¿En realidad ayudan las soluciones que le dan los expertos a la crisis venezolana?

Este fin de semana, entidades gubernamentales realizaron una serie de visitas a establecimientos de venta de carne para supervisar y fiscalizar los precios a los que se despachaba la mercancía. Esto se debe a que en muchos casos, el producto de primera necesidad superaba los 80 mil bolívares por kilo.

Este operativo obligo a decenas de carnicerías de toda Venezuela a cerrar sus puertas. Aunque parece improbable que estas se mantengan cerradas por mucho tiempo, sí es incierto cuando volverán a estar operativas. La prensa nacional asegura que, en algunos estados, cerca del 90% de las carnicerías se ha mantenido cerradas.

Ante esta situación, el economista y diputado José Guerra opinó a través de su cuenta de Twitter: "Qué cuesta más? Un kilo de carne de res a Bs 40.000 o un kilo de carne a Bs 10.000 pero que no existe? Para mí el más caro es el que no hay", cuestionando la medida gubernamental.

Se puede intuir que hace referencia a eventos pasados, donde los controles de precios han causado una fuerte escasez. Esto ocurrió a finales de 2013 con una serie de productos de toda índole, más adelante con los productos de primera necesidad, y más recientemente con las divisas extranjeras.

Pero aun así, estas declaraciones del diputado dejan bastante expuesto un problema aún mayor: la falta de profundidad que existe al momento de proponer soluciones capaces de solventar los problemas que han llevado a Venezuela a una de sus peores crisis históricas.

En efecto, un producto que no existe no puede comprarse, pero para muchos, un producto que supera los 80 mil bolívares por kilo (cerca de un tercio del salario mínimo) también es imposible de comprar, por lo que estos controles de precio, si bien no solucionan el problema, pueden darle un respiro a muchos.

Aunque pueda asumirse que lo que se espera con liberar los precios es que se dé la reposición de inventarios y que eventualmente los precios comiencen a disminuir, a la vez que aumenta el abastecimiento, poco se habla de cuál será el proceso, y a quienes dejará por fuera. Y no solo eso, sino qué medidas tendrán que tomarse para que estos que queden aislados aún puedan alimentarse.

No significa que estos controles sean correctos, ya que al no acompañarse de medidas que favorezcan la recuperación económica y productiva, solo se lleva a una mayor inflación y escasez, cosa que se demuestra en las más recientes declaraciones de la Federación Nacional de Ganaderos (Fedenaga), encargada de acordar con el gobierno la regulación de los precios.

En estas, Carlos Albornoz, titular de la federación, aseguró que estos precios deben ser revisados al menos cada semana, ya que no serían más que "polvo cósmico" en unas horas si no se toman medidas que acompañen el control. Afirma que estas deben ser “medidas de ayuda humanitaria”.

Es por eso que el venezolano parece conformarse cada vez menos con este tipo de razonamientos, o de medidas que poco aportan para solucionar de manera realista la crisis actual. Aun así se plantea la pregunta, ¿En realidad ayudan las soluciones que le dan los expertos a la crisis venezolana?