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¿La ganadería sigue siendo un negocio en Venezuela?

La ganadería es una de las industrias más afectadas por la crisis venezolana La ganadería es una de las industrias más afectadas por la crisis venezolana

La producción de carne bovina ha mermado en un gran porcentaje en los últimos años, afectando tanto a consumidores como a comerciantes


La economía venezolana ha entrado en una crisis sin precedentes que ha afectado la mayoría de sectores económicos en la actualidad, generando en su momento una escasez de productos y servicios junto a una baja rentabilidad en toda la cadena de producción y distribución.

Esto puede comprobarse en varios de los indicadores que han anunciado diversos gremios empresariales como Fedenaga. Recientemente publicaron una noticia que refleja la caída en el consumo de carnes en todo el territorio nacional, siendo un promedio de 4 kg por persona, cuando hace veinte años la cifra rondaba los 27 kg por año.

Inseguridad jurídica que no protege a los productores frente a los diversos actos de vandalismo que ocurren en las fincas, altos costos de insumos, vacunas y todo lo relacionado para el correcto crecimiento del ganado, hacen que sea muy costoso producir carne en la actualidad. Sin embargo hay muchos comerciantes y empresarios que siguen apostando por este sector para proveer de alimento de calidad a los venezolanos.

¿Cuánta carne consume el venezolano?

Durante gran parte de la historia Venezuela había sido autosuficiente en el consumo de res, a tal punto que llegó a exportar a diversos países de América Latina. Sin embargo los cambios macroeconómicos que implementaron tanto el ex-presidente Chávez como Nicolás Maduro han provocado que el consumo per cápita disminuya en más de un 82%, afectando la producción en todos sus sentidos.

Se estima que cada venezolano consume de 3 a 4kg al año de carne de bovino, aunque existen muchas familias que no tienen acceso a esta proteína, como lo reflejó el reciente estudio del Encovi, donde más del 70% de la población vive en pobreza extrema. Estos números están muy por debajo de lo sugerido por la Organización de las Naciones Unidad para la Alimentación y la Agricultura (FAO), quienes señalan que consumir menos de 10 kg de res al año podría provocar malnutrición y otros problemas relacionados.

Son cifras que responden a una crisis que afecta principalmente a los consumidores, que debido a la hiperinflación que ha mitigado el valor del trabajo han tenido que disminuir el consumo no solo de este alimento, sino también de otras proteínas y carbohidratos que son fundamentales para el organismo.

¿Por qué ha disminuido la producción y consumo de carne?

Los problemas económicos de la nación no son producto de una decisión reciente, sino más bien a muchas políticas que han demostrado que no son las más favorables para las áreas involucradas a la producción de bienes y servicios. En este sentido hay varios elementos que influyen en la caída de la producción y consumo de carne de res.

La disminución del rebaño de bovino es una de las causas, y es que en los últimos 20 años se han reducido más de 7 millones  de cabezas de ganado, contando para el 2019 con 9 millones de unidades. Al compararse con las 16 millones de cabezas con las que se contaban para 1998 puede demostrarse como el mercado ganadero ha disminuido en más de un 40%, afectando la producción nacional.

Esto se debe principalmente a la escasez de alimentos para las vacas, que requieren de una gran cantidad de insumos que no pueden ser adquiridos, bien sea por su inexistencia en el país o porque son excesivamente costosos y no recuperarán lo invertido en el precio final de la res.

A esto hay que sumarle las numerosas expropiaciones que se hicieron comunes en el periodo de Hugo Chávez, otorgándoles la operatividad a personas que no tenían conocimientos del rubro, lo que ha provocado diversas quiebras y producción por debajo de la capacidad instalada. Los distintos controles de precios y carne importada a precios subsidiados a establecimientos MERCAL y PDVAL también han afectado a los productores locales.

La inseguridad jurídica es otro de los aspectos fundamentales que afecta a los productores. Son múltiples las historias que narran como grupos delictivos roban o amenazan a los propietarios de fincas para proveerles parte de su ganado a cambio de no ser asesinados. Esto ha generado un gran temor, a tal punto que granjas que tenían años en el mercado decidieron cerrar por no existir atisbos de cambio en el corto plazo.

Nula garantía de servicios públicos

Es imposible dejar en el olvido a los problemas de combustible, cortes de electricidad y agua. El país cuenta con una escasez en estos tres suministros que dificultan seriamente la operatividad de las fincas, ya que requieren de maquinarias y equipos que no pueden permanecer sin luz por mucho tiempo, especialmente por la refrigeración.  Una vez que tienen la mercancía no los pueden trasladar hasta el siguiente punto en la cadena de distribución por todo el proceso para adquirir gasolina.

El tema del agua es igual de trascendente. Según datos de la ONU, para producir un kg de carne de res se requieren 15.000 litros de agua, un recurso que no abunda en la nación y que puede constatarse en casi cualquier residencia del territorio nacional. Sin agua imposible producir.

Si a esto se le suma la caída de la demanda producto a consecuencia de los pocos ingresos que recibe el venezolano común, se tiene como resultado final un mercado ganadero que trabaja cuesta arriba, y unos consumidores que no ingieren ni la mitad de lo recomendado por organismos internacionales.

¿Es rentable producir carne en Venezuela?

Para todos los emprendedores que estén pensando en invertir tiempo y dinero en un negocio, es vital determinar si realmente ofrece la rentabilidad necesaria para asumir el riesgo que requiere cualquier actividad económica. En este sentido la producción de carne fue una gran oportunidad, pero en estos momentos ofrece mayores problemas que ganancias.

Los costos operativos que tiene producir este tipo de proteínas son significativos, además que hay que tener en cuenta múltiples previsiones por las diversas fallas que hay en electricidad, agua y combustible. También es importante analizar cómo está compuesta la cadena de intermediación cárnica:

  • Alimentación de las vacas.
  • Proceso de crianza.
  • Transporte.
  • Matanza y procesamiento de la carne.
  • Distribución mayorista.
  • Comercio minorista.

Como se puede apreciar, son más de 6 actores diferentes que forman parte del proceso de producción y distribución de la carne de bovino hasta que llega al plato del consumidor final. Según especialistas, más del 70% del costo de un producto se va en intermediación y publicidad, así que Venezuela no es la excepción. Actualmente es más costoso producir localmente que traerlo del exterior.

De esta forma podría pensarse que la mejor oportunidad estaría en la reventa y distribución al mayor de este rubro, ya que de esta manera el comerciante se quita de la cabeza algunos de los problemas que tienen los problemas primarios, dedicándose exclusivamente a la venta a comercios minoristas en una región determinada.

El problema económico de Venezuela no solo es la producción, sino todas las barreras que existe en la cadena de intermediación y que encarece el producto, perjudicando a todos los involucrados pero especialmente a los productores y finqueros.

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