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Lo que Venezuela puede hacer para incentivar la producción nacional

Aunque no sea sencillo de aplicar, el presidente de Estados Unidos podría haber dado con una solución interesante para aumentar la producción interna


Desde hace décadas, Venezuela se ha dado a conocer como una economía importadora. Desde que comenzó la explotación petrolera hace casi 100 años, el país ha concentrado todas sus ganancias de este modo, haciendo que sea mucho más sencillo importar que producir en el país.

Como sucede en la economía mundial, por muchos años las empresas (tanto nacionales como multinacionales) con sede en Venezuela, han preferido elaborar producir en el exterior gracias a la mano de obra económica de algunos países específicos, haciendo que estos productos terminados luego fueran importados y vendidos al público local.

Se trata de algo común en todo el mundo, ya que disminuye de forma drástica los costos de elaboración de algunos productos. Sin embargo, es también un problema, ya que ralentiza el desarrollo de los países mediante la eliminación de plantas y empresas productivas, disminuyendo la cantidad de impuestos generados y soluciones innovadoras desarrolladas, además de destruir muchos empleos disponibles.

Una posible solución

Aunque parezca difícil de creer, la posible solución estaría llegando de uno de los países más conocidos por llevar a cabo esta práctica: Estados Unidos. Eso se debe a que desde la llegada de Donald Trump al poder, el país norteamericano se ha visto envuelto en una “batalla” por lograr que las empresas vuelvan a producir en el territorio nacional.

Todo comenzó con la campaña a la presidencia de Trump, en la que aseguraba que uno de los mayores problemas de Estados Unidos era que las empresas, por ahorrarse unos cuantos dólares, estaban internacionalizando su proceso de producción, incrementando de forma grave el desempleo, y regalándole todos los impuestos a otros países.

Esto, según el magnate, es lo que hizo que Estados Unidos se volviera cada vez menos poderoso en los últimos años. De este modo, la nueva administración decidió realizar una estrategia muy sencilla: todas las empresas que produjeran en el exterior, para luego importar y vender en EE.UU., se verían obligadas a pagar altísimos impuestos.

No solo eso, sino que las empresas que quisieran aprovechar beneficios arancelarios de tratados de libre comercio, debían elaborar sus productos con al menos 50% de materiales estadounidenses. Por otro lado, aquellas que produjeran dentro del territorio nacional, obtendrían una serie de beneficios en el área tributaria, con los que podrían ser más agiles que sus competidores.

Aunque no todas las propuestas se han comenzado a aplicar, solo el mensaje ha causado un impacto positivo en el país, ya que según reportes del Departamento del trabajo estadounidense,  en apenas 6 meses se generaron casi 1 millón de nuevos empleos, un fenómeno sin precedentes en los últimos años.

Así, hubo una caída en la tasa de desempleo de una décima, ubicándola en el 4,3% e igualando una de las mejores marcas en esta área desde hace 16 años en el país norteamericano. Esto fue logrado gracias a la suma de más de 200 mil puestos de trabajo solo en el mes de julio.

Esto no viene como un dato aislado, sino que nace desde la elección del magnate, cuando varias empresas comenzaron a incrementar sus inversiones en el país norteamericano, incluyendo a IBM, Carrier, Ford, Dow Chemical, Trans-Lux, Sprint, General Motors Company, entre otras.

A pesar de que se trate de contextos diferentes, y es posible que no sea sencillo de aplicar actualmente en Venezuela, esta estrategia demuestra que existen métodos para lograr que las empresas vuelvan a producir en el país. Esto no solo incentivaría la generación de empleos, sino la creación de un parque empresarial que nunca ha existido en el país.

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