Flexibilización: ¿Cómo prepararse para reabrir durante la pandemia?

Algunos países ya han entrado en etapas de flexibilización de las medidas de prevención del COVID-19, gracias a la caída de contagios y muertes por el virus, lo que ha llevado a que muchas empresas puedan reabrir sus puertas y tratar de normalizar sus operaciones.

Ante la reapertura de las empresas o industrias, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha recomendado tener precaución, aplicar protocolos de prevención e informar a los empleados de los riesgos de propagación del virus con la finalidad de evitar una segunda oleada de contagios.

En el contexto del llamado de la OMS, presentados una serie de recomendaciones a tener en cuenta al momento planificar un protocolo para reabrir las fábricas, oficinas o comercios, y garantizar con ello la seguridad de sus empleados y clientes.

1. El objetivo es la confianza

El virus de COVID-19 o coronavirus ha colocado la confianza de las empresas en tela de juicio, los consumidores hoy en día están más atentos al comportamiento de las empresas y suelen ser más estrictos al momento de elegir una marca.

El comportamiento y comunicación de las empresas juega un papel importante durante y después de la pandemia, los consumidores quieren saber qué hacen para mantener su seguridad y colaborar con la situación.

Algunos centros comerciales en España se han esforzado por devolverle la confianza a los espacios públicos que éstos representan para poder generar un contexto que permita la reapertura de las tiendas. La comunicación de sus medidas y el establecimiento de estrictos protocolos que hagan sentir seguro a los compradores, ha sido el centro de sus campañas.

2. Mantener la seguridad de los empleados

Todo protocolo de seguridad de una empresa, industria o tienda debe comenzar por las medidas de seguridad de los empleados, la salud de estos representará la salud de los clientes y la continuidad de las operaciones.

Ford ha establecido protocolos de seguridad que incluyen la entrega de equipamiento para la protección de la higiene personal. Entre estos: mascarillas y guantes, turnos rotativos que impidan la aglomeración del personal, el cierre y adecuación de los espacios comunes, así como constantes pruebas de salud que incluyen la medición de la temperatura y encuestas.

3. El cliente es parte del protocolo

No solo se trata de hacer sentir al cliente seguro, realizando limpieza constante de las superficies, limitando el acceso a las tiendas u ofreciendo alternativas de pago digital, sino también incorporando al cliente a los protocolos de seguridad.

Las tiendas Apple exigen a sus clientes el uso de mascarillas y la medición de la temperatura y, en caso de detectar altas temperaturas, les realizan encuestas para luego invitarlos abandonar la tienda y a realizarse las pruebas adecuadas en centros de salud. Sí bien algunas medidas pueden ser vistas como estrictas, la realidad es que muchos clientes las agradecen.

4. No olvidarse de los proveedores

Mantener coordinados los protocolos de seguridad con los proveedores facilitará los procesos, distribuyendo parte de las responsabilidades con estos y generando un ambiente de común acuerdo.

Incluir a los proveedores en los protocolos de seguridad cosiste en asegurar que estos aplican sus propios protocolos y que éstos van en consonancia con los aplicados por la empresa. Además, realizar una campaña de comunicación común puede fortalecer la confianza con los clientes

Las empresas hoy en día son otro actor social,al que se le han delegado responsabilidades que décadas atrás no poseían. Los consumidores, gobiernos e instituciones, esperan de las empresas un comportamiento activo ante la lucha contra el COVID-19, su actuación definirá el futuro y sostenibilidad en el mercado.