La disparidad económica está llevando a más adultos a vivir con sus padres

Una gestión errada de las deudas y poca inversión por parte de los adultos, es una de las principales causas de este fenómeno

La palabra adulto, en muchos países, significa persona mayor de 18 años, por lo tanto alguien nacido en el 2000 ya es un adulto. En torno a este término giran otras características que definen a un adulto, y son las responsabilidades adquiridas laboralmente, socialmente y económicamente.

Trabajar es una labor de adultos, pagar un alquiler, servicios, y reunirse en bares, también lo es. Actualmente los millenials, nacidos entre 1985 y 1999 ocupan la mayor densidad poblacional del mundo, marcando de esta forma los patrones de consumo. Un estudio publicado por Pew en mayo del 2017 reveló que los millennials son la generación que más viven con sus padres.

Entre las causas de que este fenómeno  están, el mal manejo de los créditos debidos a que están enfocados en salir de las deudas, sacrificando los ahorros para vivir solos. No hay una estrategia de inversión. También son considerados la generación más educada, por lo que invierten más en ir a la universidad, causando endeudamiento.

En Venezuela, la situación es similar

A causa de la hiperinflación, los bajos salarios y los altos alquileres, los adultos, aún siendo parte de la generación antes de los millennials, viven con sus padres. Un alquiler de una habitación puede llegar a costar 20$, mientras que los de los apartamentos superan los 100$. Todos estos datos pueden corroborarse en las páginas más solicitadas para la búsqueda de alquileres como tuinmueble.com o turesidencia.net.

En este orden, resulta casi imposible para los adultos jóvenes costear un alquiler, siempre y cuando trabajen por un salario mínimo, que se ubica en los 18.000 Bs. Mientras tanto el DICOM marcó un nuevo precio de dólar en 5.200 Bs, esto es un salario equivalente a 3$.

Consecuencias de vivir con los padres

En la naturaleza, los polluelos abandonan su nido cuando están listos y son lo suficientemente fuertes para enfrentarse al mundo. Es el curso natural de las cosas, pero cuando debido a factores económicos y sociales, el ser humano no puede seguirlo, surgen las disonancias entre las ideas de los padres y los hijos.

Cuando se ha alcanzado la edad adulta, la personalidad ya está forjada, por lo que los padres se cohíben de emitir opiniones abiertas del modo de vida de sus hijos. Aunque si aún viven bajo el mismo techo, esto puede causar molestias e incomodidades para todos los miembros de la familia.

Actualmente los adultos jóvenes están más enfocados en sacar una carrera que en construir un matrimonio. Esta situación puede llegar a ser frustrante para los padres, que en su momento si pudieron adquirir una casa o pagar un alquiler. La salud emocional se ve afectada por dicha razón.

Lo ideal sería que los adultos que aún viven con los padres apoyen en las tareas domésticas, aporten en los gastos y reporten su hora de llegada, aunque no haya una establecida, para así llevar un ambiente familiar equilibrado.