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El transporte “On Demand” es una oportunidad o una amenaza para Venezuela

Recientemente México vivió una fuerte polémica gracias a la empresa de transporte bajo demanda, Cabify, cosa que hace preguntarse si Venezuela está lista para este modelo


El modelo de negocios “On Demand” ha mostrado un veloz crecimiento gracias a que es mucho más cómodo y accesible que otros métodos de trabajo. Con este, una persona que posee un bien puede prestar servicios en su tiempo libre a “clientes” que tienen una necesidad específica.

En el pasado ya hemos hablado de algunos mercados en los que puede aplicarse esto, como pueden serlo el de la salud o hasta la recolección de basura. Aun así, uno de los que ha mostrado un mayor crecimiento es el del transporte gracias a empresas como Uber y Cabify.

Sin embargo, desde que comenzaron a trabajar estas compañías ha surgido la duda sobre qué tan seguros son. Debido a que se trata de personas naturales utilizando sus propios vehículos para transportar a desconocidos, siempre se ha visto como un riesgo tanto para conductores como para pasajeros.

Aunque se han registrado múltiples casos de problemas entre ambas partes en el pasado, pocas veces se habían convertido en un problema serio. O así fue hasta la semana pasada, donde un conductor de Cabify en México decidió secuestrar a una de sus pasajeras para posteriormente asesinarla.

Lógicamente, esta situación causó revuelo por su misma naturaleza, obligando a que el gobernador de Puebla (ciudad donde ocurrió) eliminara todos los servicios de transporte “On Demand” que operaban en la entidad. Por su parte, la reputación de la empresa se llevó un golpe inmensurable.

Principalmente por su tardía respuesta, pero más aún, porque el director de Cabify México, Alejandro Sisniega, admitió que el asesino había sido despedido de Uber por "comportamientos fuera de protocolo", además de tener una serie de antecedentes penales bastantes complejos. 

Estos servicios en Venezuela

A pesar de que en Venezuela han operado empresas como EasyTaxi o Nekso, ninguna de estas trabaja del mismo modo que Uber o Cabify. Esto se debe a que las que funcionan en nuestro país solo lo hacen con líneas de taxi registradas y no con particulares. Después de varios años, parece que esta puede ser la verdadera razón.

El país siempre se ha mostrado bastante informal en cuanto a la prestación de servicios de transporte. Desde autobuses no registrados, hasta personas que deciden utilizar su vehículo como taxi por un fin de semana, como método de generar ingresos extra, aun cuando no tiene ningún tipo de permiso para realizar esta tarea.

Los precios más económicos de este tipo de taxis hacen que sea mucho más accesibles para algunas personas, lo que causa el verdadero problema: nadie sabe quién es el conductor o cuáles son sus antecedentes. Claramente en el caso de Cabify eso no importó, ya que se sabía que el conductor era un criminal y aun así se le permitió operar bajo este modelo de negocios.

Es por eso que parece imperativo que antes de comenzar a permitir el ingreso de estas compañías en nuestro país, incrementen las regulaciones para quienes prestan este tipo de servicios, penalizando a aquellos que lo realicen de forma ilegal, e incluso proporcionando incentivos a los que trabajen dentro de lo establecido por la ley.

Del mismo modo, las empresas deben asegurarse de trabajar con mucho cuidado en el inicio, ya que esta informalidad arraigada en el venezolano incluso cala en las personas que ponen en riesgo su vida utilizando estos medios de transporte. Es por eso que surge la duda, ¿El transporte “On Demand” es una oportunidad o una amenaza para Venezuela?

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