca de ropa casual, diseñó una innovadora sudadera: una chaqueta deportiva creada para promover el turismo, logrando vender más 600 unidades durante un evento al que asistieron en su primer año de creación.



    La marca que nació en 2022 como el proyecto de dos emprendedoras apasionadas por la moda y la identidad nacional, ha logrado posicionarse rápidamente en Puerto Cabello. Alicel Rodríguez y Celeimi González, las fundadoras de Icónica, presentan ahora la chaqueta Venezuela Icónica, un diseño que combina funcionalidad, estilo y un mensaje profundo de amor por el país.

    Con la visión de crear prendas que reflejen lo mejor de la cultura venezolana y sus paisajes, la chaqueta Venezuela Icónica es inspirada en la cultura y belleza del país, “la chaqueta diseñada y creada para retarnos a nosotros mismos a conocer las bellezas que tiene el país, tiene una mezcla de moda con turismo” comentó Alicel Rodríguez en entrevista con El Emprendedor.

    La chaqueta Venezuela Icónica “presenta varios sitios turísticos de nuestro país; el Ávila, la Colonia Tovar, Los Roques, la Ciénaga, Canaima, Pico Bolívar y Puerto Cabello”, indicó Alicel.

    El poder de escuchar al mercado

    El éxito de Icónica radica en su capacidad para escuchar a su comunidad. Sus clientes han sido una fuente constante de inspiración. "Cada producto que lanzamos responde a las ideas y necesidades de quienes confían en nosotras. La chaqueta Venezuela Icónica es una muestra de cómo tomamos esas voces y las convertimos en diseño", explicó Celeimi González.

    La chaqueta destaca por su diseño versátil y gráfico, con elementos que rinden tributo a destinos icónicos como Canaima, Los Roques y la Gran Sabana. Es una prenda pensada para quienes buscan llevar consigo un pedazo de Venezuela en cada ocasión, ya sea casual o formal.

    Una marca que transforma moda en identidad

    Desde su creación, Icónica ha demostrado ser más que una marca de ropa casual. En dos años, ha expandido su catálogo con 12 productos que combinan creatividad, funcionalidad y sostenibilidad. Su compromiso con el uso de materiales locales refuerza su contribución al desarrollo económico nacional.

    "Icónica es un proyecto que crece junto con nuestros clientes. Nos enorgullece ofrecer prendas que conectan con su identidad y que, al mismo tiempo, son útiles y duraderas", añadió Rodríguez.

    Sobre Icónica

    Fundada por Alicel Rodríguez y Celeimi González hace dos años, Icónica es una marca venezolana que combina moda, identidad y propósito. Con una propuesta que resalta la creatividad y el orgullo nacional, se ha posicionado como un ejemplo de innovación y conexión con su comunidad y la promoción del turismo.

     

     

    Entrevistado por: María Armanda Gomez Goitía (Puerto Cabello)

    Escrito el Jueves, 26 Diciembre 2024 18:36 en Emprendedores ¡Deja el primer comentario! Visto 244 veces
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    De la carne al postre: El valenciano que populariza con éxito el dulce de milhojas
    De la carne al postre: El valenciano que populariza con éxito el dulce de milhojas

    Samir El basset, un comerciante que dejó atrás sus carnicerías para conquistar el mundo de los postres. En entrevista con El Emprendedor, cuenta su estrategia y cómo logró vender más de 5.000 milhojas diarias, acumulando miles de seguidores en redes sociales.



    Samir El basset comenzó su carrera como comerciante desde los 14 años, construyendo una reputación sólida en el sector de la carne. Durante más de 12 años, lideró tres carnicerías en el estado Carabobo, que fueron una fuente estable de ingresos para su familia. Sin embargo, la pandemia trajo consigo retos insuperables. “Teníamos tres carnicerías [...] pero después de la pandemia, tuvimos que cerrar una, tratar de vender la otra, y ya la tercera carnicería la cerramos iniciando este año”, recuerda Samir.

    Frente a este cambio abrupto, buscó nuevas oportunidades y encontró inspiración en Caracas, donde un emprendimiento de milhojas captó su atención. Motivado por su madre, quien siempre le inculcó la importancia de compartir y de buscar soluciones, decidió adaptar la idea al mercado de Valencia. Así nació Milhojas Valencia, que en tan solo diez días pasó de ser una idea a un negocio en marcha. “Del 13 de enero, que cerré la carnicería, al 23 de enero 2024, que empezamos a vender milhojas aquí en Milhojas Valencia”, explica.

    Entra al mundo de la repostería con sus propia milhojas

    Inicialmente, Milhojas Valencia se centró en la venta de milhojas elaboradas por terceros, pero Samir pronto notó que el producto no cumplía sus estándares. “Ya veía que a la milhoja que comprábamos fuera, la gente le tenía muy poca receptividad”, comenta. Esto lo llevó a un desafío mayor: crear su propio dulce desde cero.

    El proceso no fue sencillo; su perfeccionismo lo llevó a descartar lotes enteros que no cumplían sus expectativas. “Hay momentos que el producto no me gusta y hemos tenido que descartar una producción completa porque no me convence”, admite.

    Tras meses de ajustes y aprendizaje, Samir logró desarrollar una milhoja de alta calidad que conquistó a los consumidores. La aceptación fue inmediata, marcando un antes y un después en la trayectoria de Milhojas Valencia. La calidad y frescura del producto rápidamente lo posicionaron como un favorito en el mercado local, permitiéndole ganar la confianza de sus clientes y expandir su alcance.

    Ahora Samir, ayuda a emprendedores a iniciarse en el negocio para arrancar rápido un negocio de fácil comercialización y buena rentabilidad como una de sus estrategias para lograr un alto nivel de ventas diarias.

    Las redes sociales como motor del éxito

    Más allá del producto, lo que realmente llevó a Milhojas Valencia al siguiente nivel fue la estrategia de Samir en redes sociales. Compartía no solo imágenes y videos de los dulces, sino también historias detrás de su proceso, conectando emocionalmente con su audiencia. “Las historias venden mucho [...] simplemente se hizo porque era algo muy sentimental y eso ha llamado mucho la atención de los clientes”, explica.

    Actualmente, Milhojas Valencia cuenta con más de 45.000 seguidores en Instagram y 50.000 en TikTok, plataformas que han sido clave para atraer clientes y consolidar su popularidad. Gracias a este enfoque, Samir ha alcanzado la impresionante cifra de 5.000 milhojas vendidas diariamente, un logro que refleja tanto la calidad del producto como la conexión genuina con sus consumidores.

    Los planes de expansión

    Con el éxito de Milhojas Valencia, Samir ya planea la apertura de tiendas físicas en ciudades como Maracay, Caracas y Barquisimeto para 2025. Pero más allá del crecimiento empresarial, su visión sigue siendo la de ofrecer un producto accesible y de calidad, con un enfoque en tratar a sus clientes como familia. “Nosotros tratamos a nuestros clientes como familia [...] queremos que el dulce sea económico, pero también bueno”, asegura.

    La historia de Samir El basset y Milhojas Valencia es un testimonio de resiliencia, innovación y amor por el trabajo bien hecho. Desde sus días como carnicero hasta convertirse en un referente de la repostería en Venezuela, su capacidad para reinventarse y conectar con las personas demuestra que, incluso en los momentos más difíciles, siempre hay espacio para crear algo extraordinario. “El país necesita gente que apueste a que todo se puede, no que solo quiera llenar sus bolsillos. Si hay que trabajar diez veces más, vamos a trabajar diez veces más”, concluyó.

     

    Entrevistado por: José Rangel

    Escrito el Domingo, 22 Diciembre 2024 21:50 en Emprendedores ¡Deja el primer comentario! Visto 241 veces
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    Con 40 sabores únicos, esta empresa celebrará su legado y aniversario en la industria de los helados
    Con 40 sabores únicos, esta empresa celebrará su legado y aniversario en la industria de los helados

    En el marco del reporte especial “El Negocio del Helado” El Emprendedor entrevistó a Fátima Miranda, coordinadora de comercialización de Concentrados Flavors, quien conmemora 35 años de aniversario.



    Mariche, Caracas, 19 de diciembre de 2024 — La fábrica venezolana Concentrados Flavors, especialista en la creación de saborizantes y colorantes para la industria alimentaria, celebra su 35º aniversario con un catálogo de más de 40 sabores únicos, consolidando su legado como líder en la industria alimentaria y del sector heladero.

    La coordinadora de comercialización Fátima Miranda, destacó el enfoque innovador y estratégico que ha permitido a la empresa posicionarse como un aliado clave para pequeños y grandes productores del país.

    "Nuestros saborizantes y colorantes son adaptables a cualquier producto alimenticio, desde helados hasta preparaciones saladas, lo que nos ha permitido trabajar con importantes marcas nacionales que confían en nuestra calidad", afirmó la coordinadora de comercialización.

    Entre las propuestas más exitosas que han conquistado el mercado destacan sabores como fresa samba, piña colada, galleta Oreo y Nutella. Estos sabores reflejan no solo la creatividad, sino también la capacidad de la empresa para anticiparse a las tendencias del mercado y las necesidades de los consumidores.

    Sus claves para el éxito

    El sector heladero, tanto artesanal como industrial, ha sido un pilar fundamental en el crecimiento de Concentrados Flavors. La empresa colabora con reconocidas marcas como Heladería La Poma, Coco Factory y Tu Paleta Fiesta, con quienes ha co-creado sabores innovadores y adaptados a las tendencias actuales del mercado venezolano. Esta relación cercana con sus clientes ha sido clave para garantizar soluciones que realmente impulsen el éxito de cada producto.

    La capacidad de adaptación a las necesidades de los clientes es una de las estrategias más destacadas de la compañía. Gracias a un equipo especializado en investigación y desarrollo, Concentrados Flavors ofrece soluciones personalizadas para pequeños productores que buscan diferenciarse en un mercado cada vez más competitivo. "Fomentamos la relación cercana con nuestros clientes, ayudándoles a identificar qué sabores y productos pueden potenciar su crecimiento. Nuestra meta es apoyar el desarrollo económico a través de productos de calidad", agregó la coordinadora.

    Crecimiento y proyección a futuro

    Con una red sólida de distribuidores nacionales, Concentrados Flavors garantiza la disponibilidad de sus productos en todo el país, convirtiéndose en un actor clave en la cadena de suministro alimentario. Esta cobertura nacional permite llegar a negocios de todos los tamaños, desde emprendimientos locales hasta grandes industrias que requieren soluciones a mayor escala.

    De cara al futuro, la empresa apuesta por nuevos desarrollos como su base de jugos en polvo, una innovación diseñada para ampliar su impacto en el mercado y responder a las nuevas demandas de la industria. La celebración del 35º aniversario no solo destaca la solidez y la trayectoria de la compañía, sino que también refuerza su compromiso con la calidad, la innovación y el impulso del sector alimentario venezolano.

    Escrito el Jueves, 19 Diciembre 2024 08:26 en Emprendedores ¡Deja el primer comentario! Visto 303 veces