Afirman que la "cultura de la prisa" disminuye la capacidad emprendedora

A lo largo de los años, los emprendedores y empresarios de todo el mundo (principalmente aquellos que viven en las grandes ciudades) se han acostumbrado a lo que se conoce como la "cultura de la prisa" (Hustle Culture), que básicamente es aquella que indica que "el tiempo es oro", y que cada parte de nuestra vida debe tomar el menor tiempo posible para así "optimizar" nuestro trabajo.

Aunque por mucho tiempo este fenómeno fue catalogado como el más apto para los "verdaderos empresarios", la realidad es que nuevos reportes estarían confirmando que vivir de esta manera trae más efectos negativos que positivos, no solo en nuestra salud, sino también en nuestro desempeño empresarial, desafiando por completo la lógica de este estilo de vida.

¿La cultura de la prisa?

Expertos del diario estadounidense The New York Times han abordado el tema recientemente, explicando el nacimiento y el reposicionamiento de esta cultura. Si bien es cierto que se trata de un fenómeno popular desde hace décadas, la realidad es que el mismo habría revivido recientemente gracias a las nuevas generaciones empresariales, llegando incluso a posicionarse el lema "Gracias a Dios es Lunes" (en contraposición al famoso "Gracias a Dios es Viernes").

En un artículo titulado "¿Por qué la gente joven finge que le gusta el trabajo?" (Why Are Young People Pretending to Love Work?) afirman que esto no solo se ve en el ambiente laboral y en los círculos cercanos, sino que gracias a las herramientas de comunicación digital se está incrementando el alcance de la presión social generada por esta mentalidad negativa.

Esto último (donde es incomprobable si una persona está realizando todo el trabajo que afirma llevar a cabo) tiene un efecto directo en las personas, quienes sienten que no están aprovechando bien su tiempo. Es por eso que muchos pierden la confianza sobre el trabajo que realizan, así como la inspiración y la pasión por ciertos temas.

Afirman que esto incrementa el sentimiento de soledad en las personas, así como agiliza el desarrollo del famoso Síndrome Burnout, lo que no solo significa que las personas disminuyen su desempeño de forma importante, sino que además comienzan a perder capacidades en cuanto al manejo de nuevas aventuras laborales y empresariales.

Efectos en la salud

Sin embargo, la "cultura de la prisa" no solo tiene un efecto directo en el desempeño profesional, sino también en la salud de las personas, ya que hace que llevemos un estilo de vida desprolijo (disminuyendo el cuidado personal, afectando nuestro tiempo de recreación, y trastocando nuestras relaciones personales).

Esto a su vez se traduce en mayores riesgos de sufrir enfermedades cardiovasculares, acelerar el desarrollo de enfermedades como el Alzheimer, y dar pie a padecimientos psicológicos enmarcados entre las consecuencias de los altos niveles de estrés. Este último es altamente conocido como el "asesino silencioso", y se considera una de las enfermedades más peligrosas de la actualidad.