Electricidad en Venezuela: la barrera a superar para impulsar el desarrollo empresarial

El jueves 7 de marzo se registró el apagón más importante en la historia de Venezuela, mostrando fallas en la prestación de servicio eléctrico (y por ende, de agua) en 22 estados. Si bien en algunas regiones ya se habría regresado la electricidad, la realidad es que a casi una semana del evento, decenas de zonas del país seguirían "a oscuras".

Mientras unos lo llaman un sabotaje, la mayoría de expertos coincide en que se trata de la "crónica de una muerte anunciada", con nuestro sistema eléctrico siendo uno de los más cuestionados de todo el continente. Y, aunque se trata de un problema que afecta a toda la población, la realidad es que tendría una incidencia directa en el desarrollo empresarial del país.

Una traba para el desarrollo

Esto se dice debido a que, desde hace varios años se ha asegurado que una vez se presente un cambio de gobierno (o de políticas estatales) en el país, veríamos el desarrollo económico más prometedor de la historia de la región. Sin embargo, economistas como Luis Oliveros han afirmado que esta previsión no toma en cuenta el estado del sistema eléctrico venezolano.

"Cuando les digan que Venezuela crecerá 89% una vez se llama Maduro, enséñenle el estado de la infraestructura, sobre todo de los servicios públicos. ¿Donde está la electricidad para crecer rápidamente?", comentaba hace algunas semanas en su cuenta de Twitter. Su afirmación, previa al apagón, viene basada en el la crisis energética que ha atravesado el país desde hace varios años, teniendo a Zulia como el principal exponente del fenómeno.

Peligro para equipos y maquinaria

No se trata solo de una barrera para el desarrollo empresarial en cuanto a limitaciones geográficas para la creación de empresas o por las posibles secuelas (en lo referente a generación de ingresos) que puede tener un apagón de esta magnitud, sino también por el peligro que corren los equipos y maquinarias.

El ejemplo más importante del reciente apagón fue el de las empresas estatales del sector aluminio CVG Venalum y CVG Alcasa, que quedaron completamente inoperativas cuando la falla eléctrica hizo que se perdieran las últimas celdas reductoras de aluminio. Se trataba de 59 celdas (las últimas que quedaban de las 905 que llegó a tener la empresa) que habían sobrevivido a la desinversión y apagones constantes.

Del mismo modo, el temor a saqueos como los sufridos en el Centro Sambil Maracaibo y el Hipermercado Makro (de la misma ciudad), que no pudieron ser detenidos por las fuerzas policiales, no hace más que incrementar.

Winston Cabas, presidente de la Asociación Venezolana de Ingeniería Eléctrica, Mecánica y profesiones afines del Colegio de Ingenieros de Venezuela, dio a entender recientemente que falta de respuestas gubernamentales para llevar ante la justicia a los responsables del deterioro energético del país (principalmente los últimos 3 ministros para la energía eléctrica) no hace más que incrementar la desconfianza.

Si bien es cierto que gran parte de las oportunidades de crecimiento económico vendrían principalmente de las inversiones en áreas como la electricidad, el agua y el petróleo, la realidad es que la situación actual de infraestructura sería una de las mayores barreras de desarrollo empresarial en nuestro país.